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COMPONENTES Y CORRELATOS DEL AUTOCONCEPTO EN LA ESCALA DE PIERS-HARRIS
Violeta Cardenal Departamento de Personalidad, Evaluación y Tratamiento Psicológico II (Psicología Diferencial y Psicología del Trabajo). Universidad Complutense de Madrid. Alfredo Fierro Departamento de Personalidad, Evaluación y Tratamiento Psicológico. Universidad de Malaga.

El autoconcepto consiste en un conjunto de juicios tanto descriptivos como evaluativos acerca de uno mismo. En él se expresa el modo en que la persona se representa, conoce y valora a ella misma. Aunque a menudo se usan de manera equivalente autoconcepto y autoestima, ésta en rigor constituye el elemento valorativo dentro del autoconcepto y del autoconocimiento. Relevante en cualquier etapa de la vida, el autoconcepto adquiere especial importancia en la adolescencia, según lo destaca tanto la investigación en la autoestima (Cardenal, 1999), cuanto un enfoque del desarrollo humano a través del ciclo vital (Fierro, 1985). En enfoque diferencial, temas frecuentados por la investigación han sido: las diferencias en autoestima entre sexos (Cardenal y Díaz, 2000) y también en relación sea con la identidad étnica o grupal (Asakawa y Csikszentmihalyi, 2000; Smith, Walker, Fields, Brookins y Seay, 1999) sea con el nivel socioeconómico (Schneiderman, Furman y Weber, 1989). En un enfoque de procesos basicos, se ha estudiado el papel que dentro de ella desempeña la satisfacción con la propia apariencia y eficiencia física (Abell y Richards, 1996; Lerner,Orlos y Knapp, 1976). Sin embargo, a diferencia de lo que sucede con otros aspectos cognitivos, no abunda la investigación evolutiva. En rigor de ciencia, no se conoce mucho acerca del desarrollo adolescente del autoconcepto y autoestima, ni tampoco sobre su estabilidad y, respectivamente, cambio en los años de la adolescencia (Lintunen, Leskinen, Oinonen y Salinto, 1995). Tópicamente se considera que la autoestima o autoconcepto evaluativo se relaciona con la percepción de la propia competencia (Novick, Cauce y Grove, 1996), con el logro y el éxito (Mruk, 1983), con el rendimiento en el trabajo (Judge, Erez y Bono, 1998) y desde luego con el rendimiento escolar (Aunola, Stattin y Nurmi, 2000; Gimeno, 1976; Hare, 1980;





Leondari, Syngollitou y Kiosseoglou, 1998). Es mas, a autoconcepto y autoestima se les suele atribuir un papel mediador respecto a los logros académicos (Rogers, 1987, cap. 7). El tópico es, pues, que sólo con fortalecer la autoestima todo iría mucho mejor. Sin embargo, las evidencias empíricas no siempre son concluyentes. Después de haber transcurrido mas de diez años, sigue vigente el cauto balance de Mecca, Smelser y Vasconcellos (1989, pag. 15), el de que lo mas consistente de los hallazgos es que 'las asociaciones entre autoestima y sus previsibles consecuencias son mixtas, insignificantes o ausentes'. Por otro lado, no se ha encontrado que el nivel de autoestima correlacione con razonamiento moral (Sotelo y Sangrador, 1999). Aunque lasevidencias no sean concluyentes y sobre todo no lo sean en cuanto a la dirección de la causalidad (Shavelson, 1981), sí cabe afirmar que el nivel de autoestima y, en general, el perfil del autoconcepto constituye un buen indicador, a manera de un barómetro, de cómo se desarrolla la vida del adolescente (Sinha y Watson, 1997). Es significativo que algunos de los instrumentos mas populares en la evaluación del autoconcepto y/o de la autoestima hayan sido diseñados para adolescentes o preadolescentes (así, Coopersmith, l967), y que incluso alguno de los que no se ciñen a esa edad fueran puestos a prueba precisamente en una población adolescente (así, Rosenberg, 1965). Se comprende, pues, que la potenciación de la autoestima se considere un objetivo destacado de la educación escolar (Cava y Musitu, 2000), y que se hayan ideado programas, procedimientos para fomentar la autoestima (Cardenal, 1999; Mruk, 1995; Wick, Wick y Peterson, 1997). Cabe señalar, en fin, que permanecen discutidas las relaciones que la conducta solidaria tiene con otras variables psicológicas en la adolescencia. No todas las conductas prosociales se incrementan con la edad; algunas de ellas, como compasión y cooperación, tienden a decrecer entre los cuatro y los doce años (cf. Etxebarría y Caba, 1998). Han sido y son numerosos los instrumentos en uso para evaluar autoconcepto y autoestima. Tras la monumental y ya clasica revisión que de ellos hizo Wylie (1974), o la de Burns (1979), puede verse una mas reciente revisión críticapor Keith y Bracken (1996). Algunos de los instrumentos toman a esos constructos como unidimensionales: es el caso de Coopersmith (1967) y Rosenberg (1965), ya citados. Otros, en cambio, asumen la multi-dimensionalidad de autoconcepto y autoestima, tratando de medir, en consecuencia, los distintos aspectos o dimensiones implicados. Ciertamente estos últimos parecen ventajosos por la mayor finura de analisis que siempre permite un examen multidimensional. Entre ellos, destaca el Piers-Harris Children's Self-Concept Scale (Piers y Harris, 1969, en adelante, PH) que ha venido a ser uno de los mas difundidos y utilizados. PH presenta una lista de 80 sentencias, en las que el sujeto se limita a decir sí o no, y donde contesta acerca del 'modo en que me veo a mí mismo'. Seis son los factores o ambitos que abarca: comportamiento, estatus intelectual y escolar, ansiedad, popularidad, aspecto corporal y cualidades físicas, felicidad y satisfacción. La amplitud de estos ambitos hace que PH se aproxime mucho a una escala global de autoinforme sobre personalidad. PH ha sido usado en variados contextos para explorar relaciones de la autoestima con distintas características de personalidad. En los últimos años ha sido estudiada su asociación con variables como depresión (Katragadda y Tidwell,

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1998) y disforia (Veron, Williamson y Netemeyer, 1997), ugar de control (Wood, Hillman y Sawilowsky, 1996), l satisfacción con la imagen del propio cuerpo (Wood, Becker y Thompson,1996) y rendimiento académico (Reyes y Jason, 1993). Asimismo con PH se han realizado comparaciones: entre adolescentes con y sin problemas bajo tratamiento psicológico (Frankel y Myatt, 1996); entre el juicio de los adolescentes y el de sus padres acerca de ellos (Schor, Stidley y Malspeis, 1995); o se ha utilizado para estudios cuasi-experimentales: para ver los efectos de una intervención psicológica (Page y Chandler, 1994). No consta, en cambio, de informes recientes de estudios que hayan explorado relaciones de PH con nivel de aspiración y con comportamiento de ayuda o prosocial, aunque sí los hay de estas últimas variables con autoestima en general. Un trabajo de Chan y Joseph (2000) ha examinado asociaciones entre autoestima, felicidad (bienestar subjetivo), extraversión y neuroticismo con niveles y dominios de aspiración. Otro estudio de Hinsz y Matz (1997) ha examinado las relaciones entre las autoevaluaciones implícitas en la fijación de metas y el rendimiento en el trabajo. Se ha estudiado asimismo el papel que actividades de voluntariado desempeñan en el desarrollo de los adolescentes (Johnson, Beebe, Mortimer y Snyder, 1998). En los últimos años, las relaciones de autoestima y conducta de ayuda parecen haber suscitado el interés de investigadores y de publicaciones en Japón (Ito, 1996; Simizu, 1994; Yagi y Shimizu, 1996, pero cf. asimismo Smith y otros, 1999). Como es sabido, los modelos mas consagrados de desarrollo moral y social (Kohlberg, 1981/1992; Turiel, 1983/1984) hanatendido al juicio y razonamiento ético mas que a la conducta moral real. En las construcciones conceptuales de hoy, un concepto que puede servir al enlace entre el comportamiento moral y la autoestima es de 'autodignidad', 'self-worth', también justo estudiado en la adolescencia (Wiest, Wong y Kreil, 1998). Los dos estudios de los que se informa aquí, realizados ambos con PH, proceden en la dirección de una línea investigadora que examina el papel que durante la adolescencia la autoestima desempeña en el desarrollo de la madurez moral y personal (Cardenal, 1999; Fierro, 1990). En esa dirección, el propósito de los estudios ha sido: a) examinar las relaciones de los seis factores de PH con algunas otras variables que previamente sí han sido investigadas con esa misma Escala, como son rendimiento escolar, representación y estima de la propia apariencia corporal y nivel socioeconómico familiar (Estudio 1); y b) con comportamientos o actitudes que apenas han sido objeto de tal examen con PH, aunque sí con indicadores de autoestima obtenidos mediante otros instrumentos: nivel de aspiración y conducta prosocial (Estudio 2). Las hipótesis del estudio son, en parte, precisas, con una predicción clara, y en parte sólo exploratorias. Se predice que habra una correlación significativa entre las correspondientes subescalas o factores de PH y variables evaluadas por otro procedimiento: en concreto, correlación con la valoración de la propia apariencia corporal, con las calificaciones académicas y con el nivelsocioeconómico. En cambio, el enfoque es exploratorio respecto a las relaciones que esos factores mostraran sea con el nivel de aspiración, sea con el comportamiento solidario. Aunque la predicción naturalista se inclinaría a conjeturar que un elevado nivel de autoestima se asociara con esas variables, evidencias de anteriores estudios no permiten formular una hipótesis en esa sola dirección.

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Estudio 1 Método Sujetos Los sujetos fueron 905 adolescentes de ambos sexos (517 chicos y 388 chicas) entre los 13 y los 15 años, en distintos colegios de Malaga y provincia. Las diferencias entre sexos han sido presentadas en otro trabajo centrado específicamente en ello (Cardenal y Díaz, 2000), y por tanto no van a ser consideradas en el presente informe. Instrumentos y variables A los sujetos se les aplicó de forma colectiva y en aula: 1) la Escala PH, ya descrita, en traducción y adaptación de los autores de este informe (versión cuyas características psicométricas fueron presentadas por Fierro, Godoy y Cardenal, 1987); y 2) una Escala de Aspectos Corporales, de Lerner, Orlos y Knapp (1976), traducida y adaptada asimismo por los autores. Esta última consta de 24 ítems relativos a aspectos generales o a miembros del propio cuerpo, tales como altura y peso, o los ojos, las manos, el pelo, etcétera. Los sujetos han de declarar su grado de satisfacción, de sentirse a gusto, con esos elementos de su cuerpo. La Escala PH ha sido el instrumento central en esta investigaciónpor lo que se exponen de manera mas amplia algunas de sus características. Los autores (Piers y Harris, 1969) elaboraron una escala de ochenta elementos referentes a diversas areas. Estos 80 ítems conforman la Escala de autoconcepto que ofrece una puntuación de la autoestima global y para cada una de las seis areas o factores: Así, el factor I Comportamiento se refiere al conjunto de conductas que el niño despliega en el colegio y en su casa, y comprende ítems como 'me porto bien en el colegio', 'a menudo me meto en líos' o 'me peleo mucho'. El factor II Estatus intelectual y escolar explora la imagen que el niño tiene de sí mismo en aspectos de rendimiento académico, de su inteligencia y de la opinión que tienen sus compañeros sobre él en estos temas, a través de frases de este tipo: “soy listo”, “a mis amigos les gustan mis ideas” “soy lento haciendo mi trabajo escolar”, etc. El factor III Apariencia e imagen física trata de detectar los juicios que el chico tiene sobre su cuerpo, rostro y aspecto físico en general. Algunos ítems representativos son: “mi cara me molesta”, “soy fuerte”, “tengo los ojos bonitos”, etc.

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El Factor IV Ansiedad intenta captar el estado de animo o equilibrio emocional general que despliega el niño en su vida diaria. Los ítems son semejantes a las escalas que evalúan la ansiedad o la estabilidad emocional como “me pongo nervioso cuando me pregunta el profesor”, “soy nervioso”, “me preocupo mucho” o “a menudo estoy asustado”. El factorV Popularidad se centra fundamentalmente en la opinión que tiene el niño sobre las relaciones sociales que establece con sus iguales y autoevalúa escenas típicas de los muchachos en el ambiente escolar. Así, el chico expresa esta valoración a través de este tipo de ítems: ”mis compañeros de clase se burlan de mí”, “me siento un poco rechazado”, “tengo muchos amigos” o “ soy de aquellos a los que menos se elige para los juegos”. Y, finalmente, el factor VI Felicidad y Satisfacción recoge el sentimiento general que el niño pueda tener sobre su bienestar personal y el grado en el que se encuentra feliz y dichoso en su vida diaria, a través de frases como “soy una persona feliz”, “tengo suerte”, “me gustaría ser distinto de como soy”, “soy desgraciado”, etc. La amplitud del ambito evaluado en esta escala es una buena razón para trabajar con ella en estudios sobre autoestima con niños y adolescentes. Es significativo que en la revisión intensamente crítica para con otros cuestionarios y pruebas que hizo Wylie (1974), sea recomendada esta Escala. El nivel socioeconómico (en adelante, NSE) de las familias de los sujetos se evaluó mediante un índice extraído de las características de la vivienda familiar, tomando también en cuenta el número de personas que allí conviven (los componentes de tal índice se exponen en Fierro y Cardenal, 1993). El estudio pretendía incorporar asimismo una variable de rendimiento académico de los alumnos. Es la variable 'notas', que recoge la calificación media obtenidapor los mismos en los dos últimos cursos. Para ese fin se recabó de las secretarías de los colegios la información pertinente. Por desgracia, sólo unos pocos de éstos accedieron a la demanda. De hecho, únicamente para 254 sujetos se dispone de esas calificaciones. Los analisis correspondientes se refieren nada mas a ellos. Resultados Se ha procedido a un analisis correlacional de las dimensiones de PH con el resto de las variables. Al ser todas ellas de naturaleza continua, se trata de la correlación de Pearson. Los resultados constan en la Tabla 1.

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Tabla 1

Correlaciones de subescalas de PH con autovaloración corporal (EAC), nivel socioeconómico (NSE) y calificaciones escolares (Notas)

Escalas de PH

EAC N=905

NSE N=905 .13** .09* .05 .06 -.19** -.12** .14**

Notas N=254 .11 .33** .05 .19** .28** .25** .17**

Comportamie nto Estatus escolar Apariencia Ansiedad Popularidad Satisfacción TOTAL

.07 .25** .40** .13** .19** .10** .29**

* p < .01

** p < .001

Aunque significativas muchas de ellas, las correlaciones obtenidas son sólo moderadas. La mas alta, de .40, se da entre la escala de apariencia de PH y la escala EAC, que precisamente evalúa igualmente la estima de los sujetos hacia su aspecto y atractivo físico. Las correlaciones con las calificaciones académicas son siempre positivas: las mas altas, y por este orden, con autopercepción del estatus escolar, de la propia popularidad y de satisfacción; con el nivel socioeconómico son masbien bajas, si bien significativas algunas de ellas gracias al elevado número de sujetos: positiva en autopercepción del comportamiento; negativas en popularidad y satisfacción.

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Estudio 2 En este estudio se exploraron relaciones de los factores de autoestima de PH con comportamiento de ayuda (N = 175) y con nivel de aspiración (N = 138). Los sujetos fueron asimismo adolescentes de ambos sexos entre los 13 y los 15 años en centros educativos de Malaga; y se les aplicó PH de forma colectiva en grupos-aula al igual que en el Estudio 1. El nivel de aspiración se operacionalizó presentando a los sujetos un test de inteligencia con tres distintos niveles de dificultad: alta, media, baja. Esta variable se ha tomado como variable ordinal, y de acuerdo con ello los datos se han analizado con un contraste de chi-cuadrado. Se les decía a los estudiantes que debían elegir unas pruebas de inteligencia que tenían la particularidad -se añadía- de contener esos tres distintos niveles de dificultad. A continuación, los sujetos efectuaban su elección del grado de dificultad y se les entregaban las supuestas pruebas correspondientes que, obviamente, no eran un test. La variable no ha sido los resultados en la prueba: se recogió únicamente como variable la elección realizada por el sujeto.

Tabla 2 Relaciones de subescalas de PH con nivel de aspiración (valor de 'chi' cuadrado) y con comportamiento de ayuda (correlación de Pearson)

Escalas de PH

Aspiración N=138 Chi (p


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