Consultar ensayos de calidad


El consumo excesivo de carbohidratos puede favorecer el desarrollo de la diabetes, la obesidad y enfermedades cardiovasculares



El consumo excesivo de carbohidratos puede favorecer el desarrollo de la diabetes, la obesidad y enfermedades cardiovasculares
 
La insulina es una hormona producida en una región del pancreas llamada Islotes de Langerhans y tiene entre otras funciones, la de reducir los niveles de glucosa.
El estímulo para la producción y liberación de insulina es precisamente la elevación de la glucosa en sangre y sus dos formas de acción son:
- En algunos órganos la glucosa puede penetrar sin la ayuda de la insulina, como en el intestino delgado, el pancreas, el hígado, los góbulos rojos y las células del sistema nervioso, pero en otros tejidos no puede hacerlo y la acción de la insulina es permitir su entrada. En este caso, la insulina llega y se une a las células en un lugar especial receptor de insulina y con esto se provoca un cambio en la estructura de las membranas que abre los espacios para que penetre la glucosa.


Su otra acción es que favorece las reacciones de utilización de la glucosa, por un lado transformando la glucosa en agua y bióxido de carbono y por otro la convierte en grasa o glucógeno.
El organismo en estado normal cuenta con los mecanismos para mantener en equilibrio la concentración de glucosa y sólo cuando uno de ellos falla y los niveles se elevan, se presentan los casos de diabetes.
La elevación de la glucosa en una persona, puede originar problemas renales,infecciones frecuentes, problemas de cicatrización, de vista y sobre todo vasculares, pudiendo llegar a padecer hipertensión, gangrena y ateroesclerosis, por lo que el control médico se enfoca en mantener los niveles normales de glucosa, para lo que se necesita en algunos casos de la aplicación diaria y frecuente de insulina y en otros solamente de una dieta rigurosa que elimine o controle adecuadamente la cantidad de carbohidratos, es decir de azúcares y las grasas.
Un punto clave en la alimentación del diabético es que no deben existir grandes fluctuaciones en el consumo de alimentos que proporcionan energía entre un día y otro y debe respetarse la distribución de alimentos que se haya fijado.
Si bien los carbohidratos son muy importantes porque aportan energía al cuerpo para que realice todas sus funciones, su consumo excesivo debe controlarse desde la niñez, sobre todo en niños que tienden a tener sobre peso o con antecedentes familiares de obesidad y diabetes.
En la alimentación del diabético es importante:
- Establecer una dieta para cada tipo de diabetes, en caso del diabético juvenil, no debe restringirse el consumo de todo tipo de carbohidratos, ya que su crecimiento demanda gran cantidad de energía.
- Los diabéticos que ademas son obesos, deben controlar su peso para mejorar sus niveles de glucosa, por lo que requieren de dietas bajas en kilocalorías.
- Es importante que eldiabético se ajuste a la cantidad de kilocalorías establecidas en su dieta y las distribuya en varias comidas al día.
- De los alimentos que aportan carbohidratos, deben preferirse los granos integrales y tubérculos que contienen almidones y las frutas y vegetales que contienen azúcares, para eliminar en la medida de lo posible los alimentos azucarados.
- Se debe disminuir, mas no eliminar completamente, a menos que el médico así lo determine, el consumo de carnes rojas, mantequilla, mayonesa, mariscos, alimentos fritos y otros que contengas grasa y colesterol.
- Aumentar el consumo de alimentos que contengan fibra, dando preferencia a productos naturales e integrales.
- Reducir el consumo de sal y alimentos que la contienen en gran cantidad, como los embutidos.
- Evitar las bebidas alcohólicas y el cigarro.
- Establecer un programa de ejercicios físicos o al menos caminar durante 20 minutos todos los días.
El sobrepeso se define como un aumento mayor de lo normal del peso corporal en relación con la estatura. Se suele medir con el Índice de Masa Corporal (IMC), que es el peso en kilogramos dividido por el cuadrado de la estatura en metros (IMC = peso/estatura2). La obesidad se define como un porcentaje anormalmente elevado de grasa corporal. En los varones, la grasa corporal normal representa el 12-20 por ciento del peso corporal. En las mujeres normales, representa el 20-30 por ciento delpeso corporal.
Riesgos de la salud relacionados con la obesidad
El sobrepeso y la distribución de las grasas son útiles para hacer pronósticos sobre la mortalidad prematura y los riesgos de contraer enfermedades del corazón, hipertensión, diabetes mellitus no dependiente de insulina, enfermedades de la vesícula biliar y algunos tipos de cancer. Sin embargo, si la grasa corporal fuera por sí sola el principal factor de riesgo relacionado con la mortalidad prematura, se podría concluir que las expectativas de vida de las mujeres obesas fuera mas baja que la de los hombres obesos. Generalmente no sucede así, y ahora se reconoce que es la distribución de la grasa, fundamentalmente el aumento de la grasa abdominal y visceral, lo que sirve para hacer pronósticos sobre los riesgos de la salud relacionados con la obesidad. Por ejemplo, un aumento de mas de 5 kg de peso en las mujeres durante su vida adulta puede comportar poco riesgo adicional, sobre todo si el peso que se añade se localiza en la región femoral. En la mayoría de los hombres, cualquier aumento de peso que se produzca después de los 20 años aumenta el riesgo, ya que esta grasa se deposita normalmente como grasa abdominal y visceral.
La obesidad puede modificar algunos mecanismos intermedios como la función cardíaca, o el metabolismo de los lípidos o de la glucosa, para provocar la muerte o enfermedades. Sin embargo, incluso cuandoel sobrepeso severo aumenta generalmente el riesgo de muerte, especialmente de muerte repentina, en muchos estudios no puede considerarse como una variable independiente. Existen dos problemas principales que afectan a la interpretación de los estudios en lo que se refiere a la obesidad como factor independiente (Manson et al., 1987). En primer lugar, muchos estudios no pueden separar los fumadores de los no fumadores. Puesto que los fumadores constituyen un grupo con tendencia a tener menores pesos corporales y mayores tasas de mortalidad, incluirlos en un estudio de población influye sobre las tasas de mortalidad y confunde la asignación de efectos al propio peso corporal. En segundo lugar, la mortalidad temprana puede tergiversar la interpretación de la influencia del nivel de peso en las expectativas de vida. Por ejemplo, las personas que han perdido o estan perdiendo peso en el momento de la encuesta inicial pueden morir, y esto acentúa desmesuradamente el efecto de bajo peso corporal como causa de mortalidad. El no haber podido identificar la obesidad como un factor de riesgo independiente ha hecho que muchos sugieran que carece de importancia.

Causas de obesidad
Hay varias causas de obesidad. En un extremo, la obesidad puede deberse simplemente a un exceso de consumo de alimentos (energía) en relación con los requisitos energéticos. En estos casos los factores hereditarios jueganun importante papel en la generación de la obesidad, que puede surgir incluso cuando la alimentación se compone principalmente de carbohidratos. En el extremo opuesto, estan aquellos tipos de obesidad en los que la composición de la dieta, principalmente una elevada ingestión de grasas, es el eje central de la obesidad. Cualquiera dé estos tipos de obesidad puede controlarse modificando la alimentación, reduciendo el consumo de alimentos, o aumentando la oxidación de los nutrientes.
Si bien el balance energético global es fundamental en la obesidad, el concepto de balance de macronutrientes también puede resultar practico para comprender los factores que afectan a los aumentos o pérdidas excesivas de peso. En un adulto normal, la ingestión diaria de energía alimentaria en forma de carbohidratos debe estar entre el 50 y el 100 por ciento de las reservas totales de carbohidratos del cuerpo. Por el contrario, la ingestión de proteínas debe ser ligeramente superior al 1 por ciento de las reservas totales, mientras que la ingestión de grasas debe ser considerablemente menor del 1 por ciento de las que se almacenan en el cuerpo. El metabolismo del glucógeno (forma de almacenar los carbohidratos) esta finamente regulado, y dependiendo del equilibrio entre ingestión de carbohidratos y oxidación, pueden darse grandes fluctuaciones en los depósitos de los carbohidratos, incluso en períodos de tiempocortos. Este no es el caso de las reservas de proteínas y de grasas, en las que se tarda mucho mas tiempo en detectar cambios apreciables.
El proceso de regulación del equilibrio de nutrientes es complejo. El modelo de retroalimentación, por lo que respecta al equilibrio de nutrientes, se ha descrito como integrado por cuatro componentes (Bray, 1987). El primero es el «sistema controlado» que consiste en la ingestión, digestión, absorción, almacenamiento y metabolismo de los nutrientes de los alimentos. El segundo es el «controlador» localizado en el cerebro, el tercero consiste en las señales de retroalimentación que informan al controlador sobre el estado del sistema controlado y, por último, estan los mecanismos que modulan la ingestión de nutrientes y la liberación de energía.
En general, existen mecanismos eficaces de retroalimentación y control para regular y equilibrar el consumo y el balance de los carbohidratos (Flatt, 1988). Es mas difícil volverse obeso consumiendo alimentos muy ricos en carbohidratos que alimentandose con alimentos ricos en grasas, por varias razones. En primer lugar, la cantidad (volumen) de alimentos con alto contenido en carbohidratos/fibras requerida es mucho mayor que la que se necesita con una dieta rica en grasas. Segundo, la capacidad de almacenamiento de los carbohidratos es limitada. Tercero, las rutas bioquímicas de conversión de los carbohidratosen grasas son limitadas y energéticamente caras, y son virtualmente insignificantes en las condiciones alimentarias normales de los seres humanos. Por último, la ingestión de carbohidratos estimula la oxidación de los mismos, por lo que se mantiene el equilibrio de los carbohidratos una vez que se llenan los depósitos de glucógeno, proceso que también es estimulado por el consumo de carbohidratos.
También el equilibrio proteínico esta bien regulado. Las reservas de proteínas aumentan gradualmente, y sólo en respuesta a otros estímulos que no sean el aumento de la ingestión de proteínas. La cantidad de proteínas que se consumen por encima de lo que se necesita para la construcción y reparación de los tejidos, así como para la formación de enzimas, se convierte en carbohidratos. Un balance positivo de proteínas puede contribuir también al balance general de energía, tal como sucede con el balance positivo de carbohidratos.
Un desequilibrio crónico entre ingestión y oxidación de grasas puede producir cambios en las reservas de grasas de los tejidos adiposos. Para evitar el almacenamiento de las grasas consumidas en exceso se requiere que las grasas alimentarias se oxiden. En los estudios clínicos, las tasas bajas de oxidación del nivel base predicen un aumento del peso corporal (Zurlo et al., 1990). Sólo cuando la oxidación de las grasas iguala a la ingestión de las mismas se puede conseguirun peso corporal estable.
Si bien la oxidación de los carbohidratos y de las proteínas varía según el nivel de proteínas y de carbohidratos consumidos, la oxidación de las grasas no se ve afectada por la ingestión de grasas, y la relación día a día entre balance e ingestión de grasas es precaria (Flatt, 1988). La oxidación de las grasas se relaciona mas estrechamente con el balance energético (es decir, un balance energético negativo favorece la oxidación de las grasas) y también con el grado de grasa corporal (Schutz et al., 1992; Zurlo et al., 1990). Crear un balance energético negativo mediante el ejercicio o con restricciones en la dieta puede aumentar eficazmente la oxidación de las grasas, y también puede hacerse reduciendo el contenido en grasas de la alimentación. Sin embargo, a medida que se pierde peso también tiende a disminuir la oxidación de las grasas. Para evitar que una persona que ha perdido peso pueda volver a ganarlo, la ingestión de grasas debe reducirse a aproximadamente 20 g/día por cada 10 kg de grasa perdidos (Schutz et al., 1992).
Se registran grandes diferencias entre las personas en cuanto a su capacidad de aumentar la oxidación de las grasas después de empezar una alimentación rica en grasas (Zurlo et al., 1990). Si bien gran parte de estas diferencias son genéticas, el ejercicio físico puede incrementar la oxidación de los acidos grasos por parte del músculoy reducir la tendencia a ganar peso. Por este motivo, una actividad física debería formar parte de cualquier programa de control de peso.
Densidad energética de la alimentación. Es comúnmente aceptado que la energía alimentaria por cada 100 gramos de comida, llamada densidad energética, aumenta a medida que aumenta el contenido de grasas. El resultado de los regímenes alimentarios de bajo consumo de grasas en los estudios a corto plazo ha sido el de la pérdida de peso. Sin embargo, en los ensayos a largo plazo, los regímenes de bajo contenido de grasas adoptados por mujeres premenopausicas ha dado lugar al consumo de un 19 por ciento de energía alimentaria adicional para mantener el peso (Prewitt, 1991). Se desconoce la variación efectiva a largo plazo, porque en estos estudios se suministraban los alimentos directamente a las personas. En cambio, a las personas de vida libre, es necesario estimularlas y motivarlas para conseguir que mantengan un régimen de bajo contenido de grasas.
Teniendo en cuenta los datos disponibles, resulta claro que la obesidad es un problema crónico de muy difícil cura. Normalmente, con un tratamiento eficaz se consigue adelgazar; sin embargo, cuando termina el tratamiento es muy normal recuperar el peso. Esto concuerda con el curso de la mayoría de los problemas crónicos, e indica claramente que el mejor método para controlar la obesidad es la prevención.


Política de privacidad