Poema 12
Para mi corazón basta tu pecho, 
para tu libertad bastan mis alas. 
Desde mi boca llegara hasta el cielo 
lo que estaba dormido sobre tu alma. 
Es en ti la ilusión de cada día. 
Llegas como
el rocío a las corolas. 
Socavas el horizonte con tu ausencia. 
Eternamente en fuga como
la ola. 
He dicho que cantabas en el viento 
como los pinos y como los
mastiles. 
 
Como ellos eres
alta y taciturna. 
Y entristeces de pronto, como un viaje. 
Acogedora como
un viejo camino. 
Te pueblan ecos y voces nostalgicas. 
Yo desperté y a veces emigran y huyen 
pajaros que dormían en tu alma.
Soñar, jugar 
es cuestión de diferenciar 
la libertad con el delirio 
Tocar, no estar, 
una sombra en mi habitación 
escribe tu nombre sobre un vidrio. 
Quiero librevivir. 
Oh! Quiero ibre vivr. 
Oh! el problema esta en compartir 
Quiero, Quiero, Quiero, 
Libre vivir. 
Vibrar, cantar 
todavía yo tengo fe 
en cosas que ya nadie cree. 
Oh! Amar, volver a empezar 
y tener esa sensación 
de estar jugando con fuego. 
Quiero libre vivir. 
Oh! Quiero libre vivir. 
Oh! el prolema esta en compartir 
Quiero, Quiero, Quiero 
Estoy pediéndote 
y estoy seguro que 
en pocas horas mas 
 
Déjanos 
cosechar la infinita
plantación de tus vidas, 
tus trigos y tus uvas, 
tus bueyes, tus metales 
el esplendor mojado 
y el fruto sumergido.
Padre mar, ya sabemos 
cómo te llamas, todas 
las gaviotas reparten 
tu nombre en las arenas:
ahora, pórtate bien,
no sacudas tus crines,
no amenaces a nadie,
no rompas contra el cielo 
tu bella dentadura, 
déjate por un rato 
de gloriosas historias, 
danos a cada hombre, 
a cada
mujer y a cada niño, 
un pez grande o pequeño 
cada día.
Sal por todas las calles 
del mundo
a repartir pescado 
y entonces 
grita, 
grita
para que te oigan todos
los pobres que trabajan 
y digan, 
asomando a la boca 
de la mina:
'Ahí viene el viejo mar 
repartiendo pescado'. 
Y volveran abajo, 
a las tinieblas, 
sonriendo, y por las calles
y los bosques 
sonreiran loshombres
y la tierra
con sonrisa marina. 
Pero
si no lo quieres, 
si no te da la gana, 
espérate, 
espéranos, 
lo vamos a pensar, 
vamos en primer término 
a arreglar los asuntos 
humanos, 
los mas grandes primero,
todos los otros después,
y entonces 
entraremos en ti, 
cortaremos las olas 
con cuchillo de fuego, 
en un caballo eléctrico
saltaremos la espuma, 
cantando 
nos hundiremos 
hasta tocar el fondo 
de tus entrañas, 
un hilo atómico 
guardara tu cintura, 
plantaremos 
en tu jardín profundo 
plantas
de cemento y acero, 
te amarraremos 
pies y manos, 
los hombres por tu piel
pasearan escupiendo,
sacandote racimos,
construyéndote arneses,
montandote y domandote
dominandote el alma. 
Pero eso sera cuando 
los hombres 
hayamos arreglado
nuestro problema, 
el grande 
el gran problema. 
Todo lo arreglaremos 
poco a poco 
te obligaremos, mar,
te obligaremos, tierra, 
a hacer milagros, 
porque en nosotros mismos, 
en la lucha, 
esta el pez,  esta el pan, 
esta el milagro.
Pablo Neruda
La oda al limón 
Pablo Neruda: Oda al limón 
De aquellos azahares
desatados
por la luz de la luna 
de aquel
olor de amor
exasperado,
hundido en la fragancia,
saliò
del limonero el amarillo,
desde su planetario
bajaron a la tierra los limones.
Tiernamercadería!
Se llenaron las costas,
los mercados,
de luz, de oro
silvestre,
y abrimos
dos mitades
de milagro,
acido congelado
que corría
desde los hemisferios
de una estrella,
y el licor mas profundo
de la naturaleza,
intransferible, vivo,
irreductible,
naciò de la frescura
del limòn,
de su casa fragante,
de su acida, secreta simetría.
En el limòn cortaron
los cuchillos
una pequeña
catedral 
el abside escondido
abriò a la luz los acidos vitrales
y en gotas
resbalaron los topacios,
los altares,
la fresca arquitectura.
Así, cuando tu mano
empuña el hemisferio
del cortado
limòn sobre tu plato,
un universo de oro
derramaste,
una
copa amarilla
con milagros,
uno de los pezones olorosos
del pecho de la tierra,
el rayo de la luz que se hizo fruta,
el fuego diminuto de un planeta. 
…………………………………………………………………………………………
El dulce lamentar de dos pastores, 
Salicio juntamente y Nemoroso, 
he de contar, sus quejas imitando; 
cuyas ovejas al cantar sabroso 
estaban muy atentas, los amores, 
(de pacer olvidadas) escuchando. 
Tú, que ganaste obrando 
un nombre en todo el mundo 
y un grado sin segundo, 
agora estés atento sólo y dado 
el ínclito gobierno del estado 
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