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Leyendas - introducción Al Turismo



Universidad de La Salle Bajío
Campus Campestre
Escuela de Turismo
'Leyendas de México '
Introducción Al Turismo

1.
INTRODUCCION
El termino leyenda proviene del latín legenda, que significa “lo que debe ser leído”. Con el paso del tiempo, la palabra leyenda comenzó a referirse a una narración oral o escrita, que incluyeelementos imaginativos pero que se presentan como verdadera o fundada en la realidad. Son historias que se transmiten de generación en generación, generalmente de forma oral y con modificaciones según la época y el contexto. Las leyendas se encuentran siempre ligadas a un elemento preciso ya sea a criaturas cuya existencia no se encuentra aprobada como sirenas, dragones, fantasmas o a un objeto, persona, lugar, animal, etc., y se centra en la integración de dicho elemento a la vida cotidiana o en la historia de la comunidad a la cual la leyenda pertenece. Existen varios tipos de leyendas, a continuación estaremos narrando sobre leyendas prehispanicas, leyendas de la Nueva España, y leyendas contemporaneas. Al igual que todas las leyendas, estas leyendas son en parte ciertas y parte mentiras, pero lo que sí es un hecho es que nosotros nunca sabremos la realidad a ciencia cierta del porqué de las mismas. Sin duda alguna las leyendas que enseguida estaremos narrando son unas de las mas interesantes y misteriosas que este país tiene.




2. LEYENDAS PREHISPANICAS.

2.1 La leyenda de la papaya.
Había una vez dos niños mayas que vivían en el sur de México, se llamaban Nicté y Balam.
Una mañana Balam oyó una risa detras de un arbol. Acudió y vio a un hombrecito viejo, quién comía algo que tenía en su mano.
-¿Quién eres le preguntó.
- Me llamo kin Chob, conozco toda la selva y sus frutos. Como este tandelicioso que ahora saboreo- dijo el hombrecito.
-¿Me das pidió Balam.
El viejo accedió. A Balam le encantó y llamó a su hermana. El Kin Chob les dijo que ese fruto era el chick put y que les convidaba por ser niños, pero que estaba prohibido darselo a los hombres porque se adueñarían de la selva para arrebatarle todos sus frutos.
Nicté y Balam regresaron a casa. Kin Chob les regaló una chick put y les pidió que volvieran al día siguiente, para cuando les daría un poco mas de aquella delicia.
Durante la comida, su padre observó la fruta y les dijo que le dieran. Al probarla, sintió un gran deseo de comer mas. Entonces los niños le contaron la historia del viejo de la selva. Su padre les pidió que lo llevaran con él.
Pero como era de noche se perdieron en el camino y su padre enfadado les dijo: -No saldran de casa hasta que me digan dónde hallaron la fruta.
Como los niños no regresaron a la selva, Kin Chob se dirigió a su casa y pidió que les dejaran verlos. Pero los padres lo atraparon dentro de un costal.
-Déjenme ir- pidió el viejo
-Sólo si nos dices dónde esta la fruta.
Kin Chob accedió, pero con la condición de llevarse a los niños a cambio. Los esposos aceptaron y el viejo los condujo a los arboles de chick put o papaya.
Los padres de Nicté y Balam se hicieron ricos, porque mucha gente acudió a comprar papayas. Sin embargo ambos estaban tristes porque se percataron de que la riqueza, sin sus hijos, notenía sabor alguno.
En ese instante pasó una anciana y les pidió algo de comer. Lo único que tenían a la mano era una papaya madura, por lo cual se la dieron. Y de pronto volvieron a escuchar las risas de sus niños.
A partir de ese momento, los padres de Balam y Nicté se dedicaron a repartir arboles de papaya a quien se los pidiera, con la esperanza de que en cada uno de sus frutos de aroma y sabor incomparables revivirían el amor de sus hijos.
Nicté y Balam se quedaron a vivir con Kin Chob para siempre y se hicieron cuidadores de la selva. Por eso cuando saboreamos una dulce papaya, muchos recordamos a los niños que nos regalaron una de las frutas del paraíso.

Los mayas para niños, cuentos y leyendas de ciudades y animales. Pg. 79
Guillermo Murray
Edit.
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2.2 La leyenda del Sol y la Luna
Principio del formulario
Antes de que hubiera día en el mundo, se reunieron los dioses en Teotihuacan.
-¿Quién alumbrara al mundo preguntaron.
Un dios arrogante que se llamaba Tecuciztécatl, dijo:
-Yo me encargaré de alumbrar al mundo.
Después los dioses preguntaron:
-¿Y quién mas? -Se miraron unos a otros, y ninguno se atrevía a ofrecerse para aquel oficio.
-Sé tú el otro que alumbre -le dijeron a Nanahuatzin, que era un dios feo, humilde y callado y él obedeció de buena voluntad.
Luego los dos comenzaron a hacer penitencia para llegar puros al sacrificio. Después de cuatro días, los dioses se reunieronalrededor del fuego.
Iban a presenciar el sacrificio de Tecuciztécatl y Nanahuatzin. Entonces dijeron:
-¡Ea pues, Tecuciztécatl! ¡Entra tú en el fuego! y Él hizo el intento de echarse, pero le dio miedo y no se atrevió.
Cuatro veces probó, pero no pudo arrojarse
Luego los dioses dijeron:
-¡Ea pues Nanahuatzin! ¡Ahora prueba tú! -Y este dios, cerrando los ojos, se arrojó al fuego.
Cuando Tecuciztécatl vio que Nanahuatzin se había echado al fuego, se avergonzó de su cobardía y también se aventó.
Después los dioses miraron hacia el Este y dijeron:
-Por ahí aparecera Nanahuatzin Hecho Sol-. Y fue cierto.
Nadie lo podía mirar porque lastimaba los ojos.
Resplandecía y derramaba rayos por dondequiera. Después apareció Tecuciztécatl hecho Luna.
En el mismo orden en que entraron en el fuego, los dioses aparecieron por el cielo hechos Sol y Luna.
2.3 La Leyenda de La Vainilla
Los totonacas emigraron de Teotihuacan y se asentaron en las costas de Veracruz. Allí construyeron el reino de Totonacapan.
Los jefes de aquel señorío levantaron adoratorios a sus deidades, entre las que sobresalía Tonacayohua, que cuidaba la siembra, el pan, y los alimentos.
En la cumbre de una de las mas altas sierras cercanas a Papantla, tenía su templo Tonacayohua de cuyo aderezo y ritos estaban encargadas seis jóvenes pobres que desde niñas eran dedicadas especialmente a ella y que hacían voto de castidad de por vida.
Entiempos del rey Tenitztli, nació de una de sus esposas, una niña bellísima a la que llamaron Tzacopontziza que significa Lucero del Alba. Su padre la consagró al culto de la diosa para que ningún mortal se le acercara.
Un joven príncipe llamado Zkatan-Oxga, el Joven Venado, se prendó de ella. Sabía que poner sus ojos en la doncella era sacrilegio penado con el degüello. Un día que Lucero del Alba salió del templo para recoger tortolitas y ofrendarlas a la diosa, su enamorado la raptó y huyó con ella a lo mas abrupto de la montaña.
De pronto se les apareció un espantable monstruo que los envolvió con oleadas de fuego y los obligó a retroceder. Al llegar al camino, ya los sacerdotes los esperaban airados y, príncipe y princesa fueron degollados de un solo tajo. Sus cuerpos, aún calientes fueron llevados hasta el adoratorio. Allí, tras extraerles los corazones, fueron arrojados en el altar de la diosa.
En el lugar que se les sacrificó, la hierba menuda empezó a secarse, como si la sangre de las dos víctimans allí regada tuviera un maléfico influjo. Pocos meses después principió a brotar un arbusto, pero tan prodigiosamente, que en unos cuantos días se elevó varios palmos del suelo y se cubrío de espeso follaje.
Cuando alcanzó su crecimiento total, comenzó a nacer junto a su tallo una orquídea trepadora. Una mañana se cubrío de mínimas flores y todo aquel sitio se inundó de aromas.
Atraídos por tanto prodigio, lossacerdotes y el pueblo no dudaron ya de que la sangre de los dos príncipes se había transformado en un arbusto y orquídea. Y su pasmo subío de punto cuando las florecillas se convirtieron en largas y delgadas vainas, que al entrar en sazón, al madurarse, despedían un perfume todavía mas penetrante, como si el alma inocente de Lucero del Alba se hubiera convertido en la fragancia mas exquisita.
La orquídea fue objeto de reverencioso culto; se le declaró planta sagrada y se elevó como ofrenda divina hasta los adoratorios totonacas.
Así, de la sangre de una princesa, nacío la vainilla que en totonaco es llamada Caxixanat ( flor recóndita ) y en azteca Tlixóchitl ( flor negra ).

2.4 EL ENANO DE UXMAL

En la aldea de Kaban vivía una vieja con fama de bruja. Cierta vez encontró un huevo pequeñito y llena de alegría lo guardó en un sitio tibio y oscuro. Todos los días lo sacaba para contemplarlo y acariciarlo. Y sucedió que después de varias semanas, el huevo se abrió y nació un niño. La bruja lo arrulló, pero como no podía alimentarlo buscó una mujer recién parida. Vino la mujer y amamantó al niño como si fuera su propio hijo. Al ver tanta ternura la bruja le dijo:
—De hoy en adelante tú seras la madre y yo seré la abuela.
    El niño creció un palmo y no mas y, en poco tiempo, cambió de aspecto; tuvo barba y se le hizo grande la nariz. Era, pues, un enano.
    Cuando la bruja se dio cuenta de esto, quiso mas ala criatura.
    Como la mayor parte del tiempo la bruja permanecía junto al fogón, el enano sospechó que algún misterio guardaba aquel sitio y así se propuso averiguarlo. En un descuido de la bruja, hurgó en la cenizas y tropezó con un tunkul [instrumento de percusión hecho con un tronco hueco]. En cuanto lo tuvo en sus manos, lo golpeó y su sonido se oyó a mucha distancia. Al oír tal ruido, la bruja vino, se acercó a su nieto y le dijo:
—Lo que has hecho ya no tiene remedio. Pero te digo que no pasara mucho tiempo sin que sucedan cosas que llenaran de espanto a la gente y tú mismo te veras envuelto en sus consecuencias.
    El enano contestó:
—Yo no soy viejo y las veré.
    La bruja replicó:
—Yo soy vieja y las veré también.
    El rey de Uxmal y sus consejeros sabían que el ruido de aquel tunkul anunciaba el fin del reinado; pero éstos, por no afligir a su señor, le dijeron:
—Lucha contra tu destino
—¿Cómo?—preguntó el rey.
—Busca al que tocó el tunkul; acaso de sus labios oigas la verdad que necesitas.
    El rey ordenó que sus guardias salieran en busca del que tocó el tunkul; y después de mucho andar, lo hallaron y lo trajeron al palacio. Al ver al enano el rey le dijo:
—¿Qué anuncia el ruido de ese tunkul?
—Tú lo sabes mejor que yo—contestó el enano.
—¿Me puedo librar de que se cumpla la profecía?—pregunto el rey.
—Manda hacer un camino que vaya de Uxmal a Kaban y cuando esté listo volveré yentonces te daré mi respuesta—dijo el enano.
    El camino quedó hecho en poco tiempo y por él vinieron el enano y la bruja. Entonces el rey preguntó al enano:
—¿Cual es tu respuesta?
—La sabras si resistes la prueba que te pondré.
—¿Cual es?
—Que en tu cabeza y la mía se rompa un cocoyol [fruto de hueso muy duro].
—Esta bien, pero tú sufriras la primera prueba—dijo el rey
—Acepto, si así lo deseas.
    Se acercó el verdugo y colocó sobre la cabeza del enano un cocoyol y descargó un golpe . El enano sacudió la melena y se levantó sonriendo. Entonces el rey, en el silencio, se quitó el manto y subió al cadalso y el verdugo le colocó un cocoyol en la cabeza. Al primer golpe el rey quedó muerto.
    En el acto el enano fue proclamado rey de Uxmal y ese mismo día la bruja lo llamó y le dijo:
—Ya eres rey. Sólo esto esperaba para morir. No me llores porque mi muerte no es cosa de dolor. Cumple con la justicia que aprendiste de mí. Oye el consejo de todos y sigue el mejor. No le tengas miedo a la verdad aunque sea amarga. Sé antes benigno que justo. Destierra de tu corazón la venganza. Acata la voz de los dioses pero no seas sordo a la de los hombres. No desdeñes a los humildes y no te confíes, ciego, en los poderosos.
    Por un tiempo el enano siguió los consejos de la bruja y la felicidad se extendió por el reino. Pero con los años cambió de espíritu, cometió injusticias, se volvió tirano y tanto creció su orgullo queun día dijo a sus consejeros:
—Haré un dios mas poderoso que todos los dioses que nos rigen.
    Y en seguida mandó hacer una estatua de barro y la puso sobre una hoguera y con el fuego se endureció y vibró como si fuera campana. Entonces el pueblo creyó que la estatua hablaba y la adoró. Por esta herejía, los dioses destruyeron Uxmal.

2.5 EL HOMBRE QUE VENDIÓ SU ALMA

Cierta vez un hombre bueno pero infeliz decidió salir de apuros vendiendo su alma al diablo. Invocó a Kizín y cuando los tuvo delante le dijo lo que quería. A Kizín le agradó la idea de llevarse el alma de un hombre bueno.
    A cambio de su alma el hombre pidió siete cosas; una para cada día. Para el primer día quiso dinero y en seguida se vio con los bolsillos llenos de oro. Para el segundo quiso salud y la tuvo perfecta. Para el tercero quiso comida y comió hasta reventar. Para el cuarto quiso mujeres y lo rodearon las mas hermosas. Para el quinto quiso poder y vivió como un cacique. Para el sexto quiso viajar y, en un abrir y cerrar de ojos, estuvo en mil lugares.
    Kizín le dijo entonces:
—Ahora ¿qué quieres? Piensa en que es el último día.
—Ahora sólo quiero satisfacer un capricho.
—Dímelo y te lo concederé.
—Quiero que laves estos frijolitos negros que tengo, hasta que se vuelvan blancos.
—Eso es facil— dijo Kizín.
    Y se puso a lavarlos, pero como no se blanqueaban, pensó: 'Este hombre me ha engañado y perdí un alma. Para queesto no me vuelva a suceder, de hoy en adelante habra frijoles negros, blancos, amarillos y rojos'.

3. Leyendas de la Nueva España
3.1 El Callejón del Beso
Se cuenta que Doña Carmen era hija única de su padre intransigente y violento, pero como suele suceder, siempre triunfa el amor por infortunado que este sea. Doña Carmen era acortejada por su galan Don Luis, en un templo cercano al hogar de la doncella, primero ofreciendo de su mano a la de ella el agua bendita. Al ser descubierta sobrevivieron al encierro, la amenaza de enviarla a un convento, y lo peor de todo, casarla en España con un viejo y rico noble, con el que, ademas, acrecentaría el padre su mermada hacienda
La bella y sumisa criatura y su dama de compañía, Doña Brígida lloraron e imploraron juntas. Así, antes de someterse al sacrificio, resolvieron que Doña Brígida llevaría una carta a Don Luis con la nefasta nueva.
Mil conjeturas se hizo el joven enamorado, pero de ellas hubo una que le pareció la mas acertada. Una ventana de la casa de Doña Carmen daba hacia un angosto callejón, tan estrecho, que era posible, asomado a la ventana, tocar con la mano la pared de enfrente.
Si lograra entrar a la casa frontera podría hablar con su amada, y entre los dos, encontrar una solución a su problema. Preguntó quién era el dueño de aquella casa y la adquirió a precio de oro.
Hay que imaginar cual fue la sorpresa de Doña Carmen, cuando, asomada asu balcón, se encontró a tan corta distancia con el hombre de sus sueños. Unos cuantos instantes habían transcurrido de aquel inenarrable coloquio amoroso, y cuando mas abstraídos se encontraban los amantes, del fondo de la pieza se escucharon frases violentas. Era el padre de Doña Carmen increpando a Brígida, quien se jugaba la misma vida por impedir que su amo entrara a la alcoba de su señora.
El padre arrojó a la protectora de Doña Carmen, como era natural, y con una daga en la mano, de un solo golpe la clavó en el pecho de su hija. Don Luis enmudeció de espantola mano de Doña Carmen seguía entre las suyas, pero cada vez mas fría. Ante lo inevitable, Don Luis dejó un tierno beso sobre aquella mano tersa y palida, ya sin vida.
El lugar existe y es sin duda uno de los mas típicos de la ciudad de Guanajuato, y precisamente se le llama El Callejón del Beso.

3.2 La Casa del Trueno(Leyenda Totonaca)
Cuentan los viejos que entre Totomoxtle y Coatzintlali existía una caverna en cuyo interior los antiguos sacerdotes habían levantado un templo dedicado al Dios del Trueno, de la lluvia y de las aguas de los ríos. Eran tiempos en los que aún no llegaban los hispanos ni las portentosas razas, conocidas hoy como totonacas, que poblaron el lugar de Veracruz que después llamaron Totonacan. Y siete sacerdotes se reunían cada tiempo en que era menester cultivar la tierra y sembrar las semillas y cosechar los frutos, sieteveces invocaban a las deidades de esos tiempos y gritaban entonaban canticos a los cuatro vientos o sea hacia los cuatro puntos cardinales, porque según las cuentas esotéricas de esos sacerdotes, cuatro por siete eran 28 y ventiocho días componen el ciclo lunar.
Siguen diciendo las viejas crónicas que se han convertido en asombrosas leyendas, que esos viejos sacerdotes hacían sonar el gran tambor del trueno y arrastraban cueros secos de los animales por todo el ambito de la caverna y lanzaban flechas encendidas al cielo. Y poco después atronaban el espacio furiosos truenos y los relampagos cegaban a los animales de la selva y a las especies acuaticas que moraban en los ríos.
Llovía a torrentes y la tempestad rugía sobre la cueva durante muchos días y muchas noches y había veces en que los ríos Huitizilac y el de las mariposas, Papaloapan, se desbordaban cubriendo de agua y limo las riberas y causando inmensos desastres. Ycuanto mas arrastraban los cueros mayor era el ruido que producian los torrentes y cuanto mas se golpeaba el gran tambor ceremonial, mayor era el ruido de los truenos cuanto mas relampagos significaba mayor número de flechas incendiarias.
Pasaron los siglos
Y un día arribaron al lugar grupos de gentes ataviadas de un modo singular, trayendo consigo otras costumbres, y otras leyes y otras religiones. Se decían venidos de otras tierras allende el gran mar de turquesas (Golfo de México) y tantohombres, como mujeres y niños, tenían la característica de estar siempre sonriendo como si fueran los seres mas felices de la tierra y tal vez esa alegría se debía a que después de haber sufrido mil penurias en las aguas borrrascosas de un mar en convulsión habían por fin llegado a las costas tropicales, donde había de todo, así frutos como animales de caza, agua y clima hermoso.
Se asentaron en ese lugar al que dieron por nombre, en su lengua Totonacan y ellos mismos se dijeron totonacas.
Pero los sacerdotes, los siete sacerdotes de la caverna del trueno no estuvieron conformes con aquella invasión de los extranjeros que traían consigo una gran cultura y se fueron a la cueva a producir truenos, relampagos, rayos y lluvias y torrenciales aguaceros con el fin de amendrantarlos.
En los antiguos registros que los milenios han borrado, se dice que llovió mucho y durante varios días y sus noches, hasta que alguien se dió cuentra de que esas tempestades las provocaban los siete hechiceros, los siete sacerdotes de la caverna de los truenos.
No siendo amigos de la violencia, los totonacas los embarcaron en un pequeño bajel y dotandoles de provisiones y agua los lanzaron al mar de las turquesas en donde se perdieron para siempre.
Pero ahora era preciso dominar a esos dioses del trueno y de las lluvias para evitar el desastre del pueblo totonaca recién asentado y para el efecto se reunieron los sabios y los sacerdotes ygentes principales y decidieron que nada podría hacerse contra esas fuerzas que hoy llamos sencillamente naturales y que sería mejor rendirles culto y pleitesía, adorar a esos dioses y rogarles fueran magnanimos con ese pueblo que acababa de escapar de un monstruoso desastre.
Y en ese mismo lugar en donde había el templo y la caverna y se ejercía el culto al Dios del trueno, los totonacas u hombres sonrientes levantaron el asombroso templo del Tajín, que en su propia lengua quiere decir lugar de las tempestades. Y no sólo se rindió culto al Dios del Trueno sino que se le imploró durante 365 días, como número de nichos tiene este pasmoso monumento invocando el buen tiempo en cierta época del año y la lluvia, cuando es menester fertilizar las sementeras.
Hoy se levanta este maravilloso templo conocido en todo el mundo como piramide o templó de El tajín en donde curiosamente parecen generarse las tempestades y los truenos y las lluvias torrenciales.
Así nació la piramide de El Tajín, levantada con veneración y respeto al Dios del Trueno, adorado por aquellas gentes que vivieron mucho antes de la llegada de los extranjeros, mucho antes de la llegada de los totonacas, cuando el mundo parecía comenzar a existir.

3.3 “Las Momias de Guanajuato”
Guanajuato es una ciudad con muchos atractivos para el viajero, por su fisonomía que es única, por su historia que es maravillosa, por su abolengo cultural que la coloca en unsitio de privilegio en el país y mas alla de sus fronteras; por sus manifestaciones artísticas a través de su teatro universitario, su Orquesta Sinfónica y su Estudiantina.
Sí, así es en efecto pero las cosas raras siempre seran motivo de singular atracción.
La gran mayoría de turistas, los que por primera vez vienen a Guanajuato, han recibido de los anteriores, de manera especial, dos recomendaciones: el Callejón del Beso y que vean las Momias.
La momificación se debe, sin que sea esta una opinión científica, a la ventilación especial, es decir, a la altura mas bien que al terreno pues lo mismo ocurre en las gavetas que en el suelo.
Con toda seguridad que el fenómeno tiene lugar desde que fueron exhumados del Panteón Municipal, al termino del tiempo reglamentario, los primeros cadaveres.
Ese termino es de cinco años, pero la momificación debe consumarse antes.
El dato de mayor importancia para nuestra población es la circunstancia de la gran mortandad que hubo y porque varios de los cuerpos, por temor a que se propagara mas la peste eran inhumados casi en seguida de que se declaraban muertos. Así sucedía que en algunos casos se les sepultaba cuando en realidad todavía no expiraban, de modo que al volver de aquel estado cataléptico, ya en la tumba, morían finalmente por desesperación, por angustia o por asfixia. De ahí esa mueca de dolor que hay en algunas momias.
Esto fue cuando la peste del cólera morbus queregistró en nuestra población alla por 1833. Aun no existía l panteón actual (1861), que es donde se verificó la momificación.
Tal era la cantidad de muertos, que fue necesario abrir panteones complementarios en las de la Compañía San Francisco, San Diego, Santa Belén, San Roque, San Sebastian. Esta es una de las mas antiguas.
A partir de 1861, fecha en que se inauguró el Panteón Municipal siendo Gobernador del Estado del General Francisco Pacheco, datan las primeras momificaciones. El primer cadaver momificado que se exhibió correspondió al doctor francés Remigio Leroy, en 1965, que aún existe.
Desde hace muchos años las momias se exhiben al publico en una cripta que se halla justamente debajo del lugar donde se registra este hecho curioso. En una galería que hay al fondo se ofrece el macabro espectaculo, formando las momias una doble fila como 15 metros de fondo y acertadamente detras de una vidriera.
Por todo lo anteriormente expuesto en forma tan llana, el publico debe desechar, por inciertas, todas esas leyendas baratas que cuenta la gente.

3.4 La Llorona

Corría el año de 1926 cuando un hombre llamado Jesús, locamente enamorado de una mujer llamada Paula, fue a buscarla a la una de la madrugada; encontrandose con ella en la que ahora es la calle Jazmín a la altura de Jacarandas del Barrio de San Juan. Paula le echó en cara el porqué no la había ido a buscar mas temprano. Entonces Jesús la invitó a pasear. Llegarona una presa y ahí, bajo la palida luz de la luna, contemplaron la quietud de las aguas. Ella lo invitó a bañarse, sintiendo Jesús un escalofrío que recorrió todo su cuerpo. Jesús la miró fijamente y con sorpresa descubrió que el rostro de su amada era ya una horrible calavera, cuyos ojos y boca desdentada desprendían fuego. Aquel ser infernal le dijo entonces estas palabras: “Si no fuera la letra primera de tu nombre tan grande, te llevaría conmigo en cuerpo y alma”. Y, lanzando un espeluznante llanto, se lanzó a las frías aguas de la presa. A este personaje se le llama la Llorona y aún dicen que cada 30 o 31 de mes se le ve caminando por la calzada del barrio.

3.5 El Jinete sin Cabeza

Y el silencioso crepúsculo se arrebujaba entre la dulce meditación en que la llanura solía extasiarse. Las aves herían con su alegre sinfonía la quietud majestuosa de la tarde. Lejos donde el sol parece arder entre el candente pebetero de la lejanía, un grupo de garzas van copiando sus finísimos plumajes en los colores maravillosos de los exóticos paisajes, en cuyos celajes hay tintes de presagio de penas melancólicas. Todo el ambiente parece guardar instantes de santa meditación, y en las copas floridas de los centenarios arboles, el viento arrecuesta sus erizados cabellos.
Es verano. Y toda la llanura esta reseca y solitaria, con aquella triste melancolía. Ha sido un atardecer maravilloso, y pronto sus poéticas bellezasdevoraran la noche que pronto llegara. Alla en el corredor de la Hacienda, el Viejo Patrón lee con devota atención el periódico del día, volando de cuando en cuando bocanadas de humo de pipa.
Son pasadas las seis de la tarde; este busca tomar un poco de aire fresco. En los corrales, el ganado espera entrar en reposo y de cuando en cuando óyense los últimos gritos de los sabaneros que arrean una punta de ganado de ordeño. La peonada se ha concentrado en la cocina y sentados al contorno de una mesa tosca y ennegrecida saborean con apetito la merienda del día.
Los congos con sus notas de órgano no cesan de cantar el allegro grandioso.
Todo el llano se puebla de sombras y en los corredores de la inmensa casona de la hacienda los candiles lanzan su luz cobriza. Patricia, la hija mayor del Patrón, se ha acercado hasta su lado un poco nerviosa, pues Rosendo, uno de los sabaneros acababa de contar, una terron'tica narración, de las que suelen contarle cuando termina el trajín.
-¿Qué te pasa hija mía? Preguntó aquel viejo, apartando un rato su pipa de su boca, con aquella seriedad de hombre respetable.
-Vieras papa que Rosendo estaba contando en la cocina que aquí asustan,, que llega tocias las noches hasta el corredor un jinete sin cabeza.
Una sonrisa picaresca dejó escaparse de entre su tupido bigote.
-No temas hijita, son supersticiones; son leyendas que estos hombres suelen contarse en sus ratos de ocio, para pasar eltiempo.
-Pero papa, dijo la chiquilla, ¿a qué viene esto?
-Yo te lo contaré, escúchame.
-Siendo yo bastante joven, me contaba mi abuela que en aquellos dorados tiempos cuando la hacienda contaba con todas las comodidades del caso, pe celebraba con gran pompa la fiesta del nacimiento del Niño Dios, por supuesto que era una fiesta preparada, donde nadie de la numerosa concurrencia se iba con el estómago vacío. Pues bien, Luciano, muchacho de buenos sentimientos, hijo del Patrón de la hacienda, tenía una novia, la cual quería mucho, por lo cual estaba haciendo preparativos para la boda, cuya fecha fijada sería el 25 de diciembre, en que se casaría con Carmel ita, una preciosa chiquilla, la flor del llano, que había entregado la fragancia de su perfume a un corazón enamorado.
José, sabanero dotado de malos sentimientos, que trabajaba en una de las haciendas cercanas a esta, estando también enamorado de Carmelita y lleno de celos, al saber que ésta pronto se casaría con Luciano, decidió una tarde irlo a 'ispiar' al cruce del camino de la plazuela, y así saciar su criminal y cruel instinto.
En efecto Luciano sin saber nada de lo que ocurría, volvía alegremente a la hacienda, cuando al pasar por el lugar, José sin masticar palabra alguna se lanzó encima del desafortunado muchacho descargando su arma criminal y cortandole la cabeza.
El criminal se dio a la fuga y no se volvió a saber mas de su paradero. Por eso hijamía cuando en las noches de luna y calma, y el llano duerme entre misterios o secretos, se escucha el trotar lejano de un caballo que viene acercandose a la hacienda, luego se oye que desmonta alguien, entra al corredor después de pasearse largo rato vuelve a montar y se aleja por el llano.
Cuentan los que han visto que es un jinete sin cabeza, es el mismo que en otros tiempos fue víctima de aquella tragedia pasionaria; es el alma de Luciano que busca entre el misterio de la muerte y la realidad de la vida, la linda mujer de sus sueños perdida en vísperas de su boda.
-Ya vez, hijita, esta es la leyenda que Rosendo quiso contarles a los compañeros. Ahora, anda tranquila a dormir, que yo te seguiré, y olvida esa superstición, y que Dios te acompañe.
Patricia después de oir aquel relato, dio un beso a su padre y paso a paso sumida entre un profundo silencio, fue en busca del descanso. En el zaguan sillero, un sabanero al compas de una vieja guitarra, rumiaba sus penas en las dolientes notas de una canción, triste y sentimental, canción que lleva y vuela en la fría brisa de los llanos a ser posadas en las copas florecidas de los arboles centenarios, canción que hace llegar hasta el blando lecho, donde duerme la amada mujer, de sus sueños.

4. LEYENDAS CONTEMPORANEAS

4.1 LOS DOS APARECIDOS DE REAL DE CATORCE

En medio de un desierto de cactos y matorrales se levanta el pueblo de Real de Catorce, en el estadode San Luis Potosí. Para entrar a la población, es necesario cruzar un cerro mediante un largo túnel que desemboca en lo que ahora casi es una ciudad fantasma. Pero no siempre fue así, pues durante la Colonia era un importante centro minero, el cual, incluso poseía su propia casa de moneda.
Lamentablemente, en el siglo XIX se inundó buena parte de las minas y la urbe sufrió una rapida decadencia. Mas aún, permanece en ella un misterioso atractivo capaz de generar varias historias de tesoros escondidos y de fantasmas. Así, según los testimonios recogidos por el investigador Homero Adame, los pobladores actuales de Real de Catorce y sus alrededores todavía cuentan las siguientes historias de aparecidos.
Hace muchos años, un joven trabajador de la estación de ferrocarril Catorce desarrollaba su acostumbrada rutina de mantenimiento de las vías. En medio del espeso calor del desierto (al cual, sin embargo, ya se había acostumbrado), el 'garrotero' supervisaba la colocación de unos rieles.

Alzados por una pequeña grúa, el sol del atardecer se reflejaba con crudeza sobre ellos. Sin embargo, la carga era demasiado grande para las cadenas que la suspendían sobre el suelo: sólo se escuchó un ruido seco y el alboroto de los operadores. En honor del obrero caído, se bautizó a la siguiente estación con el apellido del hombre: Wadley.
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Tiempo después, una de tantas locomotoras se acercaba a gran velocidad a la estaciónCatorce. El enérgico sonido se extendía hasta el pueblo, dormido a esas horas de la madrugada. De improviso, el conductor advirtió una luz al lado de la vía, seguramente de un trabajador que le  pedía aminorar la marcha. Obediente, el maquinista bajó la velocidad hasta arribara la estación. Allí se enteró de que ningún obrero se hallaba en servicio; mas aún, le avisaron de la peligrosidad de un tramo por el cual acababa de pasar, donde ya habían ocurrido varios accidentes.

Así, el tren se salvó de un descarrilamiento y también comenzó la leyenda de El Garrotero, el fantasma del joven Wadley, quien aún hoy protege con su lampara a cuanto convoy corra peligro cerca de Real de Catorce.

Otra historia muy difundida en la zona es la de El Jergas, un fantasmal habitante de las minas. En una excavación cercana a Real de Catorce (de las pocas actualmente activas) hasta hace poco laboraba un experimentado obrero, quien perdió la vida bajo un alud de rocas o intoxicado, no se sabe exactamente cómo. Meses después, un joven trabajador, nuevo en el túnel, laboraba como todos los días en un sector solitario. Al no poder voltear un carro con rocas, se alejó para pedir ayuda; mas en el camino se topó con otro trabajador, desconocido para él.

Entre ambos movieron la carga y se despidieron. Pero al terminar el día, ¡qué sorpresa se llevó nuestro minero cuando nadie supo darle razón del misterioso personaje! Desde entonces, variosjornaleros han asegurando haber recibido ayuda de un extraño compañero, bautizado en la región como El Jergas.
Sin embargo, éste también tiene su lado travieso, pues a otros prefiere asustarlos y alejarlos de las vetas, como si fuera el guardian de la codiciada plata.

4.2 La Mulata de Córdoba
Cuenta la tradición, que hace mas de dos siglos y en la poética ciudad de Córdoba, vivió una célebre mujer, una joven que nunca envejecía a pesar de sus años. Nadie sabía hija de quién era, pero todos la llamaban la Mulata.
En el sentir de la mayoría, la Mulata era una bruja, una hechicera que había hecho pacto con el diablo, quien la visitaba todas las noches, pues muchos vecinos aseguraban que al pasar a las doce por su casa habían visto que por las rendijas de las ventanas y de las puertas salía una luz siniestra, como si por dentro un poderoso incendio devorara aquella habitación.
Otros decían que la habían visto volar por los tejados en forma de mujer; pero despidiendo por sus negros ojos miradas satanicas y sonriendo diabólicamente con sus labios rojos y sus dientes blanquísimos.
De ella se referían prodigios.
Cuando apareció en la ciudad, los jóvenes, prendados de su hermosura, disputaban se la conquista de su corazón.
Pero a nadie correspondía, a todos desdeñaba, y de ahí nació la creencia de que el único dueño de sus encantos, era el señor de las tinieblas.
Empero, aquella mujer siempre joven, frecuentaba lossacramentos, asistía a misa, hacía caridades, y todo aquel que imploraba su auxilio la tenía a su lado, en el umbral de la choza del pobre, lo mismo que junto al lecho del moribundo.
Se decía que en todas partes estaba, en distintos puntos y a la misma hora; y llegó a saberse que un día se la vio a un tiempo en Córdoba y en México; 'tenía el don de ubicuidad' - dice un escritor - y lo mas común era encontrarla en una caverna. 'Pero éste - añade - la visitó en una accesoria; aquél la vio en una de esas casuchas horrorosas que tan mala fama tienen en los barrios mas inmundos de las ciudades, y otro la conoció en un modesto cuarto de vecindad, sencillamente vestida, con aire vulgar, maneras desembarazadas, y sin revelar el magico poder de que estaba dotada.'
La hechicera servía también como abogada de imposibles. Las muchachas sin novio, las jamonas pasaditas, que iban perdiendo la esperanza de hallar marido, los empleados cesantes, las damas que ambicionaban competir en túnicas y joyas con la Virreina, los militares retirados, los médicos jóvenes sin fortuna, todos acudían a ella, todos invocaban en sus cuitas, y a todos los dejaba contentos, hartos y satisfechos.
Por eso todavía hoy, cuando se solicita de alguien una cosa difícil, casi irrealizable, es costumbre exclamar: -¡No soy la Mulata de Córdoba!
La fama de aquella mujer era grande, inmensa. Por todas partes se hablaba de ella y en diferentes lugares de Nueva España sunombre era repetido de boca en boca.
'Era en suma -dice el mismo escritor- una Circe, una Medea, una Pitonisa, una Sibila, una bruja, un ser extraordinario a quien nada había oculto, a quien todo obedecía y cuyo poder alcanzaba hasta trastornar las leyes de la naturaleza Era, en fin, una mujer a quien hubiera colocado la antigüedad entre sus diosas, o a lo menos entre sus mas veneradas sacerdotisas; era un médium, y de los mas privilegiados, de los mas favorecidos que disfrutó la escuela espirita de aquella época ¡Lastima grande que no viviera en la nuestra! ¡De qué portentos no fuéramos testigos! ¡Qué revelaciones no haría en su tiempo! ¡Cuantas evocaciones, cuantos espíritus no vendrían sumisos a su voz! ¡Cuantos incrédulos dejarían de serlo!'
¿Qué tiempo duró la fama de aquella mujer, verdadero prodigio de su época y admiración de los futuros siglos? Nadie lo sabe.
Lo que sí se asegura es que un día la ciudad de México supo que desde la villa de Córdoba había sido traída a las sombrías carceles del Santo Oficio.
Noticia tan estupenda, escapada Dios sabe cómo de los impenetrables secretos de la Inquisición, fue causa de atención profunda en todas las clases de la sociedad, y entre los platicones de las tiendas del Parian se habló mucho de aquel suceso y hasta hubo un atrevido que sostuvo que la Mulata, no era hechicera, ni bruja, ni cosa parecida, y que el haber caído en garras del Santo Tribunal, lo debía auna inmensa fortuna, consistente en diez grandes barriles de barro, llenos de polvo de oro. Otro de los tertulianos aseguró que ademas de esto se hallaba de por medio un amante desairado, que ciego de despecho, denunció en Córdoba a la Mulata, porque ésta no había correspondido a sus amores.
Pasaron los años, las hablillas se olvidaron, hasta que otro día de nuevo supo la ciudad, con asombro, que en el próximo auto de fe que se preparaba, la hechicera, saldría con coroza y vela verde. Pero el asombro creció de punto cuando pasados algunos días se dijo que el pajaro había volado hasta Manila, burlando la vigilancia de sus carcelerosmas bien dicho, saliéndose delante de uno de ellos.
¿Cómo había sucedió esto? ¿Qué poder tenía aquella mujer, para dejar así con un palmo de narices, a los muy respetables señores inquisidores?
Todos lo ignoraban. Las mas extrañas y absurdas explicaciones circularon por la ciudad. hubo quién afirmaba, haciendo la señal de la cruz, que todo era obra del mismo diablo, que de incógnito se había introducido a las carceles secretas para salvar a la Mulata. Quién recordaba aquello de que dadivas quebrantan rejas; y hubo algún malicioso que dijese que todo lo vence el amor y que los del Santo Oficio, como mortales eran también de carne y hueso.
He aquí la verdad de los hechos.
Una vez, el carcelero penetró en el inmundo calabozo de la hechicera, y quedóse verdaderamente maravillado alcontemplar en una de las paredes, un navío dibujado con carbón por la Mulata, la cual le preguntó con tono irónico:
- ¿Qué le falta a ese navío?
-Desgraciada mujer- contestó el interrogado, si quisieras salvar tu alma de las horribles penas del infierno, no estarías aquí, y ahorrarías al Santo Oficio el que te juzgase! ¡A este barco únicamente le falta que ande! ¡Es perfecto! 
- Pues si vuestra merced lo quiere, si en ello se empeña, andara, andara y muy lejos
- ¡Como! ¿A ver?
- dijo la Mulata.Y ligera saltó al navío, y éste, lento al principio, y después rapido y a toda vela, desapareció con la hermosa mujer por uno de los rincones del calabozo.
El carcelero, mudo, inmóvil, con los ojos salidos de sus órbitas, con el cabello de punta, y con la boca abierta, vio aquello sorprendido. ¿Y después? Hable un poeta
Cuenta la tradición que algunos años después de estos sucesos, hubo un hombre, en la casa de los locos detenido, y que hablaba de un barco que una noche bajo el suelo de México cruzaba llevando una mujer de altivo porte, era el inquisidor; de la Mulata nada se volvió a saber, mas se supone que en poder del demonio esta gimiendo.
¡Déjenla entre las llamas los lectores!
4.3 Las Calles del Indio Triste
Las calles que llevaron los nombres de 1ª y 2ª del Indio Triste (ahora 1ª y 2ª del Correo Mayor y 1ª del Carmen), recuerdan una antigua tradición que un viejo vecino de dichas calles  refería con todos suspuntos y comas, y aseguraba y protestaba 'ser cierta y verdadera', pues a él se la había contado su buen padre, y a éste sus abuelos, de quienes se había ido transmitiendo de generación en generación, hasta el año de 1840, en que la puso en letras de molde el Conde de la Cortina.
Contaba aquel buen vecino que, a raíz de la conquista, el gobierno español se propuso proteger a los indios nobles, supervivientes de la vieja estirpe azteca; unos habían caído prisioneros en la guerra, y otros que voluntariamente se presentaron, con el objeto de servir a los castellanos alegando que habían sido víctimas de la dura tiranía en que los tuviera durante mucho tiempo el llamado Emperador Moctecuhzoma II o Xocoyótzin.
Pero hay que advertir que esta protección dispensada a esos indios nobles, no era la protección abnegada que les habían prodigado los santos misioneros, sino el interés de los primeros gobernadores, de las primeras Audiencias y de los primeros virreyes de la Nueva España, que utilizaban a esos indios como espías para que, en el caso de que los naturales intentasen levantarse en contra de los españoles, inmediatamente éstos lo supiesen y sofocaran el fuego de la conjura y así evitar cualquier levantamiento.
Cuenta pues la tradición citada, que en una de las casas de la calle que hoy se nombra 1a del Carmen, quiza la que hace esquina con la calle de Guatemala, antes de santa Teresa, vivía alla a mediados del siglo XVI unode aquellos indios nobles que, a cambio de su espionaje y servilismo, recibía los favores de sus nuevos amos; y este indio a que alude la tradición, era muy privado del virrey que entonces gobernaba la Colonia.
El tal indio poseía casas suntuosas en la ciudad, sementeras en los campos, ganados y aves de corral. Tenía joyas que había heredado de sus antecesores; discos de oro, que semejaban soles o lunas, anillos, brazaletes, collares de verdes chalchihuites; bezotes de negra obsidiana; capas y fajas de finísimo algodón o de riquísimas plumas; cacles de cuero admirablemente adobado o de pita tejida con exquisito gusto; esteras o petates de finas palmas, teñidas con diversos colores; cómodos icpallis o sillones, forrados con pieles de tigres, leopardos o venados. En una palabra, poseía aquel indio todo lo que constituía para él y los suyos un tesoro de riquezas y obras de arte.
El indio, aunque había recibido las aguas bautismales y se confesaba, comulgaba, oía misa y sermones con toda devoción y acatamiento, como todos los de su raza era socarrón y taimado, y en el interior de su casa, en el aposento mas apartado, tenía un santocalli privado, a modo de oratorio particular, con imagenes cristianas, para rendir culto a muchos idolillos de oro y piedra que eran efigies de los dioses que mas veneraba en su gentilidad.
Y así como practicaba piadosos cultos cristianos a fin de engañar con sus fingimientos a los benditosfrailes, así también engañaba llevando la vida disipada de un príncipe destronado, sumido sin tasa en la molicie de los placeres carnales que le prodigaban sus muchas mancebas, o entregado a los vicios de la gula y de la embriaguez, hartandose de manjares picantes e indigestos y ahogandose con sendas jícaras y jarros de pulque fermentado con yerbas olorosas y estimulantes o con frutas dulces y sabrosas.
El indio aquel acabó por embrutecerse. Volvióse supersticioso, en tal extremo, que vivía atormentado por el temor de las iras de sus dioses y por el miedo que le inspiraba el diablo, que veía pintado en los retablos de las iglesias, a los pies del Príncipe de los Arcangeles.
4.4 El Fantasma de la Monja

Cuando existieron personajes en esa época colonial inolvidable, cuando tenemos a la mano antiguos testimonios y se barajan nombres auténticos y acontecimientos, no puede decirse que se trata de un mito, una leyenda o una invención producto de las mentes de aquél siglo. Si acaso se adornan los hechos con giros literarios y sabrosos agregados para hacer mas ameno un relato que por muy diversas causas ya tomó patente de leyenda. Con respecto a los nombres que en este cuento aparecen, tampoco se ha cambiado nada y si varían es porque en ese entonces se usaban de una manera diferente nombres, apellidos y blasones.
Durante muchos años y según consta en las actas del muy antiguo convento de la Concepción, que hoy selocalizaría en la esquina de Santa María la Redonda y Belisario Domínguez, las monjas enclaustradas en tan lóbrega institución, vinieron sufriendo la presencia de una blanca y espantable figura que en su habito de monja de esa orden, veían colgada de uno de los arbolitos de durazno que en ese entonces existían. Cada vez que alguna de las novicias o profesas tenían que salir a alguna misión nocturna y cruzaban el patio y jardínes de las celdas interiores, no resistían la tentación de mirarse en las cristalinas aguas de la fuente que en el centro había y entonces ocurría aquello. Tras ellas, balanceandose al soplo ligero de la brisa noctural, veían a aquella novicia pendiente de una soga, con sus ojos salidos de las órbitas y con su lengua como un palmo fuera de los labios retorcidos y resecos; sus manos juntas y sus pies con las puntas de las chinelas apuntando hacia abajo.
Las monjas huían despavoridas clamando a Dios y a las superioras, y cuando llegaba ya la abadesa o la madre tornera que era la mas vieja y la mas osada, ya aquella horrible visión se había esfumado.
Así, noche a noche y monja tras monja, el fantasma de la novicia colgando del durazno fue motivo de espanto durante muchos años y de nada valieron rezos ni misas ni duras penitencias ni golpes de cilicio para que la visión macabra se alejara de la santa casa, llegando a decir en ese entonces en que aún no se hablaba ni se estudiaban estas cosas, que todo era unavisión colectiva, un caso típico de histerismo provocado por el obligado encierro de las religiosas.
Mas una cruel verdad se ocultaba en la fantasmal aparición de aquella monja ahorcada, colgada del durazno y se remontaba a muchos años antes, pues debe tenerse en cuenta que el Convento de la Concepción fue el primero en ser construído en la Capital de la Nueva España, (apenas 22 años después de consumada la Conquista y no debe confundirse convento de monjas-mujeres con monasterio de monjes-hombres), y por lo tanto el primero en recibir como novicias a hijas, familiares y conocidas de los conquistadores españoles.
Vivían pues en ese entonces en la esquina que hoy serían las calles de Argentina y Guatemala, precisamente en donde se ubicaba muchos años después una cantina, los hermanos Avila, que eran Gil, Alfonso y doña María a la que por oscuros motivos se inscribió en la historia como doña María de Alvarado.
Pues bien esta doña María que era bonita y de gran prestancia, se enamoró de un tal Arrutia, mestizo de humilde cuna y de incierto origen, quien viendo el profundo enamoramiento que había provocado en doña María trató de convertirla en su esposa para así ganar mujer, fortuna y linaje.
A tales amoríos se opusieron los hermanos Avila, sobre todo el llamado Alonso de Avila, quien llamando una tarde al irrespetuoso y altanero mestizo, le prohibió que anduviese en amoríos con su hermana.
-Nada podeís hacer siella me ama -dijo cínicamente el tal Arrutia-, pues el corazón de vuestra hermana ha tiempo es mío; podéis oponeros cuanto querais, que nada lograréis.
Molesto don Alonso de Avila se fue a su casa de la esquina antes dicha y que siglos después se llamara del Relox y Escalerillas respectivamente y habló con su hermano Gil a quien le contó lo sucedido. Gil pensó en matar en un duelo al bellaco que se enfrentaba a ellos, pero don Alonso pensando mejor las cosas, dijo que el tal sujeto era un mestizo despreciable que no podría medirse a espada contra ninguno de los dos y que mejor sería que le dieran un escarmiento. Pensando mejor las cosas decidieron reunir un buen monto de dinero y se lo ofrecieron al mestizo para que se largara para siempre de la capital de la Nueva España, pues con los dineros ofrecidos podría instalarse en otro sitio y poner un negocio lucrativo.
Cuéntase que el metizo aceptó y sin decir adiós a la mujer que había llegado a amarlo tan intensamente, se fue a Veracruz y de allí a otros lugares, dejando transcurrir los meses y dos años, tiempo durante el cual, la desdichada doña María Alvarado sufría, padecía, lloraba y gemía como una sombra por la casa solariega de los hermanos Avila, sus hermanos según dice la historia.
Finalmente, viendo tanto sufrir y llorar a la querida hermana, Gil y Alonso decidieron convencer a doña María para que entrara de novicia a un convento. Escogieron al de la Concepcióny tras de reunir otra fuerte suma como dote, la fueron a enclaustrar diciéndole que el mestizo motivo de su amor y de sus cuitas jamas regresaría a su lado, pues sabían de buena fuente que había muerto.
Sin mucha voluntad doña María entró como novicia al citado convento, en donde comenzó a llevar la triste vida claustral, aunque sin dejar de llorar su pena de amor, recordando al mestizo Arrutia entre rezos, angelus y maitines. Por las noches, en la soledad tremenda de su celda se olvidaba de su amor a Dios, de su fe y de todo y sólo pensaba en aquel mestizo que la había sorbido hasta los tuétanos y sembrado de deseos su corazón.
Al fin, una noche, no pudiendo resistir mas esa pasión que era mucho mas fuerte que su fe, que opacaba del todo a su religión, decidió matarse ante el silencio del amado de cuyo regreso llegó a saber, pues el mestizo había vuelto a pedir mas dinero a los hermanos Avila.
Cogió un cordón y lo trenzó con otro para hacerlo mas fuerte, a pesar de que su cuerpo a causa de la pasión y los ayunos se había hecho fragil y palido. Se hincó ante el crucificado a quien pidió perdón por no poder llegar a desposarse al profesar y se fue a la huerta del convento y a la fuente.
Ató la cuerda a una de las ramas del durazno y volvió a rezar pidiendo perdón a Dios por lo que iba a hacer y al amado mestizo por abandonarlo en este mundo.
Se lanzó hacia abajo. Sus pies golpearon el brocal de la fuente.
Yallí quedó basculando, balanceandose como un péndulo blanco, fragil, movido por el viento.
Al día siguiente la madre portera que fue a revisar los gruesos picaportes y herrajes de la puerta del convento, la vio colgando, muerta.
El cuerpo ya tieso de María de Alvarado fue bajado y sepultado ese misma tarde en el cementerio interior del convento y allí pareció terminar aquél drama amoroso.
Sin embargo, un mes después, una de las novicias vió la horrible aparición reflejada en las aguas de la fuente. A esta aparición siguieron otras, hasta que las superiores prohibieron la salida de las monjas a la huerta, después de puesto el sol.
Tal parecía que un terrible sino, el mas tragico perseguía a esta familia, vastagos los tres de doña Leonor Alvarado y de don Gil Gonzalez Benavides, pues ahorcada doña María de Alvarado en la forma que antes queda dicha, sus dos hermanos Gil y Alonso de Avila se vieron envueltos en aquella conspiración o asonada encabezada por don Martín Cortés, hijo del conquistador Hernan Cortés y descubierta esta conjura fueron encarcelados los hermanos Avila, juzgados sumariamente y sentenciados a muerte.
El 16 de julio de 1566 montados en cabalgaduras vergonzantes, humillados y vilipendiados, los dos hermanos Avila, Gil y Alonso fueron conducidos al patíbulo en donde fueron degollados. Por órdenes de la Real Audiencia y en mayor castigo a la osadía de los dos Avila, su casa fue destruída y en elsolar que quedó se aró la tierra y se sembró con sal.

5. CONCLUSION

En este trabajo de las ¨ leyendas de México ¨ nos podemos dar cuenta de cómo se explica desde el significado de la palabra leyenda, de donde proviene, etc.

A lo largo y en el transcurso de la vida nos hemos dado cuenta que pasamos por diferentes épocas, y así como hemos pasado de una a época a otra, las leyendas van surgiendo de acuerdo con la época que se vive en ese tiempo de acuerdo a los hechos de ese momento a también hechos imaginarios combinados con la realidad.

En cada capitulo nos podemos dar cuenta de los tipos de leyendas que existían y como lo explicaba en el parrafo anterior, por ejemplo en las leyendas prehispanicas podemos encontrar la leyenda del enano de Uxmal leyenda que solo puede referirse a ese tiempo, tiempo en el que solo existía esa civilización, y nos damos cuenta que en este tiempo no es correcto ni normal tener una leyenda famosa como esa.

Las leyendas prehispanicas, las de la nueva España y las contemporaneas es lo que vimos a lo largo de nuestro trabajo junto con sus respectivos ejemplos de cada una de nuestras leyendas.

6. BIBLIOGRAFIA

https://definicion.de/leyenda/
https://www.mayadiscovery.com/es/leyendas/default.htm
https://www.mayadiscovery.com/es/leyendas/default.htm
https://galeon.com/poetasmuertos/vai.html
Los mayas para niños, cuentos y leyendas de ciudades y animales. Pg. 79Guillermo Murray
Edit.
Selector

https://www.guiascostarica.com/mitos/mexico.htm

https://www.lointeresante.com/la-leyenda-de-la-llorona

https://www.guiascostarica.com/mitos/mexico26.htm

Oye patty esta leyenda la recorte porque estaba repetida! Nose si la kieras volver a poner. Pero yo creo k asi esta bien.

LA LLORONA 

Consumada la conquista y poco mas o menos a mediados del siglo XVI, los vecinos de la ciudad de México que se recogían en sus casas a la hora de la queda, tocada por las campanas de la primera Catedral; a media noche y principalmente cuando había luna, despertaban espantados al oír en la calle, tristes y prolongadísimos gemidos, lanzados por una mujer a quien afligía, sin duda, honda pena moral o tremendo dolor físico. 

Las primeras noches, los vecinos contentabanse con persignarse o santiguarse, que aquellos lúgubres gemidos eran, según ellas, de anima del otro mundo; pero fueron tantos y repetidos y se prolongaron por tanto tiempo, que algunos osados y despreocupados, quisieron cerciorarse con sus propios ojos qué era aquello; y primero desde las puertas entornadas, de las ventanas o balcones, y enseguida atreviéndose a salir por las calles, lograron ver a la que, en el silencio de las obscuras noches o en aquellas en que la luz palida y transparente de la luna caía como un manto vaporoso sobre las altas torres, los techos y tejados y las calles, lanzaba agudos y tristísimos gemidos. 

Vestíala mujer traje blanquísimo, y blanco y espeso velo cubría su rostro. Con lentos y callados pasos recorría muchas calles de la ciudad dormida, cada noche distintas, aunque sin faltar una sola, a la Plaza Mayor, donde vuelto el velado rostro hacia el oriente, hincada de rodillas, daba el último angustioso y languidísimo lamento; puesta en pie, continuaba con el paso lento y pausado hacia el mismo rumbo, al llegar a orillas del salobre lago, que en ese tiempo penetraba dentro de algunos barrios, como una sombra se desvanecía. 

'La hora avanzada de la noche, - dice el Dr. José María Marroquí- el silencio y la soledad de las calles y plazas, el traje, el aire, el pausado andar de aquella mujer misteriosa y, sobre todo, lo penetrante, agudo y prolongado de su gemido, que daba siempre cayendo en tierra de rodillas, formaba un conjunto que aterrorizaba a cuantos la veían y oían, y no pocos de los conquistadores valerosos y esforzados, que habían sido espanto de la misma muerte, quedaban en presencia de aquella mujer, mudos, palidos y fríos, como de marmol. Los mas animosos apenas se atrevían a seguirla a larga distancia, aprovechando la claridad de la luna, sin lograr otra cosa que verla desaparecer en llegando al lago, como si se sumergiera entre las aguas, y no pudiéndose averiguar mas de ella, e ignorandose quién era, de dónde venía y a dónde iba, se le dio el nombre de La Llorona.'


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