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Arquitectura - el desvelamiento de una primera evoluciÓn (1930-1945)



INTRODUCCIÓN.


Se trata la arquitectura de la segunda mitad del siglo XX, es decir, de aquello que se produce a partir de 1945, tras la II Guerra Mundial.

Con las vanguardias de principios de siglo y su posterior expansión en un movimiento de alcance internacional, la arquitectura dio un salto sin precedentes en la historia. Aquello que desde mediados del XIX se estaba buscando con ansiedad, una nueva arquitectura para la nueva sociedad industrial, pudo alcanzarse con plenitud. Se pasó del agotado y anacrónico lenguaje Beaux – Arts y académico incapaz de generar tanto una nueva arquitectura como una nueva ciudad, hacia una arquitectura tendente a la abstracción, formalmente pura y plásticamente transparente, resuelta de manera pulcra, técnicamente avanzada, sin ornamentos ni añadidos innecesarios.



Este proyecto universalista exige una continua renovación, va evolucionando. A partir de las primeras revisiones de los 40 y 50, tras la crisis de principios de los 60, se entra en una época de propuestas operativas y metodológicas que en los 80 desembocan en la amplia orilla de la dispersión.

Los motores de la evolución.
sCuáles fueron los motores cruciales de la evolución y crisis de la arquitectura del Movimiento Moderno?

a. El paulatino protagonismo que va tomando el proceso de contextualización de los planteamientos genéricos del Movimiento Moderno. A lo que se asiste a partir de 1945 es a la simbiosis de las propuestas modernas con las aportaciones de cada uno de los contextos. Este es el principal motor de la evolución de la arquitectura del Movimiento Moderno.
b. La necesidad de unarenovación formal que supere los esquemas definidos por el Estilo Internacional, que permita enriquecer las posibilidades formales de la arquitectura, huyendo de todo manierismo, formalismo y conformismo.
c. El tema que se va convirtiendo en predominante, es el papel que debe desempeñar la memoria en la evolución de la arquitectura moderna. Se trata de superar el esquematismo moderno y su pretendida ruptura con la tradición, resituando el presente de la arquitectura en el complejo hilo de la evolución histórica. La historia representa el lado más vulnerable y ambiguo de la corriente de la arquitectura moderna, una corriente que se basa en enfatizar lo nuevo en detrimento de la tradición.
d. Replanteamiento inevitable de la idea de ciudad ante el indiscutible fracaso de la urbanística racionalista y de la pretensión de establecer una radical separación de funciones.
e. El paulatino cambio de concepción que se produce respecto al usuario para quien la arquitectura se piensa y se proyecta.


I. EL DESVELAMIENTO DE UNA PRIMERA EVOLUCIÓN (1930-1945

A pesar de su riqueza y complejidad el Movimiento Moderno dejó establecidos una serie de conceptos, actitudes y formas, una defensa funcionalista del protagonismo del hombre, la utilización de un sistema proyectual donde la razón y el método son básicos, la confianza en los nuevos medios tecnológicos que transforman positivamente el escenario urbano y la insistencia de la arquitectura como valor social.

El Movimiento Moderno intenta (aunque inconscientemente) una asociación entre la forma y la política (transparencia de fachadas a partir de la estructura independiente ymuros de cristal reflejan la honestidad, la planta libre la democracia, la ausencia de decoración la economía y entereza ética). Por tanto, el valor de las aportaciones de las primeras décadas del siglo no es puesto en duda, aunque se muestre la evolución y crisis de esta arquitectura.

No debe entenderse el Movimiento Moderno como el fenómeno monolítico que intentó recomponer la crítica ortodoxa generada por él mismo, sino aceptar la diversidad y complejidad de propuestas de los maestros del siglo XX.

Existe una dualidad entre el Movimiento Moderno como mito y los hechos y producciones reales, es decir, entre lo realmente histórico y la construcción historiográfica.

Entendemos por Movimiento Moderno la corriente de tendencia internacional que arranca de las vanguardias europeas de principios de siglo y se va expandiendo a lo largo de los años 20. Entendemos por vanguardistas los autores que proponen innovaciones trascendentales entre los años 1910 y 1930, y por Movimiento Moderno, la extensión, internacionalización y producción de estos planteamientos a partir de finales de los años 20, cuando la dialéctica entre arquitectura y vanguardia se pierde.


LA PRIMERA DIFUSIÓN DE LA ARQUITECTURA MODERNA.

Lo predominante en la segunda mitad del siglo XX, es un inmenso panorama de continuaciones, evoluciones, revisiones y críticas respecto al “punto cero” que constituyen las vanguardias.

En los años de la segunda década de siglo se produjeron los primeros experimentos en las artes plásticas y en la arquitectura, y en los años 20 se plantearon los primeros resultados formales y estilísticos (CasaDominó, rascacielos transparentes). En los años 30-40 estas formulaciones se fueron convirtiendo en Academia, aunque no fueron aplicadas de manera amplia hasta los 50.

La sociedad no puede renunciar al deseo de perfeccionamiento y replanteamiento continuo de sus funciones básicas. Si las vanguardias fueron coherentes en su necesidad de renovación radical, sus descendientes lo han sido en su voluntad de ajustar la arquitectura a la realidad.

Hacia 1929-1930 se entra en un nuevo período, el período de asentamiento de la arquitectura moderna y de difusión del Método Internacional. Sin embargo, al mismo tiempo, las condiciones políticas que habían dado campo libre de la experimentación a las nuevas vanguardias (socialdemocracia alemana: caso de las Siedlung) entran en crisis.

Ante esta crisis centroeuropea que culmina con la II Guerra Mundial, la posibilidad de desarrollo se desvía hacia la Unión Soviética, EEUU y Latinoamérica.

En esta nueva situación, se genera una dualidad de opciones para las generaciones posteriores
- Seguir desarrollando acríticamente este Movimiento (institucionalizando un método).
- Desconfiar de él, planteando primeras alternativas fieles al espíritu de los maestros con voluntad de enriquecer la nueva tradición moderna.

La más clara expresión del camino de una ortodoxia basada en el rigor metodológico, la constituyen los Congresos Internacionales de Arquitectura Moderna (CIAM). En ellos mismos se observa una evolución y unas marcadas contradicciones internas y su forma de realizarse manifiesta este acuerdo internacional de transcendencia histórica. Arquitectos de muydiversos países participan de unos mismos métodos de análisis y explicación gráfica de los proyectos residenciales, de unos mismos planteamientos a la hora de proyectar soluciones.


LA EXPOSICIÓN “EL ESTILO INTERNACIONAL” (1932).

La mayor expresión de la expansión de una ortodoxia formalista de ámbito internacional fue la exposición “The International Style: Architecture from 1922”.

Iniciando la política de transmisión al contexto americano de las vanguardias europeas el MOMA de Nueva York, creado en 1929 para el naciente arte moderno, propuso la exposición sobre arquitectura internacional que prepararon Hitchcock y P. Johnson. Se basaba en fotos y plantas de unas 70 obras europeas y norteamericanas, y planteaba que ya existía un estilo moderno e internacional. Reaparece la idea de estilo, de existencia de unos patrones definidos de lenguaje para un período colectivo e histórico determinado.

En el tratamiento de los problemas estructurales se asemeja más al gótico, mientras que en cuestiones formales más al clasicismo. Se distingue de ambos por la preeminencia que se concede al estudio de la función.

Al tiempo que en 1932 se presentaba la apoteosis de este nuevo estilo único, ya se producían desviaciones, heterodoxias y revisiones de este estilo. De hecho con esta exposición se simplificaba la amplitud de los experimentos de las vanguardias. La exposición pretenderá establecer un canon: arquitectura cúbica, lisa de fachadas blancas o paramentos de metal y vidrio, de planteamientos funcionalistas y simples.

Tres serían los principios formales básicos
- Arquitectura como volumen, cuyojuego dinámico de planos más que como masa.
- Predominio de la regularidad en la composición, sustituyendo a la simetría axial académica.
- Ausencia de decoración añadida, que surge de la perfección técnica y expresividad del edificio a partir del detalle arquitectónico.

Lo más grave es que para promover este Estilo Internacional, falsamente unitario, los experimentos de los futuristas de las constructivistas rusos, del expresionismo alemán, de la Escuela de Amsterdam o de la arquitectura organicista quedaban marginados.

Además la pretensión de establecer unos cánones, un lenguaje, un estilo, estaba en contradicción con algunas de las ideas claves de arquitectos como Gropius o experiencias como la Bauhaus. De hecho, con este se traicionaba y reducía la base de la arquitectura de Movimiento Moderno, al no querer entender que más allá de la forma y el lenguaje, había una nueva metodología de pensar y proyectar la arquitectura, de plantearla dentro de la ciudad racional y de proponerla como factor social esencial. Se destacaban tan sólo los aspectos formales de la arquitectura, marginando los aspectos relacionados con la voluntad de innovación continua propugnada por los maestros, las propuestas más vanguardistas y experimentales, los criterios urbanos Se estaba introduciendo una versión domesticada del Movimiento Moderno.

Desde el punto de vista de las metodologías historiográficas críticas, la exposición constituye una propuesta anacrónica, en función de los modelos de análisis ya superados por las vanguardias, modelos similares al del neoclasicismo o del sistema Beaux – Arts. Todo ello no es casual,obedecía a una política cultural norteamericana, que a partir de los años 30 intentará controlar el mundo de la producción cultural y artística. Para ello se necesitaba una fluida comunicación entre Europa y Norteamérica. En un sentido, importar las aportaciones europeas, diluyendo sus características más revolucionarias, y en otro, exportando las nuevas corrientes genuinamente americanas.

Tras la II Guerra Mundial, el panorama arquitectónico queda configurado dentro del eclecticismo, o de manera más precisa del manierismo (según J. J. Sostres). Se había entrado en una época manierista – falta de naturalidad y afectación- marcada por la ineludible presencia de las obras de los maestros, y tal como se ha señalado, con dos únicas posibilidades
- La imitación mecánica e impersonal de los grandes ejemplos.
- El camino de la contextualización que en cada país se irá siguiendo. Es decir, todas las escuelas locales (el New Empirism nórdico, el Bay Region Style en el oeste de EEUU, o el Stile alpino en Gran Bretaña, el neorrealismo y el neoliberty en Italia e incluso en los años 70 la escuela de Barcelona).


LA MISIÓN DE LA SEGUNDA GENERACIÓN DEL MOVIMIENTO MODERNO.

Junto a estas maniobras tendentes a enfatizar la unidad de la arquitectura moderna, incluso antes de 1945, hay intentos por empezar a ampliar algunos de los puntos básicos del Movimiento Moderno.

Esta primera revisión, planteada con respeto y voluntad de expansión de la ortodoxia de la arquitectura moderna de una forma abierta, fue realizada por los miembros de la segunda generación.

Alfred Roth (1939). Tímidas defensas en valor de lahistoria, importancia del contexto, y la necesidad de atender a la escala humana.
Grupo Austral (Argentina, 1939). Necesidad de que aflore la incipiente tradición del surrealismo, como antídoto al manierismo, y como recurso para una mejor integración al paisajismo.
J. L. Sert, F. Léger y S. Giedion (1943). Plantean la recuperación de la idea de monumentalidad (además de verificaciones funcionalistas, la gente quiere que los edificios representen su vida social y comunitaria).
La monumentalidad según Giedion, es una necesidad intemporal y la arquitectura contemporánea debe expresar símbolos en edificios públicos (centros cívicos, espacios libres ).
Sala de la Superstición (Exposición Surrealista Internacional). Diseñada por F. Kiesker, en colaboración con Miró, Duchany y basada en formas curvas y dinámicas opuestas a la ortogonalidad de la Bauhaus.
Museo Experimental del Eco (M. Goertz en colaboración con Barragán). Muestra la idea de arquitectura emocional.
Latinoamérica es el principal foco de una interpretación libre y exuberante de la Nueva Tradición Moderna.

Todos estos ejemplos son muestras de experiencias que dentro de la tradición de la vanguardia, dejan atrás la ortodoxia racionalista, incipientemente convertida en academia. Deben sacrificar la vanguardia institucionalizada para seguir desarrollando la libertad artística. Se recurre para ello al inexplorado campo de lo simbólico y lo irracional.

En la periferia de la ortodoxia inicial de los CIAM, en los países nórdicos (E. G. Asplund, A. Aalto) y en Italia (I. Gardella, C. Molhino, F. Michelucci) se desarrollan vías propiasajenas a los planteamientos programáticos del Movimiento Moderno.

Incluso Le Corbusier, desde los años 30 estará señalando tendencias de la arquitectura después de la II Guerra Mundial
- Juego de volúmenes independientes sobre plataformas, en su proyecto para el Palacio de los Soviets (1931).
- Gestualidad conceptual y participación de los usuarios en el plan para Argel (1930).
- Leve tendencia hacia el neobrutalismo.
- Acercamiento a las expresiones y estructuras vernaculares.

De hecho, el GATCPAC, grupo difusor del racionalismo en Cataluña, nunca dejará de presentar de manera positiva la belleza y simplicidad de la arquitectura popular mediterránea.

La experiencia de Le Corbusier, Niemeyer o GATCPAC, muestra cómo, a partir de 1930 se abandona el purismo neovanguardista para integrar figuraciones y recursos técnicos de la arquitectura popular de manera que otorguen más carácter a cada edificio.

También es en el período de 1930-1945, en especial con la II Guerra Mundial, cuando se consuma el hecho trascendental para la arquitectura, la Crisis de Europa y el paulatino traslado del protagonismo a EEUU. Esto queda expresado, no sólo por la destrucción de muchas ciudades europeas, y con la siniestra culminación de la modernidad con las dictaduras, sino especialmente con la emigración de muchos artistas e intelectuales europeos a EEUU, México y Unión Soviética.


LOS RETROCESOS Y DESARROLLOS CLASICISTAS.

En el período de 1930-1945 aflora otro fenómeno, en el que se confunden la estricta continuación del clasicismo decimonónico (Tessenow, Asplund ) con la aparición de recuperacionesclasicistas de clara tendencia conservadora, promovida por arquitectos reaccionarios al Movimiento Moderno.

A principios de los años 30, al mismo tiempo que las vanguardias se consolidan, arremete la reacción antimoderna e intenta adueñarse de la tradición del clasicismo.

Los cambios políticos, tendentes a sistemas totalitarios comportan la eliminación de la arquitectura moderna y el retorno al academicismo y a los lenguajes vernaculares. Las dictaduras, recurren al carácter monumental de la tradición clásica y rechazan el lenguaje internacional y abstracto.

Estas regresiones, más que críticas al Movimiento Moderno, son continuaciones de la arquitectura conservadora y académica de finales del XIX. Nos referimos a arquitecturas de A. Speer, edificios como Haus der Deutschen Kunst, Mellon Institute, el proyecto para el Palacio de la Naciones Unidas en Ginebra.

Otro manifiesto de la batalla de reacción al Movimiento Moderno, es la arquitectura de la exposición de 1937 en París, en la que salvo excepciones, como el pabellón de Le Corbusier Sert – Lacesa, el resto fue nostalgia académica. Esto se desarrolla en los años 30, 40 y 50. Puede parecer, al entroncar con los clasicismos actuales, que la corriente de la composición clásica no ha sido interrumpida por el Movimiento Moderno, que éste no ha constituido más que un episodio marginal, pero esto es totalmente erróneo, como lo sería confundir en el florecimiento de los academicismos del siglo XX aquellos casos de puro reaccionarismo o continuidad en los que existe una sólida crítica al legado del Movimiento Moderno, una crítica que encuentra su desarrolloen una reinterpretación no estilística de la tradición de la composición clásica.




DEL HOMBRE IDEAL AL HOMBRE COMÚN.

La arquitectura tiene un objetivo primordial: resolver las necesidades que en cada período plantea el usuario. La visión que se tiene del hombre varía entre el Movimiento Moderno y los años después de la II Guerra Mundial.

El Movimiento Moderno piensa su arquitectura en función de un hombre idea, puro, perfecto, genérico, total. Un hombre ética y moralmente entero, de costumbres puritanas, de una funcionalidad espontánea, capaz de vivir en espacios de todo racionalizados, perfectos, transparentes, configurados según formas simples. El “modulor” de Le Corbusier (1942) constituiría una tardía explicitación de este usuario idealizado.

Ya a lo largo de los 50 se ponen de manifiesto toda una serie de cambios radicales. Lo que en el campo del pensamiento se desarrolla en los diversos existencialismos tiene también sus correspondencias en un arte y en una arquitectura realistas. La visión de la arquitectura y del usuario a la cual va dirigida, va ligada a una voluntad de acercarse a los gustos de la gente. Cultura material, diversidad cultural, contextualismo, preexistencias ambientales, tradición, lenguaje comunicativo, arquitectura anónima, etc. Son arquitectos que han adoptado la postura del arquitecto liberal, que proyectan para un hombre concreto, individual, con todas sus carencias.

En los mismos debates de los CIAM, James M. Richards, defendió la necesaria relación entre arquitectura contemporánea y hombre común. Richards planteaba que era necesario recuperar lascualidades humanas del contraste, la variedad y la individualidad que estaban en peligro de perderse bajo el peso de las técnicas deshumanizadas.

De la misma manera que podemos encontrar relaciones entre los diversos existencialismos y los planteamientos de los arquitectos en la posguerra, cambios similares se explicitan a las propuestas de las artes plásticas de aquellos años.

El caso más extremo y manifiesto es el de la pintura de Jean Dubuffet, que abandona su vida burguesa y recupera su época antecedente de pintor. Su interés consistirá en recrear un paisaje mental que experimenta tanto las formas y texturas como la imagen de un nuevo sujeto. En el fondo se trata de una defensa del “hombre común”, concreto, auténtico, real e individual, frente al hombre universal y abstracto, sin atributos, sin necesidades psicológicas.

La diferencia que va de los planteamientos de entreguerras a las de los años 50 podría quedar resumida en dos imágenes comparativas, paradójicamente de los mismos años y de dos autores muy próximos. Es la distancia que va del hombre atlético, perfecto y musculoso, de 1.83m de altura, del machista modulor de Le Corbusier, a los personajes deformes y necesitados que aparecen perdidos sobre las tramas de arena y piedra de los primeros cuadros de Jean Dubuffet.


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