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La primera guerra mundial - las grandes potencias europeas



TEMA

1.
Las grandes potencias europeas
a. Tras leer las paginas 114-115, contesta:
– La III República Francesa impulsó la laicización de la sociedad. ¿Qué es laicismo? ¿Es España un estado laico? ¿Qué dice la nuestra Constitución al respecto?
– Realiza un juicio crítico acerca de la siguiente frase de Bismarck: “Los partidos me son completamente indiferentes”. Relaciona dicha afirmación con la evolución política de Alemania.
b. Tras leer la pagina 116, investiga:
– ¿Cómo se llamaba la esposa del emperador de Austria-Hungría? ¿Por qué se convirtió en un personaje muy popular?


– En qué consistió la “tragedia de Mayerling”?
– ¿Cómo murió? ¿De qué estrategia revolucionaria acordada en un congreso celebrado en Londres (1881) fue víctima?


2. Las causas de la guerra
a. Tras leer las paginas 118 y 119, completa el mapa mudo de Europa en 1914 señalando:
– Nombre de los estados vigentes en aquel tiempo
– En su caso, nacionalidades que los integraban
– Grandes alianzas internacionales
– Zonas en conflicto


3. El desarrollo del conflicto
a. Durante la I Guerra Mundial se utilizaron muchas armas nuevas. Investiga en internet y explica cuales fueron las mas importantes.b. Tras leer las paginas 120-123, prepara una breve exposición oral para exponer las grandes fases y ofensivas de la guerra situandolas en un mapa.
c. Lee el fragmentos de la novela Las aventuras del buen soldado Švejk, de Jaroslav Hasek:
– ¿Qué personajes históricos menciona el texto? ¿Qué papel tuvieron en los acontecimientos relacionados con la Guerra?
– ¿Se caracteriza el soldado Švejk por su patriotismo y por su amor a la monarquía austro-húngara? ¿A qué puede deberse su actitud?


4. Las consecuencias del conflicto
a. Tras ver en clase la colección de fragmentos de películas ambientadas en la I Guerra Mundial, escribe una redacción de al menos 15 líneas en la que expreses tu opinión sobre la guerra como forma de resolver conflictos.


b. Lee las paginas 124-127 y, tras examinar el mapa de la pagina 127, explica qué conflictos latentes dejan pendientes los tratados de paz.
c. Realiza el comentario de texto del Discurso de los 14 puntos (pgn. 125).

Las aventuras del buen soldado Švejk


-Así que nos han matado a Fernando -dijo el ama al señor Švejk que, una vez declarado idiota por la comisión médica militar, había abandonado el servicio y vivía de la venta de perros, unos horribles monstruos híbridos para los cuales inventaba falsas genealogías.


Aparte de aquella ocupación,sufría de reumatismo y en aquel momento preciso se embadurnaba las rodillas con un linimento alcanforado.


-¿De qué Fernando habla, señora Müllerova? -preguntó Švejk sin dejar de masajearse las rodillas-. Yo conozco a dos Fernandos. Uno es criado del droguero, aquel que una vez se untó por equivocación el cabello con pomada, y también conozco a un tal Fernando Kokoška, que recoge mierda de perro. El mundo poco perdería sin ellos.


-Señor mío, ¡se trata del archiduque Fernando, aquel hombre gordo y piadoso!


-¡Virgen santa! -exclamó Švejk-, ¡qué cosas! ¿Y dónde han matado al archiduque?


-En Sarajevo, señor, con un revólver, mientras iba en coche con aquella mujer, la archiduquesa.


-¡Caramba, señora Müllerova! ¡En coche! Claro, un señor como él se puede permitir ese lujo, pero no se imaginaría que un viaje así pudiera acabar mal. ¡Y ademas en Sarajevo, es decir, en Bosnia, señora Müllerova! Seguramente, habra sido cosa de los turcos. Nunca les deberíamos haber quitado Bosnia-Herzegovina. Vaya, vaya. Así que el señor archiduque ya reposa en la paz del Señor. ¿Y sufrió mucho?


-El archiduque la diñó en el acto, señor. Ya se sabe, un revólver no es cosa de broma. No hace mucho, en mi barrio, en Nusle, un señor que estaba jugando con un revólver envió al otro barrio a toda su familia, y también al portero, que había ido a ver quién disparaba enel tercer piso.


-Hay revólveres que no disparan por mas que uno se afane en ello, señora Müllerova. Hay un montón de sistemas diferentes. Pero para asesinar al archiduque han debido de utilizar un artefacto de los mejores. Me juego lo que quiera a que, ademas, el hombre que lo ha hecho estaba vestido para la ocasión. Ya se sabe que disparar contra el archiduque es un trabajo difícil. No es como cuando un cazador furtivo dispara contra el guardabosques. Lo que importa es la manera en que te acercas. No puedes ir a ver a un señor así con un traje andrajoso. Hay que llevar sombrero de copa si no quieres que la policía te eche.


-Parece que ha sido mas de uno, señor.


-Esta clarísimo, señora Müllerova -dijo Švejk, acabando de frotarse las rodillas-. Si usted quisiera matar a un archiduque o a un emperador, seguro que consultaría a alguien mas. Cuantas mas personas, mas juicio. Uno propone esto, el otro aquello, y es así como «se logra un buen resultado», como dice nuestro himno nacional. Lo mas importante es aprovechar el momento en que la persona en cuestión pasa por delante de ti. ¿Se acuerda usted del señor Luccheni, aquel que apuñaló a nuestra difunta Elizabeth con una lima? Pues paseaba con ella. ¡Para fiarte de la gente! Desde aquel día, ninguna emperatriz sale a pasear. Y la misma suerte les espera a muchos otros. Ya vera, señora Müllerova, comotambién les llegara el turno al zar y a la zarina y, Dios le libre, a nuestro emperador, si ya han comenzado con su tío El pobre abuelo tiene un montón de enemigos. Aún mas que Fernando. Como hace poco contaba un hombre en la taberna, llegara un día en que los emperadores se iran a la caja uno detras de otro de tal modo que ni la fiscalía podra hacer nada por ellos. El hombre después no pudo pagar y el dueño tuvo que avisar a la policía. Y el hombre le propinó un sopapo a él y dos al guardia. De manera que se lo llevaron en el carro municipal para que volviera en sí. ¡Ay, señora Müllerova, hoy en día pasa cada cosa! Otra pérdida para Austria. Cuando yo hacía la mili, un soldado de infantería mató a tiros al capitan. Cargó el fusil y se fue derecho a la oficina. Le insistieron en que no tenía nada que hacer allí, pero él dale que dale con que tenía que hablar con el capitan. Cuando éste salió, lo castigó inmediatamente con un arresto de caserna. El soldado cogió el fusil y le disparó directamente al corazón. La bala le atravesó la espalda y hasta causó destrozos en la oficina. Rompió una botella de tinta que manchó todos los expedientes.




-¿Y qué pasó con el soldado? -preguntó la señora Müllerova un rato después, mientras Švejk se aseaba.


-Se colgó con los tirantes -dijo Švejk mientras limpiaba su duro sombrero-. Y los tirantes ni tan siquiera eran suyos. []




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