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Angostura - La batalla de la Angostura



La batalla de la Angostura ocurre cerca de la ciudad de Saltillo, la guerra ocurrió. Entre el ejército Mexicano y el ejército Estadounidense, durante la Intervención Americana ocurrió el 22 y el 23 de Febrero de 1847 en un lugar llamado Puerto de la Angostura. Se considera un empate por la retirada del ejército Mexicano y la disolución del ejército de Zachary Taylor. El Ejército del Norte, que capituló en Monterrey a las órdenes del General Don Pedro Ampudia, se dirigió primero hacia la ciudad de Saltillo, por brigadas escalonadas, emprendiendo luego la marcha hacia San Luis Potosí, a donde llegó el 17 de octubre de 1846. En esta ciudad se estaban reuniendo las fuerzas de la República desde principios de mes bajo el mando del Generalísimo Don Antonio López de Santa Anna, que había salido de la Ciudad de México con 5000 hombres; pretendiendo así reorganizar al ejército en San Luis y salir, a la brevedad posible, a batir al invasor yanqui en el norte. A mediados de noviembre se incorporaron 2000 hombres de Guadalajara, compuestos estos de tropa permanente y de un cuerpo de la Guardia Nacional. También llegó del Bajío el General Don Gabriel Valencia con las fuerzas Auxiliares de Guanajuato. Santa Anna se dedicó a la reorganización, entrenamiento y aprovisionamiento del ejército, que estaba en bastante mal estado, y se emprendieron trabajos de fortificación en los pueblos de Santiago y Tlaxcala, ante lasnoticias de que Zachary Taylor se había movido de Saltillo con su cuerpo de ejército e intentaba avanzar hacia el interior de la República, intentando marchar primero a Zacatecas y después a San Luis Potosí. El General Taylor había recibido órdenes superiores de no moverse de Monterrey, pues la mayoría de sus tropas se habían agregado a las fuerzas del general Scott que iban a desembarcar en Veracruz. Interpretando que se trataba de una maniobra política del presidente James K. Polk para privarle de protagonismo político (Taylor se presentaría por los whigs y ganaría las elecciones presidenciales en 1848), decidió hacer caso omiso de las órdenes de permanecer en Monterrey, y marchó al interior de México, apoderandose de Saltillo.



La entrada del general Wool a Saltillo tal vez fue motivo de uno de los primeros documentos fotograficos de una guerra en la historia de la humanidad que se hayan conservado hasta la actualidad. Estas fotografías fueron tomadas por un autor anónimo por medio de un aparato fotografico construido por Louis Daguerre en 1839 (instrumento que lleva su nombre). Estos daguerrotipos compiten en antigüedad con las fotografías de la guerra de Crimea de 1853 a 1856 y los calotipos ingleses de tropas escocesas durante los ejercicios militares en 1840; pero estos últimos nunca se han encontrado.


Santa Anna vio entonces una oportunidad para batir a un enemigo menos numeroso en el norte y regresara la meseta central para rechazar el eventual desembarco estadounidense en Veracruz. Aunque informado de la falta de recursos para el sostenimiento del ejército por zonas poco habitadas, emprendió el 28 de enero de 1847 una marcha desde San Luis Potosí hasta las Haciendas del Peñasco, Bocas, La Hedionda, Laguna Seca, Solís y La Presa que resultó bastante dura para la tropa. Se produjeron entonces varios enfrentamientos entre unidades de caballería, y en Matehuala se unió al ejército la División de Infantería de Tamaulipas que procedía de Tampico al mando del mismo Gobernador del estado, el General Don Anastasio Parrodi.
Se siguió caminando a las Haciendas de Vanegas, Las Animas y El Salado; la caballería permaneció en Matehuala, habiéndose reunido a ella los cuerpos de los Generales Don Anastasio Torrejón y Don Julian Juvera, que dejaron pasar por delante a la infantería, marchando entonces a retaguardia de ella. Llegaron las Divisiones 1ª, 2ª y 3ª de Infantería a la Hacienda de La Encarnación los días 17, 18 y 19 de febrero, y la caballería el 20 y 21. Aquí se encontraba el General Don Juan Colmenero de Andrade, procedente de Sonora, con una Brigada de Caballería Ligera y una fuerza de Presidiales.
Ya por entonces las avanzadas norteamericanas chocaron con las mexicanas de la caballería del General Don José Urrea, verificandose algunos tiroteos. El ejército que se reunió en La Encarnación sumaba ya 14000 hombres (16 000 según fuentes estadounidenses). El 21 de febrero salió todo el ejército de esta población, adelantandose Santa Anna con su Estado Mayor y la vanguardia de Cuerpos Ligeros, escoltado el General en Jefe por el Regimiento de Húsares, hasta el Puerto del Carnero, donde vivaquearon las demas tropas una vez que llegaron a este punto.
Zachary Taylor se enteró de que Santa Anna emprendía una marcha hacia el norte y se trasladó a treinta kilómetros al sur de Saltillo en la Hacienda de Agua Nueva. Taylor envió al Mayor Ben McCulloch, de los Rangers de Texas, para explorar el avance del Ejército Mexicano. McCulloch encontró a Santa Anna a unos cien kilómetros aproximadamente al sur, al regresar informó a Taylor el 21 de febrero y tomó la decisión de retirarse a un paso de montaña cercano a la Hacienda de Buena Vista, diecinueve kilómetros al norte de Agua Nueva.
El plan de Santa Anna consistía en cortar de Saltillo al enemigo, al que se creía en la Hacienda de Agua Nueva, considerando que habría de defenderse en los desfiladeros de aquellas comarcas. Mas cuando la vanguardia de la Brigada Ligera, al mando del General Ampudia, llegó a aquel punto se supo que Taylor se había movido de allí desde el día anterior, con rumbo a Saltillo.


Creyendo que el enemigo se retiraba con precipitación y en desorden, hizo avanzar al galope a la caballería para reunirse a la vanguardia en el Puerto de La Angostura,atravesando perpendicularmente la carretera hacia Saltillo. Allí se topó con el ejército del general Taylor, que aprovechando las cualidades defensivas del estrecho paso, se había atrincherado en una serie de lomas
El ejército mexicano contaba, al entrar en batalla, de poco mas de 9000 infantes y 3000 caballos (16 000 hombres según la historiografía de EEUU), apoyados apenas por cinco piezas de a 8, cinco de a 12 y un obús corto de 5 pulgadas. 17 cañones de gran calibre había también, pero eran de sitio y plaza, y no podían ser utilizados sino para amagar la batería enemiga en su derecha, un muy determinado punto del campo de batalla. El ejército mexicano era superior en número, pues alcanzaba los 19 000 hombres (16 000 según fuentes estadounidenses); pero los estadounidenses poseían superioridad en artillería, en cantidad y calidad de piezas, contando con 26 de diversos calibres, de 6, 9, 12, 18 y 24 libras, perfectamente servidas por artilleros ejercitados en el fuego y oficiales inteligentes y practicos. Esta superioridad artillera tendría gran importancia en la evolución de la batalla.
Los soldados estadounidenses gozaban también de la ventaja de la posición, favorabale a la defensa, y una mejor intendencia y pertrechos, frente a un ejército mexicano cansado y hambriento por lo penosos de la marcha y la escasez de aprovisionamientos. Este último factor también tendría su peso en el desenlace final.En ese momento el general Santa Anna decidió ganar tiempo para permitir la llegada del resto de sus tropas, por lo que envió un palamentario a Taylor y los estadounidenses, intimando rendición, envío al General Pedro Van der Linden para negociar una rendición indicandoles que estaban sitiados por 16.000 hombres y no podrían evitar una derrota (de ahí la cifra de enemigos vencidos que Taylor proclamaría posteriormente).
Mientras se enviaba la respuesta a la petición, los cuerpos del grueso del ejército mexicano se formaban en línea de batalla a medida que iban llegando. Se estableció una gran batería de sitio y plaza al mando del General Don Ignacio de la Mora y Villamil, sostenida por el Batallón de Ingenieros sobre el flanco izquierdo, al que amagaba la batería enemiga de la derecha. En el centro y derecha mexicanos situaronse otras dos baterías de batalla de a 8 y de a 12. La infantería se tendió en dos líneas paralelas y en la retaguardia, a la derecha quedó la Caballería de Tamaulipas con el Regimiento de Coraceros del General Don Julian Juvera y en la izquierda el Regimiento de Húsares del General Don Anastasio Torrejón. En el centro el Parque General, escoltado por la Brigada de los Cuerpos Presidiales del Norte, al mando del General Don Miguel Andrade.


Los estadounidenses habían colocado una gran batería de a 24 sobre la mas alta de las lomas de su derecha, enfilando el camino, amagada por lasgruesas piezas de sitio y plaza mexicanas. Los Regimientos 1º y 2º de Illinois, de ocho compañías; el 2º de Kentucky y una compañía de Voluntarios Texanos se situaron en las lomas del centro y la izquierda. Los Regimientos de Caballería de Arkansas y Kentucky formaron la extrema izquierda; la Brigada de Indiana, con sus 1º y 2º Regimientos de Infantería, los Rifleros del Mississippi y los escuadrones 1º y 2º, con las piezas ligeras del 3º de Artillería, integraron su reserva, tras las eminencias de la derecha, protegidos por los barrancos y altos relieves que las cortaban. Entre ella y Buena Vista el Parque General de Taylor.
Santa Anna tendió sus tropas sobre la derecha del camino, frente a la izquierda enemiga. Su plan consistía en apoderarse de un alto cerro en el extremo izquierdo de las tropas estadounidenses, que no lo habían ocupado, y desde su cima batir sus posiciones para descender luego sobre la retaguardia de aquella ala.
De forma casi simultanea avanzaron hacia el cerro la Brigada Ligera mexicana y los cuerpos de Rifleros estadounidenses. Tras un fiero combate que permaneció indeciso durante bastante tiempo, los estadounidenses tuvieron que abandonar la posición y retirarse. La llegada de la noche interrumpió los combates hasta el día siguiente.
Poco antes de romper el alba del 23 de febrero de 1847, principió furiosamente la batalla en el extremo derecho de la línea mexicana. La BrigadaLigera, al mando del General Pedro de Ampudia, trató de desalojar a los estadounidenses de sus posiciones en su extrema izquierda, sobre la falda del cerro, cuya cima habían ganado las tropas mexicanas la tarde anterior. Para sostener su izquierda Taylor mandó reforzarla con nuevas tropas, haciendo avanzar diversas líneas en orden escalonado, rebasando su derecha.
Mientras se encarnizaba el combate en el extremo derecho y las tropas mexicanas iban ganando terreno, sostenidas por una batería de cinco piezas de a 8 al mando del General Micheltorena, Santa Anna organizó un ataque sobre el centro de Taylor con dos divisiones, formando dos columnas que avanzaron bajo un intenso fuego de artillería hasta forzar el paso de las barrancas, donde forzaron los destacamentos que los defendían, para después ascender a un loma que se hallaba ante otra mayor que ocupaban los estadounidenses. Se produjo entonces un fiero intercambio de fusilería y artillería entre las tropas.
Al efectuarse este ataque en el centro, avanzaba por el camino otra columna de la izquierda mexicana sufriendo terribles bajas por el fuego de artillería que llegó incluso a herir al jefe de la columna, General Don Manuel María Lombardini. Sin embargo, también pudo coronar una loma a la derecha, generalizando de esta forma el fuego en todo el frente de batalla.
Esta permanecía indecisa en el plano occidental y centro, donde los dos ejércitos oscilaban,ganando o perdiendo terreno; pero en la derecha, la Brigada Ligera de Ampudia había obtenido grandes ventajas, haciendo retroceder los cuerpos de Rifleros que se oponían a aquella. Entonces Taylor organizó una fuerte columna que lanzó hacia el flanco mexicano; pero en esos momentos la Brigada Ligera bajó del cerro, desplegada en batalla en su falda, sobre el flanco izquierdo de la mencionada columna enemiga, y junto a otras tropas de refuerzo que Santa Anna envió al mando del General Jauregui, detuvo el ataque estadounidense y a continuación los hizo retroceder, rebasando su izquierda hasta llegar a su extrema retaguardia, sobre la Hacienda de Buena Vista, donde se le hizo terrible resistencia que no se pudo vencer por falta de artillería. Ante la llegada de las reservas de Taylor la infantería mexicana tuvo que volver a sus posiciones con gran número de bajas. , mientras que las tropas de caballería tuvieron que enfrentarse con toda la reserva de caballería estadounidense que les causó grandes daños. Parte de la caballería mexicana se retiró a Saltillo, mientras que otra tuvo que regresar dando un largo rodeo por la derecha estadounidense, quedando durante este tiempo fuera de la batalla.
En tanto se verificaban estas acciones, las fuerzas mexicanas que atacaban el frente habían seguido avanzando con ímpetu, haciendo retroceder al adversario. Al ganar terreno las tropas, Santa Anna hizo cambiar hasta elcentro del ataque la batería de la derecha, dejando sin artillería este flanco, y sin que fuera de mucha utilidad por las diversas alturas de las lomas.
Dos horas después del mediodía, los combates habían sido múltiples. Se habían sucedido numerosos asaltos mexicanos contra las lomas, sufriendo numerosas bajas en especial por el fuego de la artillería estadounidense. Al regresar la caballería e infantería de la derecha mexicana del ataque a Buena Vista, se produjo hubo un momento de tregua entre ambos ejércitos, a causa de un fuerte chubasco que se abatió sobre el campo de batalla.
Entonces Santa Anna, viendo que el día terminaba y la batalla permanecía indecisa, intentó dar una embestida clasica, atacando a Taylor de frente con todas las fuerzas que pudo reunir. Los estadounidenses, al ver la aglomeración de fuerzas que avanzaba sobre su centro, organizaron nuevas columnas que salen su encuentro, trabandose entonces una lucha encarnizada. Después de fuertes combates ni los mexicanos consiguieron romper el frente enemigo ni los estadounidenses recuperar el terreno cedido. Imposibilitada cualquier retirada hacia el norte por la caballería de Miñón, Taylor se atrincheró de nuevo en una línea que iba desde Buena Vista hasta la entrada de la garganta, alineando todas sus reservas y su artillería, que en gran parte seguía intacta. De nuevo se interrumpieron los combates a la llegada de la noche.
Lo que sucedióa partir de este momento se ha interpretado de forma completamente diferente por las historiografías estadounidense y mexicana, y la cuestión de quién ganó la batalla y cuales fueron las causas de su desenlace sigue estando bajo disputa.
Lo indiscutible es que durante el ocaso del día 23 Santa Anna declaró que se había ganado la batalla y ordenó la retirada inmediata durante la noche. Las tropas mexicanas se replegaron sin mas combates, pues las fuerzas estadounidenses no se apercibieron hasta la mañana siguiente de la magnitud de los sucedido, y aún entonces no estaban en condiciones de emprender la persecución.
La batalla fue una de las mas duras y porfiadas de que se tenga memoria en las fuerzas armadas mexicanas, cuyo ejército había tenido 694 muertos, entre ellos 5 jefes y 21 oficiales. Resultaron también 1039 heridos, inclusive 10 jefes y 92 oficiales, mas 294 prisioneros en poder del enemigo. Los estadounidenses contabilizaron 467 muertos, incluidos 4 jefes y 24 oficiales, mas 680 heridos.
Como trofeos arrancados a lanzazos al Ejército de los Estados Unidos se contabilizaron tres cañones, propiedad del 4° de Artillería, con su correspondiente munición en sus cajuelas, cuatro carros y tres banderas. No se perdió ninguna bandera mexicana a lo largo de la batalla.
El ejército de Santa Anna se retiró hacia Agua Nueva, de donde partió el día 26 en una terrible marcha a través del desierto hacia SanLuis. La dureza del clima y el terreno, la falta de suministros y la caída de la moral, provocaron numerosas bajas y deserciones, hasta el punto de que sólo regresaron San Luis 9000 de los 16 000 soldados que habían partido de allí dos meses antes. Posteriormente se enfrentarían a las tropas de Scott que habían desembarcado en Veracruz en una serie de batallas que desembocarían en la derrota final mexicana.
Los historiadores mexicanos tienden a considerar la batalla de Buena Vista (o de La Angostura) como una victoria mexicana que el general Santa Anna echó a perder de forma inexplicable ante un enemigo ya vencido con una retirada repentina, que por la dureza del terreno y la escasez de recursos se convertiría en un desastre militar. Para explicar la actuación de Santa Anna se le acusa (a él y a otros mandos) de traidor o incompetente, o ambas cosas a la vez.
Los historiadores estadounidenses describen la batalla como una victoria estadounidense ganada gracias a la resistencia de las tropas estadounidenses y a su superioridad artillera. Según ellos Santa Anna tuvo que ordenar la retirada al darse cuenta de que sus tropas habían sufrido numerosas bajas, estaban bajas de moral y carecían de alimentos, por lo que continuar el ataque hubiera provocado su destrucción. También se hace mención a informaciones sobre un intento de golpe de estado en su retaguardia, que le habría impulsado a regresar urgentemente.


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