Consultar ensayos de calidad


Acerca del Folclor




La palabra folklore fue creada en 1846 por el arqueólogo inglés William Thoms en reemplazo de lo que en esa época se denominaba “antigüedades populares”. Sin embargo se la reconoció de manera oficial sólo hasta 1878, cuando se fundó en Londres la Folklore Society. Es un vocablo compuesto por dos palabras: FOLK (pueblo o gente) y LORE (conocimiento o saber). A lo largo del siglo XIX y buena parte del XX se la definía como el conjunto de manifestaciones culturales y artísticas a través de las cuales se expresa un pueblo o comunidad en forma anónima, tradicional, rural, oral y espontanea para satisfacer necesidades de caracter material e inmaterial.


Hoy, según el profesor español Juan José Prat Ferrer en su ensayo SOBRE EL CONCEPTO DE FOLKLORE, publicado en 2006, se le ve mas como algo vivo, como parte de la cultura y como sistema de actos comunicativos. De acuerdo con él, tampoco puede considerarsele sólo como un hecho oral, porque también existen el folclor escrito y productos folclóricos de naturaleza no verbal como la música, los gestos o la artesanía. Por otra parte, su caracter de anónimo entendido como de autor desconocido no es inherente al folclor, pues, por ejemplo, una pieza de cualquier género no deja de ser folclórica si en un momento dado se descubre el nombre de su autor. Y en cuanto a su caracter tradicional, en la actualidad la orientación predominante en la folklorística, o ciencia cuyo objeto es elfolclor, ha ido de un estudio basado en el analisis de textos y en los procesos de transmisión oral, a otro dinamico que se centra en la observación de cómo emergen estos textos. De esta manera los métodos se hacen cada vez mas sincrónicos y menos diacrónicos, pues en los tiempos actuales los medios de comunicación hacen posible expandir un texto con gran rapidez, por lo cual la transmisión ya no se hace de padres a hijos, sino de colegio en colegio, de esquina en esquina, es decir, no en el ambito de generaciones, sino de horas. En su opinión no siempre es rural, también existe el folclor urbano, presente , como lo sostienen autores distintos a Prat Ferrer, en la forma de hablar de las barriadas y vecindades, en las pancartas con caricatura política de las megamarchas de los sectores populares en Ciudad de México, en las culturas juveniles urbanas de Bogota conformadas por jóvenes capitalinos o por músicos provenientes de diferentes culturas locales llegados a la capital por circunstancias de violencia o de búsqueda de oportunidades económicas, o en el bolero, en el hip hop, en el rap y en el tango, entre otros. El folclor, según Prat Ferrer, no puede pensarse tampoco como algo gratuito, porque cumple varias funciones dentro del grupo: de caracter educativo, de presión social, de valvula de escape al dominio, de tejido social, de afianzamiento de valores o de diversión. O, agregaríamos siguiendo a Vargas Llosa en El Viaje a la Ficción, de huida de una realidadinaceptable en la que la derrota cotidiana se reemplaza por la fantasía del cuentero o hablador.


Con base en todas estas consideraciones Prat Ferrer propone un nuevo concepto de folclor como una forma de patrimonio intangible constituido por el conjunto de elementos, actos y procesos culturales expresivos que forman parte de la identidad comunitaria y se transmiten con variantes al interior de los grupos humanos, pero al mismo tiempo variantes sujetas a reglas de creación, transformación y transmisión propias de la colectividad de origen, cuya aplicación esta bajo el control ejercido por la comunidad a través del público.


El estudio formal del folklore comenzó hace un poco mas de trescientos años. Entre los primeros libros en tratar este tema se encuentran el TRATADO DE LAS SUPERSTICIONES (1679), obra del francés Jean Baptiste Thiers y MISCELANEAS (1696), del inglés John Aubrey sobre las creencias y costumbres populares relativas a sueños, augurios, premoniciones y fantasmas. El primer libro notable sobre el folklore fue ANTIGUEDADES VULGARES (1725), debido al sacerdote britanico Henry Bourne, donde resume las culturas populares de las celebraciones religiosas. El libro RELIQUIAS DE LA POESÍA ANTIGUA INGLESA (1765), editado por el poeta y obispo inglés Thomas Percy, contiene una colección importante de baladas inglesas y escocesas. Ademas HISTORIA CRÍTICA DE LAS PRACTICAS SUPERSTICIOSAS del padre Le Brun (1702) y SOBRE LAS ANTIGUEDADES POPULARES de John Brand tambiénen el siglo XVIII. Pero, en general, estos escritos de los en ese entonces llamados “anticuarios” no tenían ninguna predilección especial por el pueblo, buscaban combatir las practicas supersticiosas, contenían un manifiesto desdén por el habla popular pues su interés era el de señalar los yerros gramaticales y favorecer una política de unificación de la lengua, y su objetivo era el de advertir sobre las fallas de las clases subalternas.


Según el sociólogo y antropólogo brasileño Renato Ortiz en su texto NOTAS HISTÓRICAS SOBRE EL CONCEPTO DE CULTURA POPULAR, el Romanticismo europeo, y fundamentalmente el aleman, tuvo un impacto significativo en la definición del concepto de cultura popular, pues transformó la anterior mirada negativa a las manifestaciones populares en elemento positivo para su comprensión. Fueron varios los escritores romanticos como George Sand y Walter Scott que se interesaron por las costumbres populares para rehabilitarlas en sus escritos. Pero la influencia del Romanticismo fue mas lejos. Lo característico del viraje del siglo XVIII al XIX es el descubrimiento de la cultura popular por los intelectuales. En este contexto tres figuras tuvieron un papel primordial: el filósofo y poeta aleman Herder y los hermanos Grimm. La importancia de estos escritores es tal que para Peter Burke, especialista en historia cultural moderna, son ellos quienes inventan el concepto de cultura popular.


Hablar de Romanticismo en Alemania es referirse al Sturm undDrang (tormenta e impulso) como su antesala. Se trató de un grupo de jóvenes escritores revolucionarios que entre 1767 y 1785 forman un movimiento en búsqueda de la excepción, del ser extraordinario, del genio. Se trató de una reacción alentada por Johann Georg Hamann, y sobre todo por Herder y su discípulo Goethe, contra lo juzgado como una excesiva tradición literaria racionalista. Su rechazo a las reglas del estilo neoclasico del siglo XVIII lo sitúan como parte de un movimiento cultural mucho mas amplio, el Romanticismo. Frente a los fríos modelos neoclasicos de origen francés, el Sturm und Drang estableció como fuente de inspiración el sentimiento en vez de la razón.


Son pocos los escritos de Herder sobre la cultura popular. Su contribución es, sin embargo, decisiva para el desarrollo del folclor. En sus textos sobre el tema, las canciones y la poesía del pueblo representan la quintaesencia de la cultura y la expresión espontanea del caracter nacional, porque para él la cultura es el soporte de la existencia de la nación como un todo. Consideraba al lenguaje no sólo como medio de comunicación, sino, fundamentalmente, como el pronunciamiento de la esencia de un pueblo, como el archivo de la nacionalidad. La pesquisa de una tradición lingüística es en este sentido un rescate del alma nacional. Herder, al definir el concepto de pueblo, procura diferenciarlo de la pillería o de la plebe. Y a este respecto comenta Renato Ortiz en su texto ya citado que elRomanticismo no toma en consideración el elemento socioeconómico para definir los límites de lo popular. Por esto pueblo significa en el discurso romantico un grupo homogéneo con habitos psicológicos semejantes en el cual los individuos participan de una cultura única, símbolo del esplendor del pasado, tal y como creyeron encontrarlo en LOS NIBELUNGOS. Esta concepción de lo popular tendra gran influencia en el pensamiento folclórico. Los hermanos Grimm, por su parte, se hicieron eco de las teorías de Herder al considerar sólo al pueblo como el transmisor fidedigno de la tradición nacional.
En la Alemania del Sturm und Drang y el Romanticismo se inició el interés por el estudio de la cultura popular, pues lo que estuvo en cuestión fue la problematica de lo nacional. Era una forma de identificarse como aleman, es decir, de construir una nacionalidad aún inexistente, pero que se pretendía consolidar como realidad histórica. En consecuencia se produjo un gran empuje en torno al propósito de investigar y difundir las lenguas locales, de la recuperación de las tradiciones medioevales y el folklore, y de la reelaboración conveniente de la historia local hasta lograr poner a circular la idea de nación. Esas “recuperaciones” de la Edad Media, de los popularismos campesinos, etc., condujeron fatalmente a concepciones tales como el “espíritu del pueblo”, los caracteres autóctonos y las culturas nacionales, lo que desembocó en el “nacionalismo romantico”.
El filósofo idealista JohannGottlieb Fichte encarnó una etapa importante del nacionalismo político aleman. En sus Discursos a la Nación Alemana (1807-1808) exalta al pueblo aleman y propone el liderazgo mundial de su cultura y la divinización de la nación. Para él, a diferencia de otras naciones, la alemana es pura y conserva su lengua y su cultura, elementos de unificación nacional. Vio, ademas, a la lengua alemana como superior a la de los otros pueblos y sostenía que quien la habla posee una misión cultural de superioridad.


Las ideas del Romanticismo aleman y las concepciones nacionalistas de Fichte nutrieron, en la primera mitad del siglo XX, las teorías del nazismo desde donde se sostenía que entre el fuhrer y su pueblo existía una armonía mística, una absoluta comunión. Pero en la realidad el apoyo del pueblo se lograría a través de la propaganda que diseñó Joseph Goebbels en el Ministerio del Reich para la Educación del Pueblo y la Propaganda, instaurado en 1933.
La propaganda tuvo varias direcciones, como los grandes actos públicos y los desfiles nazis que escenificaban la grandeza de Hitler y la disciplina impecable de su ejército. Se difundieron políticas de bienestar (vacaciones, pensiones) y se recurrió a los medios de comunicación masiva. Los afiches favorables al régimen y a su política cultural y racista cubrieron las ciudades. Los periódicos y libros estuvieron sujetos a estricta censura, y se vio la quema de volúmenes considerados decadentes. La base de este proceder sefundó en la misma mística popular que había sostenido el Romanticismo. El propio Hitler hablaba de una comunidad mística habitada por “el hombre folklórico, organico, temeroso de Dios”. El nazismo se valió de la poesía, la música y las demas artes a medida que enfatizaba en las necesidades no racionales de la unidad espiritual, y apeló a la imaginería del romanticismo aleman para revitalizar la idea de los buenos tiempos antiguos y sagrados, exaltar el espíritu de la nación germana e inventarse el mito de la superioridad de la raza aria.


El nazismo también usó para sus fines las obras musicales del compositor romantico Richard Wagner. Hitler, antes de dividir a los hombres entre arios y no arios, entre elegidos y réprobos, ya entonces los separaba entre wagnerianos y “los que no tienen nombre”. La música de Wagner tuvo un valor emblematico para la gesta demencial del racismo hitleriano. La carga de marcialidad y el dramatismo intenso de sus óperas facilitaban al partido nazi una fuente para abrevar en la búsqueda de las walkirias, utilizadas por los agentes de la propaganda como prototipo divino de personajes del folklore popular que alientan a los soldados para la victoria y eligen a los que deben morir en combate en aras de la santa cruzada emprendida. El uso de este estilo musical servía como cortina de fondo para una teatralización parafernalica en la que se arengaba a la población para insuflarle el “patriotismo” suficiente y cumplir con los designios de lo que elrégimen consideraba la valiente y heroica lucha contra los enemigos históricos y “naturales” de la nación alemana. Y según afirma Rudiger Safranski en su libro ROMANTICISMO: UNA ODISEA DEL ESPÍRITU ALEMAN (2009), el que mas repercusión tuvo y sigue teniendo en el exterior de Alemania es Richard Wagner y su concepto de la obra de arte total, una idea útil para que los individuos se reconocieran en un ritual común como pertenecientes a una única comunidad. Wagner es el gran teórico de la salvación por el arte y el que, siguiendo los pasos de Herder y los Grimm, recupera los antiguos mitos solares germanicos y los pone en el centro de una ceremonia de afirmación que en principio tenía que ser para todos, pero terminó siendo de todos menos de los judíos.
En América Latina el término folclore se empezó a utilizar en la década de 1870. Fue empleado por primera vez por el investigador Francisco García Icazbalceta en México, en un discurso titulado “Provincialismos Mexicanos”, en 1885. Diez años después, el intelectual venezolano Aristides Rojas publicó CONTRIBUCIONES AL FOLCLORE VENEZOLANO. El tema adquirió mayor relieve en 1906, cuando el especialista Nicolas León incluyó una lección sobre folclore en sus cursos de etnología en el Museo Nacional, hoy Museo Nacional de Antropología, en México. A partir de 1960, el desarrollo del folclore, las investigaciones, los estudios y las instituciones, en todos los países del continente, han sido muy positivos y estan recogiendolos resultados de muchos años de trabajo y varias generaciones de investigadores.
En Colombia se pueden distinguir dos momentos específicos en lo tocante al interés por el folclor. El primero de ellos esta representado en las élites culturales que conformaron la tertulia de El Mosaico. El segundo se produjo en el contexto de la República Liberal, periodo histórico que se desarrolló entre 1930 y 1946.
Andrés Gordillo Restrepo en su investigación EL MOSAICO (1858-1872): nacionalismo, élites y cultura en la segunda mitad del siglo XIX publicada en 2003, trabajo cuya fuente principal fueron los tres primeros años de la revista EL MOSAICO, afirma que durante este periodo se observa en Colombia la existencia de unos intelectuales multifacéticos preocupados por la literatura, la historia, la gramatica, la filología, la poesía, el estudio de las costumbres, la política, la geografía y la industria editorial, y por contribuir a la creación de una cultura nacional. El Mosaico fue una asociación cultural bipartidista de la que formaron parte, entre otros, José María Samper, Salvador Camacho Roldan, José María Vergara y Vergara, José Manuel Marroquín, José Joaquín Borda y Ricardo Carrasquilla, entre otros, y representó, al decir de Gordillo Restrepo, una suerte de frente cultural bipartidista levantado por la élite social bogotana como respuesta a la insurgencia socialista de los artesanos liderada por José María Melo, o una primera versión de lo que en el siglo XXconoceríamos como El Frente Nacional. Siguiendo a Herder, Iberoamérica constituía para ellos una sola nación compuesta de varios países, esto en consonancia con su propósito de hacer valer el castellano como lengua de cultura, con potencialidades de desarrollo y ademas dueña de una dimensión continental.
Una de las múltiples preocupaciones de El Mosaico fueron los cuadros de costumbres nacionales, como forma de representación de la nación, de la idiosincrasia del pueblo y de los diferentes componentes típicos tanto de la sociedad urbana como de las comunidades campesinas, que al requerir de una observación metódica del vestido, de las costumbres y de las tradiciones, pueden ser asimilados al folclorismo. Los antecedentes de los primeros cuadros de costumbres anteriores al Mosaico fueron escritos por Rufino Cuervo y Manuel Ancízar, secretario de la Comisión Corografica, de quien hay que mencionar su libro PEREGRINACIÓN DE ALPHA, punto de referencia de las descripciones del país a través de las novelas costumbristas. En los cuadros de costumbres registrados por El Mosaico se describió con mayor frecuencia el tipo del “calentano”, el colono mestizo de las tierras bajas, mientras que el tipo indígena y el negro aparecen sólo marginalmente. En esos cuadros de costumbres publicados en varios números de El Mosaico se hacen evidentes propósitos nacionalistas o moralistas, y en otros una combinación de los dos.


El otro momento que marca el interés de las élites nacionales por elfolclor se dio durante la República Liberal, como lo sostiene el profesor Renan Silva, de la Universidad del Valle, en su libro REPÚBLICA LIBERAL, INTELECTUALES Y CULTURA POPULAR (2005). Según él La República Liberal se planteó el problema de las relaciones entre las clases dirigentes y las masas populares en uno de los pocos momentos de modernización efectiva de las formas tradicionales de la política en Colombia, tal como lo expresaba en 1933 Alfonso López Pumarejo: “Los principales vicios y yerros de nuestra democracia surgen, en mi sentir, de una falla fundamental en las relaciones de las clases directoras del país y las masas populares”, afirmación que se complementaba con una valoración nueva de las posibilidades de las masas, presentada dos años después, con ocasión de su primer mensaje presidencial al Congreso de la República: “Si la nación ha resistido …es porque hay en el pueblo virtudes insospechadas que lo alientan, estimulan y fortalecen, mientras soporta con animo tranquilo las contradicciones y errores de las clases dirigentes…” mencionando ademas su confianza en la “inteligencia popular”, en la “sensibilidad del pueblo”, y declarando que “en las masas reposa la conciencia misma de la nacionalidad”. Para los liberales, agrega el autor, que nunca construyeron en rigor una idea moderna de ciudadanía, el pueblo ahora era visto como sujeto activo –aunque desde luego siempre un pueblo niño por educar y guiar- objeto de deberes, perotambién de derechos, y verdadera encarnación del futuro. Y para los intelectuales del gobierno de López resultaba tarea central remover en el inconsciente popular el caudal de emociones y sensaciones que para ellos constituía la cultura popular, lo que sólo podría hacerse mediante la música, la danza, el teatro y los aires folclóricos, pues se trataba de arraigar en el alma colectiva y permitirle a esa identidad refundida expresarse en forma clara y precisa.
El programa cultural de masas de la República Liberal, englobado bajo el nombre de extensión cultural desde el gobierno de Enrique Olaya Herrera, se propuso a partir de 1930 llevar las conquistas culturales urbanas, concentradas sobre todo en la capital, a todos los rincones del país. En mayo de 1942, durante el segundo gobierno de López Pumarejo que duró hasta 1945, la Revista de Indias anunció la organización , por parte del Ministerio de Educación Nacional, de una investigación sobre el folclor, agregando en cuanto a su contenido, que “Las fabulas, los decires, las coplas, los refranes, las tradiciones rurales, los balbuceos musicales, las leyendas y cuentos de viejas que ahora seran compilados y ordenados, formaran un vasto arsenal de temas para el uso de los artistas y revelaran toda la riqueza espiritual latente en las entrañas del pueblo colombiano”. A partir de aquí se organizó la Encuesta Folclórica Nacional que debía ser aplicada en el mayor número de poblaciones del país, por parte de los maestros deescuelas y colegios, y de sus alumnos mas aventajados, cuyo diseño fue sugerido al ministro de educación nacional por el religioso capuchino Marcelino de Castellví. La Comisión Nacional de Folklore constituida por ese ministerio y encargada de analizar el material recogido, trabajó hasta finales de la década de los cuarenta. Y en cuanto a la suerte del ingente material recolectado, que parece haber seguido el destino de la República Liberal, citamos las palabras de Jaime Jaramillo Uribe: “Esa información permaneció por varios años en algún rincón del Ministerio de Educación Nacional, y finalmente fue trasladada al Instituto Colombiano de Antropología y allí se interrumpe su historia. Ignoramos si alguien hizo uso de ese material y si existe todavía o ha desaparecido”.
Es necesario consignar que el folclor es de caracter universal, aunque asume particularidades específicas en las distintas comunidades y es una impronta significativa en la identidad de un pueblo. Ha sido estudiado desde distintos campos tales como la etnografía, la etnología y los estudios culturales, y hoy su estudio forma parte de la antropología cultural o social, rama de la antropología encargada de la descripción y analisis de las culturas. Lo que sí esta absolutamente superado es la intención de utilizarlo en el tema de la identidad cultural como pretexto para nacionalismos chovinistas y patrioteros o como el único elemento para el estudio de la identidad nacional. O la idea de verlo como fuentegeneralizada de revolución liberadora.
Por último anotamos que Néstor García Canclini, en su ensayo GRAMSCI Y LAS CULTURAS POPULARES EN AMÉRICA LATINA, en el cual realiza un analisis del impacto y las dos apropiaciones corrientes que se han hecho del texto del pensador italiano OBSERVACIONES SOBRE EL FOLCLORE incluido en sus CUADERNOS DESDE LA CARCEL, comenta que las preguntas claves no son cómo sobrevive el folclore ni cómo se desvanece o se subordina a la cultura hegemónica, sino de qué manera interactúa con ella, lo cual observa o en actitudes de sectores subalternos consistentes en respuestas magicas al atraso y la miseria para deshistorizar la realidad o en procesos de transacción con las clases dominantes, entendidos como acomodaciones dentro del sistema. Y termina diciendo: “Quiza nuestra tarea en los países latinoamericanos consista en la superación del folclore para construir culturas nacional-populares y a la vez en reivindicar la riqueza de las diferencias, el riesgo de la pluralidad…¿no servira esta conciencia mas diversificada y densa de las condiciones socioculturales del cambio para lograr que las transformaciones abarquen la totalidad de las relaciones sociales, para que los procesos que comienzan como revoluciones no acaben convirtiéndose en reformas?”

Neiva, octubre de 2010


Política de privacidad