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Estrella De La Muerte - Némesis, la estrella de la muerte, ¿Pese a todo existe Némesis?



Némesis, la estrella de la muerte
Por su parte, R.A. Muller y M. Davis propusieron una espectacular hipótesis digna de las mejores novelas de ciencia ficción: el Sol podría ser una estrella doble, con una alejada compañera que podría perturbar el cinturón de asteroides cada 26 millones de años y dirigir una lluvia de ellos hacia los planetas interiores del sistema solar, pero matematicamente la hipótesis era inconsistente ya que la órbita de la supuesta estrella sería inestable. Davis puso en contacto a Muller con P. Hut, un especialista en dinamica orbital. Este modificó la órbita de la supuesta compañera del Sol y la puso mucho mas lejos, de modo que los proyectiles 'mortales' que nos lanzaría no sería asteroides, sino cometas de la nube de Oort, pero para que pudiera ser factible y basandose en una sugerencia de J.G. Hills, tuvieron que situar la parte mas densa de la citada nube a una distancia entre 1.000 y 10.000 UA, cuando normalmente se admite que es mucho mayor. Sin embargo, con los números en la mano, cada 500 millones de años y durante un período de 700 mil años, la lluvia de cometas sería tan intensa, que de alcanzar de lleno a la Tierra la convertirían en un auténtico colador, por lo que lo mas probable era que la vida haría mucho tiempo que habría desaparecidoen nuestro planeta, si es que alguna vez pudo llegar a crearse Aún así, en 1984 dieron a conocer su hipótesis sugiriendo que su estrella de la muerte, en el caso de que fuera descubierta, llevase el nombre de Némesis, diosa griega cuyo cometido era el perseguir sin descanso a los ricos, orgullosos y poderosos, añadiendo que si la estrella no era descubierta, sería su propio Némesis.


E.M. Shoemaker, especialista en asteroides, mostró la inviabilidad de la hipótesis, lo que no fue obvice para que, en 1984 se iniciara la búsqueda de Némesis, una estrella enana roja que actualmente debería hallarse a 2 años luz de nosotros. En ese tiempo entraron también en liza D. Whitmire y J.J. Matese sugiriendo que el astro de la muerte podría ser el no descubierto planeta X, que debería orbitar al Sol en unos 1.000 años y que, así como debería perturbar a los planetas exteriores, también debería ser afectado por ellos, de modo que provocarían la rotación de la línea de las absides de su elíptica órbita, perturbando la nube de Oort cada 26 millones de años. Esta hipótesis quedó descartada en 1989 cuando la sonda Voyager 2 demostró que las supuestas perturbaciones sobre los planetas gigantes por parte de un cuerpo mas externo no existen, sino que eran debidas a errores de calculo.
|El peligro que pudiera representar la hipotética estrella Némesis es muy relativo. En febrero de 1999 Joan García Sanchez y colaboradores, del Jet Propulsion Laboratory, publicaron un estudio en Astronomical Journal a partir de los datos del satélite Hipparcos sobre futuras aproximaciones de estrellas vecinas al Sol. Apenas perturbaran la nube del Oort, salvo GL 710 que dentro de 1 millones de años transitara por en medio de ella, lanzando unos 2,4 millones de cometas hacia el interior del sistema solar. Sin embargo, como esta lluvia se desarrollara durante unos 2 millones de años, esto significa una tasa de cometas tan sólo un 50% superior a la actual. |

De hecho la fabricación de lentes encontró su límite en 1897 al fabricar unas de 1.02 metros de diametro, para el te­les­co­pio del observatorio de Yerkes —hasta la fecha, el re­frac­tor mas grande que ­existe.
Por otro lado, es importan­te hacer notar que entre las ca­rac­terísticas fundamentales de un telescopio se encuentra el poder de resolución espacial, que es la relación entre dis­tan­cias focales del objetivo y la len­te ocular. Las lentes o es­pe­jos principales pueden tener distancias focales del or­den de 30 metros o mas, lo cual im­pli­ca que para con­te­ner­las se requieren tubos de dimensiones aún mayores, lo que ge­ne­ra problemas para la cons­truc­ción de los edi­fi­cios que deben albergarlos.


Estos problemas fueron re­suel­tos gracias a las pro­pues­tas para configurar espejos mas eficientes como las de Cas­se­grain, Herschel y, en par­ticular, la de Schmidt, quien lo­gró combinar un objetivo re­flec­tor de gran ta­maño con una lente correc­to­ra, para obtener una excelente ni­ti­dez en un gran campo —de varios grados—, permitiendo así que el tubo de los telescopios se redujera considerablemente sin perder el poder de reso­lución espacial.

Durante la primera mitad del siglo XX se desarrollaron téc­ni­cas para fabricar espejos primarios de diametroscada vez mayores. El per­fec­cio­na­mien­to de los mo­tores y el inicio de la era electrónica ocurren de manera paralela, logrando así poner en marcha, en 1948, el famoso telescopio Hale de Monte Palomar, que cuenta con un espejo primario de 5.1 metros de diametro y una ro­bus­ta estructura con me­ca­nis­mos capaces de apuntar y guiar desde una consola de man­do provista de un sistema de “bul­bos elec­tró­nicos”. El Hale fue el primer gran instrumento pues­to en una lejana y aislada mon­ta­ña, desde donde pudo observarse a una profundidad nunca antes conseguida, —aun­que fuera en un cam­po muy pe­queño, de sólo una frac­ción de grado. Por mas de 25 años, fue el teles­co­pio de mayor ta­ma­ño, hasta que en 1976 entró en operación el telescopio soviético bta de 6.0 metros de diametro —que tuvo mu­chos problemas y modificacio­nes an­tes de ser plenamente operativo. A partir de entonces sur­gió una cascada de teles­co­pios medianos de 3 y 4 metros de diametro en su espejo primario, optimizados en calidad de imagen, puestos en sitios privilegiados astronó­mi­ca­men­te hablando, es decir, con un al­to porcentaje de noches des­pe­ja­das en el año y con muy baja turbulencia atmos­férica –como los que estan en el nor­te de Chile y en Hawaii.


El maximo apro­ve­cha­mien­to de los desarrollos tec­noló­gi­cosen electrónica, cómputo y detectores fotosensibles, per­mitió que para la década de los ochentas se contara con de­tec­to­res bidimensio­na­les de al­gu­nos cientos de elementos llamados ccd’s (Charge Cou­ple Devices), que sustituyeron los tu­bos fotoelectrónicos y a las placas fotograficas, de­­bi­do a su mayor sensibilidad. Se ini­cia­ron ademas pro­yec­tos que incorporaban al te­les­co­pio la llamada óptica adaptativa, usualmente empleando un es­pejo terciario, cuya función es corregir las abe­rra­cio­nes que produce la at­mósfera terrestre en el frente de onda.


Estos pro­yec­tos con grandes inver­sio­nes, tenían por me­ta construir tener los te­les­copios mas po­ten­tes en los me­jo­res sitios. Ejemplos de es­tos son los telescopios vlt (Very Large Telescopes), un con­jun­to de cuatro grandes te­les­co­pios de espejo primario tipo me­nisco, muy delgado de 8.2 metros de diametro; el Ge­mini norte y el Gemini Sur, ambos de 8.0 metros; el Su­ba­ru, de 8.2 metros, y los Keck 1 y Keck 2, que incorporan una impor  
¿Pese a todo existe Némesis?

De vez en cuando, cada 15 ó 20 años sale en los medios de comunicación la noticia del descubrimiento de algún planeta transplutoniano, que mas tarde es desmentida o matizada. La última, es una noticia de la BBC fechada el 28 de septiembre de 1999, indicando que el Dr. John Murray pudo haber hallado un planeta a partir de las perturbaciones observadas en un grupo de 13 cometas, desviados de sus órbitas por un cuerpo masivo. Se trataría de un planeta (o tal vez alguna pequeña estrella), varias veces mas masivo que Júpiter situado a unas 30.000 UA, es decir, en plena nube de Oort o en su parteinterna. En estos momentos se hallaría en dirección a la constelación del Delfín y completaría su órbita, retrógrada, en varios millones de años. El particular sentido de giro, contrario al de los demas planetas, indicaría que es un objeto errante capturado (o tal vez de paso) por la gravedad solar y que se habría formado en otra parte de la galaxia, posiblemente escapado de alguna estrella. El trabajo del Dr. Murray fue mandado a Monthly Notices of the Royal Astronomical Society y presentado en el DPS de la AAS (American Astronomical Society) de octubre de 1999. Un cuerpo así, salvo por ejemplo que radie una cantidad importante en el infrarrojo, es imposible de detectar con telescopios ópticos, pues a tal distancia la luz solar es insuficiente para iluminar su superficie. Por su parte, el infatigable John J. Matese también indicó que había llegado a conclusiones parecidas y mandado a publicar su estudio en la revista Icarus.
La noticia debe ser tomada con las debidas reservas hasta poseer mas detalles del hallazgo. Así, Brian Marsden, del Minor Planet Center, se ha mostrado excéptico indicando que las presuntas órbitas de los cometas utilizadas en este estudio son imprecisas ya que se basan en pocas observaciones de los mismos. Pero a lo mejor, pese a todo, Némesis existe


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