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La invención de la agricultura y las sociedades de la Antigüedad



(c.10 000 adE- c.450 dE)
2. Índice
2.1. Antes de la agricultura
2.2. La domesticación de plantas y animales scómo, cuándo, dónde y por qué?
2.3. El desarrollo de civilizaciones hidráulicas y las sociedades complejas
2.4. Tres modelos de desarrollo de la economía en la Antigüedad: civilizaciones comerciales, pueblos nómadas e imperios territoriales en el primer milenio adE
2.4.1 Roma
2.4.2 Imperio Han en China
2.5. Civilización y barbarie en el mundo antiguo
4. Contenidos del tema
2.1. Antes de la agricultura
La hominización, es decir, la evolución de las especies animales de primates y homínidos (australopithecus) hasta el género homo, y en especial homo sapiens sapiens, fue un proceso largo y no lineal que abarca unos siete millones de años, hasta unas fechas que los paleontólogos sitúan en torno a 1 000 000-500 000 adE. Buena parte de este proceso tuvo lugar en el África oriental, donde se han encontrado los restos humanos y de homínidos más antiguos.


Los resultados de laevolución humana fueron excepcionales en comparación con otras especies animales: la capacidad de caminar erguido sobre dos piernas (bipedismo), la aparición de pulgares oponibles en las manos (que permitían agarrar objetos y manipularlos con más precisión) y sobre todo el crecimiento del cerebro y la aparición del lenguaje son considerados hitos fundamentales en este largo proceso. Todos ellos dotaron a homo sapiens de una inteligencia y una capacidad de intervenir sobre el medio ambiente sumamente excepcionales.
Desde África, donde tuvo su origen, homo sapiens se expandió hacia otros continentes, aprovechando en ocasiones los periodos glaciares que permitían recorrer y trasladarse por pasos ahora cerrados por los océanos, como ocurrió con el estrecho de Bering entre Siberia y Alaska, por donde llegaron a América en torno al 13 000 adE o la llegada a Australia mediante el uso de embarcaciones, en torno al 40 000 adE (ver mapa 2.1).
La vida de estas poblaciones escasas en número se ajustó a patrones de mera supervivencia. Pero en conjunto, comparada con otras especies animales, a homo sapiens no le fue tan mal en el Paleolítico. Se calcula que al final del periodo entre 6 y 10 millones de seres humanos habitaban el planeta.
La historia de homo sapiens en el Paleolítico, sin embargo, pertenece al ámbito de la ecología: la explicación de los modos de vida, de la difusión y del crecimiento del número de hombres se rige por las mismas normas que para otras especies animales. Dependía por tanto del suministro de energía que le ofrecía el medio ambiente, y carecía de otros convertidoresque los que le brindaba la naturaleza. Por excepcional que resultara, homo sapiens (y hay que reconocer que apuntaba maneras) seguía siendo un animal más.
2.2. La domesticación de plantas y animales sCómo, cuándo, dónde y por qué?
La 'invención” de la agricultura marca la entrada de homo sapiens en la esfera de la economía: el nacimiento de homo oeconomicus (es una metáfora, no una especie real). Arranca de ahí un largo camino en el que los esfuerzos humanos se van a centrar en la producción y la distribución de bienes y servicios: a ello se aplican conocimientos, se emplean herramientas y esfuerzos continuados, hasta acabar por organizar la vida humana en torno a la actividad económica. Habrá que preguntarse -como reza la máxima de los periodistas-- cómo, cuándo, dónde y por qué.

Invención y descubrimiento
Ya hemos examinado antes los procesos del progreso técnico, pero conviene detenerse en la diferencia entre inventos y descubrimientos. Suponemos que se ha fijado ya en que nos referimos a la aparición de la agricultura como una 'invención”, pero entrecomillamos la palabra spor qué?
En principio un descubrimiento significa que un hombre (o una mujer) percibe o capta por vez primera un fenómeno, un objeto o incluso una explicación de algo que ya existe en la naturaleza. Así, se descubre un yacimiento de plata, un continente como América (aunque sus pobladores primitivos ya lo habían 'descubierto” hacía mucho), la ley de la gravedad o el movimiento de traslación de la tierra alrededor del sol.
Un invento, en cambio, implica el desarrollo de una técnica, un producto o unaherramienta que no existía antes. Como los descubrimientos, pueden producirse en un momento concreto de la historia y deberse a una única persona (América por Colón y sus hombres o la bombilla incandescente de Thomas A. Edison), pero en muchos casos ambos son fruto de un proceso largo de acumulación de conocimientos o de perfeccionamiento de técnicas necesarias.
Un descubrimiento puede requerir de uno o más inventos (como el telescopio o la geometría para el descubrimiento de la traslación de la Tierra), y a menudo las fronteras entre ambos son difusas.
La agricultura y la domesticación de animales han sido descritos a menudo como un descubrimiento: al fin y al cabo, plantas y animales estaban en la naturaleza y los hombres se limitaron a 'descubrir” que podían ser más productivas si se seleccionaban las semillas, se les proporcionaba agua y abono en determinadas épocas del año o se mantenía a algunos animales encerrados y se les daba de comer. Sin embargo, lo cierto es que, como resultado de procesos que llevaron cientos o miles de años, las especies cultivadas o domesticadas acabaron siendo tan distintas de las que la naturaleza producía como una vara de roble lo es de un taco de billar.
Así pues, preferimos considerar la agricultura y domesticación de animales como 'invenciones”, en vez de cómo meros descubrimientos. Claro que podríamos equivocarnos sUsted qué opina?

La 'invención” de la agricultura debió consistir en una larga serie de pequeños descubrimientos e innovaciones, muchos de ellos en épocas muy anteriores al cultivo sistemático, que seguramente convivierondurante mucho tiempo con las prácticas dominantes de caza y recolección.
La base de este proceso es la selección (humana) de los especímenes que presentaban las características deseadas para conseguir plantas de mayor tamaño, animales más mansos, que dieran más leche o carne, menos vulnerables a enfermedades o parásitos, etc. No en vano Charles Darwin iniciaba El origen de las especies (1859) con un capítulo dedicado a las prácticas selectivas de los ganaderos y agricultores británicos.
La difusión de la agricultura fue lenta, lo que demuestra que las ventajas de la agricultura y la ganadería no eran, al menos en los primeros momentos, tan evidentes como pudiera pensarse. De ahí que durante miles de años, casi hasta nuestros días, convivieran sociedades cazadoras-recolectoras, con otras de pastores nómadas (que apenas cultivaban), o de agricultores itinerantes, con civilizaciones agrarias complejas y claramente sedentarias.
Los sistemas agrarios fueron evolucionando lentamente. El cultivo de cereales, por ejemplo, necesita procedimientos que mantengan la fertilidad: básicamente el abonado (con excrementos animales o humanos) y el barbecho (periodos de descanso de la tierra entre cosecha y cosecha), pero estos métodos tardaron en aparecer. Como paso previo, los primeros agricultores desarrollan un cultivo itinerante, la llamada agricultura de rozas, que implica despejar una franja de terreno, normalmente quemándolo (las cenizas funcionan como abono), que se siembra durante varios años seguidos hasta que se agota; a continuación el poblado se traslada a otra zona, despeja otras tierrasy vuelve a empezar el ciclo. Este sistema permitía cierto crecimiento de la población y el movimiento de las aldeas agrarias contribuyó a difundir el cultivo desde los focos iniciales.
La combinación de los animales domesticados con la agricultura fue un estadio más avanzado, que permitió usar el abono animal enriquecedor del terreno; los animales se alimentaban de los restos de la cosecha (rastrojos), entrando a comer a las parcelas en barbecho, donde dejaban el estiércol que ayudaba a recobrar los nutrientes del suelo.
Más tarde aún, el uso del arado (que sustituyó a los primitivos palos cavadores y luego a las azuelas o azadas), documentado en Egipto hacia el 1200 adE, pero de origen mesopotámico, permitía remover la tierra antes de la siembra gracias a la fuerza de tiro animal (vacuno, sobre todo), mejorando los rendimientos.
Hacia el primer milenio adE se habían desarrollado ya todos los componentes que caracterizarían a la actividad agraria hasta al menos el siglo XVIII de nuestra era: siembra combinada de cereales y leguminosas, instrumental básico (arados, hoces y recipientes para almacenamiento), barbecho y rotaciones de cultivos, combinación de cultivos y ganados (abonado), calendario agrario, así como técnicas de riego allí donde eran posibles.
sCuándo y dónde se inventaron? A diferencia del origen de la especie humana, que parte de un único foco en África, la agricultura y la ganadería tuvieron al menos cinco focos, cada uno de ello basado en un catálogo de especies (animales y vegetales) distintas, y con una cronología diferente. Estos cinco focos fueron:
a– Creciente fértil: una amplia zona en forma de media luna (de ahí su nombre) en el Mediterráneo oriental, la península de Anatolia y las regiones situadas entre el sur del mar Caspio y el golfo Pérsico. Se trata de zonas de relativa aridez que favorecían el crecimiento de cereales silvestres como el trigo y la cebada, que fueron los primeros seleccionados. Junto a estos cereales, había leguminosas (guisantes, lentejas) y una fauna de cabras, ovejas, vacas y cerdos que fueron progresivamente domesticados. Los restos arqueológicos sitúan las primeras prácticas agrarias y ganaderas en torno al l0 000 adE, en aldeas de la zona, prácticas que hacia el 7 000 adE se habían difundido en dirección Este-Oeste hasta Grecia, y avanzaron al noreste y el interior de Asia por el Kurdistán.
La difusión de la agricultura desde el foco original fue progresiva y permitió adaptarla a cada entorno. La llegada a Europa occidental y hacia el norte estuvo condicionada por un clima más húmedo y frío, lo que llevó al predominio de la cebada y la domesticación del ganado vacuno y el cerdo, en tanto que hacia el sur, en toda la cuenca del Mediterráneo, predominó el trigo y la crianza de ovejas y cabras. A estos productos se añadirán también el olivo y la vid, constituyendo entre todo el sistema alimentario de la cuenca mediterránea y el Próximo Oriente.
En ocasiones serán los pueblos autóctonos los que adopten las especies y prácticas de cultivo o domesticación, como en Egipto, mientras que en otras, la difusión avanzó como resultado de invasiones y colonización de pueblos extranjeros.
a–  China: en las llanurasde loess (un tipo de suelo sedimentario muy fértil) del norte de China se desarrolló con la misma cronología (10 000-8 000 adE) una agricultura basada en variedades de mijo (otro cereal), inicialmente basado en sistemas de agricultura itinerante, que se difundió lentamente. Sólo mucho más tarde, en las llanuras aluviales del Huang-ho (río Amarillo), se implantaron cultivos permanentes. Las comunidades neolíticas en estas zonas también domesticaron el perro y el cerdo, y a partir del 3000 adE ya eran importantes la oveja y la vaca.
a–  Mesoamérica: hacia el 3 500 adE surge un foco basado en el maíz, los frijoles y las calabazas (y prácticamente sin animales domesticados, a excepción del pavo)
a–  Andes y Amazonia: hacia 3 500 adE, basado en la patata y la llama como animal doméstico (Mesoamérica), y en la mandioca (otro tubérculo) y los cobayas en la Amazonía.
a–  Este de Estados Unidos: el más tardío de los focos (hacia el 2 500 adE), muy pobre en las especies agrarias y carente de animales domesticados.
Por último, se habla de otros posibles focos independientes (ver tabla 2.1) en el valle del Indo (Megarth), varias zonas de África o en Nueva Guinea, con cronologías diversas, aunque sin suficientes pruebas que las confirmen.
Todos estos focos presentan grandes diferencias (en la cronología, las especies domesticadas, los sistemas de cultivo) lo que refuerza la idea de que la 'invención” de la agricultura y la ganadería se produjo de forma independiente, pero con algunos rasgos comunes. En primer lugar, son áreas en las que las condiciones climáticas permiten el cultivo (lo queexcluye regiones extremadamente frías o áridas). En segundo lugar, en todas ellas existían en estado natural, aunque en diverso número, especies naturales (silvestres) susceptibles de domesticación o cultivo
De hecho, las combinaciones y abundancia de las especies silvestres existentes en cada región explican las ventajas de unas sobre otras y la rapidez con las que se completó el tránsito a las sociedades agroganaderas. En este sentido, Eurasia (y en concreto el Creciente Fértil) contaba con una notable ventaja con respecto a otras zonas. Así pues el clima, la existencia de especies candidatas y cierto grado de conocimiento de las mismas eran las condiciones necesarias para el desarrollo de la agricultura y la ganadería. Pero no eran suficientes: queda aún por resolver la más peliaguda de las cuestiones spor qué?
sPor qué unas sociedades que llevaban miles de años apañándoselas razonablemente bien con la caza y la recolección eligieron (o se vieron forzadas) a dedicarse a las tareas infinitamente más agotadoras y casi tan arriesgadas como la agricultura y la ganadería?
sQué ventajas había en adoptar unos sistemas de producción agraria de alimentos que acortaban la vida, empobrecían la dieta, generaban enfermedades, creaban nuevas y más terribles fuentes de inseguridad para la población humana (epidemias, hambrunas) y además obligaban a homo sapiens a trabajar más de lo que lo había hecho nunca? 'Ganarás el pan con el sudor de tu frente” es la maldición que Yahvé lanza sobre Adán al expulsarle del Paraíso Terrenal.
La respuesta radica, como suele en historia económica, en losgrandes números: no en las ventajas para los individuos (que en realidad salieron perdiendo en su mayor parte) sino para el grupo. Las sociedades que adoptaron o inventaron la agricultura y la ganadería, al principio a tiempo parcial y cada vez más como actividad prioritaria, tenían mayor potencial de crecimiento demográfico: disponían de más alimentos por hectárea, pero también debían trabajar más horas para producirlos, lo que suponía un incentivo para tener más hijos. La adopción de un modo de vida sedentario reducía los riesgos para las crías, y hacía posible sistemas colectivos de crianza. Así pues, su población tendió a crecer más que la de sus vecinos cazadores-recolectores. Esto las hacía más poderosas frente a otros vecinos y competidores agrupados en núcleos o tribus más pequeñas. La producción de excedentes permitía que una parte de la población pudiera abandonar las tareas de búsqueda o producción de alimentos, y especializarse en la guerra o la organización de las actividades colectivas. No es casual que fueran soldados y sacerdotes los primeros sectores especializados en las sociedades agrarias primitivas. Pero la especialización alcanzó también a los artesanos, fabricantes de herramientas, armas o sistemas de almacenaje (la cerámica es una dedicación que ha dejado numerosos restos, y su uso inicial fue la conservación de las semillas o alimentos).

El excedente, una noción clave
Llamamos excedente a la parte del producto que queda una vez cubiertas las necesidades de reproducir el propio proceso de producción. En agricultura, es la parte reservada para la semilla(aproximadamente un 20% de la cosecha), más la necesaria para la subsistencia y reproducción de la fuerza de trabajo (hombres, sobre todo, y ganado). Esta porción varía mucho, según los rendimientos de las cosechas, lo intensivas que sean en trabajo o los rigores del clima (en climas más fríos, los trabajadores necesitan más calorías), oscilando entre un 20 y un 60% de la cosecha. Pero dado que las cosechas varían mucho de un año a otro, casi todas las sociedades agrarias han desarrollado sistemas de almacenamiento de alimentos que permitan, como mínimo, mitigar las consecuencias de un mal año: esas reservas pueden cifrarse entre un 10-20%.
El excedente agrario, por tanto, oscila entre un 50% y un 10% de la cosecha, y más frecuentemente entre el 10-20%, lo cual nos señala un primer límite a la especialización productiva en las sociedades agrarias, puesto que sólo podrá alimentarse a una parte de la población que no se dedique directamente a la producción de alimentos equivalente a la proporción del excedente sobre la producción agraria. Por otro lado, dado que habitualmente una parte de la población no agraria estaba constituida por grupos sociales 'superiores” (guerreros y sacerdotes, sobre todo), que se creían con derecho a una dieta y a unos niveles de consumo mejores que los del resto, los porcentajes de población no agraria (incluso directamente improductiva) se hallan bastante por debajo del límite teórico del excedente.
sCuál era el destino de ese excedente? En primer lugar alimentar a las clases dirigentes (mediante tributos, diezmos o fórmulas parecidas), pero también aaquellos otros que no se dedicaban a la agricultura (artesanos sobre todo). A través del comercio o el trueque, los artesanos obtenían alimentos a cambio de herramientas, tejidos u otros productos. También era necesario alimentar a quienes se dedicaban a hacer obras colectivas: diques o canales, templos, murallas, etc. En todo caso, el volumen del excedente agrario, que dependía de la productividad agraria, marcaba y marca el límite a la división del trabajo.

Las consecuencias sociales de la invención de la agricultura
La difusión de los 'inventos” del Neolítico -agricultura y ganadería—tuvo multitud de consecuencias en la forma de organizarse las 'sociedades” humanas. El paso a organizaciones más complejas, como tribus, jefaturas y finalmente estados, implicó cambios sustanciales, como:
a) la sedentarización: al establecerse de forma estable sobre un territorio, los hombres del neolítico entraban en una relación de dependencia más estrecha entre sí y con un entorno más limitado.
b) el aumento de población: las nuevas sociedades estaban integradas por más individuos, y la posibilidades de producción de alimentos les permitían tener más hijos; a menudo abarcaban territorios más extensos y más densamente poblados.
c) nuevos lazos sociales: A los lazos familiares de los clanes se sumaban lazos 'políticos”, como compartir un mismo jefe, una religión o una lengua.
d) aparición de formas de propiedad privada y de herencia (de tierras y ganados, sobre todo) que no tenían sentido entre nómadas cazadores.
e) la mayor división del trabajo, posibilitada por los excedentes: surgenindividuos o grupos dedicados a funciones específicas: la guerra, la artesanía, la religión, el liderazgo político.
f) desigualdades sociales entre individuos y clanes familiares. Existen funciones consideradas superiores e inferiores.
g) esclavitud -inicialmente de prisioneros de guerra- de individuos que ejercen las funciones 'inferiores”.
h) desarrollo de formas reguladas de resolución de conflictos (leyes).
i) monopolio de la violencia y la información por parte de los jefes o grupos dirigentes.
j) mecanismos de apropiación del excedente a través de requisas o tributos, que se redistribuyen luego en parte en forma de servicios para la sociedad (defensa, obras públicas, construcción de templos, etc.).
Obviamente, estos desarrollos no aparecieron todos de golpe, ni se dieron siempre o por el mismo orden en todas las sociedades. No obstante, delinean un mapa de cambios sociales de enorme importancia.

Los excedentes agrarios y el carácter estacional de las labores agrícolas, con largos tiempos muertos en el calendario, alentaron la dedicación a otras tareas, como la elaboración de útiles y recipientes (empleando como materias primas mimbre, hueso, piel, arcilla o madera), a la construcción y el textil. Algunas de las plantas y animales domesticados proporcionaban materias primas textiles: es el caso de la lana en Asia occidental, el cáñamo y la seda en China, el algodón en el valle del Indo y Mesoamérica, o el lino en África nororiental. La cocción de la cerámica en hornos a gran temperatura preparó el salto a los procesos metalúrgicos, como la aleación que combinando el cobre conestaño permite la fabricación de útiles de bronce (a partir del 3000 adE) y posteriormente lleva también a la metalurgia del hierro (desde el 1500 adE). La sedentarización facilitaba la innovación tecnológica y la convivencia con grupos nómadas de pastores o cazadores abría las puertas al comercio.
En Eurasia, la geografía facilitaba unas conexiones y circulación de productos en una franja de latitudes y climas similares. En torno al fin del quinto milenio se domesticó el caballo en la región de Ucrania. Un par de milenios después se domesticaron el asno africano, el dromedario en Arabia y el camello en Asia central: los medios para la expansión del comercio terrestre (y la guerra relámpago) estaban preparados.
Sin embargo, las sociedades agrarias tenían escasas posibilidades de acumulación de capital. Los excedentes agrarios, bastante escasos, eran absorbidos por los grupos dirigentes -una de las consecuencias de la sedentarización fue una mayor jerarquización social—mediante tributos o requisas. Éstos se empleaban para financiar construcciones (templos, palacios, obras de riego, tumbas), gastos suntuarios y ejércitos. Los cultivadores directos se quedaban con escasas cantidades que servían apenas para la reproducción familiar y garantizar la siembra. Las dificultades del transporte, costoso y lento, así como las inclemencias del tiempo obligaban a acumular reservas de alimentos para prevenir hambrunas y carestías. Todo ello limitaba las oportunidades para acumular capital -herramientas, ganado, obras de regadío— que pudiera emplearse en mejorar las técnicas de producción; asíque a cada periodo de crecimiento seguía una fase de crisis, en una dinámica que caracterizará a todas las sociedades agrarias hasta el siglo XVII dE.
2.3. El desarrollo de civilizaciones hidráulicas y sociedades complejas
Ya se han apuntado tres tipos de sistemas agrarios (hay que insistir en que el término casi siempre implica algún tipo de combinación de cultivos y ganadería, con formas residuales de caza-recolección) que se desarrollaron a partir de la Revolución Neolítica:
• Agricultura de rozas: implica desplazamientos periódicos, quema o tala de terrenos para la siembra, aprovechamiento intensivo durante unos años y después traslado del grupo a zonas cercanas. Se realiza con herramientas muy básicas (azadas, palos cavadores), sin animales de tiro, abonado ni riego, y suele centrarse en zonas de clima tropical o ecuatorial húmedo, donde la vegetación natural se reinstala en un plazo breve en las zonas roturadas. Dependiendo de las especies cultivadas (tubérculos como el ñame, la mandioca o la patata, o cereales como el mijo o el sorgo) puede llegar incluso a producir más de una cosecha anual, por lo que el agotamiento del terreno llega al cabo de pocos años.
• Agricultura de secano: habitual en zonas de clima mediterráneo, se basa en el cultivo de cereal (trigo y cebada sobre todo), combinado a veces con legumbres como lentejas, guisantes o garbanzos. Como su nombre indica, no emplea sistemas de riego, sino que aprovecha las precipitaciones atmosféricas, y la fertilidad del terreno se repone con abono de animales o humano, y periodos de barbecho (alternando normalmente unaño de siembra y uno de descanso, la llamada rotación bienal). El instrumental inicial es sencillo, normalmente la azada, pero la dureza de la tierra seca y las ventajas de hacer surcos profundos para proteger la semilla en sus primeras fases de crecimiento incentivan la introducción del arado, en ocasiones con tiro animal (vacuno). En el Mediterráneo se complementó desde épocas remotas con el cultivo de árboles o arbustos como la vid y el olivo. El tardío descubrimiento de las técnicas de injerto, poco evidente, demoró la introducción de árboles frutales hasta el primer milenio adE.
• Agricultura de regadío: la posibilidad de combinar climas cálidos con un suministro abundante de agua (y a menudo de limos, que hacen las veces de abono) generó los sistemas agrarios más productivos de la Antigüedad. En los valles de los grandes ríos (Nilo, Tigris-Éufrates, Indo o el Amarillo en China) las crecidas anuales dieron la posibilidad de construir presas y acequias con lo que surgieron las primeras civilizaciones importantes de la Antigüedad: sumerios en Mesopotamia, el Egipto faraónico y las redes urbanas del valle del Indo. La explotación de la tierra se realizaba en pequeños parcelas de terreno, con el uso de azada, y era común el uso del arado tirado por ganado vacuno; unas castas dirigentes (normalmente sacerdotales) proyectaban obras públicas y el aprovechamiento del agua. Aparte de las cosechas de cereal (cebada y trigo principalmente), eran importantes otros cultivos, como las palmeras datileras en el sur de Mesopotamia. No sólo proporcionaban un fruto rico en calorías tambiénmadera y combustible en una zona dominada por marismas y ausencia de bosques. Además se cultivaban distintas legumbres y frutales. Otro cultivo muy extendido es el sésamo, planta originaria de la India que se utilizaba como condimento y para obtener aceite; el viñedo, sobre todo en el norte de Mesopotamia, Siria y Egipto, y también el lino (como fibra textil y también para obtener aceite), o el papiro, cultivado sobre todo en Egipto. Entre los recursos ganaderos destacaban los rebaños ovinos, que en Mesopotamia favorecieron una importante artesanía, y caprinos. El ganado vacuno y asnal se destinaba a las labores del campo y el transporte, a las que más tarde se introdujeron caballos y camellos.
Este sistema dio lugar a lo que se han llamado civilizaciones hidráulicas, caracterizadas por la abundancia de excedentes agrarios que permitían sostener altas densidades de población y una mayor división del trabajo, al tiempo que se invertían capitales en obras hidráulicas, ejércitos bien pertrechados o ciudades populosas. En la baja Mesopotamia (y un poco más tarde en Egipto), durante el IV milenio adE se produjo una intensa urbanización favorecida por los logros productivos de la agricultura de irrigación.
La planificación de la actividad económica consolidó una jerarquía social encabezada por un poder centralizado en manos de una casta sacerdotal que controlaba buena parte de la propiedad en ciudades templo independientes. A sus órdenes surgieron grupos de burócratas que se encargaban de registrar los datos de producción y la recaudación de los impuestos. Por ello, no es de extrañar quela escritura surgiera en estas zonas, al servicio de las necesidades de una organización productiva y social cada vez más compleja. El primer tipo de escritura, la cuneiforme sumeria, surgió hacia el 3300 adE de las anotaciones hechas con punzón sobre tabillas de arcilla (figura 2.1), que registraban el valor de las cosechas. Esta forma de escritura de extendió por el norte de Mesopotamia y áreas limítrofes. Poco después se desarrollaron otras formas, como la jeroglífica en Egipto. La invención de la escritura alfabética, con un signo para cada sonido, representó un avance espectacular, que se completa hacia el 1000 adE en Fenicia.
Otra de las ventajas de las civilizaciones hidráulicas venía dada por su capacidad de especializarse en la guerra mediante ejércitos numerosos y armados de lanzas, escudos y posteriormente flechas con puntas de metal, (bronce primero, hierro después). Ambos otorgaron a los imperios mesopotámicos (sumerios, acadios, babilonios) y a Egipto cierta superioridad. No obstante, alrededor de éstos florecían culturas de orientación nómada, a veces pastoril y comercial pero a menudo también guerreros. Las relaciones entre los distintos pueblos podían ser pacíficas, regidas por el intercambio, pero también conflictivas, a través de la guerra y la conquista. Durante el segundo milenio adE, pueblos de pastores-guerreros como los casitas, hurritas, hicsos, y asirios, situados en los límites de las grandes civilizaciones fluviales, invaden éstas instaurando largas fases de dominio. Incorporan el uso del caballo y de los carros de guerra como innovaciones principales.Pero en general todo este proceso se enmarca en la progresiva interconexión entre los territorios del Mediterráneo oriental, donde florece también la civilización cretense, y el Próximo Oriente, con redes de tráfico que se prolongaban hacia el Este por vía marítima a través del mar Rojo.
En China, la dinastía Shang dominó buena parte del segundo milenio (1600-1050 adE), aunque sin alcanzar la densidad urbana de Mesopotamia. Alrededor del centro palaciego y los templos se situaban barrios de los artesanos, que elaboraban cerámica, útiles de bronce y otras manufacturas. La tecnología agraria no había evolucionado pero sí se incorporaron novedades militares del Próximo Oriente como el armamento de metal o el carro de guerra tirado por caballos. La escritura que se desarrolla durante este periodo es un antecedente directo del sistema logográfico actual.
Por otro lado, la potencia militar de las civilizaciones hidráulicas les permitió no sólo ocupar nuevas tierras -algo menos necesario, dado que ya ocupaban terrenos difícilmente mejorables— sino sobre todo capturar esclavos. El empleo de mano de obra esclava, normalmente perteneciente a pueblos vecinos o enemigos, es un rasgo distintivo de los sistemas agrarios de la Antigüedad en el Mediterráneo y Oriente próximo, pero también en China y la India. No obstante, la importancia económica de la esclavitud varía de una civilización a otra.
Podemos ver cómo la evolución social conduce hasta formas políticas que pueden calificarse ya como Estados, bajo la forma de monarquías o incluso imperios que abarcan a decenas de miles de súbditos. Enla segunda mitad del tercer milenio se observa la consolidación de instituciones políticas apoyadas en la expansión territorial bajo una autoridad centralizada tanto en Egipto como Mesopotamia. La escritura sirvió para plasmar las primeras normas generales sobre la organización económica y social mesopotámica, como el código de Hammurabi, soberano del imperio babilónico en torno al año 1700 adE. Este código, grabado en piedra, da cuenta de una sociedad con un alto grado de complejidad, detallando las relaciones de propiedad, tipos de arrendamientos, el uso extendido del dinero y del crédito así como el papel del comercio y la existencia de diferentes grupos sociales, incluida la esclavitud (a la que se podía llegar por deudas).
Así, en un proceso lento pero que va acelerándose, se pasa de formas primitivas de agricultura -combinada aún con la caza o el pastoreo— a civilizaciones agrarias cada vez más complejas y productivas, con una marcada jerarquización social, formas de organización política más desarrolladas que permiten movilizar recursos para la guerra o la construcción de grandes ciudades y un marcado peso de la esclavitud, aunque también con la expansión de la manufactura, comercio terrestre y, cada vez más, también fluvial y marítimo.
2.4. Tres modelos de desarrollo de la economía en la Antigüedad: civilizaciones comerciales, pueblos nómadas e imperios territoriales en el primer milenio adE
La historia de la Antigüedad es un campo riquísimo y apasionante, pues es entonces cuando se sientan las bases de las grandes culturas de nuestro tiempo, pero no podemos examinarloen detalle. Nos conformaremos con describir los tres grandes modelos de organización social y económica del mundo antiguo, que ya hemos apuntado: por un lado, los grandes imperios territoriales (de Asiria al Imperio Romano o el Han en China); por otro, ciudades-estado con fuerte vocación comercial (aquí destacarán Fenicia y Grecia) y por último toda una serie de pueblos nómadas o seminómadas (los bárbaros, en terminología de la Grecia clásica) que rodean a las civilizaciones agrarias, con las que mantienen relaciones complejas.
Civilizaciones comerciales: las bases para el desarrollo del comercio fueron las diferentes dotaciones de recursos naturales -metales, sobre todo pero también cultivos— en las distintas regiones, la existencia de excedentes agrarios y la especialización de la producción artesanal - tejidos, tintes, metalurgia, cerámica, navegación—. los instrumentos necesarios para el desarrollo comercial fueron la domesticación de animales de carga (équidos y camellos), el desarrollo de las técnicas de navegación, con el uso de velas (en Egipto hacia mediados del segundo milenio adE), y la invención de la moneda (hacia el siglo VII adE) . Los agentes de la expansión de los intercambios fueron los pueblos costeros, dado que el coste del transporte por agua era muy inferior, y los pastores nómadas que rodeaban a las civilizaciones agrarias. Las distintas combinaciones de estos elementos explican el desarrollo de civilizaciones comerciales, especialmente en el Mediterráneo y el Índico.
En el Mediterráneo, a partir de fines del segundo milenio destacan los fenicios, un pueblosemita instalado al norte de Palestina en la franja costera limítrofe con Siria. Los fenicios se agrupaban en ciudades-estado (Biblos, Tiro, Sidón), unas veces aliadas, y otras rivales entre sí, que se especializaron en la fabricación de metales o del tinte púrpura, elaborado con un molusco marino, muy apreciado en toda la región, para teñir las prendas de más alta calidad. Desarrollaron artesanías textiles y de objetos de vidrio. Aprovechando la madera de los bosques de cedros de las montañas limítrofes, construyeron flotas de navíos que pronto conectaron todo el Mediterráneo oriental, entre Egipto, Chipre, Anatolia y Grecia, y a su vez extendían los intercambios hacia Mesopotamia y otras regiones de Oriente Medio. Los fenicios se convirtieron en intermediarios de los cereales y objetos de vidrio de Egipto; el dominio de la navegación les llevó a fundar de colonias las costas del norte de África (Cartago), Sicilia occidental, Cerdeña y el sur de la Península Ibérica, llegando incluso a navegar el Atlántico en busca de metales, como el estaño de las islas Británicas (Cornualles), utilizado para la elaboración de útiles de bronce mediante la aleación con el cobre. Otra de sus innovaciones fue el desarrollo de un alfabeto fonémico que sería copiado después por griegos, etruscos y romanos. La decadencia de Fenicia llegó a partir del siglo VIII adE, cuando fue conquistada por los asirios, pero uno de los emporios fundados en el Mediterráneo occidental, Cartago, sobrevivió y rivalizó con los griegos en el Mediterráneo occidental, asentó su dominio en la zona y terminó pugnando con Romapor la primacía territorial durante el siglo III adE (guerras púnicas), siendo derrotado y dando paso al imperialismo romano.
Aunque la economía en la Grecia antigua se basaba en una agricultura cerealista, con el complemento de la vid y el olivo, explotada con mano de obra esclava, su geografía y escaso territorio les impulsa a especializarse en actividades artesanales, comerciales y de transporte marítimo, que pronto constituyen uno de los principales ejes de la expansión económica. La organización política del territorio se articula en torno a ciudades-estado independientes, polis, donde el gobierno adopta la forma de tiranías o repúblicas de ciudadanos libres como Atenas, que constituyen la minoría de la población. El crecimiento demográfico de las distintas polis impulsará la gran fase de la colonización helénica entre el siglo VIII y el siglo VI adE, primero por las costas de Asia Menor y posteriormente a lo largo del Mediterráneo y el mar Negro.
Ya se tratara de asentamientos que servían a la vez para instalar emigrantes de una Grecia superpoblada y así abastecer de cereal a la metrópoli, o bien de enclaves comerciales, las colonias griegas se sitúan principalmente en el norte de la cuenca mediterránea. Mantenían una relación privilegiada con la metrópolis fundadora, al tiempo que extendían un sentimiento de comunidad helénica, basado en la lengua y la cultura. El comercio también fomentó las actividades financieras y la circulación monetaria. Las monedas fueron acuñadas por primera vez en el siglo VI adE en Lidia, un reino de Asia menor, que empleó para ello el electro,una aleación natural de oro y plata. Las monedas atenienses, acuñadas con la plata de las minas de Laurión (figura 2.2), propiciaron el auge de Atenas como principal emporio y cabeza de la alianza que establecerá el imperio marítimo en el siglo V adE.
Los pueblos nómadas: Al margen y a veces en los márgenes de las civilizaciones agrarias y comerciales, en zonas menos aptas o menos productivas para el cultivo y más alejadas de los grandes circuitos comerciales, la economía se organizaba en formas más primitivas, pero no por ello menos importantes. Son los pueblos que conocemos como “bárbaros” (extranjeros, en griego), aunque buena parte de lo que sabemos sobre ellos proviene de los escritos de las sociedades 'civilizadas”, que los contemplaban con desprecio pero también con temor. En ocasiones se trataba de pequeñas tribus de cazadores-recolectores, o que practicaban una agricultura itinerante poco desarrollada, pero a menudo se trataba de hordas de pastores nómadas que ocupaban extensos espacios de pasto con rebaños de caballos, ovejas o bueyes, cuyos excedentes se vendían a los pueblos agrícolas sedentarios. Con unas densidades de población muy inferiores a las de las civilizaciones agrarias, también su organización social era más primitiva y más igualitaria.
Las relaciones de los pueblos nómadas con las civilizaciones agrarias eran complejas. Unas veces llevaron a su asimilación y absorción, como el caso de las oleadas de pueblos indoeuropeos que desde el norte, desde el tercer milenio adE, se desparramaron por el Mediterráneo, Oriente Próximo y la India, cambiando sus hábitosde pastores y ganaderos por los de agricultores, y forman importantes imperios. Es el caso de la civilización minoica en Creta, los hititas en Asia Menor, o los arianos que llegan en torno a 1500 adE a la cuenca del Ganges. En otras ocasiones, los nómadas sufrían las acometidas de los imperios agrícolas en su expansión, que los convertían en esclavos e imponían tributos. A veces se les trataba como aliados, empleándolos como fuerza de choque en los conflictos entre las civilizaciones más avanzadas. También podía darse una coexistencia pacífica, en la que primaba el comercio: el nomadismo de los pueblos pastores les convertía en intermediarios en las rutas terrestres que atravesaban las estepas. Entre los ejemplos más conocidos de este tipo de pueblos destacan los xiong-nu y los hunos (a veces considerados como el mismo pueblo), que se extienden por la estepa eurasiática entre los siglos III adE y IV dE.


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