Consultar ensayos de calidad


Federico Proaño, sintesis biografica




CUADERNOS DE DIVULGACIÓN CÍVICA

MIGUEL DÍAZ CUEVA Federico Proaño Síntesis biografica Comisión Nacional Permanente de Conmemoraciones Cívicas

Casa de la Cultura Ecuatoriana “Benjamín Carrión” QUITO - ECUADOR 2002


FEDERICO PROAÑO


CUADERNOS DE DIVULGACIÓN CÍVICA

Debo expresar mi agradecimiento a la Comisión de Conmemoraciones Cívicas, en la persona de su Presidente, el señor Ministro doctor Juan Leoro Almeida, por el honor que me ha conferido al pedirme que presente una biografía del sobresaliente escritor don Federico Proaño cuyo nombre conocí y admiré, desde mis primeros años de estudiante, porque encontré que la verdad, la justicia y el deber fueron las normas que guiaron su vida. El inexorable transcurrir del tiempo hace que, en muchas ocasiones, se pierda el recuerdo de las personas o de los acontecimientos de un país, no obstante de la importancia que ellos entrañan, y que las nuevas generaciones los ignoren o no tengan el conceptocabal de lo que ellos representaron en el acontecer histórico de los pueblos. Esto ha ocurrido con la memoria de este ilustre ecuatoriano que, luego de los pocos años que vivió en la Patria, los que le restaron de su existencia -que fue corta- los pasó fuera de ella en varios países de Centro América, hasta concluir sus días en la ciudad de Quezaltenango, en la República de Guatemala. Para cumplir con el cometido que se me ha confiado, he pensado que lo mejor que se puede hacer es realizar una síntesis de la completa y magnífica biografía de don Federico Proaño, escrita, hace muchos años, por el destacado historiador don




FEDERICO PROAÑO



Víctor Manuel Albornoz y que mereció un justiciero premio; por lo tanto, nada de nuevo puedo agregar a tan brillante trabajo, y sólo incorporaré algunos de los valiosos conceptos que acerca de la personalidad de Proaño emitieron otros destacados intelectuales del país y del exterior, así sobre su valiosa obra literaria, como también luego de su fallecimiento y, ademas, algunas breves líneas de mi parte que las considero necesarias. Su vida transcurrió rodeada de situaciones que estuvieron lejos de la felicidad, y días de penalidades y de lucha fueron los que le acompañaron desde su niñez, pero siempre protegidos por las nobles virtudes alentadas por su elevado espíritu, para situarlo en el lugar que, con justicia, le ha asignado la historia. Miguel Díaz Cueva


CUADERNOS DE DIVULGACIÓN CÍVICA

FedericoProaño Nació el Ecuador como República en 1830, al separarse de la Gran Colombia el Departamento del Sur y el gobierno del nuevo país estuvo en manos del General venezolano don Juan José Flores quien rigió sus destinos por varios años, hasta que en marzo de 1845, una revolución puso fin a su última administración; pero, quienes fueron sus partidarios, no cejaron en intentar volverlo al mando de la República, por lo que las fuerzas juveniles de la Patria se unieron para enfrentar a los floreanos, y, así, en Quito se formó la División del Norte, comandada por el Coronel José María Guerrero, de la que formó parte el doctor José Camilo Proaño, joven profesional en la Medicina, por lo que es designado Cirujano Mayor de la División. No obstante de que se había instaurado ya un nuevo Gobierno, amigos y partidarios del General Flores en la ciudad de Cuenca, amenazaban con una reacción a su favor, por lo que el Presidente don Vicente Ramón Roca situó en esta ciudad tropas adictas a su gobierno y, así, en enero de 1847, llega a Cuenca un escuadrón en el que presta sus servicios profesionales el doctor José Camilo Proaño, quien es visto con simpatía por la sociedad. Aquí establece, en unión de los médicos doctores Agustín Cueva Vallejo y Domingo Ramírez, la Sociedad de Comi-


FEDERICO PROAÑO



sión Médica, de la que es nombrado su Presidente. A poco tiempo de llegado a Cuenca, conoce a la señorita Teresa Marquez que vive, en unión de sus hermanos, en el barriode El Vado, en una casa situada a la orilla izquierda del río Tomebamba, en la parte alta. Del amor que el doctor Proaño le da y del que recibe de ella, nace su hijo el 14 de marzo de 1848, el que sera bautizado días después, el 16, por el Presbítero Manuel Palacios, siendo Cura Rector el Sacerdote doctor Lucas Iglesias, quien suscribe la respectiva partida, y se le impone los nombres de Federico Raymundo, apadrinado por la señora Carmen Marquez. En el sitio en el que estuvo la casa de su nacimiento, en la calle hoy denominada La Condamine, esta un edificio en el que se trató de instalar los talleres del Diario 'El Mercurio', pero que luego pertenece a otro dueño y en cuyo frontis existe una lapida que recuerda el sitio del nacimiento de Federico Proaño. Los primeros años de la vida de Proaño, desde marzo de 1848, que es la fecha de su nacimiento, transcurren en Cuenca, su ciudad nativa, con la cariñosa abnegación de su madre y la generosa ayuda de los tíos de ella, los doctores Pío y José Antonio Marquez, sacerdote el primero y abogado el segundo. En una escuela particular adquiere sus primeros conocimientos, para, luego, ingresar al Colegio Seminario y continuar sus estudios secundarios que los concluye con especial lucimiento en 1865. Posteriormente, al iniciar la enseñanza superior, resuelve seguir los estudios que le llevarían al sacerdocio, destacandose siempre entre sus compañeros, por lo que recibe las efusivas felicitaciones de sus maestros, todosellos valiosos miembros



CUADERNOS DE DIVULGACIÓN CÍVICA

del clero cuencano de esa época; y, en mas de una ocasión, es el designado para representar a la juventud estudiosa de Cuenca en actos solemnes como fue el de la inauguración de la Universidad de la ciudad, en 1868, o, en 1870, cuando, con motivo de la muerte de Benigno Malo, es una de las personas que, joven aún, ocupa la tribuna fúnebre para el elogio de quien fue uno de los ilustres cuencanos del siglo XIX. Cursaba aún sus estudios eclesiasticos en el Seminario y era clérigo de órdenes menores, cuando en 1869 se le designa para Director de la Segunda Escuela Auxiliar de Niñas existente en la ciudad, cargo que lo desempeña con abnegación y entusiasmo; poniendo todas sus dotes de educador que las tiene por atavismo, pues su abuelo, don Buenaventura Proaño, es uno de los propulsores de la cultura nacional como educador de varias generaciones. La labor educativa de Proaño en este centro cultural merece las mas expresiva felicitación del Gobernador Accidental de Cuenca, en el Informe que éste eleva al Ministerio de Instrucción Pública, en agosto de 1870. La actividad política de Proaño se inicia cuando debía elegirse al Presidente de la República que sustituiría a don Jerónimo Carrión, pues han surgido varias candidaturas, pero las que tienen mayores posibilidades son las de Francisco Xavier Aguirre y Gabriel García Moreno; para sostener la primera se funda la Sociedad Popular del Azuay, conBenigno Malo, José Rafael Arízaga, Antonio y Ramón Borrero, Agustín y Mariano Cueva y otros distinguidos políticos cuencanos. A favor de García Moreno se funda la Sociedad Conservadora del Azuay con Antonio Mansilla, Rafael Villagómez Borja, Carlos Ordóñez, Justo y Miguel León


FEDERICO PROAÑO

9

y otros mas entre los cuales figura Federico Proaño. Poseedor ya de singulares aptitudes literarias, en 1869 establece la Sociedad de la Esperanza, de la que es elegido su Presidente, cuyos miembros, siempre guiados por Proaño, redactan sus periódicos 'La Esperanza' y 'El Crisol'; y, luego, de 1871 a 1873, aparece 'La Aurora' como órgano oficial de la Sociedad; en todas estas publicaciones se encuentran sus colaboraciones y en ellas revela su propensión al humorismo, en algunas veces hiriente, y que sera perenne en la mayor parte de su producción literaria posterior. Entre quienes acompañaron a Proaño en la conducción de la Escuela Auxiliar de Niñas se encuentra como Profesora la señorita Antonia Arteaga Carrión, persona dotada de muchas prendas personales, por lo que Proaño piense en ella para el matrimonio; pero tiene que afrontar una situación difícil, pues, por criterios que prevalecen en esa época, ¿cómo puede una persona que no tiene legitimidad en su origen y que aún lleva sotana, pretender a una persona distinguida? y su propuesta no merece aceptación y no le queda otro pensamiento que salir de Cuenca., y así lo hace, luego de una triste y amorosadespedida de su madre En los inicios de 1873, abandona su ciudad natal con rumbo a la de Guayaquil, lugar en el que, solamente al amparo de su talento, buscara los medios para su subsistencia, y sus cualidades literarias le serviran para encontrar un escenario mas amplio para el desenvolvimiento de sus aptitudes en el campo de las letras y, con su pluma, transitara por el camino de la verdad y lo hara siempre airoso y triunfante, y no tardaran


10

CUADERNOS DE DIVULGACIÓN CÍVICA

en brindarle su amistad Pedro Carbo, Juan Montalvo y otras personas de igual prestigio. En una de las paginas de su libro, al hablar de la pluma que esta en manos de los literatos, se expresa: 'Pocas cosas tienen tanta importancia histórica como la pluma. Su destino es tan grandioso, quiza, como el de la palabra; porque si ésta es la expresión de la idea, la pluma es el órgano de su inmortalidad; si la palabra ilumina lo presente, la pluma aspira a la supervivencia, y esclarece aun los limbos del porvenir. Una pluma ¡qué pequeña y efímera es! sin embargo ¡cuantas veces constituye, por sí sola un poder armado, y un poder armado invencible, porque su fuerza esta en la convicción! Los cañones de todos los tiranos de la tierra pueden quedar vencidos por la pluma de un pensador libre; uno solo de sus rasgos es capaz de conmover los tronos cimentados sobre la base de los siglos'. En Guayaquil inicia, pues, su camino que le llevara a adquirir el bien ganado prestigio como escritor yperiodista de renombre, labor en la que, por la altivez y valentía con que supo conducirse, en mas de una ocasión sufrió duras e injustas persecuciones pero que hicieron que su espíritu se fortalezca en la noble tarea que se había impuesto, ya que siempre supo alzarse en integridad vertical sin curvaturas. A la Sociedad Literaria de Instrucción Mutua existente en la ciudad de Guayaquil, y que la integran Miguel Valverde, Rafael Caamaño, José Antonio y Fernando Gómez y algunos otros jó-


FEDERICO PROAÑO

11

venes, ingresa Proaño a su arribo a esa ciudad y en ella encuentra amistades que las cultiva y que tendran especial repercusión en su vida, una de ellas es la de Miguel Valverde; y ese grupo literario, por lo destacado de su proceder, construye el cimiento para su bien ganada reputación. Si bien con temperamentos distintos, a Proaño y Valverde les une las dotes de una innegable inteligencia y los fervientes anhelos de libertad, y, llevados por este deseo, resuelven fundar un periódico, y, con el apoyo valioso de Juan Bautista Rolando y Tomas Gagliardo, el 9 de octubre de 1873, aparece como semanario La Nueva Era, aunque de reducido tamaño, al que aportara con sus producciones literarias e incluira algunas ajenas. La dirección principal la ejerce Proaño, y, ante la ausencia de Valverde, quien después de pocos meses de labores, se traslada a Chile, asume la absoluta responsabilidad del semanario del que obtiene una mayor difusión, ya que el materialque en él se publica es ameno y útil para los lectores; pues, ademas, se incluyen artículos escogidos de escritores de ya renombrada fama, tanto del exterior como de la Patria. Con el regreso de Valverde, que ocurre en julio de 1874 y quien desde años anteriores había demostrado su acre oposición a García Moreno, el semanario va hacia el campo político y, consecuentemente, admite las colaboraciones de destacados escritores que se esmeran en tratar asuntos relacionados con el tema y también Proaño entra a la oposición, ya que ha cambiado de concepto sobre la persona de García Moreno, al ver que la democracia ha desaparecido en el Ecuador y que impera solamente la voluntad del Jefe del Estado, pues ello esta en


12

CUADERNOS DE DIVULGACIÓN CÍVICA

contra de sus principios políticos y su espíritu noble y rebelde le impide aceptar una situación de esa naturaleza. Los ecuatorianos debían elegir a su mandatario, ya que finalizaba el período presidencial, pero se anuncia el deseo del Presidente García Moreno de ser reelecto, por lo que muchos de los ecuatorianos y especialmente sus opositores, se manifiesten totalmente contrarios al propósito del mandatario y lo demuestran mediante las colaboraciones aparecidas en la prensa del país, actitud a la que también se suma La Nueva Era. En este momento Proaño desea reanudar sus estudios universitarios y seguir sus interrumpidos cursos de jurisprudencia y se separa de la redacción del semanario lo que hace saber aValverde, quien no logra disuadirle de su propósito y, en la edición correspondiente al 22 de septiembre de 1874, comunica al público su resolución; pero, por haberse separado de la redacción del semanario, no se encuentra libre de la persecución política que hubo de soportarla en unión de su amigo Valverde; pues, en el mismo número de La Nueva Era, en el que se anuncia la separación de Proaño, se publica una colaboración titulada Correspondencia importante en la que, con altivez, valentía y fundamentos valederos, se contradice el propósito de la reelección de García Moreno. Como era de esperarse, dado el temperamento del gobernante, a esa colaboración la califica de sediciosa y, trata, por todo medio, que los redactores del semanario indiquen el nombre de su autor; y, por disposición del Presidente, su Ministro de Gobierno ordena que el Gobernador del Guayas proceda a la captura de Valverde, el único redactor en ese entonces de La


FEDERICO PROAÑO

13

Nueva Era, pero el Gobernador Accidental, que responde nada menos que al nombre de Antonio José de Sucre, ordena la aprehensión de Proaño, y al comunicar su resolución al Ministro lo hace en estos términos: 'Aunque en el número de La Nueva Era que US. H. me ha enviado adjunto al oficio marcado con el Nº 179, no figura el nombre del señor Proaño como editor responsable, el suscrito ha tenido a bien ordenar la prisión de éste por tener el mas íntimo convencimiento de que es uno de los que cooperan, deuna manera muy eficaz, como se deja ver en los números anteriores de este periódico, en los cuales figura el referido Proaño como editor”. Por lo tanto, Proaño y Valverde son conducidos al cuartel de la Policía, mientras que en la imprenta en la que se editaba el semanario se busca el original del artículo en referencia, para descubrir a su autor Aunque los partidarios de García Moreno creían que con la prisión de Proaño y Valverde y la desaparición de su periódico La Nueva Era, la oposición estaría anulada, se sorprenden al ver que, con la ayuda de los hermanos José Antonio y Fernando Gómez, logran editar, en la clandestinidad, siete números de su periódico, aunque en limitado número de ejemplares. En vista de que los prisioneros tenían cierta facilidad para no permanecer todo el tiempo en la prisión que la cumplían en el local de la Policía, las autoridades resolvieron trasladarlos a la carcel pública, en diciembre de 1874. El proceso penal iniciado en contra de ellos, no da el resultado que el Gobierno y la autoridades de Guayaquil desean: el juez que conoce de la causa, el abogado cuencano doctor


14

CUADERNOS DE DIVULGACIÓN CÍVICA

Antonio Tamariz García, luego la Corte Superior de Guayaquil y, finalmente, la Corte Suprema, mantienen el recto criterio de que el artículo acusado no es sedicioso y que, por lo tanto, no hay lugar a la causa penal. Esta resolución del Poder Judicial exaspera al Gobernador Sucre quien solicita al Agente Fiscal doctorEsteban Febres Cordero que acuse las publicaciones hechas por Proaño y Valverde, pero éste opina en el sentido de que ellas no tienen mérito legal para constituir un delito, como era el deseo del Gobernador. Ante esta situación García Moreno, resuelve ejercer su justicia, en la forma como él la concibe y acostumbra hacerlo, aunque sabe que el autor de la Correspondencia es el doctor Antonio Borrero Cortazar, su antiguo amigo tan estimado, quienes, en un momento determinado, rompieron con sus relaciones cordiales para constituirse en enemigos y contra quien García Moreno no quiere proceder sino con pruebas terminantes. Por ciertas cartas que García Moreno recibe de las ciudades de Cuenca y Guayaquil juzga que se trata de alterar el orden en la República, acusación que recae sobre don Antonio Borrero, considerandoles como azuzadores, por medio de la prensa, a Proaño y Valverde, por lo que solicita al Consejo de Estado la autorización para declarar a Cuenca y Guayaquil en estado de emergencia; y, obtenida ella, los periodistas son conducidos presos a la ciudad de Quito, en enero de 1875, con la entusiasta despedida que les tributa el pueblo de Guayaquil que supo aquilatar el valiente comportamiento de ellos. Luego de varias jornadas, los presos llegan a la ciudad de Quito el 12 de febrero de 1875 y son recluidos en el cuartel de


FEDERICO PROAÑO

15

la Policía; por repetidas ocasiones son conminados, a nombre del Presidente de la República, a queindiquen quién es el autor de aquella Correspondencia publicada en La Nueva Era; pero Proaño y Valverde, consideran que es un rasgo de altivez el negarse a delatar el nombre, no obstante de que reconocen que el autor no debió dejar que ellos se sacrifiquen por él al no presentarse a responder por el artículo cuestionado. Se les ofrece la libertad a condición de que suscriban una comunicación en la que se comprometan a no intervenir en política, ya que se desea que su voz no sea escuchada, petición que no es aceptada, pues consideran que no se les puede privar del derecho a expresar libremente sus ideas y a opinar sobre los problemas de la Patria. García Moreno resuelve conceder la libertad a los prisioneros y la comunicación la lleva el señor Jorge Villavicencio, amigo leal y persona de confianza del Presidente, pero existe una condición: que Proaño y Valverde suscriban una petición al Presidente solicitando su libertad, la misma que, ya escrita, les es presentada por el intermediario señor Villavicencio, condición a la que dan su negativa los prisioneros. Al enterarse García Moreno de la altiva negativa de Proaño y Valverde, ordena que sean expatriados hacia el Perú, y la noticia les llega por intermedio del mismo señor Villavicencio; pero el viaje deben hacerlo por la vía del Napo, en la que recorreran regiones selvaticas y lugares inhóspitos, y que es la de su preferencia para que transiten por ella las personas a las que, en su gobierno, les aplicó la pena deldestierro, entre las que se cuentan muchos civiles y eclesiasticos. Varias personas contri-


16

CUADERNOS DE DIVULGACIÓN CÍVICA

buyen con recursos económicos para la ayuda a los prisioneros que deben viajar por esos lugares. Los periodistas salieron de Quito el 15 de febrero de 1875 acompañados de los guardias que los custodiaban y de indígenas nativos del Napo, conocedores del camino. Todo el grupo, luego de descansar en varios tambos, llega a Archidona, lugar en el que, con el consentimiento del Capitan Rivadeneira que los conduce, permanecen por algunos días y allí conocen y son recibidos cariñosamente por el extranjero que reside en ese lugar desde hace muchos años y es Mr. Jorge Edwards. Tras los días de reposo en Archidona llegan al Napo y admiran la imponente belleza de su río, cuyo curso alcanza mil cuatrocientos ochenta kilómetros y, embarcados en canoas, conducidas por los indígenas expertos, navegan por sus aguas, gozando del magnífico espectaculo que brinda la naturaleza a las orillas del río, hasta cuando un día las embarcaciones se detienen y los indios anuncian haber llegado al sitio denominado Callaposa, último lugar, hacia el Oriente, límite de la jurisdicción ecuatoriana en 1875, y allí, fueron desembarcados por orden del Capitan Rivadeneira y abandonados por sus conductores. quienes emprendieron su regreso. En medio de la soledad y angustia en la que se encuentran, inesperadamente reciben la ayuda de una persona que aparece en unacanoa y que salta de su embarcación para poner a salvo a los desterrados, esta persona es don Manuel Jara, quien, desde años atras, reside en un pueblo llamado Mazan. Luego de recorrer las millas que existen desde la desembocadura del Napo, llegan a Iquitos en abril de 1875 merced al


FEDERICO PROAÑO

17

auxilio generoso que les fue proporcionado por el señor Jara quien les brindó un bote y los remeros para que los conduzcan. En Iquitos reciben la cordial atención de sus habitantes, se alojan en la casa de don Luis Lara un guayaquileño que llegó a ese lugar por el destierro que sufrió en el gobierno del General José María Urbina. Después de permanecer casi dos semanas en Iquitos, y en compañía de algunos ciudadanos peruanos e irlandeses, se embarcan Proaño y Valverde en el vapor 'Huallaga', con pasajes costeados por el gobierno peruano hasta Yurimaguas para, luego, seguir en canoas por los ríos Paranapuras y Cachiyacu y desembarcar en Balsapuerto, lugar desamparado en el cual pasan una noche y al día siguiente seguir su penoso viaje, pasando por los lugares de Moyobamba, Rioja, Chachapoyas, A la orilla izquierda del Utcubamba, en una eminencia a considerable distancia del río, encuentran la imponente fortaleza de Cuélap, de la que Proaño copia en varios dibujos sus aspectos principales y que sirve para que Valverde escriba posteriormente una descripción en la que repite la leyenda de que una raza de gigantes construyó esa fortaleza. En Cajamarcaadmiran los sitios que recorrió Atahuallpa y desde allí, emprenden el descenso hacia el mar y en Chilete toman el ferrocarril y en julio de 1875 llegan al puerto de Pacamayo; y se embarcan en uno de tantos vapores que pasan por la costa del Pacífico y arriban al Callao para, de inmediato, pasar a Lima, ciudad en la que recorren todos los lugares históricos que en ella se encuentran. Proaño cuenta con la amistad y afecto de un grupo de intelectuales que tienen la oportunidad de conocer al periodista


18

CUADERNOS DE DIVULGACIÓN CÍVICA

ecuatoriano y saber de sus luchas en La Nueva Era, y es aceptado en la redacción de El Peruano, al que aportara con su variada producción literaria. que es apreciada por los méritos literarios y artísticos, especialmente por su artículo Las Calles de Lima, en el trata sobre los nombres extravagantes que ellas tienen. Veamos cómo el mismo Proaño relata las vicisitudes de su viaje de desterrado, en una carta que envía a don Luis Cordero, a la ciudad de Cuenca, documento que se conserva en la biblioteca de Miguel Díaz Cueva: “Lima, julio 12 de 1875 Sor. Dr. Luis Cordero Cuenca Mui apreciado amigo mío: Después de un silencio de mas de cinco meses me es mui satisfactorio saludarle afectuosamente, i comunicarle que me encuentro en esta ciudad donde llegué antier, i desde donde me pongo, como siempre, a su órdenes. Largo sería contarle a Ud. las mil y mil vicisitudes por las que he pasado durante mi famoso viaje por el Napo, elAmazonas, i varios pueblos del Norte del Perú, baste por ahora, decirle que he usado de todos los medios que para trasladarme de un punto a otro se han inventado hasta el día y sólo me ha faltado viajar en un globo aerostatico, de resto he andado a pié, cargado por indios i a caballo y he navegado por algunos ríos en canoa, en balsa y en vapor; y por último he tomado el tren


FEDERICO PROAÑO

19

que conduce desde Cajamarca hasta Pacayacu, puerto donde por primera vez tuve a mi vista las aguas del océano, i donde me embarqué en el vapor 'Trujillo', i que por fin, para que nada falte, al llegar a esta ciudad me he hecho conducir a mi alojamiento en un coche un tanto por gusto, cuanto porque sin haberme mareado durante la navegación, vine a sentir algunos de los efectos de esta terrible enfermedad, cuando me encontraba en tierra. Pronto vera Ud. en algunos de los diarios de esta ciudad la relación de mi viaje en una serie de cartas que van dirigidas a Ud., i que si no llevan al principio su nombre, es porque talves le comprometería, desde que en ellas, como es natural i justo, echaré mis bravatas contra el tirano que, por un acto de arbitrariedad, me ha obligado ha hacer un viaje penosísimo y a saborear las amarguras de la proscripción. No deje U. de escribirme, dandome cuenta de lo que ocurra por esos mundos i de si acaso hai alguna esperanza de que G. Moreno sufra un tercer ataque cerebral i de las dos piruetas en el aire, de que nos habla Montalvo, ensu folleto de la Dictadura perpetua. Dígnese saludar a Gregorio y a los DD. Borrero y Salcedo, si acaso los ve. Quedo de U. mui atento y S.S. Federico Proaño” No fue muy larga su permanencia en Lima, apenas se cuenta poco mas de un mes, cuando en un momento, el menos pensado, Valverde le comunica, lleno de entusiasmo, el tragico


20

CUADERNOS DE DIVULGACIÓN CÍVICA

fin de García Moreno. El pensamiento de la Patria vuelve cariñoso a sus corazones y preparan el retorno; y, en octubre de 1875, llegan a Guayaquil, y son recibidos con esplendoroso entusiasmo y elogios a su labor, en momentos en que estaban próximas las elecciones para determinar el sucesor de García Moreno, y el nombre que había recibido la mayor aceptación era el de Antonio Borrero Cortazar, por cuya candidatura trabajan entusiasmados, pues lo admiran y por cuya causa han sufrido tanto. Triunfante Borrero en la contienda cívica, era de esperarse que las relaciones entre él y los redactores de La Nueva Era, serían cordiales y podrían contar con su valiosa ayuda; pero, nada de ello ocurre, pues, cuando Proaño se traslada a Cuenca, por comisión de los liberales de Guayaquil, para pedir al Presidente electo que antes de asumir el poder vaya a esa ciudad, recibe el rechazo de Borrero; pues el concepto que se había formado de Proaño y Valverde, no era favorable, y así lo manifiesta en una carta que escribe a Mariano Cueva el 21 de junio de 1876, en la que se expresa: 'Como hemos estadoacostumbrados, durante muchos años, a la dominación de García Moreno, todo nos alarma y nos inquieta; y hombres insignificantes por su posición política y social, como Proaño, Valverde, etc. causan inquietud y malestar en Guayaquil”. Una vez en el Ecuador Proaño va a Cuenca y es recibido con especial afecto por sus amigos, tras años de ausencia. De modo especial lo hacen los círculos literarios: el Liceo de la Juventud lo recibe en una sesión solemne y le nombra su Socio Honorario, acto en el que pronuncia su discurso que es una


FEDERICO PROAÑO

21

apología de la libertad. De regreso a Guayaquil, en busca de trabajo, consigue ser designado Secretario del Concejo Municipal de la ciudad. Al declararse la Jefatura Suprema de Veintimilla, en septiembre de 1876, entre los que le otorgan su apoyo se cuenta Proaño; pero, en vista del rumbo que toma el Dictador, se aparta de su lado y en 1877 funda el The Times en el que, con el humorismo que él acostumbra, hara la oposición a la dictadura; pero, como el pequeño periódico se lo imprimía en los talleres de 'El Comercio' que también era opositor al Gobierno, Veintimilla resuelve adquirirlos para que ese periódico sea redactado por personas adictas al nuevo régimen, y Proaño suspende, por consiguiente, la edición de su pequeño periódico. Don Juan Montalvo había entrado a la oposición a Veintimilla y luego de entablar cordial amistad con Proaño, y tomar parte ambos en la manifestación realizada en Guayaquil el 19 deabril de 1877, en recordación de los caídos en los combates de Galte y Los Molinos, da a conocer a Proaño el texto de un artículo suyo titulado Las Catacumbas en el que ridiculiza al dictador, pero que no pudo ser publicado por el recelo que los propietarios de talleres graficos o de periódicos tenían a las represalias consiguientes; pero Proaño, con la anuencia del autor, obtiene una copia del artículo, autorizado a publicarlo cuando le sea posible hacerlo y con ella acude a los talleres de 'Los Andes' y solicita que sea publicado; ante la indicación del propietario de que no puede hacerlo si no existe una firma de responsabilidad, Proaño indica que esta listo a estampar la suya, y así lo hace y circula el artículo de Montalvo. Naturalmente esta pu-


22

CUADERNOS DE DIVULGACIÓN CÍVICA

blicación causó disgusto a los partidarios del gobierno dictatorial, por lo que, el General en Jefe del Ejército José María Urbina, por medio del Juez de Letras de Guayaquil, consigue que el escrito sea acusado como sedicioso, debiendo el impresor presentar el original, circunstancia que hace que se conozca que la firma de responsabilidad corresponde a Federico Proaño y no a Montalvo, su autor; y es éste el motivo para que, de inmediato, se ordene su salida del país, y tenga que buscar refugio, por segunda vez, en el Perú en donde cuenta con amigos y adquiere nuevas amistadas, destacandose las que entabla con jóvenes centroamericanos que residen en Lima y que, a igualque él, sufren el destierro por sus anhelos de libertad, quienes le incitan a trasladarse a Centro América, ya que ven en Proaño un aliado para el logro de sus patrióticos fines; por otra parte, recibe cartas de don Eloy Alfaro, quien le pide ir a Panama, ciudad en la que su lucha por la libertad, sería mas eficiente. Opta por este camino y, llegado a Panama, vuelve a editar su periódico The Times. Va a Costa Rica donde encuentra el decidido apoyo de don Joaquín Fernandez y allí permanece hasta cuando, ambos, resuelven trasladarse a El Salvador, a donde llega en 1879 y que, a merced a la influencia de su amigo, conoce al Presidente Rafael Zaldívar, hombre de elevada cultura que da impulso a todas las manifestaciones del saber y de quien recibe su amistad y ayuda, pues, reconoce los méritos del ecuatoriano y lo designa como su secretario privado. En su constante afan de pregonar la verdad y preocupado siempre del acontecer de su Patria, vuelve a publicar su The


FEDERICO PROAÑO

23

Times que nuevamente recogera su valiosa producción literaria y contendra también, en la forma irónica que él acostumbra, los golpes que lanza contra quien ejerce el poder dictatorial en su Patria, el General Ignacio de Veintimilla. Los artículos de Proaño son admirados y aplaudidos por distinguidas personalidades; una de ellas, don Adriano Paez, quien los elogia públicamente y asegura que ellos pertenecen a don Juan Montalvo, pero éste al verse encomiado por publicacionesque no le corresponden, aclara la verdad e indica que el único redactor de The Times es Federico Proaño y hace una apología de la valiente actitud de él y de Valverde cuando fueron desterrados por García Moreno al Perú por la vía del Napo; estos conceptos consigna Montalvo al final de su Cuarta Catilinaria, editada en Panama en 1880. La labor periodística de Proaño se extiende a la fundación en El Salvador de un nuevo periódico, así, en 1883 aparece el Diario del Comercio, editado en compañía de don Francisco Castañeda y de don Ramón Mayorga Rivas, en el que vuelve a utilizar como seudónimo el anagrama de su nombre: Rico de Fe. Su labor periodística e intelectual es admirada y justamente reconocida. La Sociedad La Juventud, brillante agrupación literaria, le designa su Presidente y de la Universidad Nacional de El Salvador recibe el título de Doctor In Honoris Causa. En enero de 1884 había concluido en el Ecuador la dictadura de Veintimilla, luego de la Campaña de la Restauración en la que tuvo parte activa e importante el General Alfaro, quien, proclamado Jefe Supremo de Manabí y Esmeraldas, designa a Proaño como su Ministro de Hacienda; y, al llamado de su ami-


24

CUADERNOS DE DIVULGACIÓN CÍVICA

go, resuelve regresar al Ecuador. No desempeña el Ministerio, ya que, ante la urgencia de que estuviese servido el cargo y por su demora en su llegada a la Patria, se había designado a otra persona. Su permanencia en el Ecuador fue corta, por breves díasllega a Cuenca a visitar a su madre, para, luego, regresar a El Salvador, y, desde Panama, escribe a su amigo don Luis Cordero la siguiente carta: “Panama, Enero 24 de 1884 Sor Dr. Dn. Luis Cordero Cuenca Muy estimado amigo mío: Hoy salgo para Centro-América, y antes de mi partida, cumplo con una exigencia de mi corazón, enviandole a U. mis mas afectuosos recuerdos y saludos. Como le ofrecí, le remito hoy un paquete que contiene once Catilinarias de Montalvo, inclusive el Heraldo; no he podido conseguir la colección completa, pero Eloy Alfaro queda encargado de buscar las primeras y enviarlas a U. Mis ocupaciones propias del viaje no me dan tiempo para escribirle mas largo, y termino, pues, las presentes líneas suscribiéndome su amigo afmo. y S. S. F. Proaño” Instalado ya en El Salvador publica, en mayo de 1884, impreso en la Imprenta Nacional del Dr. F. Sagrini, su libro Ar-


FEDERICO PROAÑO

25

tículos Literarios por Federico Proaño. Colección que no vale un pito, pero que se vende en cuatro reales y que merecera elogiosos comentarios de distinguidas personalidades del mundo de las letras, conozcamos algunos de ellos: Artículos literarios de Federico Proaño “Ingenioso y picaresco, como siempre , dices que tu 'Colección de Artículos', no vale un pito; pero que se vende a cuatro reales. Yo deseara, humanista como tú, y elogiado por nuestro inmortal amigo Juan Montalvo y por otros célebres literatos, escribir artículos, a estilo tuyo, aunque novalieren un pito, ni se vendieran a cuatro reales. ¡Son tan buenos, tan castizos, tan instructivos y tan ingeniosos! Como soy aficionado a los clasicos, que tú has estudiado y recuerdas muchos, te digo, al partir, imitando a Cervantes: 'Puesto ya el pié en el estribo 'Sin las ansias de la muerte, 'Mi buen Proaño, ésta te escribo: Te escribo para expresarte que tus artículos seran solaz de entendidos lectores, por lo ingeniosos y castizos, honra y pres de las letras hispano-americanas; te digo que tus artículos pasaran, de mano en mano, como se afirma de cosas tradicionales, entre las gentes que hablan nuestra castellana lengua, y gozan con las invenciones y donaires del ingenio. Grande es tener genio, como Homero, como Virgilio, co-


26

CUADERNOS DE DIVULGACIÓN CÍVICA

mo Dante, como Shakespeare, como Calderón y como Víctor Hugo. Pero los genios son para pocos. Lindísimo es tener ingenio como tú, Lesagre, Larra, Juan Martínez Villegas, Leopoldo Alas y Joaquín Pablo Posada. Sin que aventajes en muchas de sus dotes a los últimos escritores citados, tienes el privilegio de los ingenios que avasallan a las mayorías. Prueba de esto tu preciosa 'Colección de Artículos literarios'. Me deleito leyéndote, y espero que de igual manera se deleitaran todos los lectores. Ya que eres tan correcto escritor, ya que tienes ingenio tan agudo y fecundo, busca, como te he manifestado siempre, la escuela del Derecho, para que si en tu bello Ecuador y en nuestro grande istmode Centro-América no prevalecen las verdaderas instituciones republicanas, al menos se recuerde por la historia que los que sienten y los que piensan, y tienen lenguaje propio y propio estilo, protestan contra los atentados de la fuerza bruta, ya provengan de la negra teocracia, ya provengan de la churrigueresca canallocracia. Detesto la inquisición de los frailes que se valía del brazo secular; pero mas detesto la inquisición civil que se vale de su propio brazo, para cometer enormes crímenes en nombre de la República! Me diras, Proaño, que a nada conduce lo que te expongo, pues, tus artículos son literarios, y no tienen que ver con Libertad ni con República. Equivocado estas si así juzgas. ¿Por qué emigran, en nuestra América Latina, los que representan industrias, ciencias, artes y letras? Porque el despotismo, bautizado con distintos nombres, no les deja atmósfera respirable. Todo se relaciona y se mezcla en el mundo social y político: las letras


FEDERICO PROAÑO

27

con la ciencia; la ciencia con el derecho; y el derecho con la fuerza que debe servirle, no mas, que de garantía: cuando no se sabe, o no se quiere hacer distinción de tales cosas, tú que eres entendido en ciencias y letras, podras conceptuar que para nuestras sociedades sólo quedan dos extremos: o la teocracia o la canallocracia. Mil veces felices los pueblos que como los Estados Unidos y la Suiza dan ancho campo al individuo, a la familia, a la patria, a la humanidad, a la religión,a la ciencia, al arte y al estricto cumplimiento de las leyes! Si tú vivieras en tales países escribirías mucho mejor que lo que escribes. Tendrías toda la espontaneidad de tu ingenio, y todo el vigor y brillo de tus inspiraciones. Podras afirmarme que poco me he ocupado en tus artículos que, en mi sentir son lindísimos, y afirmaras lo cierto, si tal afirmas; pero mi dejación, talvez culpable, proviene de que deseo que tu claro y elevado talento lo dediques a abogar por el triunfo legítimo de las instituciones del Ecuador, y de instituciones estables en este hermoso istmo de Centro-América. Que vuelen, en alas de la fama, tus selectos artículos literarios, que nunca desdeciran del nombre que has adquirido por la virtud del trabajo, del estudio y del talento; y que guardes en tu corazón, conservando estas breves e improvisadas líneas, un recuerdo de tu viejo amigo que regresa mañana a sus nativas montañas. Guatemala, 30 de diciembre de 1890 Ramón Rosa” Y don José Joaquín Palma escribe a Proaño esta carta:


28

CUADERNOS DE DIVULGACIÓN CÍVICA

“Mi querido Proaño: Acabo de leer tu libro, y he gozado mucho en su lectura, es tan bello! Pero lo he leído con el corazón, y no puedo juzgarlo, sino sentirlo. Ademas, como toda crítica necesariamente tiene que ser científica y como no poseo las ciencias, mis juicios serían indoctos y baladís; así es, que me conformo con admirarte y manifestarte lo que siento. Otros podran decirle cosas mas luminosas y profundas,pero no mas sinceras. Tu libro es bello, porque es original. En cada una de sus paginas brillan palpitantes las donosuras de tu ingenio raro y lleno de tantas gallardías. Esta escrito en castellano puro, limpio. Su forma es ligera y perspicuo su estilo. En él hay iras, amarguras, y mucho desdén por los hombres y sus miserias. Tu libro esta lleno de risa; pero de la risa inmortal de Rabelais. Y a propósito, dice Coquelín Cadet, que la risa de Augier es intensa y resplandeciente, la del Henry Becque, negra; la de Octavio Feuillet, rosada. Y yo creo , que la tuya, es amarilla, como las hojas de otoño, y fría como el marmol de las fuentes. Leyendo tu libro, se me antoja creer que cuando tú escribías esos artículos picarescos y rientes, en lo profundo del corazón, alla donde se ocultan las lagrimas que no deben derra-


FEDERICO PROAÑO

29

marse, recitarías la inmortal quintilla de Florentino Sans: 'Hay risas de Lucifer, risas preñadas de horror; que en nuestro mezquino ser, como su llanto el placer tiene su risa el dolor”. Pero al menos consuélate saber que en tu género satírico de crítica social, que es el que tú cultivas, te distingues con ventaja en nuestra América latina. En tus escritos brillan todos los donaires del opulento idioma español, todo el chisporroteo de tu talento caustico, festivo y avasallador. Tienes ingenio y una instrucción múltiple y nutrida, tu estilo es propio y tu gracia ingénita, por eso eres un escritor notable. Tú, de la cosamas baladí, formas un cuadro brillante y encantador. Tienes el talento del detalle en grado extraordinario, y cuando analizas las debilidades o vilezas de la bestia humana, eres incomparable, eres terrible. Tu libro esta lleno de nobles ideas. Lo has escrito con los ojos fijos en el porvenir. Sus burlas envueltas en risas, chorrean sangre. Eres inexorable con el pasado, y cuando vuelves hacia a él la vista desconsolada, descubres solamente las altas torres de las catedrales góticas, ennegrecidas por el humo de la inquisición.


30

CUADERNOS DE DIVULGACIÓN CÍVICA

Leer tu libro es conocerte íntimamente; en él, apareces en espíritu y en verdad, eso forma tal vez la cualidad mas apreciable, su mérito indiscutible. sus paginas son exactas fotografías de lo que pintas en ellas. En cada parrafo, puede admirarse algo espiritual, ingenioso o peregrino. En fin, parece escrito en Atenas, pero en los buenos tiempos de Pericles, eso es todo, y no debo decirte una palabra mas, aunque las que callo serían las mejores. Te felicita tu envidioso admirador. J. J. Palma” Y Rubén Darío, refiriéndose al libro de Proaño, dice: “Acabo de recibir un libro que contiene los artículos literarios de Federico Proaño, con una afectuosa dedicatoria. No puede haber mejor coyuntura para decir lo que pienso respecto a este escritor. El libro que ha tenido la bondad de enviarme viene precedido de cuatro juicios de hombre de letras distinguidísimos. El uno es de Valerio Pujol, elescritor verboso de la palabra firme y del pensar sabio.- El otro de Ramón Rosa quien sabe llevar su fama de prosista correcto y elegante. El otro de José Joaquín Palma, el Benvenuto del verso. Y el otro de José Leonard, periodista enciclopédico, profesor excelente y hombre de gusto depurado y bueno. Proaño que no necesita de elogios, los ha logrado siempre muy envidiables. Es ya conocido y por lo demas famoso el parrafo que


FEDERICO PROAÑO

31

Montalvo le dedicó en una de sus Catilinarias. 'Proañito -me decía hace pocos días en Lima, mi amigo el bravo Eloy Alfaro- Proañito, éste vale. Y en verdad Proaño vale en nuestra literatura hispano-americana por el oro puro y pulido de su frase donosa y pícara; vale como soldado de la falange del arte; ese arte difícil y duro, pero glorioso y triunfante; el arte de la palabra, en el cual los no escogidos vacilan, tropiezan y caen. En el prólogo que tuve la honra de escribir para el primer volumen de versos del chileno Alfredo Irarrazabal, le llamaba a aquel chispeante poeta rebelesiano; porque a mi ver esta en las filas de los formidables cultivadores de la risa que en Francia tienen hoy por jefe al delicioso Armand Silvestre. Proaño es también rebelesiano, como muy bien opina José Joaquín Palma. En lo que no estoy de acuerdo con el poeta es que en la risa de Proaño -a propósito de un pensar de Coquelín sea amarilla y fría.- Yo noto en estos artículos chispeantes que hacen vibrar locamente sus finas satiras unarisa roja y calida que se escapa de la trabazón de las palabras, dejando el aire impregnado de pimienta. Proaño es de la familia de los Villegas, de los Piere Verón, de los Valbuena-Venancio Gonzalez-, con la particularidad de ser purista hasta la pared de enfrente. Es plausible que su apego a la Academia no le lleve a deprimir el estilo, a debilitar la frase. Este ingenio ama y busca el colorido, y a veces abusa de él, como en 'Los peros de mi lavandera'. Una vez, en una revista de México, comparé a Proaño con un gato, y me parece que a él no le gustó la comparación.


32

CUADERNOS DE DIVULGACIÓN CÍVICA

Hoy persisto en el símil zoológico; pero agrego que es grande, algo así como un tigre casero, terrible y suave, potente y aterciopelado; que puede matar un toro, pero que se duerme apaciblemente junto a las cenizas del hogar. Proaño es culto y tiene el chiste fino. Sabe hacer sonar la carcajada. Calza el jovial zapato de punta aguda, que es mirado con débil envidia por las pantuflas chacoteras y usadas con que chapotea en su pantano de bufonerías el nicaragüense Enrique Guzman. Pertenece a la aristocracia de los escritores. Y comparada su gracia con la del viejo y cojo Enrique, se ve la diferencia entre el gesto espiritual y culto y la mueca vulgar de la lavandera. Hago la comparación porque generalmente en Centroamérica tiene Persius fama de autoridad como escritor jocoso. Agradezco al amigo Proaño su regalo, y aunque ya conocía los artículos que ellibrito contiene, los he vuelto a leer, admirando una vez mas la pluma alegre y sal picante del escritor ecuatoriano”. Luego de la caída del dictador Veintimilla, debió reunirse la Asamblea Nacional Constituyente y Proaño fue electo como Representante de la provincia de Manabí, pero pronto se excusó y a sus amigos salvadoreños que le preguntaron por la causa de su excusa, les respondió que como a la Asamblea concurriran la mayoría de conservadores, clérigos de verdad, unos, y otros clérigos de levita, pero con identidad de ideas, por lo que


FEDERICO PROAÑO

33

el Congreso debe ser un Concilio. A causa de los problemas internacionales que se presentaron en Centro América, el Presidente Zaldívar es derrocado en mayo de 1885, por lo que Proaño, quien fue su íntimo colaborador, es notificado para que abandone el país, y viaja a Costa Rica, en cuya capital continúa en su actividad periodística, y funda los periódicos El Maestro, Otro Diario y La Escoba; pero su permanencia en esa república no sera sino hasta diciembre de 1886, cuando el Presidente Bernardo Soto decreta su expulsión de Costa Rica debido, posiblemente, a su disgusto, acaso, por algún exceso en sus artículos en La Escoba, o, posiblemente, por intrigas en su contra. Su peregrinaje por los países centroamericanos es largo, por mas de tres años, siendo rechazado en algunos de ellos, lo que es motivo de comentario lamentable por parte de su compañero de prensa el costarricense y escritor Ferraz,hasta que, al fin, obtiene acogida y protección del Presidente de Guatemala General Manuel Lisandro Barrillas, quien reconoce en Proaño sus méritos y su ideas liberales que se compaginan con las del Presidente. Una vez establecido en Guatemala, es el redactor principal del Diario de Centro América y en su periódico Las Noticias, vierte su siempre valiosa producción literaria durante el lapso de mas de un año que dura su publicación. Su actividad cultural es reconocida y admirada por muchos de los intelectuales de esa ciudad, entre los que se cuentan algunos de diversas nacionalidades, pudiendo nombrarse, entre otros, a Rubén Dario, José Joaquín Palma, José Leonard.


34

CUADERNOS DE DIVULGACIÓN CÍVICA

Al finalizar el gobierno del General Barrillas, Proaño, atiende el llamado de varios intelectuales y amigos, y se traslada a Quezaltenango, en donde, alentado siempre por su espíritu amante de las causas nobles, encuentra, como siempre, en el periodismo la maxima expresión de sus ideales y funda el Diario de Occidente, con el que contribuye, en forma notable, al movimiento cultural de la ciudad. Su vida en Quezaltenango, que sera el último sitio que le alberga, transcurre tranquila, en medio de sus amigos y compañeros en el quehacer literario y periodístico, y allí, querido por ellos, admirado por todos, Federico Proaño es la persona a la que se le rinde respeto y admiración. Pero demuestra ya un envejecimiento prematuro debido a que los sufrimientos yavatares que le ha prodigado la vida, han dejado su indeleble huella; su corazón, predestinado para la pena y ennoblecido en el sufrir, y que antes le prodigaba los impulsos necesarios para llevar adelante y con esfuerzo sus luchas por el bien y la verdad, hoy adolece de un mal que hara que, a corto plazo, llegue la hora final de su existencia. Con atención benévola le rodean su médico el doctor Mora, su amigo inseparable el Licenciado Mariano López y con amor su pequeña hija Bolivia y, en la noche del 22 de mayo de 1894, su corazón detiene su marcha, y Federico Proaño ha dejado de transitar por el mundo, para ocupar, con sobrados merecimientos, su puesto en la inmortalidad. Su cadaver es conducido al cementerio de la ciudad con el cariño y la pena de sus amigos y admiradores y despedido con frases conmovedoras que hablan de las nobles cualidades


FEDERICO PROAÑO

35

espirituales que adornaron su corta vida. Bellas son las expresiones con que le despide su amigo el Licenciado Mazariegos quien alaba, con toda justicia, el invalorable talento de su amigo fallecido y lo enaltece como batallador incansable por la libertad. El distinguido escritor y su amigo, don José Leonard, dijo sobre Proaño: 'Le conocí en 1883 en San Salvador, a donde le habían llevado, años antes, las arbitrariedades de García Moreno y la saña implacable de Ignacio de Veintimilla. Era entonces un joven de 30 años, de genio comunicativo y de trato agradable, realizado por unaconversación facil, aunque marcadamente caustica y burlona. Secretario privado del Presidente desde su llegada al Salvador hasta 1885 colaboraba en los diarios de la capital que publicaban cada semana artículos suyos de crítica literaria o de costumbres en los cuales derrochaba a manos llenas, sus extensos conocimientos lingüísticos y hacía gala de una gracia de buena ley, no extraña de cierta rudeza para con los profanadores del idioma. Expuesto, desde su mas tierna juventud, a inclementes persecuciones políticas, su caracter se agrió al templarse en la adversidad, y cual siempre sucede con las naturalezas de parecida índole, un pesimismo melancólico, influyeron en su animo por las tristezas del destierro y por una interminable serie de desconsuelos, llegó a constituir el rasgo típico de su tempera-


36

CUADERNOS DE DIVULGACIÓN CÍVICA

mento de artista. Pero de no haber incurrido en el pesimismo, de no haber mirado a los hombres a través de lo negro de su suerte, probablemente no hubiese descollado nunca por la vía cómica, ni jamas habría sido escritor satírico. Porque el buen humor y la jovialidad graciosa y picante, pocas veces corren parejas, en el escritor de costumbres con la tristeza innata. El que nace con cierta provisión de bilis, puede librarse de ella deslizandose suavemente y sin ser advertido, en medio de la vulgaridad de la vida; mas si llega a penetrarse de toda la estupidez y de toda la maldad de los hombres seguira inevitablemente siendobilioso incurable. Proaño tenía el alma llena de amargura y solía atribuir sus decepciones y desencantos a su prematura experiencia y a la triste convicción de que todas las acciones humanas hasta las mas nobles y desinteresadas, obedecen a miras de un vil egoísmo. Frecuentemente quejabase también de la fe perdida en los demas, de su inutilidad e impotencia y hasta de la falta de confianza en sí mismo. ¿Cómo había llegado a tan lamentable situación psicológica el que amaba a la humanidad en la patria a la cual sacrificó familia, amistades, juventud, y hasta un talento que autorizaba las mas halagüeñas esperanzas? Pues fue arrancando, hoja tras hoja, del arbol de las bellas ilusiones de aquellos años juveniles en que no se cuentan ni los sacrificios ni las privaciones, en que se desafía con mirada impavida los peligros y el martirio mismo, porque se cree en los destinos de la humanidad, porque la fe en todo lo bueno y bello, en todo lo justo y grande penetra hasta la médula de los huesos.


FEDERICO PROAÑO

37

Pero apartad esta alma entusiasta y ardorosa de su medio ambiente, lanzadla en una inmunda carcel, apalead su cuerpo inerme, hacedla seguir durante largos meses por comarcas desiertas, al camino del ostracismo, y no lo dudéis, después de muchos años de miserable agonía en tierras extrañas, agravada con las noticias de las desventuras de la patria, con el constante fracaso de las aspiraciones tendientes a su redención, obtendréis un organismodeteriorado cuando no aniquilado, obtendréis uno de tantos neuróticos y degenerados, no por el influjo del atavismo, como la plaga tan abundante de nuestros tiempos, pero sí por efecto del desequilibrio de las facultades de pensar y sentir, producido por obra de la injusticia que se llama usurpación, despotismo, tiranía: y Proaño pasó por todo eso y pasó por mucho mas. Natural de Cuenca, en el Ecuador, donde cursó humanidades y derecho, se trasladó a Quito para terminar allí estudios de la carrera del foro. Ya lucía, entonces, en la República ecuatoriana, sus admirables dotes de buen estilista el gran luchador Juan Montalvo y ya urdía sus patrióticas conspiraciones el invicto y heroico Eloy Alfaro. A su alrededor se agrupaban Federico Proaño, Miguel Valverde y el simpatico y malogrado Marcos Alfaro, que murió en esta capital a la edad de 33 años en 1888. Los tres eran apenas adolescentes pero su voluntad era ya varonil y anunciaba en todos ellos destinos nada vulgares, lo que bastaba para que el terrorismo frailuno e ilustrado de García Moreno y la barbara arbitrariedad de Veintimilla se cebaran en aquellos niños que apenas comenzaban a ensayar sus vuelos de


38

CUADERNOS DE DIVULGACIÓN CÍVICA

aguilas. El célebre tirano que había de hallar poco después una muerte tragica en las calles de Quito, los arrojó, primero a un sombrío calabozo en que Miguel Valverde sufrió el infame martirio de los azotes y los desterró mas tarde al Perú, distancia inmensa quetuvieron que recorrer a pie o en manos de bongos, escoltados por un oficial inhumano y por una soldadesca soez y sin entrañas. ¿Cuantas veces me ha hecho Proaño relatos interesantes de ese vía crucis de su juventud que le condujo miserable y extenuado a Paita y Lima, donde residió algunos años, hasta que la inminencia de la guerra y las esperanzas que todos cifraban en la empresa del canal interoceanico, le llevaron a Panama! Aquí volvió a encontrar a Montalvo, que fulminaba con palabra de fuego, desde su tribuna propagandística y de vengador, las terribles 'Catilinarias' contra la tiranía de Veintimilla, y aquí fundó su periodiquillo llamado 'EL TIEMPO' en que campeaban chispazos, a vuelta de muchos lunares, hijos de la inexperiencia, como el viandante recoge en los campos y en las selvas de su peregrinación, las telarañas del camino, sin saber si sus hijos se le han adherido al pasar junto a las ramas de una rosa o al rozar de punzadoras ortigas. Un amigo cubano con quien trabó relaciones en Panama, se lo llevó a El Salvador, donde pudo descansar un tanto de sus fatigas y donde ha transcurrido los mas tranquilos años de su destierro en unión de Marcos Alfaro y de Valverde, quienes, gracias a la protección del general doctor Zaldívar pudieron pasar algún tiempo en la capital cuzcalteca, al abrigo de apremiantes necesidades, con el corazón mas ligero y el pensamiento mas libre.


FEDERICO PROAÑO

39

Allí nunca les faltó ni la hospitalidad cariñosa niel afecto delicado que alivia y endulza hasta las situaciones mas dolorosas. En la casa de Proaño nos reuníamos frecuentemente, alentandonos unos a otros, discurriendo acerca de todo lo discutible y formando proyectos para lo porvenir, risueños, halagadores, que yo, desterrado de mucho mas tiempo que ellos, recogía con avidez, como el prisionero acecha en su encuentro el mas leve rayo de sol, considerandolo anuncio de esperanza, de libertad, de vida! Entonces el estado patológico del alma de Proaño no manifestaba aún la tendencia de recorrer toda la escala descendente del desaliento. Era hombre de una sola pieza, era un caracter y tenía, en medio de su rudeza y de sus intransigencias de patriota desahuciado, ternezas infantiles y delicadezas de sentimientos casi femeniles. Jamas le he oído hablar mal de las mujeres, ni siquiera cuando había llegado a no querer a los hombres. Las conversaciones ligeras, tan comunes entre los solteros, le causaban disgusto y repugnancia: siempre las interrumpía con ocurrencias oportunas y nunca le faltaba un rasgo de ingenio o una razón contundente para probar que, sin las mujeres, serían insoportables los hombres. Cuando en 1884 le traje de París 'La Mercurial Eclesiastica' leímos juntos en presencia de una señora el capítulo sobre el baile, en que Montalvo de quien creo que nunca había bailado, defiende, con su acostumbrada habilidad y austera galantería, ese inocente entretenimiento, tan pleno de gracia, de


40CUADERNOS DE DIVULGACIÓN CÍVICA

vida y de encanto. La dama dio en impugnar el baile, desde el punto de vista de la moral, sosteniendo que sólo podía salvarse el decoro bailando hombres con hombres y mujeres con mujeres. Entonces aquel gran descreído, aquel pesimista objetó: 'que los hombres habríamos de perder mucho con esa separación de los dos sexos'. 'Si en las aulas, dijo, nos enseñan las ciencias, no es menos cierto que éstas adquieran en la buena sociedad, cuyo adorno son las mujeres, una forma agradable y la moderación, mediante la cual se extingue la pedantería hasta el grado de que todos hallan placer en alternar con las personas ilustradas, porque la gracia del bello sexo da impulso a la imaginación, alienta el trabajo y brinda al hombre las mas dulces recompensas por el misterio de ser mas adorable la naturaleza, nuestro valor, nuestra caridad y nuestra ternura, añadía Proaño, no son otra cosa que inspiración de alguna mujer'. Y en efecto; cuantas veces en las creaciones de la poesía que tanto influjo ejerce en el espíritu y tan facilmente lo enajena, el poeta, al cantar la virtud, la belleza y la gracia, no hace sino trazar el cuadro de la mujer que idolatra y que quisiera divinizar con sus versos! ¿No es cierto que estas palabras parecen mas bien las de un romantico empedernido que de un romantico desesperado? ¡Ah, es que Proaño no era pesimista a la moda, no era un detraqué artificial, no. Tenía el alma lacerada por el sufrimiento, el organismodestrozado por los desengaños, era un pobre naufrago de lo que llamamos aquí política; mas en su privilegiado cerebro había células simpaticas a todo ideal noble y en su alma arranques de indignación contra toda injusticia, contra


FEDERICO PROAÑO

41

todas la iniquidades, sea cual fuese su origen o su instrumento. En esto no transigía nunca y hasta en la amistad y en sus prevenciones personales era lo mismo: entero, de una sola pieza. Escribió mucho y casi siempre con irreprochable firmeza. Sus escritos estan diseminados en varios periódicos del Ecuador, del Perú, de Colombia y de Centro América. Ademas del su 'TIMESITO' de Panama, redactó en El Salvador 'El Diario del Comercio' y 'La República'; en Costa Rica 'El Otro Diario' y 'La Escoba' y aquí 'El Diario de Centro América' y 'Las Noticias'. Murió en la brecha, redactando en Quezaltenango 'El Diario de Occidente'. El periodismo era su vocación y sólo a ratos, como por distracción, escribía artículos de costumbres y de crítica literaria. En San Salvador publicó un libro de éstos con el título 'Cuatro reales de Prosa'. Creo que la edición esta agotada. Con la muerte de Proaño, las letras hispano-americanas y especialmente el periodismo, sufre una pérdida sensible; pero irreparable es la que experimentan sus amigos que ponían muy por encima los méritos del notable literato y excelente filólogo, las prendas de su corazón generoso, leal y consecuente. Que la tierra de Quezaltenango que cubre ya susrestos le sea leve, ya que ha sido tan dura y aciaga su vida; y que su atribulada madre, alla en la lejana Cuenca, tenga siquiera el consuelo de saber que su pobre Federico descansa en tierra hospitalaria y libre, llorado por muchos amigos que conservaran imperecedero recuerdo de aquel martir de la idea, de aquel apóstol incansable de la buena causa'. Y, en el Ecuador, Manuel J. Calle, con su atildada pluma,


42

CUADERNOS DE DIVULGACIÓN CÍVICA

trazó así la personalidad de Proaño: 'Fue un gran caracter. Amaestrado desde niño en las luchas por la libertad de los pueblos y la dignidad de la conciencia humana, consagró a esta noble labor toda su existencia, pasada la mayor parte de ella entre las borrascas de persecución y las indecibles amarguras del destierro. Ha muerto en suelo extraño, de la dolorosa enfermedad de la nostalgia, y llena el alma de inmenso desconsuelo de ver inconclusa su obra, estéril el sacrificio de su vida. ¡Oh, los desengañados del ideal, los combatientes inconsolables que han perdido la fe en su propia obra y la esperanza de la victoria! Yo he leído un extraño poema que parece la palpitación de los dolores todos de la humanidad, grito de angustia suprema, que de siglo en siglo conmueve a las generaciones asombradas y encuentra eco en los corazones enfermos y desesperados. La concentración de los dolores, de las desesperaciones todas, el abandono de Dios y de los hombres, en una sola pena, en un hombre solo, que se alza desde el fondode su muladar, sobre las alas de la esperanza y la resignación, después de haber maldecido hasta el día en que nació, hasta la noche en que se dijo: 'Ha sido concebido un varón' – tal es el poema de Job. Pero mas desventurado me parece aquel Patriarca, que asciende a la cumbre de un monte, para contemplar desde allí la Tierra Prometida, en la que nunca pondra la planta, y buscada por él cuarenta años a través del desierto, en medio de las rudas penalidades y cruentas luchas. Alimentar una ilusión, soñar


FEDERICO PROAÑO

43

con una esperanza, por toda la vida, emprender la odiseas del dolor en pos de una idea; y mirar, luego, desvanecida aquella ilusión, frustrada esa esperanza, sin objeto la peregrinación del alma, vislumbrar tan sólo desde los confines de la tumba algo como la realización del sueño que nunca se ha de tocar, es la aflicción mas grande que darse puede. ¡Ay, cuantos corazones adoloridos han subido, como Moisés, a las cumbres de su Nebo, para mirar el bien de que nunca jamas han de gozar, y morir en medio de la mayor de las tristezas posibles! ¡La libertad! ¡la justicia! ¡el derecho! ¡Pobre PROAÑO! ¿Es que ha llegado, por ventura, la hora en que sea un hecho de esta América mestiza trabajada por la fiebre de las revoluciones, que ha servido únicamente para engendrar en ella el monstruoso pólipo de la tiranía? Alma cosmopolita y soñadora, al verse, una y otra vez, vencida en la contienda desigual, sintióse presa de aquellaterrible enfermedad de los espíritus llamada desaliento; pero no abandonó por eso ni aun en medio de las languideces del desencanto, la comenzada labor; y su palabra y su pluma, siempre al servicio de la causa de la libertad, fueron anatema y espada que rugía y que vibraba sobre la frente de los tiranos. Hoy que el empequeñecimiento de los caracteres es la gangrena de estas nuevas sociedades, donde los heroicos combatientes de la víspera son los usurpadores del día siguiente, y las intransigencias infecundas han agriado la lucha, haciendo, si no imposible, harto difícil la causa de la civilización, ¡qué grande, qué simpatica se destaca la figura de PROAÑO, trabajando


44

CUADERNOS DE DIVULGACIÓN CÍVICA

en todas partes por la libertad, en todas partes perseguido y llorando, como Montalvo, como Alfaro, como José María Vargas Vila, bajo extraño cielo, perpetuos proscritos, permanentemente desconocidos, las desventuras y el envilecimiento de la Patria querida!. Muy joven comenzó la tarea. Eran los días de la dominación garciana. Vasto sepulcro de la libertad de un pueblo, el Ecuador era el reino del silencio y la abyección, que no lograban interrumpir ni conmover los infames asesinatos políticos llevados a cabo a sangre fría, ni las dolientes lamentaciones de los ecuatorianos arrojados fuera del suelo natal por la férrea voluntad del déspota. ¿Qué pluma se movía entonces? ¿qué voz le levantaba, potente y enérgica, para protestar siquiera contra elencanallamiento de una sociedad corrompida por el miedo y sugestionada por el despotismo? El orden matando al derecho; las conveniencias materiales ahogando los intereses morales; el espíritu de retroceso que se había apoderado de las voluntades; la farsa en vez de la justicia y la equidad, en uno como convento triste y solitario, donde, a la luz del recuerdo, velaba el cadaver de la esperanza una nación cansada de luchas estériles, exangüe y miserable ¡Oh, qué tiempos aquellos! Pero la idea no muere. Latente en el corazón de la juventud, ardía la llama de los santos entusiasmos; en algunos pechos generosos se desbordaba la indignación -impotente pero rabiosa- ante tamaña iniquidad y abyección semejante. Fue entonces cuando dos jóvenes, que han hecho, luego,


FEDERICO PROAÑO

45

la honra de esta desgraciada República -PROAÑO Y VALVERDE- se lanzaron, resueltos y abnegados, al palenque político, a provocar las iras del tirano, lo que equivalía a firmar su sentencia de muerte. LA NUEVA ERA fue un grito de guerra; uno como despertamiento del espíritu nacional; y a poco, los hermanos inseparables de la idea, arrojados a la soledad de las selvas orientales, tomaron el camino del destierro. Destierro largo y penoso para PROAÑO, durante el cual apuró todas las amarguras de la pobreza; sufrió todos los insomnios de la nostalgia, los desmayos del mas negro y profundo desconsuelo Puso su pluma al servicio de los pueblos de la América latina; y sus luchas reñidas,su penoso trabajo, aun en países extraños le acarrearon persecuciones y martirios. Siempre lidiando y siempre caído, la vida de proscrito fue una peregrinación por un camino de desengaños. Hoy ha muerto: el sol que iluminó su cuna no bañara en luz su desconocido sepulcro. ¿Qué nos queda del luchador infatigable? Nada, sino la idea. Ella germinara algún día en estas míseras tierras acariciadas por auras de libertad, y nos enseñara que la noche no es eterna en la conciencia de los hombres y que los pueblos no han nacido para las faenas de la servidumbre. Tengamos fe en el porvenir, y no desmayemos en la obra redentora, imitando los grandes ejemplos de los que han muerto por nuestra causa después de haber arrojado, como Bernar-


46

CUADERNOS DE DIVULGACIÓN CÍVICA

do de Pallisy, hasta las tablas del propio lecho para alimentar la hoguera de la que había de surgir la realización de alguna idea fecunda en buenos resultados para la civilización y el progreso. 1884. Y, en el país que recibió sus postrer aliento, una placa con su conocido seudónimo Rico de Fe, sellara su tumba, la misma que, en 1932, sera abierta para extraer de ella una parte de su osamenta que va a Cuenca, su ciudad nativa, y otra quedara en el mismo sitio para el recuerdo de la ciudad que le brindó su generosa acogida hasta sus últimos días. Al recibirse sus restos en Cuenca, su egregio admirador, el doctor Remigio Romero León, se expresó así: 'Predestinado para el triunfo, tuvo lasrebeldías supremas y las ansias dolorosas de quien piensa, siente y ama al influjo de purísimos, elevados y sagrados ideales. Amó mucho en la vida: Bolívar y la Libertad; América y la Democracia; la Patria ausente y las ternuras del hogar eran los ídolos de su culto. Grande en la lucha y el martirio, noble en el pensamiento y en la acción, cegó laureles inmarcesible para Cuenca, su patria querida, y vive admirado y glorioso, en el panteón inmortal de la Historia”. Y el atildado periodista y valioso intelectual, doctor Carlos Aguilar Vasquez, escribió: “Plegaria intensa Reina el sol sobre las cosas y a la ciudad, en alas de la paz,


FEDERICO PROAÑO

47

llegaba la alegría de los campos. El río -una bendición que anda- mostraba al cielo su luminosa diafanidad, propicia a la abundancia y belleza de los frutos y las flores. Entre tanto la eterna primavera de estos valles dejaba atras un viajero fatigado, joven, pequeño de estatura, de frente despejada y de ojos trabajados por la Vida y por el Arte. El hombre aquel, momento tras momento, se quedaba sin patria. Jirón de la Morlaquía, se empeñaba en atesorar el cielo y la campiña; pedazo de los Andes del Austro, sentía cómo la mano ruda del tiempo, tornandose en destierro, sedimentaba en su espíritu oro de triunfo y de fe; y la ola viva del inquieto Tomebamba, se iba cantando desengaños y esperanzas, para mostrar al mundo un corazón de cristal latiendo para las rebeldías espirituales, para el pensamiento sano ypara el ideal excelso. Anduvo muchos días y, al fin, se quedó sin patria Y como aquel fragmento de tierras de Cuenca, se llamaba Federico Proaño, al golpe del destino sintió el genio de la Estirpe; llenandole el alma. Y no gritó sus dolores y se calló la tragedia de su éxodo supremo. Tenía una misión que cumplir; luchar con la pobreza y el olvido y borrar con luz de gloria las ingratitudes y tormentas de sombra del Pasado. Para realizar obra tan magna, en la escuelas del dolor, dulcificó bellamente su caracter: ninguno de los cuencanos ha comprendido el destierro mejor que Proaño. Fue en el extranjero dación divina para cuantos lloraban y sufrían, su amargura cotidiana fue consuelo de ajenos dolores. Fue dadiva de pan y


48

CUADERNOS DE DIVULGACIÓN CÍVICA

bienaventuranza de amor. Hizo cordialmente suyas las palabras de los otros. En su torno el Destierro no nevó angustias, desolaciones y rencores. Por sus mismas rebeldías maximas, hermano de todos, es el símbolo del cuencano emigrador, oficiando en el templo de la Raza para la comunión de las naciones. Proaño es Cuenca, pródiga y hospitalaria, cuyas puertas no se cierran jamas ni a la hermana paloma ni al hermano lobo que se declara huésped a dentelladas. Proaño encarna el espíritu de Cuenca: nacido en las orillas del claro y fecundo Tomebamba cumple, como un héroe, el apostolado histórico y secular de su Estirpe; es decir, trabaja, es bueno, es honrado, es artista, es rebelde y dueño y señor dela dulce hospitalidad. Hombre magnanimo y escritor festivo puso la miel atica de su ironía sobre las voragine política del siglo. Predica la libertad ridiculizando el despotismo, propugna bondad a fuerza de trazar la caricatura del vicio y se ríe de las malas costumbres contemporaneas sin herir jamas la reputación ajena. Infatigable para el trabajo, no reprochaba a su Patria el dolor de su incompleta preparación literaria y científica y cuanto pudo ser y no fue; antes bien, con la alegría y la elegancia de las almas puras, se empeña en ascender por el monte sacro de la fama, como para demostrar la excelencia del limo azuayo floreciendo en la primavera universal del Arte y de la Ciencia. Proaño en el mundo del espíritu, es barrio de Cuenca: calle campesina y ciudadana, con exuberancias de trópico y tristezas de sierra, con diafanidad de remansos cristalinos y amable ironía de ciudad aprisionada por los Andes.


FEDERICO PROAÑO

49

Un día el periodista festivo murió en Quezaltenango de Guatemala, llenos los ojos de Cuenca del Ecuador Durmió, por muchos años, una hospitalidad generosa y ahora vuelve a su comarca el pedazo de nuestros Andes, triunfador en otros climas de la miseria y del olvido y retorna para siempre, mas nuestro que nunca, el cuencano auténtico por su corazón, por su pluma castiza y elevada, por su honradez y por su amor purísimo a la libertad y a la Patria. Conciudadanos de pie, para saludar al fragmento glorificado de Cuenca queviene a dormir su evangelio de paz en el panteón de nuestros mayores; conciudadanos de pie para el homenaje fraterno y devoto: Cuenca la emigradora se completa. Cuenca la hospitalaria enciende en lumbre de amor las siete antorchas de su corazón para recibir los despojos del Periodista, del Maestro de bondades y Profesor de rebeldías, cuya sombra diciéndonos esta mas alla del presente y del futuro cómo la gloria descansa sobre el triple cimiento del trabajo, de la constancia y la bondad. Conciudadanos, reverentemente, de pie, para rendir, en silencio, culto de amor a la Patria nuestra, glorificada ahora en los despojos de un hombre que supo hacer de su vida poema intenso de patriotismo y humildad”. Este es el recuento de la vida de este ilustre ecuatoriano, a cuya memoria se rinde este homenaje al publicarse este libro por la Comisión de Conmemoraciones Cívicas para que el recuerdo de su nombre esté siempre presente en la mente de los ecuatorianos; que las nobles virtudes que albergó su espíritu


50

CUADERNOS DE DIVULGACIÓN CÍVICA

sean un constante ejemplo de altivez, rectitud y nobleza de procedimientos, pues él, con su indomable voluntad, luchó siempre denodadamente contra la corriente que se oponía a que imperen sus elevados ideales, por lo que, con notable acierto, afirma su erudito biógrafo señor Albornoz, que Federico Proaño 'es irremediablemente, en la vida y en la muerte, sólo un galeote del destino'.

 


Política de privacidad