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El imperio retorico - Resumen



TRES APROXIMACIONES A LA TEORÍA DE LA
ARGUMENTACIÓN DE PERELMAN-OLBRECHTS
Adolfo León Gómez
Universidad del Valle

Resumen

Este ensayo esboza tres posibles aproximaciones a la teoría de la argumentación de Perelman-Olbrechts que no son las únicas ni se excluyen. La primera consiste en tratarla como un estudio de un acto lingüístico especial y por lo mismo como una parte y, a la vez, una prolongación de la teoría de los actos lingüísticos bosquejada por Austin y desarrollada por Searle. La segunda, consiste en situarla dentro de las teorías del discurso a la manera de la retórica antigua, y de ciertas formas contemporaneas como los trabajos de Declercq. La tercera, consiste en verla como una lógica informal, complemento de la lógica formal. En esta perspectiva habría que integrarla en la tradición aristotélica donde razonamientos retórico s, dialécticos y analíticos van de la mano. Es en esta perspectiva en la que puede ver la originalidad del trabajo consignado en el Tratado de la argumentación en el que se invierten las relaciones entre la practica de la demostración y el arte de argumentar, dandole la primacía a este último que se convierte en el organon de la razón practica.



Abstract
This article develops three possible approximations to the PerelmanOlbrecht's theory of argumentation. These are neither the only possible positions, nor are they mutually exclusive. The first involves considering argumentation as the study of a particular linguistic ad and, at the sametime, as a part and also as an extension of speech act theory as set out by Austin and developed by Searle. The second considers argumentation within discourse theory, in similar fashion to Ancient Rhetoric, and certain contemporary forms, such as the work of de Declereq. The third approximation sees argumentation as a type of informal logic, which acts a complement to formal logic. In this perspective it is necessary to integrate argumentation within the Aristotelian tradition where rhetorical, dialectic and analytic reasoning are intimately connected. The originality of the Treatise on Argumentation lies in the fact that relationships between practice, demonstration, and the art of argumentation are inverted, so that the emphasis is on argumentation, which becomes the organon of practical reasoning.


C

Tres aproximaciones a la teoría de la argumentación de Perelman-Olbrechts on este título no quiero sugerir mas que tres aproximaciones posibles a dicha teoría en función de lo que veo se ha hecho con ella, incluido yo mismo. Pero de ningún modo quiero sugerir que sean las únicas. Las tres interpretaciones que quiero presentar son las siguientes: Primera. La Teoría de la argumentación puede verse corno una continuación, en la perspectiva de la filosofía del lenguaje, de la teoría de los actos lingüísticos, centrada en el estudio del acto de argüir o argumentar.
Siguiendo algunas sugerencias de L. Apostel –discípulo y colega de Perelman–,1 yo mismo he abordado esta líneade trabajo en varios de mis ensayos.2


Tal corno allí puede verse, el performativo 'argumentar' no es explicitable a no ser corno adecuación de la acción a la palabra, y el acto de argumentar se caracteriza por ser el intento de realizar un efecto perlocucionario que genéricamente llamamos 'persuadir'.3

En dos ocasiones he intentado definir el acto en términos de las condiciones necesarias y suficientes requeridas en el analisis de J. Searle.4 Un analisis correcto de este acto, requiere enriquecer la teoría searliana de 1969, con la idea de macroacto, concepto que debemos al lingüista holandés T. van Dijk,5 ya que un argumento requiere de al menos dos microactos, uno que actúa corno premisa o justificación u otro que oficia de conclusión o tesis. Ademas, la argumentación en tanto secuencia ordenada y coherente de argumentos, debería denominarse megaacto.
En su obra de 1985, Foundations of illocutionary logic, escrita en compañía con el lógico belga Daniel Vanderveken,6 Searle trata de

1

Leo Apostel. 'What is the force of an argument' en Revue lnternationale de Philosophie. La Nouvelle Rhétorique.
Essais en hommage a Chaim Perelman, n. 127-128, 1979, pp. 103 Y 109.
2

El primado de la razón practica.
Centro editorial Universidad del Valle, Cali, 1991 s(2' edición), capítulo 6, pp. 5375. Breve Tratado sobre la mentira. Ediciones Universidad del Valle, 1992. Cap. II, sección primera, pp. 51-53. Seis
conferencias sobre teoría de la argumentación.
AC editores, febrero de 2000,3' edición, conferencia IV, pp 67-83.
3

Estos dos aspectos los ve muy claramente J.L. Austin en Cómo hacer cosas con palabras, Paidós, 1990, p. 129
(Conferencia VII), p. 147-148 (Conferencia VIII) y p. 153 (Conferencia IX)
4

John R. Searle. Speech acts. Cambridge University press, 1969.
Teun Van Dijk. La ciencia del texto. Un enfoque interdisciplinario. Paidós, 1996 [el original esta prologado en
1978-79]
6
John R. Searle and Daniel Vanderveken.
Foundations of illocutionary logic. Cambridge University press, 1985, p.
11.
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corregir los límites de su teoría, mediante la introducción del concepto
de conversación (ones) (conversations) que son 'secuencias de actos
lingüísticos ordenados', entre los cuales se encuentran' argumentos,
discusiones, compras y ventas, intercambio de misivas, sesiones de
chistes (making jokes), etc'
Hecha esta aclaración, he aquí el analisis del acto de argumentar
que retorno literalmente del Breve Tratado sobre la mentira: 'Las
condiciones (exceptuando las del contenido proposicional, que no
estudio porque se reducen a las de los microactos que componen el
argumento), son las siguientes:
CONDICIONES PREPARATORIAS
1. O (orador) propone la tesis p a A (público)
2. O propone p a A con base en q
3. O cree que A acepta q y que si acepta q, aceptara p
Las condiciones 1 a 3 son las condiciones que hacen que la
argumentación sea ad hominem.
4. La tesis p no puede ser equivalente aq (desde el punto de vista
semantico); si así fuera se caería en petitio principii.
5. La tesis p no puede ser mas fuerte que el fundamento q,
entendiendo por mas fuerte el grado de creencia que tiene O del
grado de aceptación que A da a p y a q, y a la creencia que tiene
O del grado de aceptación hacia p y q que tiene A. Esta es la
condición -hoy debería decir, una de las condiciones- de fuerza
del argumento.
Pero debe observarse que esta condición difiere de la regla del
latius hos según la cual la conclusión sigue la parte mas débil de las
premisas. En la argumentación, la convergencia de un gran número de
indicios, susceptibles de interpretaciones variadas y mas o menos
verosímiles, puede conducir a conclusiones tan seguras que sólo un
loco pondría en duda, como sucede con nuestro conocimiento del
pasado. En la argumentación, a veces, debemos pensar nuestros
argumentos mas como un tejido cuya solidez es muy superior a cada
hilo de la trama, que como una cadena cuya solidez es la del mas fragil
de los eslabones.

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6. O cree que q es relevante para que A acepte p, en el contexto y
para los fines que O y A buscan con la argumentación.
Condición de pertinencia.
CONDICIÓN DE SINCERIDAD
Esta condición no existe porque en la argumentación se parte de lo
que acepta el auditor y la argumentación se dirige a él: O siempre
puede argumentar en favor de p a partir de q aunqueO no adhiera a q ni
acepte p, ni considere sólido o relevante el argumento, siempre y
cuando O crea que A acepta q, y, por consiguiente, p y O crea que A
juzga pertinente la relación entre p y q.
Es obvio que la condición de sinceridad se da en la argumentación
ad hominen cuando O y A tienen los mismos acuerdos previos, pero no
se requiere necesariamente. Otra cosa sucede en la argumentación ad
humanitatem donde el orador debe hacer parte de su auditorio, y, en
consecuencia, debe tener las mismas creencias.
Debo anotar que cuando hablo de q por consiguiente p no debe
entenderse como una relación lógico-formal; en la lógica la transmisión
de la verdad y la retrotransmisión de la falsedad son necesarias; en la
argumentación no, porque si lo fueran se acabarían las condiciones de
la argumentación; sería [sera] mejor decir que es verosímil o plausible
que el acuerdo se transmita y el desacuerdo se retrotransmita; de otra
manera acabaríamos con el principio de responsabilidad y mecanizaríamos la argumentación: el razonamiento practico implica un poder de
decisión y la libertad de quien juzga. Su fin es el de mostrar, según el
caso, que la decisión no es arbitraria, ilegal, inmoral o inoportuna, que
esta motivada por las razones indicadas.
CONDICIÓN ESENCIAL
Comunicar p sobre la base de q a A cuenta como (es) un intento
de persuadir a A de p.
La inexistencia de una condición de sinceridad en la argumentación
ad hominen no tiene nada de extraño porque un argumento se plantea
comocondicional; si Ud acepta q (es, por lo menos, lo que yo O creo) es
sensato, razonable, justificado o, quizas, nada descabellado, que Ud (A)
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acepte p, según sus propios estandares de pertinencia, adecuación,
solidez, o lo que sea'.
Hasta aquí la larga cita del Breve Tratado.
Segunda: A veces la teoría de Perelman-Olbrechts se mira como
una teoría del discurso (de macroestructuras discursivas en el sentido
de van Dijk)
Es indudable, que la Nueva Retórica –como también se llama a la
teoría de la argumentación–, puede ser tomada con mucha naturalidad
como una buena teoría del discurso argumentativo, por lo que ella
estudia este discurso en todos sus aspectos: los cuadros de la
argumentación, las premisas de la argumentación o acuerdos previos, la
escogencia y presentación de los datos, la forma discursiva de
presentación de los datos, las técnicas argumentativas, la interacción y
el orden de los argumentos.
El hecho de ser una retórica permite rescatar los discursos clasicos,
los géneros deliberativo, judicial y epidíctico. Pero como nueva
retórica asume, por su cuenta todo tipo de discursos modernos, p.ej., los
periodísticos de opinión, el ensayo, la argumentación humorística, etc.
Al respecto vale citar dos obras francesas recientes.
La primera es de Gilles Declercq, L'art d'argumenter (+/-1990) en
la que se pone toda la retórica clasica y la lingüística contemporanea y,
sobre todo, el Tratado de laargumentación, al servicio de 'analisis
argumentativos del texto literario', como se intitula la segunda parte de
esta obra, en la que pasan por la mirada clínica obras de Carroll,
Borges, Ionesco, Moliere, Shakespeare, Zola, Flaubert, etc.
La segunda es la obra La Rhétorique de Olivier Reboul7 en la que
el autor adopta una tercera solución: 'buscaremos la esencia de la
retórica no en el estilo, ni en la argumentación, sino en la región precisa
de su intersección. Dicho de otra manera, es relevante para la retórica
todo discurso que une la argumentación con el estilo; todo discurso en
que las tres funciones de agradar, instruir y conmover estan presentes
juntas y cada una por las otras; todo discurso que persuade por el placer
y la emoción sosteniéndolos por la argumentación'.8
_____________________
7. Presses Universitairesde France. Que sais-je? (2133), 1990 (3' edición revisada y corregida)
[1984].
8. Op. Cit., pp. 32-33

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Este 'analisis argumentativo de textos literarios' y sobre todo esta
retórica considerada como 'interacción entre argumentación y estilo',
solo se entienden en la perspectiva de la Teoría de la argumentación que
es un retorno a la retórica antigua considerada 'arte de persuasión', de
tal manera que las figuras estilísticas o tropas hacen parte integrante de
esta arte.
La ruptura entre argumentación y estilo se produjo a mediados del
siglo XVI cuando PetrusRamus -Pierre de la Ramée-lanzó sus ataques
contra el orden retórico-literario establecido por los antiguos y codificado
en el trivium que distinguía entre gramatica, dialéctica y retórica. La
dialéctica es, en la época, la lógica, y la retórica es a la vez prueba
retórica (o dialéctica en la terminología aristotélica) y forma estilística.
Con Ramus la invención (inventio), la organización y disposición
(dispositio) de los argumentos (retóricas) descienden al orden lógico. La
retórica entonces se confina a la elocución (elocutio) ya la pronunciación:
'se vuelve un ornamento, un vestido puesto sobre un cuerpo, la 'forma'
sobre un 'fondo'.9
Dicho en términos perelmanianos, la novedad y el error de Ramus
consisten en redefinir las artes disserendi (el trivium) de manera diferente
a como se había hecho hasta el momento: la gramatica como el arte de
hablar bien, es decir, correctamente, la dialéctica como arte de razonar
bien, y la retórica como arte de bien decir, como uso elocuente y ornado
del lenguaje.10
De esta época datan tres obras que marcan la ruptura de la que
hablo. La Dialectique de Ramusll de 1564 que expone el programa; La
Retórica latina de Omer Talon12, de 1548 y 1572, que trabaja de la mano
con Ramus, que es la primera obra, 'sistematicamente limitada al
estudio de las figuras', es decir de expresiones en las cuales 'el
discurso difiere de la costumbre recta y simple'; el término figura –por
la vía de la etimología– adquiere en Talan la connotación de vestido.13 Ypor último, una obra francesa publicada en París de 1555, La Réthorique
________________________
9. Cfr. Traités de poétique et de rhétorique de la Rennaissance. Introduction, notes et notices de
Francis Goyet. Le livre de Poche classique, librairie générale fran~aise, 1990, p. 454.
10. Ch. Perelman. L'Empire Rhétorique. Vrin, 1977, p. 17. El Imperio retórico, Norma (Vitral),
1997. P. 21.
11. Droz, Geneve, 1964 - Dialécticae libri duo.
12. Audomari Talei. Rhetorica libi duo.
13. Tratado de la Argumentación, p. 277.

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française de Antoine Fouquelín que define la retórica como 'arte de
hablar bien y de manera elegante'.14 Esta obra, que no es mas que la
traducción literal de la obra de Talon, no es citada por Perelman en su
reconstrucción histórica, y, aunque sólo fue reeditada en 1557, es sin
duda el eslabón que conducira a la expresión canónica de la 'retórica
clasica' que se expresara en las obras de Dumarsais, Des Tropes ou de
différents sens dans lesquels on peut prendre un méme mot dans une méme
langue, de 1730, y de Pierre Fontanier, Les figures du discours de 1821.15
Esta 'retórica' clasica, como se ve, es una 'retórica restringida' que
conduce 'progresivamente de la degradación a la muerte de la retórica'.16
Esta tradición es la que le da el sentido peyorativo a los términos
'retórica' y retórico tal como se usan en nuestros días en español, y en
otras lenguas, y que son sinónimos de 'afectación','grandilocuencia
inoportuna', 'palabrería', 'sofisterías' 'excesivamente estudiado o
recargado de expresiones o giros cultos', 'ampuloso', etc.
Tercera. Con frecuencia la Teoría de la argumentación se entiende
como una lógica informal o lógica ordinaria que se presenta como el
complemento del razonamiento lógico formal. En esta perspectiva la
teoría de la argumentación sera una propuesta alIado de otras, como
la de Stephen Toulmin expuesta en The Uses of argument17 y An
lntroduction to reasoning,18 que comparten con el Tratado de la
argumentación su inspiración jurídica y el interés por la racionalidad y
la crítica mas alla de un formalismo lógico particular. O también como
la de Georges Vignaux, L'Argumentation19 que comparte con el
Tratado su interés por pensar la argumentación a la luz de Aristóteles.
Cito sólo estas dos obras porque me parecen representativas, por
una parte, de la tradición que se ha derivado de la filosofía analítica de
Oxford de donde procede Toulmin y que se abre paso en Norteamérica
donde Toulmin se ha establecido hace muchos años; y, por otra parte,
de la escuela de Neuchatel de la cual hace parte Vignaux, al igual que
Marie Jean Borel20 y cuyo animador es el lógico suizo Jean Blaise Grize.
____________
14.
Cfr. Traités de poétique et de rhétorique de la Rennaissance, pp. 351-454.
15. Con introducción de Gérard Genette hay reedición en Flammarion, 1968.
16. Ch. Perelman. L'Empire rhétorique, p. 18.
17. Cambridge University press, 1976 [1958]
18.
StephenToulmin, Richard Rieke y Allan Janik. Macmillan, 1979.
19. Geneve, Droz, 1976.
20. Discours de la Logique et logique du discours. Lausanne, L' Age d'Homme, 1978.

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Tres aproximaciones a la teoría de la argumentación de Perelman-Olbrechts

Vale anotar, entre paréntesis, que ahora con las nuevas propuestas
del examen de estado para los bachilleres colombianos, y la relevancia
acordada a la argumentación en dicho examen, las editoriales publican y
traducen textos que dejan mucho que desear en su calidad.
En todo caso es preciso destacar que la teoría de la argumentación
que inicialmente se presentó como un complemento de la racionalidad
analítica y formal y empírica, rapidamente se desbordó hacia una
concepción que da la primacía a la racionalidad practica sobre la
racionalidad teórica y trata de explicar la lógica formal –que es el
organón de la razón teórica–, a partir de la argumentación que es el
organón de la razón practica.
Es así como en la disputa que comenzó hacia los años sesenta, y
aún continúa, entre los lógicos formalistas que creen que todo
razonamiento es formalizable en principio y que el recurso a la
argumentación es pasajero, y los lógicos antiformalistas que creen que
la argumentación es irreductible a las formas lógicas, los autores del
Tratado toman partido por los segundos.
Expliquemos esto con algún detalle.
Es conocida la doctrina de Perelman-Olbrechts según la cual la
demostración representa un caso límite de argumentación,cuando los
términos sobre los que se funda se supone que son comprendidos por
todos de la misma manera gracias a medios de conocimiento
considerados intersubjetivos. Para ello los signos deben estar dotados de
una interpretación fija, y concebidos en sentido unívoco en una
lengua bien hecha. Es el caso de una demostración para el auditorio
universal; y puesto que los términos no producen problemas, el tiempo
nada tiene que hacer aquí.
Se razona con reglas indiscutidas, sobre
convenciones impersonales, y se produce una prueba que se impone a
todo interlocutor, es decir, a cualquiera.21
La originalidad de la concepción perelmaniana radica en que
invierte la relación tradicional entre el arte de argumentar y la practica
de la demostración.
Es la argumentación en general la que despliega su campo, su
vasto imperio, y la demostración que se aloja allí neutraliza algunas
dimensiones argumentativas: es impersonal, intemporal, simplemente
formal.
______________
21.
Traité de rargumentation, p. 161.
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Aquí se resume –dice Francis Jacques–, la vieja polémica entre
formalistas y antiformalistas. Perelman toma la segunda vía y opone
argumentación a lógica formal, dandole primacía a la primera a la cual
se subordina la segunda.22
Pero los formalistas pensaran al revés, con matices, dice Jacques.
Lo que Perelman impugna a la lógica, al formalismo, es mas bien
una objeción de hecho que tiene que ver con el estado dedesarrollo de
la lógica en el momento de escribir el Tratado (la lógica se presentaba
en forma axiomatica y se entendía en términos sintacticos) y no una
objeción de principio que no parece totalmente valida porque el
formalismo ha logrado integrar las dimensiones semanticas
(Reichenbach, Prior); las modalidades (von Wright), las actitudes
proposicionales del locutor (Hintikka), ciertos rasgos con textuales
(Montague), la lógica jurídica (Kalinowski), etc.
En ponencia que presenté en el Duodécimo Foro Nacional de
Filosofía, Mayo de 2000, ¿Se pueden formalizar los argumentos?, trato
de responder detalladamente a esta23 gran objeción, incluidas las
objeciones que Alfonso Monsalve le hace a Perelman y por su
intermedio a mí. 24
De todas maneras estas tres aproximaciones posibles de la Teoría
de la argumentación, no deben hacemos perder de vista que esta teoría
es solidaria de una novedosa postura filosófica que postula el primado
de la razón practica y una 'retorización de la filosofía' en que el
Tratado cumple la función de Nuevo Discurso del Método o Novísimo
Organón.
Esta novedad, sin embargo, esta anclada en la tradición aristotélica
vista a partir de la dialéctica como lógica de lo verosímil, en que la
apodíctica se da como límite para alcanzar por una humanidad
imperfecta pero perfectible.

_______________
22.
Francis Jacques. 'Logique ou rhétorique de r argumentation''. Revue lnternationale de
philosophie, n. 127-128, 1979.


23. Una versión mas ampliada de esta ponencia hasido prepublicada en el Instituto de Educación y
pedagogía. Grupo de Educación matematica, Universidad del Valle, con el título de '¿Son formalizables los
argumentos retóricos?'. Corresponde a una conferencia realizada en Univalle a comienzos de febrero de 2000.
24. Alfonso Monsalve. La Teoría de la argumentación. Editorial Universidad de Antioquia, 1992, p.
256-258.

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Es curioso que esta versión del aristotelismo reencuentre la
exégesis mas moderna de Aristóteles que se ha hecho por otras vías,
como la de Pierre Aubenque, para quien Aristóteles rehabilita de
manera inesperada la dialéctica: ella no es ya una lógica
empobrecida (o lógica de lo verosímil), porque no es la lógica
(apodíctica) la que permite comprender la dialéctica, sino mas bien
la dialéctica la lógica, pues es la apodíctica o teoría del
razonamiento demostrativo (Segundos Analíticos) la que reduce la
dialéctica como un caso particular, aquel en que las premisas son
necesarias. Ahora la relación es de continente o contenido, pues así
como lo verdadero es un caso particular de lo verosímil, lo
necesario no es sino un caso particular de lo probable, el caso en
que la probabilidad es maxima.25

_________________
25. Pierre Aubenque- 'Evolution et constantes de la pensée dialectique' en Les

Eludes

philosophiques, n.3, julio-septiembre de 1970, pp. 295-296.


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