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La Asamblea Constituyente (1789-1791)



Mientras la Asamblea deliberaba, la hambrienta población de París, irritada por los rumores de conspiraciones monarquicas, reclamaba alimentos y soluciones. El 5 y el 6 de octubre, la población parisina, especialmente sus mujeres, marchó hacia Versalles y sitió el palacio real.

Luis XVI y su familia fueron rescatados por La Fayette, quien les escoltó hasta París a petición del pueblo. Tras este suceso, algunos miembros conservadores de la Asamblea Constituyente, que acompañaron al rey a París, presentaron su dimisión. En la capital, la presión de los ciudadanos ejercía una influencia cada vez mayor en la corte y la Asamblea. El radicalismo se apoderó de la camara, pero el objetivo original, la implantación de una monarquía constitucional como


régimen político, aún se mantenía.

Pero los principales problemas a que hubo de enfrentarse la Asamblea fueron el religioso y el financiero. Para evitar la temida bancarrota, se decidió nacionalizar los bienes del clero, que fueron posteriormente puestos a la venta para amortizar así la deuda pública. Los títulos emitidos como reembolso de las deudas pendientes del Estado se conocieron con el nombre de asignados. Es decir, el Estado emitió títulos de ladeuda (asignados) garantizados por los bienes de la Iglesia, con los cuales podían ser reembolsados.

Pero la emisión de asignados fue tan grande que acabaron funcionando como papel moneda, depreciandose rapidamente y originando una fuerte inflación. Aunque con la venta de los bienes de la Iglesia habían surgido nuevos propietarios dispuestos a no perder lo garantizado por la Revolución, la inflación galopante introdujo un
Incluso lacorrupción, la malversación de fondos públicos, la impunidad legal, la ineficiencia y partidización infestó al sistema judicial venezolano, resquebrajando la credibilidad de los venezolanos en sus instituciones, lo cual aceleró un clima de irrespeto por las normas jurídicas que sustentaban la sociedad.

La dependencia exclusiva del petróleo significó sostener el sistema en sus tres pilares fundamentales, a saber: la renta petrolera, las cada vez más crecientes expectativas sociales de solución de las dificultades que enfrentaban y el aseguramiento de la representación y la legitimidad del sistema. Sin embargo, esta economía sustentada en el modelo petrolero-además del control de precios y los subsidios –encubría un proceso inflacionario que irrumpiría, posteriormente, en la escena económica; además, la concepción equivocada de los planes de desarrollo condujeron al incremento del endeudamiento público y crearon una crisis financiera, fiscal, y socioeconómica sin precedentes. El modelo establecido de democracia representativa se caracterizó por la restringida participación popular en la toma de decisiones políticas mediante la expresión del sufragio cuando se celebraran los comicios electorales, forjándose un sistema político elitista y excluyente que mar ginó a la gran mayoría de los ciudadanos. Las principales decisiones las adoptaban las élites gobernantes y estos tenían asegurado sus intereses frente a los intereses generales.

Esen este entorno donde se articularon, como factores reales de poder, los partidos políticos tradicionales, los grupos económicos y de presión, los medios de comunicación, la Iglesia Católica, las Fuerzas Armadas e, incluso, las individualidades poderosas de la sociedad venezolana, que garantizaron que no serían afectados sus intereses por la regla de la mayoría en la formulación de políticas públicas.

Ante la situación de decadencia del viejo sistema se planteó, como alternativa política, la salida jurídica de la misma mediante una reforma general de la Constitución vigente, basada en la falta de salidas institucionales ante la crisis de representatividad de los partidos tradicionales. A esto se añadió el agotamiento del modelo rentista y el debilitamiento de los órganos estatales, todo lo que de conjunto erosionó con fuerza la legitimidad de las bases del sistema. Se estaba en presencia sin dudas, del último intento desde dentro del sistema de salvar las bases y pilares en los cuales se erigió durante casi treinta años, denotando cuanto este había sido capaz de devorarse como propuesta seria de construcción social. Sin embargo, el fracaso de dicho intento, marcado por el ascenso al poder de la alternativa presentada por Hugo Chávez, al pueblo, permitió que este accediera verdaderamente a un ejercicio de su poder soberano, convocando una Asamblea Nacional Constituyente, que por primera vez descansó en la legitimidad de la soberaníapopular.

Con la aprobación y promulgación del nuevo texto constitucional, en diciembre de 1999, comenzaron a sentarse en Venezuela las bases de una democracia participativa y protagónica una democracia ¨ no excluyente ¨ sino ¨ incluyente¨, que permite el acceso al pueblo a la adopción de las decisiones políticas de la sociedad. El establecimiento de nuevos instrumentos que viabilizan al efecto tal posibilidad, y permiten al pueblo participar en la formación, ejecución y control de la gestión pública, como vía que garantiza el completo desarrollo individual y colectivo. Esto significa, sin dudas, el aporte más trascendental dentro del sistema político venezolano actual, dado por el nuevo texto constitucional.

El nuevo sistema político se erige, además, en los pilares del nacionalismo como expresión de la defensa de la soberanía frente a la globalización y la implementación de políticas neoliberales en nuestro continente-, en el rescate del ideario y el pensamiento de Simón Bolívar, de Ezequiel Zamora y de Simón Rodríguez y en la constante búsqueda de una sociedad humanista , bolivariana, re factor de inestabilidad social que acabaría pasando factura. Al perder sus bienes y suprimirse los diezmos, la Iglesia francesa pasó a depender económicamente del Estado. Por esta razón la Asamblea Constituyente hubo de emprender una reforma y racionalización de la organización eclesiastica que se concretó en la Constitución civil del clero (12 de julio de 1790). Mediante esta norma jurídica, la Iglesia francesa pasaba a tener un caracter mas nacional, alejandose de la dependencia del Papa. Se reducía el número de obispos, se cambiaba el sistema de nombramientos y se exigía prestar juramento constitucional a todos los miembros del estamento eclesiastico. Esta medida originó la división del clero francés en juramentado o refractario, según jurase o no, aportando un elemento mas de discordia al asentamiento de la Revolución.


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