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Asteroides



Asteroides

El espacio comprendido entre la órbita de Marte y la de Júpiter–unos 600 millones dekilómetros– está ocupado por una gran cantidad de pequeños y toscos fragmentos de rocas o metales, los que en conjunto apenas totalizan el 5 % del volumen de la Luna. El primero de estos asteroides fue descubierto en la primera noche del siglo XIX, por el astrónomo italiano Giuseppe Piazzi, quien lo observó durante 41 noches seguidas, y después lo perdió de vista en el crepúsculo cuando se desplazaba hacia el área del Sol en el cielo. Todos los astrónomos de Europa investigaron en vano para volver a encontrarlo. Pero el genio matemático de la época, Kral Fiedrich Gaus, estimulado por su debilidad para resolver los problemas de aritmética astronómica, abandonó todos sus trabajos, convirtiéndose temporeramente en una máquina de calcular, y con los escasos datos de las observaciones de Piazzi, reconstruyó la órbita del asteroide perdido. Cuando terminó sus cálculos, indicó a los astrónomos en qué punto del cielo debían dirigir sus telescopios. Así lo hicieron, y con certeza hallaron al vagabundo perdido. Piazzi denominó al asteroide con el nombre de Ceres, y posteriores observaciones lo identificaron como un abrupto fragmento de roca, de unos 100 kilómetros de diámetro, con una superficie aproximada de 1.500.000 kilómetros cuadrados, orbitando en el espacio.



Ceres no sólo fue el primer asteroide descubierto, sino también el más grande de cuantos se conocen. Otros asteroides se descubrieron posteriormente. Pallas tiene 600 kilómetros de diámetro, y fuedescubierto en 1802; Juno, de 250 kilómetros, en 1804; Vesta, de 500 kilómetros, en 1807. Actualmente se considera que existen más de 30.000 asteroides de tamaño mediano, que varían desde el sustancial Ceres, hasta otros más pequeños, como Ícaro, que apenas tiene un kilómetro y medio de diámetro. El número de los asteroides aún más pequeños, de tamaño de canto rodado o guijarros, o simples granos de arena, se estima en billones. Solamente unos 1.600 asteroides han sido estudiados con suficiente atención, como para poder determinar su órbita precisa y su futuro paradero.

Todos los 1.600 asteroides a los cuales se les ha seguido la pista circulan alrededor del Sol en la misma dirección–oeste a este– que la tierra y demás planetas. Como la mayoría de los asteroides se desplazan en una ancha banda entre el pequeño planeta Marte y el enorme Júpiter, es este último el que gobierna sus movimientos.

Júpiter ejerce una tiránica atracción en su vecindad, de modo que ciertos asteroides, conocidos como troyanos por llevar nombre de héroes homéricos, se mantienen esclavos de Júpiter, de manera que parecen verdaderos satélites. Estos asteroides siguen la trayectoria de Júpiter alrededor del Sol, con gran precisión: un grupo de cinco, llamado Patroclo, permanece respetuosos un sexto de la órbita detrás, mientras que otro grupo de nueve, llamados Aquiles, siguen delante del gran planeta.

Será pues, verano, en el hemisferio boreal e invierno en el austral. En cambio la Tierra se halla en sentido opuesto, cambiarán los papeles, recibiendo más calor la porción del sur, donde será verano, e invierno en el norte. En las posiciones intermedias, los días tendrán igual duración que las noches en todo el globo, y será primavera en un hemisferio y otoño en otro.

Composición

Se puede considerar que la Tierra se divide en cinco partes: la primera, la atmósfera, es gaseosa; la segunda, la hidrosfera, es líquida; la tercera, cuarta y quinta, la litosfera, el manto y el núcleo son sólidas. La atmósfera es la cubierta gaseosa que rodea el cuerpo sólido del planeta. Aunque tiene un grosor de más de 1.100 Km, más o menos la mitad de su masa se concentra en los 5,6 Km más bajos. La litosfera, compuesta principalmente por la fría, rígida y rocosa corteza terrestre, se extiende aprofundidades de 100 km. La hidrosfera es la capa de agua que, en forma de océanos, cubre el 70,8% de la superficie de la Tierra. El manto y el núcleo son el pesado interior de la Tierra y constituyen la mayor parte de su masa.

La hidrosfera se compone sobre todo de océanos, pero en sentido estricto comprende todas las superficies acuáticas del mundo, como mares interiores, lagos, ríos y aguas subterráneas. La profundidad media de los océanos es de 3.794 m, más de cinco veces la altura media de los continentes. La masa de los océanos es de 1.350.000.000.000.000.000 (1,35 × 1018) toneladas, o el 1/4.400 de la masa total de la Tierra.

Las rocas de la litosfera tienen una densidad media de 2,7 veces la del agua y se componen casi por completo de 11 elementos, que juntos forman el 99,5% de su masa. El más abundante es el oxígeno (46,60% del total), seguido por el silicio (27,72%), aluminio (8,13%), hierro (5,0%), calcio (3,63%), sodio (2,83%), potasio (2,59%), magnesio (2,09%) y titanio, hidrógeno y fósforo (totalizando menos del 1%). Además, aparecen otros 11 elementos en cantidades del 0,1 al 0,02%. Estos elementos, por orden de abundancia, son: carbón, manganeso, azufre, bario, cloro, cromo, flúor, circonio, níquel, estroncio y vanadio. Los elementos están presentes en la litosfera casi por completo en forma de compuestos más que en su estado libre.

La litosfera comprende dos capas (la corteza y el manto superior) que se dividen en más omenos una docena de placas tectónicas rígidas. La corteza misma se divide en dos partes. La corteza siálica o superior, de la que forman parte los continentes, está constituida por rocas cuya composición química media es similar a la del granito y cuya densidad relativa es de 2,7. La corteza simática, o inferior, que forma la base de las cuencas oceánicas, está compuesta por rocas ígneas más oscuras y más pesadas como el gabro y el basalto, con una densidad relativa media aproximada de 3.

La litosfera también incluye el manto superior. Las rocas a estas profundidades tienen una densidad de 3,3. El manto superior está separado de la corteza por una discontinuidad sísmica, la discontinuidad de Mohozovicic, y del manto inferior por una zona débil conocida como astenosfera. Las rocas plásticas y parcialmente fundidas de la astenosfera, de 100 Km de grosor, permiten a los continentes trasladarse por la superficie terrestre y a los océanos abrirse y cerrarse.

El denso y pesado interior de la Tierra se divide en una capa gruesa, el manto, que rodea un núcleo esférico más profundo. El manto se extiende desde la base de la corteza hasta una profundidad de unos 2.900 km. Excepto en la zona conocida como astenosfera, es sólido y su densidad, que aumenta con la profundidad, oscila de 3,3 a 6. El manto superior se compone de hierro y silicato de magnesio como el olivino y la parte inferior de una mezcla de óxidos de magnesio, hierro y silicio.

Lainvestigación sismológica ha demostrado que el núcleo tiene una capa exterior de unos 2.225 Km de grosor con una densidad relativa media de 10. Esta capa es probablemente rígida y los estudios demuestran que su superficie exterior tiene depresiones y picos, y estos últimos se forman donde surge la materia caliente. Por el contrario, el núcleo interior, cuyo radio es de unos 1.275 Km, es sólido. Se cree que ambas capas
Antes que los asteroides troyanos fueran descubiertos, el peritofrancés en las ciencias mecánicas, Joseph Louis Lagrange(1736-1813), demostró matemáticamente que cada planeta podía tener, precediéndolo o siguiéndolo en órbita, dos puntos gravitacionales de equilibrio, donde los cuerpos podrían estabilizarse. Cada uno de estos puntos sería el tercer ángulo de un triángulo equilátero formado por las líneas que unen los puntos indicados, el planeta y el Sol. Los asteroides troyanos se agrupan en torno de los puntos lagrangeanos de Júpiter.

La predominancia de Júpiter a veces arranca asteroides de sus órbitas, y los envía en una serie de viajes orbitales hacia el Sol, o hacia los planetas exteriores.


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