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El palacio de Medina Azahara - historia de su construcción



Historia de su construcción

Las obras comenzaron en 936, a cargo del maestro alarife Maslama ben Abdallah. En el se produce el traslado de la corte a esta ciudad, que en esos momentos cuenta con la mezquita Aljama ( ), aunque la ceca o casa de la moneda no se traslada hasta - . No obstante, las obras se prolongan hasta el reinado de Alhakén II, lo que explica las similitudes estilísticas entre esta ciudad y la ampliación de la mezquita de Córdoba llevadas a cabo por este hijo y sucesor de Al-Nasir.

Se ubica en las faldas de Sierra Morena, al pie de la montaña Yebel al-Arus ('Monte de la Desposada') y en contacto con el valle del Guadalquivir. La topografía en pendiente de este lugar explica su disposición en terrazas o niveles, el primero de los cuales corresponde a la zona residencial del califa, seguido por la zona oficial (casa de los visires, cuerpo de guardia, salón rico, dependencias administrativas, jardines) para finalmente albergar a la ciudad propiamente dicha (viviendas, artesanos) y la mezquita Aljama, separadas de las dos terrazas anteriores por otra muralla específica para aislar el conjunto palatino.




Salón Rico.

Actualmente solo se ha excavado un 10% de su superficie total, entre la que destaca el salón rico o salón de Abderramán III, utilizado para la recepción de embajadas importantes, así como para celebrar las fiestas anuales de ruptura del ayuno y de los sacrificios, que tuvieron lugar en Medina Azahara entre los años a .

El Salón Rico fue mandado a construir entre los años 953 y por Abderramán III , como así atestiguan las inscripciones epigráficas aparecidas en basas y pilastras en su interior; tiene planta basilical de tres naves longitudinales con otra transversal en su entrada que actúa de pórtico. Este salón está decorado con relieves de ataurique en mármol en sus zócalos, seguido por relieves de distintos motivos hasta la típica cubierta de artesonado de madera. Sus columnas alternan los fustes de mármol rosa y azul, rematados por cimacios y los típicos capiteles de avispero califales, desde los que arrancan los característicos arcos de herradura, en los que se da la alternancia de dovelas.; es aquí donde se formalizan las características del arco de herradura califal, dónde el alfiz aparece como envoltorio protector del propio arco. Sobre éstos se apoya el friso corrido en contacto con la techumbre de madera. Destaca de todo el conjunto una serie de tableros, cuyo tema único es el árbol de la vida.


Casa de los Visires. Acrílico sobre madera, del artista Pedro Roque. Museo de BB.AA. de Badajoz.

La sala de cinco naves de la Casa de los Visires se abre hacia una ancha y elevada acera, desde la cual bajan unas escaleras hacia una gigantesca plaza cuadrada, hoy adaptada como jardín. Sobre la función de este edificio hay diferentes opiniones. Durante mucho tiempo fue llamado “la Casa del Ejército” pues las medidas de la sala y de la explanada parecen aludir a funciones representativas. Sin embargo hoy se supone que el edificio estaba a disposición del personal encargado de la administración.

Muralla y puerta norte

La medina estuvo cercada por una gruesa muralla, que constituye más un límite que un dispositivo militar estrictamente defensivo. Sólo ha sido excavado el tramo central de la muralla norte, construida con sillares de piedra caliza, como toda la ciudad, a soga y tizón. Al exterior se refuerza con torres rectangulares y en el interior presenta contrafuertes como refuerzo estructural, para contener el empuje de las tierras de la ladera.


Mezquita Aljama.

En la terraza inferior se sitúa la mezquita aljama. De planta rectangular, aparece orientada hacia el sureste y sus elementos básicos (patio, sala de oración y alminar) se organizan según el esquema característico del occidente islámico. La sala de oración es de planta basilical, con cinco naves separadas por arquerías de herradura. Al noroeste se levanta el alminar, de planta cuadrada al exterior pero octogonal al interior.

En el lateral oriental del Jardín Alto, un pasadizo cubierto (sabat) permitía al califa desplazarse hasta su interior, salvando el desnivel de la calle con un puente del que solo restan sus arranques; así penetraba en la mezquita a través de la doble quibla que daba a la maqsura, construida a base de barro cocido. El resto del suelo de la sala de oración estaba cubierto con esteras de esparto, algunos de cuyos restos aparecieron en la excavación.

El exterior de la mezquita presentaría muros lisos con contrafuertes coronados por almenas dentadas, centrándose su decoración en las puertas.




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