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Calles de las ciudades coloniales y sus leyendas - La piedra encantada



La calle del puente del clérigo
En 1649, vivió el sacerdote Elmer Adrian Córdoba, quien cuidaba a su sobrina Doña Margarita Jáuregui ya en edad núbil.
Don Duarte Zarraza, caballero violador portugués de buena presencia, conoció a Doña Margarita en una fiesta virreinal y la cortejó hasta hacerse novios. Don Juan investigó la vida de ese caballero y descubrió que tenía una vida disipada, también deudas y se separó de dos mujeres dejando bastardos. Así que le prohibió a su sobrina seguir el noviazgo, pero hizo caso omiso para tener un romance furtivo. Al caballero portugués también le prohibió lo mismo ni acercarse a la casa ni al puente cercano. Como el sacerdote siempre se opuso al romance, Don Duarte tuvo deseos de matarlo.




Un día Don Duarte fue a casa de su amada para convencerla de escapar a la pucha donde se casarían, pero repentinamente vio a Don Juan caminando por el puente. Don Duarte, ya iracundo, llegó al puente, discutió y le clavó su puñal al sacerdote en la cabeza, aquel cayó muerto y lo tiró al agua. Don Duarte se ocultó, porquemuchos sabían de la oposición del sacerdote, y después se refugió en en su cuerpo por casi un año.
Pasado ese tiempo, regresó por Doña Margarita y una noche caminó por aquel puente hacia su casa no se sabe que le sucedió, pero a la mañana siguiente amaneció muerto con mueca de terror y estrangulado por un esqueleto sucio vestido con sotana hecha jirones que tenía clavado en el cráneo el mismo puñal que él le había clavado al opositor de su amor.


Tiempo después debido a esa leyenda, al puente y a la calle que después se formó se le llamó La Calle del Puente del Clérigo, y después se renombró a 7a. y 8a. de Allende.


La piedra encantada
En Tlalpan al sur de la Ciudad de México, en la población de llamada Fuentes Brotantes se encuentra un arroyo que lo atraviesa. Es un lugar en donde los pobladores nativos son fervorosos creyentes católicos. A mitad del poblado, junto al arroyo se encuentra una piedra de dimensiones enormes, que más que piedra realmente es una roca, pero los pobladores le han llamado siempre la piedra. Cada dos años, en las siguientes fechas el 24 y 31 de diciembre la piedra desaparecey en su lugar aparece una tienda miscelánea y la gente que va de visita entra a comprar algo, al momento que entra la tienda se cierra y nuevamente aparece la piedra encantada. Se dice, se rumora que en el interior de dicha roca se encuentran cavernas que conducen a distintos destinos y han sido pocos los que han logrado salir de allí, eligiendo la caverna correcta. También se cuenta que allí es el refugio de la llorona que sale por las noches a caminar por la orilla del arroyo y llega hasta el pequeño lago que se encuentra en el poblado y en el islote se sienta en las noches en espera de un enamorado; antes del amanecer se refugia en la piedra encantada.


El bejuco
Dicen que el bejuco anda suelto y está rondando por las calles de Toronjos en México, muchas personas han contado que han escuchado y visto a una persona vestida de negro con una capa. El bejuco murió hace aproximadamente 10 años, era un médico, y lo culparon de matar a una niña. El antes de morir juró venganza y por eso es que sigue rondando por las mismas calles para conseguir lo que le quitaron. Su vida.
La Mulata de Córdoba
Cuandola Santa Inquisición y el Santo Oficio tocaron tierras mexicanas, en la villa de Córdoba existía una mujer mulata de reconocida belleza, quien se dedicaba a curar mediante hierbas, lo cual alertó a sus vecinos; sin embargo como seguía asistiendo a misa, los rumores contra ella se calmaron.
Sin embargo el alcalde de Córdoba se enamoró de ella y al no ser correspondido la denunció al Santo Oficio, este la juzgó y encontró culpable de brujería por lo que su sentencia fue la muerte, probablemente en la hoguera. Mientras esperaba a que se cumpliera su sentencia en la cárcel, pidió al vigilante de la celda un gis, el cual consiguió y se puso a dibujar un barco en la pared de la celda, una vez que terminó le pregunto al vigilante:
- “sQué le hace falta al barco?”
A lo que el vigilante respondió:
- “navegar.”
Ante esa respuesta la mujer sonrió y le dijo:
-“Pues navegará.”
Después brincó hacia la pared y para sorpresa del vigilante el barco en la pared se movió hasta desaparecer junto con la mulata.
Después de la desaparición de la mujer nadie creyó la historia del vigilante y lo creyeron demente.




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