Consultar ensayos de calidad


MARCOS - predicación de Juan el Bautista



1.- Principio del evangelio de Jesucristo, hijo de Dios. Como esta escrito en Isaías el profeta: He aquí yo envió mi mensajero delante de tu faz, El cual preparara tu camino delante de ti. Voz del que clama en el desierto: Preparad el camino para el Señor; Enderezad sus sendas. Bautizaba Juana en el Desierto, y predicaba el bautismo del arrepentimiento para el perdón de pecados. Y salían a él toda la provincia de Judea, y todos los de Jerusalén; y eran bautizados por él en el rio Jordan, confesando sus pecados. Y Juan estaba vestido de pelo de camello, y tenía un cinto de cuero alrededor de sus lomos; y comía langostas y miel silvestre.
Y predicaba, diciendo: Viene tras mí el que es mas poderoso que yo, a quien no soy digno de desatar encorvado la correa de su calzado. Yo a la verdad os he bautizado con agua; pero el os bautizara con Espíritu Santo.


El bautismo de Jesús.
Aconteció que en aquellos días, que Jesús vino a Galilea, y fue bautizado por Juan en el Jordan. Y luego, cuando subía el agua, vio abrirse los cielos, y al Espíritu como paloma que descendía sobre él. Y vino una voz de los cielos que decía: Tú eres mi hijo amado, en ti tengo complacencia.
Tentación de Jesús.
Y luego el espíritu le impulso al desierto. Y estuvo allí en desierto cuarenta días, y era tentado por Satanas, y estaba con las fieras; y los angeles les servían.Jesús principia su ministerio.
Después que Juan fue encarcelado, Jesús vino a Galilea predicando el reino de Dios, diciendo: El tiempo se ha cumplido, y el reino de Dios se ha acercado; arrepentíos, y creed en el evangelio.
Jesús llama a cuatro pescadores.
Andando junto al mar de Galilea, vio a Simón y a Andrés su hermano, que echaban la red en el mar; porque ellos eran pescadores. Y les dijo Jesús; Venid en pos de mi, y hare que seais pescadores de hombres. Y dejando luego sus redes, le siguieron. Pasando de allí un poco mas adelante, vio a Jacobo hijo de Cebedero, y a Juan su hermano, también ellos en la barca con los jornaleros, le siguieron.
Un hombre que tenía un espíritu inmundo.
Y entraron en Capernaum; y los días de reposo, entrando en la sinagoga, enseñaba. Y se admiraban de su doctrina; porque les enseñaba como quien tiene autoridad, y no como los escribas. Pero había en la sinagoga de ellos un hombre con un espíritu inmundo, que dio voces, diciendo: ¡Ah! ¿Qué tienes con nosotros, Jesús nazareno? ¿Has venido para destruirnos? Sé quién eres, El Santo de Dios. Pero Jesús le reprendió, diciendo: ¡Callate, y sal de él! Y el espíritu inmundo, sacudiéndole con violencia, y clamando a gran voz salió de él. Y todos se asombraron, de tal manera que discutían entre sí, diciendo: ¿Qué es esto? ¿Qué nueva doctrina es esta que con autoridad manda aun a los espíritus inmundos, y lo obedecen?Y muy pronto se difundió su fama por toda la provincia alrededor de Galilea.
Jesús sana a la suegra de Pedro.
Al salir de la Sinagoga, vinieron a casa de Simón y Andrés, con Jacobo y Juan. Y la suegra de Simón estaba acostada con fiebre; y en seguida le hablaron de ella. Entonces él se acerco, y la tomo de la mano y la levanto; e inmediatamente le dejo la fiebre, y ella les servía.
Muchos sanados al ponerse el sol.
Cuando llego la noche, luego que el sol se puso, les trajeron todos los que tenían enfermedades, y a los endemoniados; y toda la ciudad se agolpo en la puerta. Y sano a muchos que estaban enfermos de diversas enfermedades, y echo fuera a muchos demonios; y no dejaba hablar a los demonios, porque le conocían.
Jesús recorre Galilea predicando.
Levantandose muy de mañana siendo aun muy oscuro, salió y se fue a un lugar muy desierto, y allí oraba. Y le busco Simón, y los que con el estaban; y hallandole le dijeron: Todos te buscan. El les dijo: Vamos a los lugares vecinos, para que predique también allí; porque para esto he venido. Y predicaba en las sinagogas de ellos en toda Galilea, y echaba fuera los demonios.
Jesús sana un leproso.
Vino a él un leproso, rogandole; e hincada la rodilla, le dijo: Si quieres, puedes limpiarme. Y Jesús teniendo misericordia de él, extendió la mano y le toco, y le dijo: Quiero, se limpio. Entonces le encargo rigurosamente, y quedo limpio. Y ledijo: Mira, no digas a nadie nada, sino ve, muéstrale al sacerdote, y ofrece por tu purificación lo que Moisés mando, para testimonio a ellos. Pero ido él, comenzó a publicarlo mucho y a divulgar el hecho, de manera que ya Jesús no podía entrar abiertamente en la ciudad, sino que se quedaban fuera de los lugares desiertos; y venían al de todas partes.
Jesús sana a un paralitico.
2.- Entro Jesús otra vez a Capernaum después de algunos días; y se oyó que estaba en casa. E inmediatamente se juntaron muchos, de manera que ya no cabían ni aun en la puerta; y les predicaba la palabra. Entonces vinieron a él unos trayéndole a un paralitico, que era cargado por cuatro. Y como no podían acercarse a él a causa de la multitud, descubrieron el techo donde estaba, y haciendo una abertura, bajaron el lecho en que yacía el paralitico. Al ver Jesús la fe de ellos, dijo al paralitico: Hijo, tus pecados son perdonados. Estaban allí sentados algunos de los escribas, los cuales cavilaban en sus corazones. ¿Por qué habla este así? Blasfemias dice. ¿Quién puede perdonar pecados, sino Dios? Y conociendo luego Jesús en su espíritu que cavilaban de esta manera dentro de sí mismos, les dijo: ¿Por qué cavilais así en vuestros corazones? ¿Qué es mas facil, decir al paralitico: Tus pecados te son perdonados, o decirle: Levantate, toma tu lecho y anda? Pues para que sepais que el hijo del hombre tiene potestad en latierra para perdonar pecados (dijo al paralitico): A ti te digo: Levantate, toma tu lecho, y vete a tu casa. Entonces él se levanto en seguida, y tomando su lecho, salió delante de todos, de manera que todos se asombraron, y glorificaron a Dios, diciendo: Nunca hemos visto tal cosa.
Llamamiento de Leví.
Después volvió a salir al mar; y toda la gente venía a él, y les enseñaba. Y al pasar, vio a Leví hijo de Alfeo, sentado al banco de los tributos públicos, y le dijo: Sígueme. Y levantandose, le siguió. Aconteció que estando Jesús a la mesa en casa de él, muchos publicanos y pecadores, estaban también a la mesa juntamente con Jesús y sus discípulos; porque había muchos que le habían seguido. Y los escribas y fariseos, viéndole comer con los publicanos, y con los pecadores, dijeron a los discípulos: ¿Qué esto, que el come y bebe con los publicanos y pecadores? Al oír esto Jesús les dijo: Los sanos no tienen necesidad de médico, sino los enfermos. No he venido a llamar a justos, sino a pecadores.
La pregunta sobre el ayuno.
Y los discípulos de Juan y los fariseos ayunaban; y vinieron, y le dijeron: ¿Por qué los discípulos de Juan y los de los fariseos ayunan, y tus discípulos no ayunan? Jesús les dijo: ¿Acaso pueden los que estan de bodas ayunar mientras esta con ellos el esposo? Entre tanto que tienen consigo al esposo, no pueden ayunar. Pero vendran los días cuando el esposo les seraquitado, y entonces en aquellos días ayunaran. Nadie pone remiendo de paño nuevo en vestido viejo; de otra manera, el mismo remiendo nuevo tira de lo viejo, y se hace por la rotura. Y nadie echa vino nuevo en odres viejos; de otra manera, el vino nuevo rompe los odres, y el vino se derrama, y los odres se pierden: pero el vino nuevo en odres nuevos de ha de echar.
Los discípulos recogen espigas en el día de reposo.
Aconteció que al pasar el por los sembrados un día de reposo, sus discípulos, andando, comenzaron a arrancar espigas. Entonces los fariseos le dijeron: Mira ¿Por qué hacen en el día de reposo lo que no es lícito? Pero el les dijo: ¿Nunca leísteis lo que hizo David cuando tuvo necesidad, y sintió hambre, él y los que con el estaban; como entro en la casa de Dios siendo Abiatar sumo sacerdote, y comió los panes de la proposición, de los cuales no es licito comer sino a los sacerdotes, y aun dio a los que con el estaban? También les dijo: El día de reposo fue hecho por causa del hombre, y no el hombre por causa del día de reposo. Por tanto, el hijo del hombre es Señor aun del día de reposo.
El hombre de la mano seca.
3.- Otra vez entro Jesús en la sinagoga; y había allí un hombre que tenia seca la mano. Y le acechaban para ver si en el día de reposo le sanaría, a fin de poder acusarle. Entonces dijo al hombre que tenía la mano seca: Levantate y ponte en medio. Y les dijo: ¿Es lícitoen los días de reposo hacer bien, o hacer mal; salvar la vida, o quitarla? Pero ellos callaban. Entonces mirandolos alrededor con enojo, entristecido por la dureza de sus corazones, dijo al hombre: Extiende tu mano. Y en la extendió, y la mano le fue restaurada sana. Y salidos los fariseos, tomaron consejo con los herodianos contra él para destruirle.
La multitud a la orilla del mar.
Mas Jesús se retiro al mar con sus discípulos, y le siguió gran multitud de Galilea. Y de Judea, de Jerusalén, de Idumea, del otro lado del Jordan, y de los alrededores de Tiro y Sidón, oyendo cuan grandes cosas hacia, grandes multitudes vinieron a él. Y dijo a sus discípulos que le tuviesen siempre lista la barca, a causa del gentío para que no le oprimiesen. Porque había sanado a muchos; de manera que por tocarle, cuantos tenían plagas caían sobre él. Y los espíritus inmundos, al verle, se postraban delante del, y daban voces, diciendo: Tú eres el hijo de Dios. Mas él les reprendía mucho para que le descubriesen.
Elección de los doce apóstoles.
Después dubio al monte, y llamo a si a los que él quiso, y vinieron a él. Y estableció doce, para que estuviesen con él, y para enviarlos a predicar, y que tuviesen autoridad para sanar enfermedades y para echar demonios: a Simón a quien puso por sobrenombre Pedro; a Jacobo hijo de Cebedero, y a Juan hermano de Jacobo, a quienes apellidó Boanerges, esto es, Hijosdel trueno; a Andrés, Felipe, Bartolomé, Mateo, Tomas, Jacobo hijo de Alfeo, Tadeo, Simón el canalita, y Judas Iscariote, el que le entrego. Y vinieron a casa.
La blasfemia contra el Espíritu Santo.
Y se agolpo de nuevo la gente, de modo que aquellos ni aun podían comer pan. Cuando lo oyeron los suyos, vinieron para prenderle; Porque decían: Esta fuera de sí. Pero los escribas que habían venido a Jerusalén decían que tenía a Belcebú, y que por el príncipe de los demonios echaba fuera los demonios. Y habiéndolos llamado, les decía en parabolas: ¿Cómo puede Satanas echar fuera a Satanas? Si un reino esta dividido contra sí mismo, tal reino no puede permanecer. Y si una casa esta dividida contra sí misma, no puede permanecer. Y si Satanas se levanta contra sí mismo, y se divide, no puede permanecer, sino que ha llegado su fin. Ninguno puede entrar a la casa de un hombre fuerte y saquear sus bienes, si antes no le ata, y entonces podra saquear la casa. De cierto os digo que todos los pecados seran perdonados a los hijos de los hombres y las blasfemias cualesquiera que sean, pero cualquiera que blasfeme contra el Espíritu Santo, no tiene jamas perdón, sino que es reo de juicio eterno. Porque ellos habían dicho: Tiene espíritu inmundo.
LA MADRE Y LOS HERMANOS DE JESUS.
Vienen después sus hermanos y su madre, y quedandose afuera, enviaron a llamarle. Y la gente que estaba sentada alrededordijo: Tu madre y tus hermanos atan afuera, y te buscan. El les respondió diciendo: ¿Quién es mi madre y mis hermanos? Y mirando a los que estaban sentados alrededor del, dijo: He aquí mi madre y mis hermanos. Porque todo que que hace la voluntad de Dios, ese es mi hermano, y mi hermana, y mi madre.
4.- PARABOLA DEL SEMBRADOR.
Otra vez comenzó Jesús a enseñar junto al mar, y se reunió alrededor de la mucha gente, tanto que entrando a una barca, se sentó en ella en el mar; y toda la gente estaba en tierra junto al mar. Y les enseñaba por parabolas muchas cosas, y les decía en su doctrina: Oíd: He aquí, el sembrador salió a sembrar; y al sembrar aconteció que una parte cayó junto al camino, y vinieron las aves del cielo y la comieron. Otra parte cayó en pedregales, donde no tenía profundidad de tierra. Pero salido el sol, se quemo; y porque no tenía raíz, se seco. Otra parte cayó entre espinos; y los espinos crecieron y la ahogaron, y no dio fruto. Pero otra parte cayó en buena tierra, y dio fruto pues broto y creció, y produjo a treinta, a sesenta, y al ciento por uno. Entonces les dijo: El que tiene oídos para oír, oiga. Cuando estuvo solo, los que estaban cerca de él con los doce le preguntaron sobre la parabola. Y les dijo: A vosotros os es dado saber el misterio del reino de Dios; mas a los que estan fuera, por parabolas todas las cosas; Para que viendo, vean y no perciban; y oyendo, oigany no entiendan; para que se conviertan, y les sean perdonados los pecado. Y él les dijo: ¿No sabéis que esta parabola? ¿Cómo, pues, entenderéis todas las parabolas? El sembrador es el que siembra la palabra. Y estas son las de junto al camino: en quienes se siembra la palabra, pero después que la oyen en seguida viene Satanas, y quita las palabras que se sembró en sus corazones. Estos son asimismo los que fueron sembrados en pedregales: los que cuando han oído la palabra, al momento la reciben con gozo; pero no tienen raíz en sí, sino que son de corta duración, porque cuando viene la tribulación o la persecución por causa de la palabra, luego tropiezan. Estos son los que fueron sembrados entre espinos: los que oyen la palabra, pero los afanes de este siglo, y el engaño de las riquezas, y las codicias de otras cosas, entran y ahogan la palabra, y se hace infructuosa. Y estos son los que fueron sembrados en buena tierra: los que oyen la palabra y la reciben, y dan fruto a treinta, a sesenta, y al ciento por uno.
NADA OCULTO QUE NO HAYA DE SER MANIFESTADO.
También les dijo: ¿Acaso se traen la luz para ponerla debajo del almud, o debajo de la cama? ¿No es para ponerla en el candelero? Porque no hay nada oculto que no haya de ser manifestado; ni escondido, que no haya de salir a la luz. Si alguno tiene oídos para oír oiga. Les dijo también: Mirad lo que oís; porque con la medida con quemedais, os sera medido, y aun se os añadira a vosotros lo que oís. Porque el que tiene, se le dara; y al que no tiene, aun lo que tiene se le quitara.
PARABOLA DEL CRECIMIENTO DE LA SEMILLA.
Decía ademas: Así es el reino de Dios, como cuando un hombre echa semilla en la tierra; y duerme y se levanta, de noche y de día, y la semilla brota y crece sin que el sepa cómo. Porque de suyo lleva fruto la tierra, primero hierba, luego espiga, después grano lleno en la espiga. Y cuando el fruto esta maduro, en seguida se mete la hoz, porque la siega ha llegado.
PARABOLA DE LA SEMILLA DE MOSTAZA.
Decía también: ¿A qué haremos semejante el reino de Dios, o con que parabola la compararemos? Es como el grano de mostaza, que cuando se siembra en tierra, es la mas pequeña de todas las semillas que hay en la tierra; pero después sembrado, crece, y se hace la mayor de las hortalizas, y echa grandes ramas, de tal manera que las aves del cielo puedan morar bajo su sombra.
EL USO QUE JESUS HACE DE LAS PARABOLAS.
Con muchas parabolas como estas les hablaba la palabra, conforme a lo que podían oír. Y sin parabolas no les hablaba; aunque a sus discípulos en particular les declaraba todo.
JESUS CALMA LA TEMPESTAD.
Aquel día, cuando llego la noche, les dijo: pasemos al otro lado. Y despidiendo a la multitud, le tomaron como estaba, en la barca; y había también con las otras barcas. Pero se levanto una gran tempestadde viento, y echaba las olas en la barca, de tal manera que ya se anegaba. Y él estaba en la popa, durmiendo sobre un cabezal; y le despertaron, y le dijeron: Maestro, ¿no tienes cuidado de que perecemos? Y levantandose, reprendió al viento, y dijo al mar: Calla, enmudece. Y cesó el viento, y se hizo grande bonanza. Y les dijo: ¿Por qué estais así amedrentado? ¿Cómo no tenéis fe? Entonces temieron con gran temor, y se decían el uno al otro: ¿Quién es este, que aun el viento y el mar le obedecen?
EL ENDEMONIADO GADARENO.
5.- Vinieron al otro lado del mar, a la región de los gadarenos. Y cuando salió el de la barca, en seguida vino a su encuentro, de los sepulcros un hombre con un espíritu inmundo, que tenía su morada en los sepulcros, y nadie podía atacarle, ni aun con cadenas. Porque muchas veces había sido atado con grillos y cadenas, mas las cadenas habían sido hechas pedazos por él, y desmenuzados los grillos; y nadie le podía dominar. Y siempre, de día y de noche, andaba dando voces en los montes y en los sepulcros, e hiriéndose con piedras. Cuando vio pues a Jesús de lejos, corrió, y se arrodillo ante él. Y clamando a gran voz dijo: ¿Qué tienes conmigo, Jesús, hijo de Dios altísimo? Te conjuro por Dios que no me atormentes. Porque le decía: Sal de este hombre, espíritu inmundo. Y le preguntó: ¿Cómo te llamas? Y respondió diciendo: Legión me llamo; porque somos muchos. Y le rogabamucho que no le enviase fuera de aquella región. Estaba allí cerca del monte un gran hato de cerdo paciendo. Y le rogaron todos los demonios, diciendo: Envíanos a los cerdos para que entremos en ellos. Y luego Jesús les dio permiso. Y saliendo aquellos espíritus inmundos, entraron en los cerdos, los cuales eran como dos mil; y el hato se precipitó en el mar por un despeñadero, y en el mar se ahogaron. Y los que apacentaban los cerdos huyeron, y dieron aviso en el campo, en la ciudad, y en los campos. Y salieron a ver que era aquello que había sucedido. Vienen a Jesús, y ven al que había sido atormentado del demonio, y que había tenido la legión, sentado, vestido y en su juicio cabal; y tuvieron miedo. Y les contaron los que habían visto, como le había acontecido al que había tenido el demonio, y o de los cerdos. Y comenzaron a rogarle que se fuera de sus contornos. Al entrar él en la barca, el que había estado endemoniado le rogaba que le dejase estar con él. Mas Jesús no se lo permitió, si no que le dijo: Vete a casa, a los tuyos, y cuéntales cuan grandes cosas el Señor ha hecho contigo, y como ha tenido misericordia de ti. Y se fue, y comenzó a publicar en Decapolis cuan grandes cosas había hecho Jesús con él; y todos se maravillaban.
LA HIJA DE JAIRO, Y LA MUJER QUE TOCÓ EL MANTO DE JESÚS.
Pensando otra vez Jesús en una barca a la otra orilla, se reunió alrededor de él una gran multitud; yel estaba junto al mar. Y vino uno de los principales de la sinagoga llamado Jairo; y luego que la vio, se postro en sus pies, y le rogaba mucho, diciendo: Mi hija esta agonizando; ven y pon las manos sobre ella para que sea salva, y vivira. Fue, pues, con él; y le seguía una gran multitud y le apretaban. Pero una mujer que desde hacía doce años padecía flujo de sangre, y había sufrido mucho de muchos médicos, y gastado todo lo que tenia, y nada había aprovechado, antes le iba peor, cuando oyó hablar a Jesús, vino por detras entre la multitud, y tocó su manto. Porque decía: Si tocare tan solamente su manto, seré salva. Y en seguida la fuente de su sangre se secó; y sintió en el cuerpo que estaba sana de aquel azote. Luego Jesús conociendo en sí mismo el poder que había salido de él, volviéndose a la multitud, dijo: ¿Quién ha tocado mis vestidos? Sus discípulos le dijeron: Ves que la multitud te aprieta, y dices ¿Quién me ha tocado? Pero el miraba alrededor para ver quien había hecho esto. Entonces la mujer, temiendo y temblando, sabiendo que ella había sido hecho, vino y se postró delante del, y le dijo toda la verdad. Y él le dijo: Hija tu fe te ha hecho salva; ve en paz, y queda sana de tu azote. Mientras el aun hablaba, vinieron de casa del principal de la sinagoga, diciendo: Tu hija ha muerto; ¿para qué molestas mas al Maestro? Pero Jesús, luego oyo lo que se decía, dijo al principal dela sinagoga: No temas cree solamente. Y no permitió que le siguiese nadie sino Pedro, Jacobo, y Juan hermano de Jacobo. Y vino a casa del principal de la sinagoga, y mvio el alboroto y a los que lloraban y lamentaban mucho. Y entrando les dijo: ¿Por qué el alborotais y llorais? La niña no esta muerta sino duerme. Y se burlaban de él, echando fuera a todos, tomó al padre y a la madre de la niña, y alos que estaban con el, y entró donde estaba la niña. Y tomando la mano de la niña, le dijo: Talita cumi; que traducido es: Niña, a ti te digo, levantate. Y luego la niña se levanto y andaba, pues tenia doce años. Y se espantaron grandemente. Pero el les mandó mucho que nadie lo supiese, y dijo que se le diese de comer.
JESUS EN NAZARET.
6.- Salio Jesús de allí y vino a su tierra, y le seguían sus discípulos. Y llegando el dia de reposo, comenzó a enseñar en la sinagoga; y muchos, oyéndole, se admiraban, y decias: ¿De donde tiene este estas cosas? ¿Y que sabiduría es esta que le es dada, y estos milagros que por sus manos son hechos? ¿No es este el carpintero, hijo de Maria, hermano de Jacobo, de Jose, de Judas y de Simon? ¿No estan también aquí con nosotros susu hermanas? Y se escandalizaban de el. Mas Jesús les decía: No hay profeta sin honra sino en su propia tierra, y entre sus parientes, y en su casa. Y no pudo hacer allí ningun milagro, salvo que sanó a unos pocos enfermos, poniendo sobreellos las manos. Y estaba asombrado de la incredulidad de ellos. Y recorría las aldeas de alrededor, enseñando.
MISION DE LOS DOCE DISCIPULO.
Despues llamo a los doce, y comenzó a enviarlos de dos en dos; y les dio autoridad sobre los espiritus inmundos. Y les mando que no llevasen nada para el camino, sino solamente bordón; ni alforja, ni pan, ni dinero en cinto, sino que calzasen sandalias, y no vistiesen dos túnicas. Y les ijo: Donde quiera que entréis en una casa, posad ene lla hasta que salgais de aquel lugar. Y si en ningún lugar no os recibieren ni os oyeres, salid de allí, y sacudid el polvo que esta debajo de vuestros pies, para testimonio a ellos. De cierto os digo que en el dia de juicio, sera mas torelable el castigo para los de Sodoma y Gomorra, que para aquella ciudad. Y saliendo, predicaban que los hombres se arrepintiesen. Y echaban fuera muchos demonios, y unguían con aceite a muchos enfermos, y los sanaban.
MUERTE DE JUAN EL BAUTISTA.
Oyó el rey Herodes la fama de Jesús, porque su nombre se había hecho notorio; y dijo: Juan el bautista ha resusuitado de los muertos, y por eso actúan con él estos poderes. Otros decían: Es Elías. Y otros decían: Es un profeta, o alguno de los profetas. Al oír esto Herodes, dijo: Este es Juan, el que yo decapité, que ha resusitado de los muertos. Porque el mismo Herodes había enviado a y prendido a Juan, y le había encadenado en la carcelpor causa de de Herodías, mujer de Felipe su hermano; pues la había tomado por mujer. Porque Juan decía a Herodes: No te es licito tener la mujer de tu hermano. Pero Herodías le asechaba, y deseaba matarle, y no podía; porque Herodes temía a Juan, sabiendo que era varon justo y santo, y le guardaba a salvo; y oyéndole, se quedaba muy perplejo, pero le escuchaba de buena gana. Pero venido un dia oportuno, en que Herodes, en la fiesta de su cumpleaños, daba una cena a sus príncipes y tribunos y a los principales de Galilea, entrando la hija de Herodías, danzó, y agradó a Herodes, y a los que estaban con el en la mesa; y el rey dijo a la muchacha: pídeme lo que quieras, y yo te lo daré, hasta la mitad de mi reino. Saliendo ella, dijo a su madre: ¿Qué pediré? Y ella le dijo: La cabeza de Juan el bautista. Entonces ella entró prontamente al rey, y pidió diciendo: Quiero que ahora mismo me des en un plato la cabeza de Juan el bautista. Y el rey se entristeció mucho; pero a causa de su juramento, y de los que estaban con el, a la mesa, no quiso desecharla. Y enseguida el rey, enviando a uno de la guardia, mandó que fuese traída la cabeza de Juan. El guarda due, decapito en la carcel, y trajo su cabeza en un plato y le dio a la muchacha, y la muchacha a su madre. Cuando oyeron esto sus discípulos, vinieron y tomaron su cuerpo, y lo pusieron en el sepulcro.
ALIMENTACION DE LOS CINCO MIL.
Entonceslos apóstoles se juntaron con Jesús, y le contaron todo lo que habían hecho, y lo que habían enseñado. El les dijo: Venid vosotros aparte a un lugar desierto, y descansad un poco. Porque eran muchos los que iban y venían, de manera que ni aun tenían tiempo para comer. Y se fueron solos en una barca a un lugar desierto. Pero muchos los vieron ir, y le reconocieron; y muchos fueron alla a pie desde las ciudades, y llegaron antes que ellos, y se juntaron a él.  Y salió Jesús y vio una gran multitud, y tuvo compasión de ellos, porque eran como ovejas que no tenían pastor; y comenzó a enseñarles muchas cosas. Cuando ya era muy avanzada la hora, sus discípulos se acercaron a él, diciendo: El lugar es desierto, y la hora ya muy avanzada. Despídelos para que vayan a los campos y aldeas de alrededor, y compren pan, pues no tienen qué comer. Respondiendo él, les dijo: Dadles vosotros de comer. Ellos le dijeron: ¿Que vayamos y compremos pan por doscientos denarios, y les demos de comer? El les dijo: ¿Cuantos panes tenéis? Id y vedlo. Y al saberlo, dijeron: Cinco, y dos peces. Y les mandó que hiciesen recostar a todos por grupos sobre la hierba verde. Y se recostaron por grupos, de ciento en ciento, y de cincuenta en cincuenta. Entonces tomó los cinco panes y los dos peces, y levantando los ojos al cielo, bendijo, y partió los panes, y dio a sus discípulos para que los pusiesen delante; y repartió losdos peces entre todos. Y comieron todos, y se saciaron. Y recogieron de los pedazos doce cestas llenas, y de lo que sobró de los peces. Y los que comieron eran cinco mil hombres. 

Jesús anda sobre el mar 
En seguida hizo a sus discípulos entrar en la barca e ir delante de él a Betsaida, en la otra ribera, entre tanto que él despedía a la multitud. Y después que los hubo despedido, se fue al monte a orar; y al venir la noche, la barca estaba en medio del mar, y él solo en tierra. Y viéndoles remar con gran fatiga, porque el viento les era contrario, cerca de la cuarta vigilia de la noche vino a ellos andando sobre el mar, y quería adelantarseles. Viéndole ellos andar sobre el mar, pensaron que era un fantasma, y gritaron; porque todos le veían, y se turbaron. Pero en seguida habló con ellos, y les dijo: ¡Tened animo; yo soy, no temais! Y subió a ellos en la barca, y se calmó el viento; y ellos se asombraron en gran manera, y se maravillaban Porque aún no habían entendido lo de los panes, por cuanto estaban endurecidos sus corazones. 

Jesús sana a los enfermos en Genesaret 
Terminada la travesía, vinieron a tierra de Genesaret, y arribaron a la orilla. Y saliendo ellos de la barca, en seguida la gente le conoció. Y recorriendo toda la tierra de alrededor, comenzaron a traer de todas partes enfermos en lechos, a donde oían que estaba. Y dondequiera que entraba, en aldeas, ciudades ocampos, ponían en las calles a los que estaban enfermos, y le rogaban que les dejase tocar siquiera el borde de su manto; y todos los que le tocaban quedaban sanos.


Capítulo 7 

Lo que contamina al hombre
Se juntaron a Jesús los fariseos, y algunos de los escribas, que habían venido de Jerusalén; los cuales, viendo a algunos de los discípulos de Jesús comer pan con manos inmundas, esto es, no lavadas, los condenaban. Porque los fariseos y todos los judíos, aferrandose a la tradición de los ancianos, si muchas veces no se lavan las manos, no comen. Y volviendo de la plaza, si no se lavan, no comen. Y otras muchas cosas hay que tomaron para guardar, como los lavamientos de los vasos de beber, y de los jarros, y de los utensilios de metal, y de los lechos. Le preguntaron, pues, los fariseos y los escribas: ¿Por qué tus discípulos no andan conforme a la tradición de los ancianos, sino que comen pan con manos inmundas? Respondiendo él, les dijo: Hipócritas, bien profetizó de vosotros Isaías, como esta escrito: 
Este pueblo de labios me honra, 
Mas su corazón esta lejos de mí. Pues en vano me honran, 
Enseñando como doctrinas mandamientos de hombres.Porque dejando el mandamiento de Dios, os aferrais a la tradición de los hombres: los lavamientos de los jarros y de los vasos de beber; y hacéis otras muchas cosas semejantes. Les decía también: Bien invalidais el mandamiento de Dios paraguardar vuestra tradición. Porque Moisés dijo: Honra a tu padre y a tu madre; y: El que maldiga al padre o a la madre, muera irremisiblemente. Pero vosotros decís: Basta que diga un hombre al padre o a la madre: Es Corban (que quiere decir, mi ofrenda a Dios) todo aquello con que pudiera ayudarte, y no le dejais hacer mas por su padre o por su madre, invalidando la palabra de Dios con vuestra tradición que habéis transmitido. Y muchas cosas hacéis semejantes a estas. Y llamando a sí a toda la multitud, les dijo: Oídme todos, y entended: Nada hay fuera del hombre que entre en él, que le pueda contaminar; pero lo que sale de él, eso es lo que contamina al hombre. 
7:16 Si alguno tiene oídos para oír, oiga. 
7:17 Cuando se alejó de la multitud y entró en casa, le preguntaron sus discípulos sobre la parabola. 
7:18 El les dijo: ¿También vosotros estais así sin entendimiento? ¿No entendéis que todo lo de fuera que entra en el hombre, no le puede contaminar, 
7:19 porque no entra en su corazón, sino en el vientre, y sale a la letrina? Esto decía, haciendo limpios todos los alimentos. 
7:20 Pero decía, que lo que del hombre sale, eso contamina al hombre. 
7:21 Porque de dentro, del corazón de los hombres, salen los malos pensamientos, los adulterios, las fornicaciones, los homicidios, 
7:22 los hurtos, las avaricias, las maldades, el engaño, la lascivia, la envidia, la maledicencia, la soberbia,la insensatez. Todas estas maldades de dentro salen, y contaminan al hombre. 

La fe de la mujer sirofenicia 
Levantandose de allí, se fue a la región de Tiro y de Sidón; y entrando en una casa, no quiso que nadie lo supiese; pero no pudo esconderse. Porque una mujer, cuya hija tenía un espíritu inmundo, luego que oyó de él, vino y se postró a sus pies. 
7:26 La mujer era griega, y sirofenicia de nación; y le rogaba que echase fuera de su hija al demonio. 
7:27 Pero Jesús le dijo: Deja primero que se sacien los hijos, porque no esta bien tomar el pan de los hijos y echarlo a los perrillos. 
7:28 Respondió ella y le dijo: Sí, Señor; pero aun los perrillos, debajo de la mesa, comen de las migajas de los hijos. 
7:29 Entonces le dijo: Por esta palabra, ve; el demonio ha salido de tu hija. 
7:30 Y cuando llegó ella a su casa, halló que el demonio había salido, y a la hija acostada en la cama. 

Jesús sana a un sordomudo 
7:31 Volviendo a salir de la región de Tiro, vino por Sidón al mar de Galilea, pasando por la región de Decapolis. 
7:32 Y le trajeron un sordo y tartamudo, y le rogaron que le pusiera la mano encima. 
7:33 Y tomandole aparte de la gente, metió los dedos en las orejas de él, y escupiendo, tocó su lengua; 
7:34 y levantando los ojos al cielo, gimió, y le dijo: Efata, es decir: Sé abierto. 
7:35 Al momento fueron abiertos sus oídos, y se desató la ligadura de sulengua, y hablaba bien. 
7:36 Y les mandó que no lo dijesen a nadie; pero cuanto mas les mandaba, tanto mas y mas lo divulgaban. 
7:37 Y en gran manera se maravillaban, diciendo: bien lo ha hecho todo; hace a los sordos oír, y a los mudos hablar.


Capítulo 8 

Alimentación de los cuatro mil
8:1 En aquellos días, como había una gran multitud, y no tenían qué comer, Jesús llamó a sus discípulos, y les dijo: 
8:2 Tengo compasión de la gente, porque ya hace tres días que estan conmigo, y no tienen qué comer; 
8:3 y si los enviare en ayunas a sus casas, se desmayaran en el camino, pues algunos de ellos han venido de lejos. 
8:4 Sus discípulos le respondieron: ¿De dónde podra alguien saciar de pan a éstos aquí en el desierto? 
8:5 El les preguntó: ¿Cuantos panes tenéis? Ellos dijeron: Siete. 
8:6 Entonces mandó a la multitud que se recostase en tierra; y tomando los siete panes, habiendo dado gracias, los partió, y dio a sus discípulos para que los pusiesen delante; y los pusieron delante de la multitud. 
8:7 Tenían también unos pocos pececillos; y los bendijo, y mandó que también los pusiesen delante. 
8:8 Y comieron, y se saciaron; y recogieron de los pedazos que habían sobrado, siete canastas. 
8:9 Eran los que comieron, como cuatro mil; y los despidió. 
8:10 Y luego entrando en la barca con sus discípulos, vino a la región de Dalmanuta. 

La demanda de una señal 
8:11 Vinieronentonces los fariseos y comenzaron a discutir con él, pidiéndole señal del cielo, para tentarle. 
8:12 Y gimiendo en su espíritu, dijo: ¿Por qué pide señal esta generación? De cierto os digo que no se dara señal a esta generación. 
8:13 Y dejandolos, volvió a entrar en la barca, y se fue a la otra ribera. 

La levadura de los fariseos 
8:14 Habían olvidado de traer pan, y no tenían sino un pan consigo en la barca. 
8:15 Y él les mandó, diciendo: Mirad, guardaos de la levadura de los fariseos, y de la levadura de Herodes. 
8:16 Y discutían entre sí, diciendo: Es porque no trajimos pan. 
8:17 Y entendiéndolo Jesús, les dijo: ¿Qué discutís, porque no tenéis pan? ¿No entendéis ni comprendéis? ¿Aún tenéis endurecido vuestro corazón? 
8:18 ¿Teniendo ojos no veis, y teniendo oídos no oís? ¿Y no recordais? 
8:19 Cuando partí los cinco panes entre cinco mil, ¿cuantas cestas llenas de los pedazos recogisteis? Y ellos dijeron: Doce 
8:20 Y cuando los siete panes entre cuatro mil, ¿cuantas canastas llenas de los pedazos recogisteis?Y ellos dijeron: Siete. 
8:21 Y les dijo: ¿Cómo aún no entendéis? 

Un ciego sanado en Betsaida 
8:22 Vino luego a Betsaida; y le trajeron un ciego, y le rogaron que le tocase. 
8:23 Entonces, tomando la mano del ciego, le sacó fuera de la aldea; y escupiendo en sus ojos, le puso las manos encima, y le preguntó si veía algo. 
8:24 El, mirando, dijo: Veo loshombres como arboles, pero los veo que andan. 
8:25 Luego le puso otra vez las manos sobre los ojos, y le hizo que mirase; y fue restablecido, y vio de lejos y claramente a todos. 
8:26 Y lo envió a su casa, diciendo: No entres en la aldea, ni lo digas a nadie en la aldea. 

La confesión de Pedro 
8:27 Salieron Jesús y sus discípulos por las aldeas de Cesarea de Filipo. Y en el camino preguntó a sus discípulos, diciéndoles: ¿Quién dicen los hombres que soy yo? 
8:28 Ellos respondieron: Unos, Juan el Bautista; otros, Elías; y otros, alguno de los profetas. 
8:29 Entonces él les dijo: Y vosotros, ¿quién decís que soy? Respondiendo Pedro, le dijo: Tú eres el Cristo. 
8:30 Pero él les mandó que no dijesen esto de él a ninguno. 

Jesús anuncia su muerte 
8:31 Y comenzó a enseñarles que le era necesario al Hijo del Hombre padecer mucho, y ser desechado por los ancianos, por los principales sacerdotes y por los escribas, y ser muerto, y resucitar después de tres días. 
8:32 Esto les decía claramente. Entonces Pedro le tomó aparte y comenzó a reconvenirle. 
8:33 Pero él, volviéndose y mirando a los discípulos, reprendió a Pedro, diciendo: ¡Quítate de delante de mí, Satanas! porque no pones la mira en las cosas de Dios, sino en las de los hombres. 
8:34 Y llamando a la gente y a sus discípulos, les dijo: Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, y tome su cruz, ysígame. 
8:35 Porque todo el que quiera salvar su vida, la perdera; y todo el que pierda su vida por causa de mí y del evangelio, la salvara. 
8:36 Porque ¿qué aprovechara al hombre si ganare todo el mundo, y perdiere su alma? 
8:37 ¿O qué recompensa dara el hombre por su alma? 
8:38 Porque el que se avergonzare de mí y de mis palabras en esta generación adúltera y pecadora, el Hijo del Hombre se avergonzara también de él, cuando venga en la gloria de su Padre con los santos angeles.


Capítulo 9
9:1 También les dijo: De cierto os digo que hay algunos de los que estan aquí, que no gustaran la muerte hasta que hayan visto el reino de Dios venido con poder. 

La transfiguración 
9:2 Seis días después, Jesús tomó a Pedro, a Jacobo y a Juan, y los llevó aparte solos a un monte alto; y se transfiguró delante de ellos. 
9:3 Y sus vestidos se volvieron resplandecientes, muy blancos, como la nieve, tanto que ningún lavador en la tierra los puede hacer tan blancos. 
9:4 Y les apareció Elías con Moisés, que hablaban con Jesús. 
9:5 Entonces Pedro dijo a Jesús: Maestro, bueno es para nosotros que estemos aquí; y hagamos tres enramadas, una para ti, otra para Moisés, y otra para Elías. 
9:6 Porque no sabía lo que hablaba, pues estaban espantados. 
9:7 Entonces vino una nube que les hizo sombra, y desde la nube una voz que decía: Este es mi Hijo amado; a él oíd. 
9:8 Y luego, cuando miraron, novieron mas a nadie consigo, sino a Jesús solo. 
9:9 Y descendiendo ellos del monte, les mandó que a nadie dijesen lo que habían visto, sino cuando el Hijo del Hombre hubiese resucitado de los muertos. 
9:10 Y guardaron la palabra entre sí, discutiendo qué sería aquello de resucitar de los muertos. 
9:11 Y le preguntaron, diciendo: ¿Por qué dicen los escribas que es necesario que Elías venga primero? 
9:12 Respondiendo él, les dijo: Elías a la verdad vendra primero, y restaurara todas las cosas; ¿y cómo esta escrito del Hijo del Hombre, que padezca mucho y sea tenido en nada? 
9:13 Pero os digo que Elías ya vino, y le hicieron todo lo que quisieron, como esta escrito de él. 

Jesús sana a un muchacho endemoniado 
9:14 Cuando llegó a donde estaban los discípulos, vio una gran multitud alrededor de ellos, y escribas que disputaban con ellos. 
9:15 Y en seguida toda la gente, viéndole, se asombró, y corriendo a él, le saludaron. 
9:16 El les preguntó: ¿Qué disputais con ellos? 
9:17 Y respondiendo uno de la multitud, dijo: Maestro, traje a ti mi hijo, que tiene un espíritu mudo, 
9:18 el cual, dondequiera que le toma, le sacude; y echa espumarajos, y cruje los dientes, y se va secando; y dije a tus discípulos que lo echasen fuera, y no pudieron. 
9:19 Y respondiendo él, les dijo: ¡Oh generación incrédula! ¿Hasta cuando he de estar con vosotros? ¿Hasta cuando os he de soportar?Traédmelo. 
9:20 Y se lo trajeron; y cuando el espíritu vio a Jesús, sacudió con violencia al muchacho, quien cayendo en tierra se revolcaba, echando espumarajos. 
9:21 Jesús preguntó al padre: ¿Cuanto tiempo hace que le sucede esto? Y él dijo: Desde niño. 
9:22 Y muchas veces le echa en el fuego y en el agua, para matarle; pero si puedes hacer algo, ten misericordia de nosotros, y ayúdanos. 
9:23 Jesús le dijo: Si puedes creer, al que cree todo le es posible. 
9:24 E inmediatamente el padre del muchacho clamó y dijo: Creo; ayuda mi incredulidad. 
9:25 Y cuando Jesús vio que la multitud se agolpaba, reprendió al espíritu inmundo, diciéndole: Espíritu mudo y sordo, yo te mando, sal de él, y no entres mas en él. 
9:26 Entonces el espíritu, clamando y sacudiéndole con violencia, salió; y él quedó como muerto, de modo que muchos decían: Esta muerto. 
9:27 Pero Jesús, tomandole de la mano, le enderezó; y se levantó. 
9:28 Cuando él entró en casa, sus discípulos le preguntaron aparte: ¿Por qué nosotros no pudimos echarle fuera? 
9:29 Y les dijo: Este género con nada puede salir, sino con oración y ayuno. 

Jesús anuncia otra vez su muerte 
9:30 Habiendo salido de allí, caminaron por Galilea; y no quería que nadie lo supiese. 
9:31 Porque enseñaba a sus discípulos, y les decía: El Hijo del Hombre sera entregado en manos de hombres, y le mataran; pero después de muerto, resucitara al tercerdía. 
9:32 Pero ellos no entendían esta palabra, y tenían miedo de preguntarle. ¿Quién es el mayor? 
9:33 Y llegó a Capernaum; y cuando estuvo en casa, les preguntó: ¿Qué disputabais entre vosotros en el camino? 
9:34 Mas ellos callaron; porque en el camino habían disputado entre sí, quién había de ser el mayor. 
9:35 Entonces él se sentó y llamó a los doce, y les dijo: Si alguno quiere ser el primero, sera el postrero de todos, y el servidor de todos. 
9:36 Y tomó a un niño, y lo puso en medio de ellos; y tomandole en sus brazos, les dijo: 
9:37 El que reciba en mi nombre a un niño como este, me recibe a mí; y el que a mí me recibe, no me recibe a mí sino al que me envió. 

El que no es contra nosotros, por nosotros es 
9:38 Juan le respondió diciendo: Maestro, hemos visto a uno que en tu nombre echaba fuera demonios, pero él no nos sigue; y se lo prohibimos, porque no nos seguía. 
9:39 Pero Jesús dijo: No se lo prohibais; porque ninguno hay que haga milagro en mi nombre, que luego pueda decir mal de mí. 
9:40 Porque el que no es contra nosotros, por nosotros es. 
9:41 Y cualquiera que os diere un vaso de agua en mi nombre, porque sois de Cristo, de cierto os digo que no perdera su recompensa. 

Ocasiones de caer 
9:42 Cualquiera que haga tropezar a uno de estos pequeñitos que creen en mí, mejor le fuera si se le atase una piedra de molino al cuello, y se le arrojase en elmar. 
9:43 Si tu mano te fuere ocasión de caer, córtala; mejor te es entrar en la vida manco, que teniendo dos manos ir al infierno, al fuego que no puede ser apagado, 
9:44 donde el gusano de ellos no muere, y el fuego nunca se apaga. 
9:45 Y si tu pie te fuere ocasión de caer, córtalo; mejor te es entrar a la vida cojo, que teniendo dos pies ser echado en el infierno, al fuego que no puede ser apagado, 
9:46 donde el gusano de ellos no muere, y el fuego nunca se apaga. 
9:47 Y si tu ojo te fuere ocasión de caer, sacalo; mejor te es entrar en el reino de Dios con un ojo, que teniendo dos ojos ser echado al infierno, 
9:48 donde el gusano de ellos no muere, y el fuego nunca se apaga. 
9:49 Porque todos seran salados con fuego, y todo sacrificio sera salado con sal. 
9:50 Buena es la sal; mas si la sal se hace insípida, ¿con qué la sazonaréis? Tened sal en vosotros mismos; y tened paz los unos con los otros.


Capítulo 10 

Jesús enseña sobre el divorcio
10:1 Levantandose de allí, vino a la región de Judea y al otro lado del Jordan; y volvió el pueblo a juntarse a él, y de nuevo les enseñaba como solía. 
10:2 Y se acercaron los fariseos y le preguntaron, para tentarle, si era lícito al marido repudiar a su mujer. 
10:3 El, respondiendo, les dijo: ¿Qué os mandó Moisés? 
10:4 Ellos dijeron: Moisés permitió dar carta de divorcio, y repudiarla. 
10:5 Y respondiendo Jesús, les dijo:Por la dureza de vuestro corazón os escribió este mandamiento; 
10:6 pero al principio de la creación, varón y hembra los hizo Dios. 
10:7 Por esto dejara el hombre a su padre y a su madre, y se unira a su mujer, 
10:8 y los dos seran una sola carne; así que no son ya mas dos, sino uno. 
10:9 Por tanto, lo que Dios juntó, no lo separe el hombre. 
10:10 En casa volvieron los discípulos a preguntarle de lo mismo, 
10:11 y les dijo: Cualquiera que repudia a su mujer y se casa con otra, comete adulterio contra ella; 
10:12 y si la mujer repudia a su marido y se casa con otro, comete adulterio. 

Jesús bendice a los niños 
10:13 Y le presentaban niños para que los tocase; y los discípulos reprendían a los que los presentaban. 
10:14 Viéndolo Jesús, se indignó, y les dijo: Dejad a los niños venir a mí, y no se lo impidais; porque de los tales es el reino de Dios. 
10:15 De cierto os digo, que el que no reciba el reino de Dios como un niño, no entrara en él. 
10:16 Y tomandolos en los brazos, poniendo las manos sobre ellos, los bendecía. 

El joven rico 
10:17 Al salir él para seguir su camino, vino uno corriendo, e hincando la rodilla delante de él, le preguntó: Maestro bueno, ¿qué haré para heredar la vida eterna? 
10:18 Jesús le dijo: ¿Por qué me llamas bueno? Ninguno hay bueno, sino sólo uno, Dios. 
10:19 Los mandamientos sabes: No adulteres. No mates. No hurtes. No digas falsotestimonio. No defraudes. Honra a tu padre y a tu madre. 
10:20 El entonces, respondiendo, le dijo: Maestro, todo esto lo he guardado desde mi juventud. 
10:21 Entonces Jesús, mirandole, le amó, y le dijo: Una cosa te falta: anda, vende todo lo que tienes, y dalo a los pobres, y tendras tesoro en el cielo; y ven, sígueme, tomando tu cruz. 
10:22 Pero él, afligido por esta palabra, se fue triste, porque tenía muchas posesiones. 
10:23 Entonces Jesús, mirando alrededor, dijo a sus discípulos: ¡Cuan difícilmente entraran en el reino de Dios los que tienen riquezas! 
10:24 Los discípulos se asombraron de sus palabras; pero Jesús, respondiendo, volvió a decirles: Hijos, ¡cuan difícil les es entrar en el reino de Dios, a los que confían en las riquezas! 
10:25 Mas facil es pasar un camello por el ojo de una aguja, que entrar un rico en el reino de Dios. 
10:26 Ellos se asombraban aun mas, diciendo entre sí: ¿Quién, pues, podra ser salvo? 
10:27 Entonces Jesús, mirandolos, dijo: Para los hombres es imposible, mas para Dios, no; porque todas las cosas son posibles para Dios. 
10:28 Entonces Pedro comenzó a decirle: He aquí, nosotros lo hemos dejado todo, y te hemos seguido. 
10:29 Respondió Jesús y dijo: De cierto os digo que no hay ninguno que haya dejado casa, o hermanos, o hermanas, o padre, o madre, o mujer, o hijos, o tierras, por causa de mí y del evangelio, 
10:30 que no recibacien veces mas ahora en este tiempo; casas, hermanos, hermanas, madres, hijos, y tierras, con persecuciones; y en el siglo venidero la vida eterna. 
10:31 Pero muchos primeros seran postreros, y los postreros, primeros. 

Nuevamente Jesús anuncia su muerte 
10:32 Iban por el camino subiendo a Jerusalén; y Jesús iba delante, y ellos se asombraron, y le seguían con miedo. Entonces volviendo a tomar a los doce aparte les comenzó a decir las cosas que le habían de acontecer: 
10:33 He aquí subimos a Jerusalén, y el Hijo del Hombre sera entregado a los principales sacerdotes y a los escribas, y le condenaran a muerte, y le entregaran a los gentiles; 
10:34 y le escarneceran, le azotaran, y escupiran en él, y le mataran; mas al tercer día resucitara. 

Petición de Santiago y de Juan 
10:35 Entonces Jacobo y Juan, hijos de Zebedeo, se le acercaron, diciendo: Maestro, querríamos que nos hagas lo que pidiéremos. 
10:36 El les dijo: ¿Qué queréis que os haga? 
10:37 Ellos le dijeron: Concédenos que en tu gloria nos sentemos el uno a tu derecha, y el otro a tu izquierda. 
10:38 Entonces Jesús les dijo: No sabéis lo que pedís. ¿Podéis beber del vaso que yo bebo, o ser bautizados con el bautismo con que yo soy bautizado? 
10:39 Ellos dijeron: Podemos. Jesús les dijo: A la verdad, del vaso que yo bebo, beberéis, y con el bautismo con que yo soy bautizado, seréis bautizados; 
10:40 pero elsentaros a mi derecha y a mi izquierda, no es mío darlo, sino a aquellos para quienes esta preparado. 
10:41 Cuando lo oyeron los diez, comenzaron a enojarse contra Jacobo y contra Juan. 
10:42 Mas Jesús, llamandolos, les dijo: Sabéis que los que son tenidos por gobernantes de las naciones se enseñorean de ellas, y sus grandes ejercen sobre ellas potestad. 
10:43 Pero no sera así entre vosotros, sino que el que quiera hacerse grande entre vosotros sera vuestro servidor, 
10:44 y el que de vosotros quiera ser el primero, sera siervo de todos. 
10:45 Porque el Hijo del Hombre no vino para ser servido, sino para servir, y para dar su vida en rescate por muchos. 

El ciego Bartimeo recibe la vista 
10:46 Entonces vinieron a Jericó; y al salir de Jericó él y sus discípulos y una gran multitud, Bartimeo el ciego, hijo de Timeo, estaba sentado junto al camino mendigando. 
10:47 Y oyendo que era Jesús nazareno, comenzó a dar voces y a decir: ¡Jesús, Hijo de David, ten misericordia de mí! 
10:48 Y muchos le reprendían para que callase, pero él clamaba mucho mas: ¡Hijo de David, ten misericordia de mí! 
10:49 Entonces Jesús, deteniéndose, mandó llamarle; y llamaron al ciego, diciéndole: Ten confianza; levantate, te llama. 
10:50 El entonces, arrojando su capa, se levantó y vino a Jesús. 
10:51 Respondiendo Jesús, le dijo: ¿Qué quieres que te haga? Y el ciego le dijo: Maestro, que recobre lavista 
10:52 Y Jesús le dijo: Vete, tu fe te ha salvado. Y en seguida recobró la vista, y seguía a Jesús en el camino.


Capítulo 11 

La entrada triunfal en Jerusalén
11:1 Cuando se acercaban a Jerusalén, junto a Betfagé y a Betania, frente al monte de los Olivos, Jesús envió dos de sus discípulos, 
11:2 y les dijo: Id a la aldea que esta enfrente de vosotros, y luego que entréis en ella, hallaréis un pollino atado, en el cual ningún hombre ha montado; desatadlo y traedlo. 
11:3 Y si alguien os dijere: ¿Por qué hacéis eso? decid que el Señor lo necesita, y que luego lo devolvera. 
11:4 Fueron, y hallaron el pollino atado afuera a la puerta, en el recodo del camino, y lo desataron. 
11:5 Y unos de los que estaban allí les dijeron: ¿Qué hacéis desatando el pollino? 
11:6 Ellos entonces les dijeron como Jesús había mandado; y los dejaron. 
11:7 Y trajeron el pollino a Jesús, y echaron sobre él sus mantos, y se sentó sobre él. 
11:8 También muchos tendían sus mantos por el camino, y otros cortaban ramas de los arboles, y las tendían por el camino. 
11:9 Y los que iban delante y los que venían detras daban voces, diciendo: ¡Hosanna! ¡Bendito el que viene en el nombre del Señor! 
11:10 ¡Bendito el reino de nuestro padre David que viene! ¡Hosanna en las alturas! 
11:11 Y entró Jesús en Jerusalén, y en el templo; y habiendo mirado alrededor todas las cosas, como ya anochecía, se fuea Betania con los doce. 

Maldición de la higuera estéril 
11:12 Al día siguiente, cuando salieron de Betania, tuvo hambre. 
11:13 Y viendo de lejos una higuera que tenía hojas, fue a ver si tal vez hallaba en ella algo; pero cuando llegó a ella, nada halló sino hojas, pues no era tiempo de higos. 
11:14 Entonces Jesús dijo a la higuera: Nunca jamas coma nadie fruto de ti. Y lo oyeron sus discípulos. 

Purificación del templo 
11:15 Vinieron, pues, a Jerusalén; y entrando Jesús en el templo, comenzó a echar fuera a los que vendían y compraban en el templo; y volcó las mesas de los cambistas, y las sillas de los que vendían palomas;
11:16 y no consentía que nadie atravesase el templo llevando utensilio alguno. 
11:17 Y les enseñaba, diciendo: ¿No esta escrito: Mi casa sera llamada casa de oración para todas las naciones? Mas vosotros la habéis hecho cueva de ladrones. 
11:18 Y lo oyeron los escribas y los principales sacerdotes, y buscaban cómo matarle; porque le tenían miedo, por cuanto todo el pueblo estaba admirado de su doctrina. 
11:19 Pero al llegar la noche, Jesús salió de la ciudad. 

La higuera maldecida se seca 
11:20 Y pasando por la mañana, vieron que la higuera se había secado desde las raíces. 
11:21 Entonces Pedro, acordandose, le dijo: Maestro, mira, la higuera que maldijiste se ha secado. 
11:22 Respondiendo Jesús, les dijo: Tened fe en Dios. 
11:23 Porquede cierto os digo que cualquiera que dijere a este monte: Quítate y échate en el mar, y no dudare en su corazón, sino creyere que sera hecho lo que dice, lo que diga le sera hecho. 
11:24 Por tanto, os digo que todo lo que pidiereis orando, creed que lo recibiréis, y os vendra. 
11:25 Y cuando estéis orando, perdonad, si tenéis algo contra alguno, para que también vuestro Padre que esta en los cielos os perdone a vosotros vuestras ofensas. 
11:26 Porque si vosotros no perdonais, tampoco vuestro Padre que esta en los cielos os perdonara vuestras ofensas. 

La autoridad de Jesús 
11:27 Volvieron entonces a Jerusalén; y andando él por el templo, vinieron a él los principales sacerdotes, los escribas y los ancianos, 
11:28 y le dijeron: ¿Con qué autoridad haces estas cosas, y quién te dio autoridad para hacer estas cosas? 
11:29 Jesús, respondiendo, les dijo: Os haré yo también una pregunta; respondedme, y os diré con qué autoridad hago estas cosas. 
11:30 El bautismo de Juan, ¿era del cielo, o de los hombres? Respondedme. 
11:31 Entonces ellos discutían entre sí, diciendo: Si decimos, del cielo, dira: ¿Por qué, pues, no le creísteis? 
11:32 ¿Y si decimos, de los hombres? Pero temían al pueblo, pues todos tenían a Juan como un verdadero profeta. 
11:33 Así que, respondiendo, dijeron a Jesús: No sabemos. Entonces respondiendo Jesús, les dijo: Tampoco yo os digo con qué autoridadhago estas cosas.


Capítulo 12 

Los labradores malvados
12:1 Entonces comenzó Jesús a decirles por parabolas: Un hombre plantó una viña, la cercó de vallado, cavó un lagar, edificó una torre, y la arrendó a unos labradores, y se fue lejos. 
12:2 Y a su tiempo envió un siervo a los labradores, para que recibiese de éstos del fruto de la viña. 
12:3 Mas ellos, tomandole, le golpearon, y le enviaron con las manos vacías. 
12:4 Volvió a enviarles otro siervo; pero apedreandole, le hirieron en la cabeza, y también le enviaron afrentado. 
12:5 Volvió a enviar otro, y a éste mataron; y a otros muchos, golpeando a unos y matando a otros. 
12:6 Por último, teniendo aún un hijo suyo, amado, lo envió también a ellos, diciendo: Tendran respeto a mi hijo. 
12:7 Mas aquellos labradores dijeron entre sí: Este es el heredero; venid, matémosle, y la heredad sera nuestra. 
12:8 Y tomandole, le mataron, y le echaron fuera de la viña. 
12:9 ¿Qué, pues, hara el señor de la viña? Vendra, y destruira a los labradores, y dara su viña a otros. 
12:10 ¿Ni aun esta escritura habéis leído: 
La piedra que desecharon los edificadores 
Ha venido a ser cabeza del angulo; 
12:11 El Señor ha hecho esto, 
Y es cosa maravillosa a nuestros ojos? 
12:12 Y procuraban prenderle, porque entendían que decía contra ellos aquella parabola; pero temían a la multitud, y dejandole, se fueron. 

La cuestión deltributo 
12:13 Y le enviaron algunos de los fariseos y de los herodianos, para que le sorprendiesen en alguna palabra. 
12:14 Viniendo ellos, le dijeron: Maestro, sabemos que eres hombre veraz, y que no te cuidas de nadie; porque no miras la apariencia de los hombres, sino que con verdad enseñas el camino de Dios. ¿Es lícito dar tributo a César, o no? ¿Daremos, o no daremos? 
12:15 Mas él, percibiendo la hipocresía de ellos, les dijo: ¿Por qué me tentais? Traedme la moneda para que la vea. 
12:16 Ellos se la trajeron; y les dijo: ¿De quién es esta imagen y la inscripción? Ellos le dijeron: De César. 
12:17 Respondiendo Jesús, les dijo: Dad a César lo que es de César, y a Dios lo que es de Dios. Y se maravillaron de él. 

La pregunta sobre la resurrección 
12:18 Entonces vinieron a él los saduceos, que dicen que no hay resurrección, y le preguntaron, diciendo: 
12:19 Maestro, Moisés nos escribió que si el hermano de alguno muriere y dejare esposa, pero no dejare hijos, que su hermano se case con ella, y levante descendencia a su hermano. 
12:20 Hubo siete hermanos; el primero tomó esposa, y murió sin dejar descendencia. 
12:21 Y el segundo se casó con ella, y murió, y tampoco dejó descendencia; y el tercero, de la misma manera. 
12:22 Y así los siete, y no dejaron descendencia; y después de todos murió también la mujer. 
12:23 En la resurrección, pues, cuando resuciten, ¿de cual deellos sera ella mujer, ya que los siete la tuvieron por mujer? 
12:24 Entonces respondiendo Jesús, les dijo: ¿No errais por esto, porque ignorais las Escrituras, y el poder de Dios? 
12:25 Porque cuando resuciten de los muertos, ni se casaran ni se daran en casamiento, sino seran como los angeles que estan en los cielos. 
12:26 Pero respecto a que los muertos resucitan, ¿no habéis leído en el libro de Moisés cómo le habló Dios en la zarza, diciendo: Yo soy el Dios de Abraham, el Dios de Isaac y el Dios de Jacob? 
12:27 Dios no es Dios de muertos, sino Dios de vivos; así que vosotros mucho errais. 

El gran mandamiento 
12:28 Acercandose uno de los escribas, que los había oído disputar, y sabía que les había respondido bien, le preguntó: ¿Cual es el primer mandamiento de todos? 
12:29 Jesús le respondió: El primer mandamiento de todos es: Oye, Israel; el Señor nuestro Dios, el Señor uno es. 
12:30 Y amaras al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente y con todas tus fuerzas. Este es el principal mandamiento. 
12:31 Y el segundo es semejante: Amaras a tu prójimo como a ti mismo. No hay otro mandamiento mayor que éstos. 
12:32 Entonces el escriba le dijo: Bien, Maestro, verdad has dicho, que uno es Dios, y no hay otro fuera de él; 
12:33 y el amarle con todo el corazón, con todo el entendimiento, con toda el alma, y con todas las fuerzas, y amar alprójimo como a uno mismo, es mas que todos los holocaustos y sacrificios. 
12:34 Jesús entonces, viendo que había respondido sabiamente, le dijo: No estas lejos del reino de Dios. Y ya ninguno osaba preguntarle. 

¿De quién es hijo el Cristo? 
12:35 Enseñando Jesús en el templo, decía: ¿Cómo dicen los escribas que el Cristo es hijo de David? 
12:36 Porque el mismo David dijo por el Espíritu Santo: 
Dijo el Señor a mi Señor: 
Siéntate a mi diestra, 
Hasta que ponga tus enemigos por estrado de tus pies. 
12:37 David mismo le llama Señor; ¿cómo, pues, es su hijo? Y gran multitud del pueblo le oía de buena gana. 

Jesús acusa a los escribas 
12:38 Y les decía en su doctrina: Guardaos de los escribas, que gustan de andar con largas ropas, y aman las salutaciones en las plazas, 
12:39 y las primeras sillas en las sinagogas, y los primeros asientos en las cenas; 
12:40 que devoran las casas de las viudas, y por pretexto hacen largas oraciones. Estos recibiran mayor condenación. 

La ofrenda de la viuda 
12:41 Estando Jesús sentado delante del arca de la ofrenda, miraba cómo el pueblo echaba dinero en el arca; y muchos ricos echaban mucho. 
12:42 Y vino una viuda pobre, y echó dos blancas, o sea un cuadrante. 
12:43 Entonces llamando a sus discípulos, les dijo: De cierto os digo que esta viuda pobre echó mas que todos los que han echado en el arca; 
12:44 porque todos han echado de loque les sobra; pero ésta, de su pobreza echó todo lo que tenía, todo su sustento.


Capítulo 13 

Jesús predice la destrucción del templo
13:1 Saliendo Jesús del templo, le dijo uno de sus discípulos: Maestro, mira qué piedras, y qué edificios. 
13:2 Jesús, respondiendo, le dijo: ¿Ves estos grandes edificios? No quedara piedra sobre piedra, que no sea derribada. 

Señales antes del fin 
13:3 Y se sentó en el monte de los Olivos, frente al templo. Y Pedro, Jacobo, Juan y Andrés le preguntaron aparte: 
13:4 Dinos, ¿cuando seran estas cosas? ¿Y qué señal habra cuando todas estas cosas hayan de cumplirse? 
13:5 Jesús, respondiéndoles, comenzó a decir: Mirad que nadie os engañe; 
13:6 porque vendran muchos en mi nombre, diciendo: Yo soy el Cristo; y engañaran a muchos. 
13:7 Mas cuando oigais de guerras y de rumores de guerras, no os turbéis, porque es necesario que suceda así; pero aún no es el fin. 
13:8 Porque se levantara nación contra nación, y reino contra reino; y habra terremotos en muchos lugares, y habra hambres y alborotos; principios de dolores son estos. 
13:9 Pero mirad por vosotros mismos; porque os entregaran a los concilios, y en las sinagogas os azotaran; y delante de gobernadores y de reyes os llevaran por causa de mí, para testimonio a ellos. 
13:10 Y es necesario que el evangelio sea predicado antes a todas las naciones. 
13:11 Pero cuando os trajeren paraentregaros, no os preocupéis por lo que habéis de decir, ni lo penséis, sino lo que os fuere dado en aquella hora, eso hablad; porque no sois vosotros los que hablais, sino el Espíritu Santo. 
13:12 Y el hermano entregara a la muerte al hermano, y el padre al hijo; y se levantaran los hijos contra los padres, y los mataran. 
13:13 Y seréis aborrecidos de todos por causa de mi nombre; mas el que persevere hasta el fin, éste sera salvo. 
13:14 Pero cuando veais la abominación desoladora de que habló el profeta Daniel, puesta donde no debe estar (el que lee, entienda), entonces los que estén en Judea huyan a los montes. 
13:15 El que esté en la azotea, no descienda a la casa, ni entre para tomar algo de su casa; 
13:16 y el que esté en el campo, no vuelva atras a tomar su capa. 
13:17 Mas ¡ay de las que estén encintas, y de las que críen en aquellos días! 
13:18 Orad, pues, que vuestra huida no sea en invierno; 
13:19 porque aquellos días seran de tribulación cual nunca ha habido desde el principio de la creación que Dios creó, hasta este tiempo, ni la habra. 
13:20 Y si el Señor no hubiese acortado aquellos días, nadie sería salvo; mas por causa de los escogidos que él escogió, acortó aquellos días. 
13:21 Entonces si alguno os dijere: Mirad, aquí esta el Cristo; o, mirad, allí esta, no le creais. 
13:22 Porque se levantaran falsos Cristos y falsos profetas, y haran señales yprodigios, para engañar, si fuese posible, aun a los escogidos. 
13:23 Mas vosotros mirad; os lo he dicho todo antes. 

La venida del Hijo del Hombre 
13:24 Pero en aquellos días, después de aquella tribulación, el sol se oscurecera, y la luna no dara su resplandor, 
13:25 y las estrellas caeran del cielo, y las potencias que estan en los cielos seran conmovidas. 
13:26 Entonces veran al Hijo del Hombre, que vendra en las nubes con gran poder y gloria. 
13:27 Y entonces enviara sus angeles, y juntara a sus escogidos de los cuatro vientos, desde el extremo de la tierra hasta el extremo del cielo. 
13:28 De la higuera aprended la parabola: Cuando ya su rama esta tierna, y brotan las hojas, sabéis que el verano esta cerca. 
13:29 Así también vosotros, cuando veais que suceden estas cosas, conoced que esta cerca, a las puertas. 
13:30 De cierto os digo, que no pasara esta generación hasta que todo esto acontezca. 
13:31 El cielo y la tierra pasaran, pero mis palabras no pasaran. 
13:32 Pero de aquel día y de la hora nadie sabe, ni aun los angeles que estan en el cielo, ni el Hijo, sino el Padre. 
13:33 Mirad, velad y orad; porque no sabéis cuando sera el tiempo. 
13:34 Es como el hombre que yéndose lejos, dejó su casa, y dio autoridad a sus siervos, y a cada uno su obra, y al portero mandó que velase. 
13:35 Velad, pues, porque no sabéis cuando vendra el señor de la casa; si alanochecer, o a la medianoche, o al canto del gallo, o a la mañana; 
13:36 para que cuando venga de repente, no os halle durmiendo. 
13:37 Y lo que a vosotros digo, a todos lo digo: Velad.


Capítulo 14 

El complot para prender a Jesús
14:1 Dos días después era la pascua, y la fiesta de los panes sin levadura; y buscaban los principales sacerdotes y los escribas cómo prenderle por engaño y matarle. 
14:2 Y decían: No durante la fiesta para que no se haga alboroto del pueblo. 

Jesús es ungido en Betania 
14:3 Pero estando él en Betania, en casa de Simón el leproso, y sentado a la mesa, vino una mujer con un vaso de alabastro de perfume de nardo puro de mucho precio; y quebrando el vaso de alabastro, se lo derramó sobre su cabeza. 
14:4 Y hubo algunos que se enojaron dentro de sí, y dijeron: ¿Para qué se ha hecho este desperdicio de perfume? 
14:5 Porque podía haberse vendido por mas de trescientos denarios, y haberse dado a los pobres. Y murmuraban contra ella. 
14:6 Pero Jesús dijo: Dejadla, ¿por qué la molestais? Buena obra me ha hecho. 
14:7 Siempre tendréis a los pobres con vosotros, y cuando querais les podréis hacer bien; pero a mí no siempre me tendréis. 
14:8 Esta ha hecho lo que podía; porque se ha anticipado a ungir mi cuerpo para la sepultura. 
14:9 De cierto os digo que dondequiera que se predique este evangelio, en todo el mundo, también se contara lo que ésta hahecho, para memoria de ella. 

Judas ofrece entregar a Jesús 
14:10 Entonces Judas Iscariote, uno de los doce, fue a los principales sacerdotes para entregarselo. 
14:11 Ellos, al oírlo, se alegraron, y prometieron darle dinero. Y Judas buscaba oportunidad para entregarle. 

Institución de la Cena del Señor 
14:12 El primer día de la fiesta de los panes sin levadura, cuando sacrificaban el cordero de la pascua, sus discípulos le dijeron: ¿Dónde quieres que vayamos a preparar para que comas la pascua? 
14:13 Y envió dos de sus díscipulos, y les dijo:Id a la ciudad, y os saldra al encuentro un hombre que lleva un cantaro de agua; seguidle, 
14:14 y donde entrare, decid al señor de la casa: El Maestro dice: ¿Dónde esta el aposento donde he de comer la pascua con mis discípulos? 
14:15 Y él os mostrara un gran aposento alto ya dispuesto; preparad para nosotros allí. 
14:16 Fueron sus discípulos y entraron en la ciudad, y hallaron como les había dicho; y prepararon la pascua. 
14:17 Y cuando llegó la noche, vino él con los doce. 
14:18 Y cuando se sentaron a la mesa, mientras comían, dijo Jesús: De cierto os digo que uno de vosotros, que come conmigo, me va a entregar. 
14:19 Entonces ellos comenzaron a entristecerse, y a decirle uno por uno: ¿Seré yo? Y el otro: ¿Seré yo? 
14:20 El, respondiendo, les dijo: Es uno de los doce, el que moja conmigo en el plato. 
14:21 A la verdad el Hijodel Hombre va, según esta escrito de él, mas ¡ay de aquel hombre por quien el Hijo del Hombre es entregado! Bueno le fuera a ese hombre no haber nacido. 
14:22 Y mientras comían, Jesús tomó pan y bendijo, y lo partió y les dio, diciendo: Tomad, esto es mi cuerpo. 
14:23 Y tomando la copa, y habiendo dado gracias, les dio; y bebieron de ella todos. 
14:24 Y les dijo: Esto es mi sangre del nuevo pacto, que por muchos es derramada. 
14:25 De cierto os digo que no beberé mas del fruto de la vid, hasta aquel día en que lo beba nuevo en el reino de Dios. 

Jesús anuncia la negación de Pedro 
Cuando hubieron cantado el himno, salieron al monte de los Olivos. Entonces Jesús les dijo: Todos os escandalizaréis de mí esta noche; porque escrito esta: Heriré al pastor, y las ovejas seran dispersadas. Pero después que haya resucitado, iré delante de vosotros a Galilea. Entonces Pedro le dijo: Aunque todos se escandalicen, yo no. Y le dijo Jesús: De cierto te digo que tú, hoy, en esta noche, antes que el gallo haya cantado dos veces, me negaras tres veces. 
14:31 Mas él con mayor insistencia decía: Si me fuere necesario morir contigo, no te negaré. También todos decían lo mismo. 

Jesús ora en Getsemaní 
Vinieron, pues, a un lugar que se llama Getsemaní, y dijo a sus discípulos: Sentaos aquí, entre tanto que yo oro. Y tomó consigo a Pedro, a Jacobo y a Juan, y comenzó a entristecerse y aangustiarse. Y les dijo: Mi alma esta muy triste, hasta la muerte; quedaos aquí y velad. Yéndose un poco adelante, se postró en tierra, y oró que si fuese posible, pasase de él aquella hora. Y decía: Abba, Padre, todas las cosas son posibles para ti; aparta de mí esta copa; mas no lo que yo quiero, sino lo que tú. Vino luego y los halló durmiendo; y dijo a Pedro: Simón, ¿duermes? ¿No has podido velar una hora? Velad y orad, para que no entréis en tentación; el espíritu a la verdad esta dispuesto, pero la carne es débil. Otra vez fue y oró, diciendo las mismas palabras. Al volver, otra vez los halló durmiendo, porque los ojos de ellos estaban cargados de sueño; y no sabían qué responderle. Vino la tercera vez, y les dijo: Dormid ya, y descansad. Basta, la hora ha venido; he aquí, el Hijo del Hombre es entregado en manos de los pecadores. Levantaos, vamos; he aquí, se acerca el que me entrega. 

Arresto de Jesús 
Luego, hablando él aún, vino Judas, que era uno de los doce, y con él mucha gente con espadas y palos, de parte de los principales sacerdotes y de los escribas y de los ancianos. Y el que le entregaba les había dado señal, diciendo: Al que yo besare, ése es; prendedle, y llevadle con seguridad. Y cuando vino, se acercó luego a él, y le dijo: Maestro, Maestro. Y le besó. Entonces ellos le echaron mano, y le prendieron. Pero uno de los que estaban allí, sacando la espada, hirió al siervodel sumo sacerdote, cortandole la oreja. Y respondiendo Jesús, les dijo: ¿Como contra un ladrón habéis salido con espadas y con palos para prenderme? Cada día estaba con vosotros enseñando en el templo, y no me prendisteis; pero es así, para que se cumplan las Escrituras. Entonces todos los discípulos, dejandole, huyeron. 

El joven que huyó 
Pero cierto joven le seguía, cubierto el cuerpo con una sabana; y le prendieron; mas él, dejando la sabana, huyó desnudo. 

Jesús ante el concilio 
Trajeron, pues, a Jesús al sumo sacerdote; y se reunieron todos los principales sacerdotes y los ancianos y los escribas. Y Pedro le siguió de lejos hasta dentro del patio del sumo sacerdote; y estaba sentado con los alguaciles, calentandose al fuego. Y los principales sacerdotes y todo el concilio buscaban testimonio contra Jesús, para entregarle a la muerte; pero no lo hallaban. Porque muchos decían falso testimonio contra él, mas sus testimonios no concordaban. Entonces levantandose unos, dieron falso testimonio contra él, diciendo: Nosotros le hemos oído decir: Yo derribaré este templo hecho a mano, y en tres días edificaré otro hecho sin mano. Pero ni aun así concordaban en el testimonio. Entonces el sumo sacerdote, levantandose en medio, preguntó a Jesús, diciendo: ¿No respondes nada? ¿Qué testifican éstos contra ti? Mas él callaba, y nada respondía. El sumo sacerdote le volvió a preguntar, y ledijo: ¿Eres tú el Cristo, el Hijo del Bendito? Y Jesús le dijo: Yo soy; y veréis al Hijo del Hombre sentado a la diestra del poder de Dios, y viniendo en las nubes del cielo. Entonces el sumo sacerdote, rasgando su vestidura, dijo: ¿Qué mas necesidad tenemos de testigos?  Habéis oído la blasfemia; ¿qué os parece? Y todos ellos le condenaron, declarandole ser digno de muerte. Y algunos comenzaron a escupirle, y a cubrirle el rostro y a darle de puñetazos, y a decirle: Profetiza. Y los alguaciles le daban de bofetadas. 

Pedro niega a Jesús 
Estando Pedro abajo, en el patio, vino una de las criadas del sumo sacerdote; y cuando vio a Pedro que se calentaba, mirandole, dijo: Tú también estabas con Jesús el nazareno. Mas él negó, diciendo: No le conozco, ni sé lo que dices. Y salió a la entrada; y cantó el gallo.Y la criada, viéndole otra vez, comenzó a decir a los que estaban allí: Este es de ellos. Pero él negó otra vez. Y poco después, los que estaban allí dijeron otra vez a Pedro: Verdaderamente tú eres de ellos; porque eres galileo, y tu manera de hablar es semejante a la de ellos.Entonces él comenzó a maldecir, y a jurar: No conozco a este hombre de quien hablais.Y el gallo cantó la segunda vez. Entonces Pedro se acordó de las palabras que Jesús le había dicho: Antes que el gallo cante dos veces, me negaras tres veces. Y pensando en esto, lloraba.


Capítulo 15 

Jesús ante PilatoMuy de mañana, habiendo tenido consejo los principales sacerdotes con los ancianos, con los escribas y con todo el concilio, llevaron a Jesús atado, y le entregaron a Pilato. Pilato le preguntó: ¿Eres tú el Rey de los judíos? Respondiendo él, le dijo: Tú lo dices.Y los principales sacerdotes le acusaban mucho. Otra vez le preguntó Pilato, diciendo: ¿Nada respondes? Mira de cuantas cosas te acusan. 
Mas Jesús ni aun con eso respondió; de modo que Pilato se maravillaba. 

Jesús sentenciado a muerte 
Ahora bien, en el día de la fiesta les soltaba un preso, cualquiera que pidiesen. Y había uno que se llamaba Barrabas, preso con sus compañeros de motín que habían cometido homicidio en una revuelta.Y viniendo la multitud, comenzó a pedir que hiciese como siempre les había hecho. Y Pilato les respondió diciendo: ¿Queréis que os suelte al Rey de los judíos? Porque conocía que por envidia le habían entregado los principales sacerdotes. Mas los principales sacerdotes incitaron a la multitud para que les soltase mas bien a Barrabas. Respondiendo Pilato, les dijo otra vez: ¿Qué, pues, queréis que haga del que llamais Rey de los judíos? Y ellos volvieron a dar voces: ¡Crucifícale! Pilato les decía: ¿Pues qué mal ha hecho? Pero ellos gritaban aun mas: ¡Crucifícale! Y Pilato, queriendo satisfacer al pueblo, les soltó a Barrabas, y entregó a Jesús, después de azotarle, para que fuesecrucificado. Entonces los soldados le llevaron dentro del atrio, esto es, al pretorio, y convocaron a toda la compañía Y le vistieron de púrpura, y poniéndole una corona tejida de espinas, comenzaron luego a saludarle: ¡Salve, Rey de los judíos! Y le golpeaban en la cabeza con una caña, y le escupían, y puestos de rodillas le hacían reverencias. Después de haberle escarnecido, le desnudaron la púrpura, y le pusieron sus propios vestidos, y le sacaron para crucificarle. 

Crucifixión y muerte de Jesús 
Y obligaron a uno que pasaba, Simón de Cirene, padre de Alejandro y de Rufo, que venía del campo, a que le llevase la cruz. Y le llevaron a un lugar llamado Gólgota, que traducido es: Lugar de la Calavera. Y le dieron a beber vino mezclado con mirra; mas él no lo tomó. Cuando le hubieron crucificado, repartieron entre sí sus vestidos, echando suertes sobre ellos para ver qué se llevaría cada uno. Era la hora tercera cuando le crucificaron.Y el título escrito de su causa era: EL REY DE LOS JUDÍOS. Crucificaron también con él a dos ladrones, uno a su derecha, y el otro a su izquierda. Y se cumplió la Escritura que dice: Y fue contado con los inicuos. Y los que pasaban le injuriaban, meneando la cabeza y diciendo: ¡Bah! tú que derribas el templo de Dios, y en tres días lo reedificas, salvate a ti mismo, y desciende de la cruz. De esta manera también los principales sacerdotes, escarneciendo, se decían unos a otros,con los escribas: A otros salvó, a sí mismo no se puede salvar. El Cristo, Rey de Israel, descienda ahora de la cruz, para que veamos y creamos. También los que estaban crucificados con él le injuriaban. Cuando vino la hora sexta, hubo tinieblas sobre toda la tierra hasta la hora novena. Y a la hora novena Jesús clamó a gran voz, diciendo: Eloi, Eloi, ¿lama sabactani? que traducido es: Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado? Y algunos de los que estaban allí decían, al oírlo: Mirad, llama a Elías. Y corrió uno, y empapando una esponja en vinagre, y poniéndola en una caña, le dio a beber, diciendo: Dejad, veamos si viene Elías a bajarle. Mas Jesús, dando una gran voz, expiró. Entonces el velo del templo se rasgó en dos, de arriba abajo.Y el centurión que estaba frente a él, viendo que después de clamar había expirado así, dijo: Verdaderamente este hombre era Hijo de Dios. También había algunas mujeres mirando de lejos, entre las cuales estaban María Magdalena, María la madre de Jacobo el menor y de José, y Salomé, quienes, cuando él estaba en Galilea, le seguían y le servían; y otras muchas que habían subido con él a Jerusalén. 

Jesús es sepultado 
Cuando llegó la noche, porque era la preparación, es decir, la víspera del día de reposo, José de Arimatea, miembro noble del concilio, que también esperaba el reino de Dios, vino y entró osadamente a Pilato, y pidió el cuerpo deJesús. Pilato se sorprendió de que ya hubiese muerto; y haciendo venir al centurión, le preguntó si ya estaba muerto. 
15:45 E informado por el centurión, dio el cuerpo a José, el cual compró una sabana, y quitandolo, lo envolvió en la sabana, y lo puso en un sepulcro que estaba cavado en una peña, e hizo rodar una piedra a la entrada del sepulcro. Y María Magdalena y María madre de José miraban dónde lo ponían.


Capítulo 16 

La resurrección
Cuando pasó el día de reposo, María Magdalena, María la madre de Jacobo, y Salomé, compraron especias aromaticas para ir a ungirle. Y muy de mañana, el primer día de la semana, vinieron al sepulcro, ya salido el sol. Pero decían entre sí: ¿Quién nos removera la piedra de la entrada del sepulcro? Pero cuando miraron, vieron removida la piedra, que era muy grande. Y cuando entraron en el sepulcro, vieron a un joven sentado al lado derecho, cubierto de una larga ropa blanca; y se espantaron.  Mas él les dijo: No os asustéis; buscais a Jesús nazareno, el que fue crucificado; ha resucitado, no esta aquí; mirad el lugar en donde le pusieron. Pero id, decid a sus discípulos, y a Pedro, que él va delante de vosotros a Galilea; allí le veréis, como os dijo. Y ellas se fueron huyendo del sepulcro, porque les había tomado temblor y espanto; ni decían nada a nadie, porque tenían miedo. 

Jesús se aparece a María Magdalena 
Habiendo, pues, resucitado Jesús porla mañana, el primer día de la semana, apareció primeramente a María Magdalena, de quien había echado siete demonios. Yendo ella, lo hizo saber a los que habían estado con él, que estaban tristes y llorando.  Ellos, cuando oyeron que vivía, y que había sido visto por ella, no lo creyeron. 

Jesús se aparece a dos de sus discípulos 
Pero después apareció en otra forma a dos de ellos que iban de camino, yendo al campo. Ellos fueron y lo hicieron saber a los otros; y ni aun a ellos creyeron. 

Jesús comisiona a los apóstoles 
Finalmente se apareció a los once mismos, estando ellos sentados a la mesa, y les reprochó su incredulidad y dureza de corazón, porque no habían creído a los que le habían visto resucitado. Y les dijo: Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura. El que creyere y fuere bautizado, sera salvo; mas el que no creyere, sera condenado. Y estas señales seguiran a los que creen: En mi nombre echaran fuera demonios; hablaran nuevas lenguas;  tomaran en las manos serpientes, y si bebieren cosa mortífera, no les hara daño; sobre los enfermos pondran sus manos, y sanaran. 

La ascensión 
Y el Señor, después que les habló, fue recibido arriba en el cielo, y se sentó a la diestra de Dios. Y ellos, saliendo, predicaron en todas partes, ayudandoles el Señor y confirmando la palabra con las señales que la seguían. Amén.


Política de privacidad