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Sir George Gilbert Scott



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como el mas grandearquitecto del reviv= al, y aún puede ser tomado co= mo el mas representativo'. (Clark, 159).


Esto fue escrito por Clark en 1929, en 1949 corrigió su opinió= ;n aclarando que si bien Scott gozó de un gran prestigio en la Inglater= ra victoriana, nunca fue aceptado por la minoría pensante, situaci&oacu= te;n que no afecta su representatividad como modelo de arquitecto revivalista victoriano. Scott fue el típico arquitecto de la clase media, en un momento en que ésta había aceptado sin reticencias al neogoticismo. Aceptación que fue posible gracias a los ejemplos de los primeros revivalistas y a la pérdida de filo de las posiciones ideológicas del goticismo a lo Pugin. El neogótico se incorpora al repertorio de las opciones estilíst= icas posibles y esta incorporación le hace perder “peligrosidad&quo= t; a la vez que facilita su aceptación. Scott adquiere su representativid= ad de tres condiciones:
1. Fue profesionalmente exitoso, desde 1878 construyó por lo menos 7= 30 edificios;
2. Maneja el estilo neogótico cuando éste ya no es polémico, se descarga de sentidos anteriores y se carga de nuevos significados para reencontrarse, al fin del siglo XIX, en la misma posición de validez con respecto a otros estilos, que tuvo a comienz= os del movimiento historicista.
3. Fue quien desarrolló -no con gran brillantez- las teorías arquitectónicas generales subyacentes en las propuestas neogóticas explicitandolas de tal manera que a pesar del pobre ejempl= o de sus obras, tuvieron un gran peso en el desarrollo de la teoría moderna d= e la arquitectura. Y esto fue posible debido a que el objetivo arquitectónico-y teórico- de Scott fue desarrollar a partir de los postulados basicos del revival, un estilo propio de su época.


En este sentido se lo puede equiparar a la figura de Viollet le Duc, ambos despojaron al neogoticismo de sus asociaciones romanticas, se concentraron en sus cualidades funcionales y estructurales, destacando aque= llos aspectos racionalizables que podrían ser la semilla de un estilo con= temporaneo. Que Scott no andaba errado lo prueba la figura de Frank Lloyd Wright, quien hace suyos estos principios para plantear una arquitectura absolutamente contemporanea.
Scott no logró nada parecido durante su vida, trabajó como un típico arquitecto del siglo XIX produciendo una cantidad tremenda de obras. Clark da una lista -que considera incompleta- donde figu= ran 39 catedrales, 486 iglesias, 25 escuelas, 23 casas parroquiales, 43 mansion= es, 26 edificios públicos, 58 trabajos monumentales y 25 colegios y capi= llas de colegios. Su estudio fue una gran fabrica productora de diseños, una empresa en el sentido moderno de la palabra. Scott no reprodujo las condiciones de trabajo de sus admirados arquitectos góticos en las cuales una vida sólo alcanzaba para una o dos obras, sino actuó como<= /st1:City> un capitan de industria, produjo todo lo que pudo. Su éxito se debió a su gran capacidad de trabajo. Su actividad profesional comenzó a partir de la Ley de los Pobres (1834) que implicó la erección de numerosas casas de caridad muchas de las cuales se debie= ron a Scott. Su gran efectividad, mas que la calidad de su arquitectura, atrajo a muchos clientes. A partir de 1840 lacapacidad productiva de Scott = se concentró en seguir paso a paso las indicaciones de los eclesiologis= tas. Sus iglesias son modelos de adecuación a su función al mismo tiempo que exponentes concretos de la doctrina de Pugin, que, a pesar del catolicismo = de su autor, fue seguida por Scott hasta el fin de sus días. En sus escrit= os Scott dice:
'fui despertado de mi sopor por el trueno de los escritos de Pugin. Y recuerdo bien el entusiasmo de aquellos que me excitaron una noche que viaj= aba en ferrocarril desde entonces fui un nuevo hombre. .
El primer gran éxito de su carrera ocurrió en 1844 cuando fue seleccionado para representar a Inglaterra en el concurso de la Iglesia de = San Nicolas en Hamburgo, Scott viajó a Alemania y dibujó infatigablemente catedrales góticas. A pesar de la oposición = de los eclesiologistas que no admitían el uso del neogótico para una iglesia luterana - veían en ello un sacrilegio doble: arquitectónico y religioso- Scott participó y ganó el concurso. A partir de es= te momento el mismo se consideró un gran arquitecto. Su éxito y = el prestigio asociado le permitieron oponerse a los camdenianos que habí= ;an resuelto en 1847 una estrategia 'destructiva', es decir, demoler = las iglesias antiguas para reconstruirlas en un pulido estilo gótico. Sc= ott se opuso manteniendo porches antiguos que no pertenecían a un estilo dado y reconstruyendo iglesias tal como fueron, con un criterio histórico y no historicista.
Scott trabajó en un momento en que el neogótico había = sido aceptado por todos, sobre todo luego de la construcción de la Casa delParlamento, donde el neogótico fue oficialmente asociado con la nacionalidad inglesa. Por otra parte, los escritos de Ruskin habían trascendido el ambito profesional y artístico hasta llegar a = un público mas extenso. El neogótico ya no es polé= mico en oposición a otros estilos, sino una cuestión de gusto. En 1857, Scott escribió sus 'Observaciones sobre la arquitectura secular y doméstica, presente y futura' que es una de las mas convincentes apologías del neogoticismo.
'Su argumento es éste, hemos perdido el estilo vivo de una buena arquitectura. Elegimos entre estilos muertos; idealmente deberíamos crear algo completamente nuevo y esto es imposible debido a que, con nuestro sentido histórico, nunca podemos olvidar completamente los estilos <= st1:place w:st=3D"on">del pasado. Por = lo tanto, el mejor de los modos sería elegir entre aquellas viejas mane= ras de construir, primero aquella que sea mas cercana a los hechos actua= les de la construcción y por lo tanto mas adaptable a nuestras necesidades; segundo, mas cercana a la naturaleza en cuanto a los detalles decorativos y tercero, la que mas mantenga las tradiciones = nativas. No hay ninguna duda de que estas cualidades corresponden al gótico mas que a ningún otro de los estilos derivados del clasico, por lo tanto, debe= mos adoptar el gótico, pero debemos usarlo tan libremente que eventualme= nte resulte un nuevo estilo el estilo moderno'. (Cl= ark, 168)


En esto Scott se alejaba de las ideas precedentes que sustentaban a los revivals, no pretendía volver -ni idealmente como Walpole, ni realme= nte, como Pugin- a una época anterior copiando susformas arquitectónicas sino que pretendía encontrar un estilo propio, moderno, a través de los principios que inspiraron a la arquitectura= de la época elegida como modelo, ayudado por los conocimientos históricos acumulados hasta entonces.
Pero si Scott pudo explicitar una teoría coherente, su situaci&oacut= e;n profesional nunca le permitió alejarse de las circunstancias inmedia= tas y coyunturales. La mas famosa de sus actuaciones se dio en la llamada 'batalla de los estilos'.
Como he dicho antes, para mediados de sigl= o el gótico estaba aceptado = como un estilo mas; el precio de su aceptación fue el compartir con otros estilos el panteón arquitectónico. A raíz de la construcción de nuevas oficinas gubernamentales, cuyo proyecto se eligió por concurso; el primer ministro Palmerston se opuso al uso <= st1:State w:st=3D"on">del estilo gótico, encarando el problema como un problema = de gusto. La discusión, que se llevó a cabo en el Parlamento, se planteó entre seguir los principios del clasicismo 'a lo Palladio&quo= t; o adoptar las formas góticas. En las entrevistas que Scott mantuvo con= Palmerston, el primer ministro no tuvo inconvenientes en decirle al arquitecto que el estilo gótico no era de su gusto. Para no causarle ningún perjuicio Palmerston le propone a Scott que rediseñe el edificio adoptando un clasicismo atemperado, italiano. S= cott repuso que su defensa del neogótico se basaba en principios casi absolutos, irrenunciables. Es= tas no fueron razones para, el impulsivo premier inglés y el arquitecto -entre cuyos principios también se contaba el de no perder ninguna o= bra- aceptó por fin (luego depasar por el estilo bizantino), diseñ= ar las oficinas en un pulcro estilo 'italianizante'.
Los argumentos empleados en esta discusión revelan la preeminencia de una actitud desprejuiciada hacia los estilos, que ya no son consideradas como portadores de ningún significado trascen= dente y cuya adopción depende tan sólo del gusto. Por ejemplo, durante las discusiones se utilizaron argumentos como estos:
Scott: en Inglaterra hay mas edificios góticos en construcción que de cualquier otro estilo (apelación a lo nacional);
Palmerston: los edificios de estilo clasico son todavía una mayoría considerable
La discusión, aún en el Parlamento, se estructuró alrededor de razones de ese tipo, la elección racional, era pues, imposible. En medio de las idas y venidas se llegó a proponer a Scott -rogandole que no se ofendiera y aclarando que se trataba de un reconocimiento a su fidelidad estilística- el nombramiento de otro arquitecto, como segundo suyo, que proyectara el edificio 'a la italia= na', de tal modo que Scott no se viera obligado, a proyectar en un estilo del que abominaba.
En este momento, todo dogmatismo neoestilístico había sido abandonado en medio de ese desconcierto artístico que hemos menciona= do al analizar el encuadre cultural de la época.
Personalmente Scott pudo consolarse cuando el Hôtel que el proyectara= en neogótico, para la estación de San Pancracio, se convirti&oac= ute; en un éxito. El mismo éxito lo acompañó en su proyecto del monumento al Príncipe Alberto, donde su neogoticismo pudo expresarse= sin limitaciones.
La actitud romantica de Scottno pudo ser practicada completamente de= bido a la gran cantidad de obras que realizó. Fue un capitan de industria mas, si bien el resultado de su producción eran proyectos de arquitectura.
Y con este modo de producir, toda acción personal -condición = sine qua non del
romanticismo- era imposible.
Dice Clark:
'Una vez, habiendo Scott abandonado la ciudad en el tren de las seis; = se encontraron en su oficina con un telegrama enviado desde una estació= n de las Midlands, que preguntaba: '¿Para qué estoy aquí'. (Clark, 173)
En último analisis, Scott no fue un buen arquitecto, pero su influencia fue muy grande, tanto por el éxito que tuvo como profesional, como<= /st1:City> por sus escritos, los que tuvieron una difusión sólo superada= por los escritos de Ruskin.




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