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ScuÁles son los sÍntomas de un accidente cerebrovascular?



sCUÁLES SON LOS SÍNTOMAS DE UN ACCIDENTE CEREBROVASCULAR?


Las personas con factores de riesgo, así como los compañeros o las personas que atienden a individuos que presentan riesgo de embolias, deberían conocer cuáles son los síntomas generales a fin de que la víctima de un ACV sea trasladada a un hospital lo antes posible tras la aparición de estas señales de aviso. Resulta especialmente importante que las personas que padezcan migrañas o dolores de cabeza agudos frecuentes sepan cómo distinguir un dolor de cabeza corriente de los síntomas de una embolia.
Ataques isquémicos transitorios
Los ataques isquémicos transitorios (TIA) son pequeñas embolias isquémicas, a menudo causadas por émbolos diminutos que se adhieren a una arteria y rápidamente se fragmentan y disuelven. Las alteraciones mentales y físicas producidas a consecuencia de estos TIA suelen desaparecer en menos de un día; de hecho, casi todos los síntomas desaparecen en menos de una hora. No hay daño residual alguno.


Sin embargo, los ataques isquémicos transitorios son señales de aviso de embolias isquémicas, del mismo modo que una angina constituye un indicio de un posible infarto de miocardio.
Aproximadamente el 5% de las personas que experimentan ataques isquémicos transitorios sufren una embolia en cuestión de un mes y, si no reciben tratamiento, una terceraparte padecerán ACV en el transcurso de los cinco años siguientes. (De hecho, dada la relación que existe entre la arteriosclerosis, la enfermedad arterial coronaria y los AVC, los ataques isquémicos transitorios son también signos de aviso de un posible ataque cardíaco).
Es frecuente que uno de los dos sistemas arteriales principales esté implicado en un ataque isquémico transitorio, ya sean las arterias carótidas o la arteria basilar:
Síntomas de ataques isquémicos transitorios en las arterias carótidas. Las arterias carótidas empiezan en la aorta y asciendo por el cuello, alrededor de la tráquea hasta llegar al cerebro. Cuando se producen en esta zona los TIA, pueden causar síntomas en la retina del ojo o en el hemisferio cerebral (una de las mitades del cerebro):
Cuando se reduce el paso de oxígeno al ojo, la gente describe efectos visuales semejantes a cuando baja una persiana. También pueden sufrir una mala visión nocturna. 
Cuando la zona afectada por el TIA es uno de los hemisferios cerebrales, una persona puede experimentar problemas de habla y parálisis, sensación de hormigueo, y entumecimiento, a menudo en un único lado del cuerpo.


Síntomas de ataques isquémicos transitorios en la arteria basilar. La segunda ubicación problemática más importante, la arteria basilar, tiene su origen en la base del cráneo a partir de las arterias vertebrales, que recorren la medula espinal. Cuando el TIA se localiza en esta arteria, ambos hemisferios cerebrales pueden resultar afectados, de manera que los síntomas aparecen en ambos lados del cuerpo. Algunos de estos síntomas son los siguientes:
Visióntemporalmente difusa, gris, borrosa en ambos ojos. 
Hormigueo o entumecimiento en la boca, mejillas o encías. 
Dolor de cabeza en la parte posterior.
Mareos.
Náuseas y vómitos.
Dificultad en la deglución.
Incapacidad de hablar claramente.
Debilidad en brazos y piernas, a veces provocando una súbita caída.
Síntomas de un accidente cerebrovascular isquémico grave
Rapidez en el inicio de los síntomas. El inicio de los síntomas en un ACV grave puede variar en función del origen:
Si el ataque isquémico grave es causado por émbolos que han circulado por los vasos sanguíneos hasta adherirse a una arteria en el cerebro, la aparición es repentina. 
Cuando la causa del ACV es una trombosis, coágulo de sangre formado en una arteria estrechada, la aparición es, por regla general, más gradual, en un tiempo que va de minutos a horas. En casos infrecuentes, progresa de días a semanas. 
Síntomas. Los síntomas de un ACV grave son extremadamente variables: 
Los síntomas precoces pueden ser idénticos a los de un ataque isquémico transitorio, dado que, en ambos casos, el coágulo puede ser el causante de una oclusión en un tramo de las arterias carótidas o basilar. [Ver más arriba]. (En el caso de un ataque isquémico transitorio, los síntomas desaparecen). 
Por regla general, el coágulo de sangre afecta al lado del cuerpo opuesto a su localización en el cerebro, con la consiguiente posible pérdida de sensibilidad en uno de los lados de la cara, en un brazo o pierna, o ceguera en un ojo. 
Pueden producirse problemas de habla si está afectado el hemisferio izquierdo del cerebro. (En algunas personas, especialmente en aquellasque son zurdas, las facultadas del habla pueden verse afectadas por un coágulo localizado en el hemisferio derecho del cerebro). 
La víctima de una apoplejía podría ser incapaz de expresar verbalmente pensamientos o de entender palabras cuando le hablan. 
Pueden sufrir convulsiones graves y posiblemente un coma.
Síntomas de un ACV hemorrágico
Síntomas de una hemorragia cerebral. Los síntomas de una hemorragia cerebral, o parenquimatosa, suelen aparecer repentinamente y desarrollarse durante varias horas y, entre otros, son:
Dolor de cabeza
Náuseas y vómitos
Alteración del estado mental.
Hemorragia subaracnoidea. Cuando la hemorragia es de tipo subaracnoidea, pueden producirse una serie de señales de alerta desde unos días hasta un mes después, debidas a un vaso sanguíneo roto después de que el aneurisma (dilatación y debilitamiento de la pared del vaso) se desarrolle por completo y se rompa.
Estas señales de alarma incluyen:
Dolores de cabeza repentinos
Náuseas y vómitos
Sensibilidad a la luz.
Diferentes síntomas neurológicos
Cuando el aneurisma se rompe, el paciente puede presentar:
Un terrible dolor de cabeza
Rigidez de nuca
Vómitos
Alteración del nivel de conciencia
Los ojos pueden quedar fijos en una dirección o perder visión 
Puede producirse apatía, rigidez y coma.
Infartos cerebrales silentes
Ni más ni menos que el 31% de las personas de la tercera edad padecen infartos cerebrales subclínicos. Se trata de ACV menores que no causan síntomas perceptibles y que, sin embargo, contribuyen en gran medida al deterioro de las facultades mentales de los mayores. Los fumadores ehipertensos constituyen dos grupos de riesgo considerable.






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